"Dicen que las personas abren su corazón cuando están frente al mar". N.P. Banana Yoshimoto
Sunday, September 26, 2010
P-Book
¡Hola a todos! Hoy es día de elecciones legislativas en Venezuela. El día es de muchas expectativas. Más tarde iré a votar. De momento me he quedado en casa leyendo. Estoy comenzando “Paseador de Perros” de Sergio Galarza (Candaya, 2009).
Ayer estuve de librerías y en una revista leí un reportaje sobre el avance del e-book.
Ya antes había leído en varias páginas reportajes premonitorios del fin de los libros en papel. Del tema ya he escrito antes, y sigue lloviendo sobre mojado.
Dicen que cuando ocurrió la llegada de la radio, ya algunos pájaros habían augurado ese fin, y que lo mismo ocurrió con el advenimiento de la televisión. Pero he aquí que el libro en formato de papel ha logrado, cual Quijote, derrotar a los molinos de viento y seguir allí, cabalgando entre la espesura.
La sensación que me produce el mero acto de leer es única. El olor a papel y tinta, las letras, marcar las páginas para hacer las pausas, sentarme en mi rincón favorito de la casa a internarme en universos paralelos cargados de aventuras, reflexiones, alegrías, angustias, tristezas y todo tipo de sensaciones. Es realmente maravilloso.
Queda decir que espero seguir sintiendo durante mucho tiempo el éxtasis que me produce la lectura de libros en papel.
¿Qué he leído en lo que va de año? He aquí mi lista de libros maravillosos e interesantes, unos más, unos menos:
• “Mal de Escuela”, Daniel Pennac (RandomHouse Mondadori, 2009).
• “Firmín”, Sam Savage (Seix Barral, 2009).
• “En la cima del mundo”, Norman Mailer (451 Editores, 2009).
• “El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas”, Haruki Murakami (Tusquets, 2009).
• “Carta de una desconocida”, Stephan Zweig (Acantilado, 2002).
• “La maleta de mi padre”, Orhan Pamuk (RandomHouse Mondadori, 2007).
• “24 horas en la vida de una mujer”, Stephan Zweig (Acantilado, 2001).
• “Arrancad las semillas, fusilad a los niños”, Kenzaburo Oé (Anagrama, 2002).
• “Un grito de amor desde el centro del mundo”, Kyoichi Katayama (Alfaguara, 2008).
• “Rain: what a paperboy learned about business”, Jeffrey J. Fox (Jossey-Bass/Wiley 2009).
• “Ali Rap. Muhammad Ali, the first heavyweight champion of rap”, George Lois, editor (ESPN Books/Taschen 2006).
• “Perdón, imposible. Guía para una puntuación más rica y consciente”, José Antonio Millán (RBA Libros, 2006).
• “A ese infierno yo no vuelvo”, Patricia Clarembaux (Ediciones Punto Cero, 2009).
• “Mientras escribo”, Stephen King (Plaza & Janés, 2001).
• “Tsugumi”, Banana Yoshimoto (Tusquets, 2008).
• “El clan Inugami”, Seishi Yokomizo (La Factoría de Ideas, 2008).
• “El pasajero de Truman”, Francisco Suniaga (RandomHouse Mondadori, 2010).
• “Idéntico al ser humano”, Kobo Abe (Candaya, 2010).
El actual, “Paseador de perros”, es de ese tipo de libros que te invita a leerlo cuando pasas por el anaquel. Atendí solícito a su llamado. Ya les contaré.
Tuesday, September 21, 2010
Mi perro
Amo a mi perro. Se levanta muy temprano y viene inmediatamente hasta mi cuarto, donde comienza a hacer ruidos para lograr despertarme. Claro, me respeta, y no sube a mi cama. Sólo hace ruidos y me observa. Se levanta del piso, camina de un lado a otro, jadeando, y vuelve a sentarse.
Yo lo veo con mis ojos entrecerrados, lo sigo disimuladamente, de un lado a otro. Muevo un pie y lo veo mover su cola con más fuerza. Sabe que estoy a punto de despertarme, y eso nada más lo emociona.
Finalmente termino su larga espera abriendo mis ojos. Me ladra para que advierta su presencia. Cuando me siento sobre la cama, se sube inmediatamente y se coloca a mi lado, bien cerca. Con los ojos me pide que lo abrace. Yo lo hago y es feliz. El perro más feliz del mundo en ese momento.
Tengo un hueso de goma. Es su juguete favorito. Lo lanzo lejos en el jardín y el corre a buscarlo, y de nuevo hacia mí, trayéndolo en su boca, para que vuelva a lanzarlo. En eso se nos va gran parte de la mañana. Yo también me divierto, lanzando el hueso cada vez más lejos, mientras que el corre cada vez más, y con la misma vuelve a mí con su huesito en la boca.
Lo dejo descansar, y de nuevo lo lanzo hasta que siento que se aburre. Si, los perros también se aburren. Entonces, guardamos el hueso hasta una nueva oportunidad. El me mira, como pidiendo permiso, y corre hacia la calle, a examinar el barrio, a ver qué ha cambiado desde ayer, a oler si otros perros han osado invadir sus predios.
Yo leo la prensa, mientras lo miro a lo lejos, husmeando aquí, y un poco más allá. Saludando al señor que vende los diarios en el kiosco, quien también le tiene cariño. Ladrando a un motociclista que pasa calle abajo sin prestarle mucha atención.
En la prensa hay un reportaje sobre un perro que vio a su amo herido y fue a buscar ayuda, llamando la atención con ladridos desesperados, hasta que logró alertar a la policía, que finalmente lo siguió y encontró a su amo inconsciente en un rincón de un parque. Es un héroe. Anoche lo vi en las noticias. Un perro mediático. Como el del anuncio de cereales, que aparece en la TV con unos niños, comiéndose su cereal a escondidas. Otro perro en la TV, en el cine, en la prensa. El mío no es mediático. No le hace falta. Los medios no parecen llamar su atención. Sólo yo, que soy su amo, que lo quiero y le agradezco su fidelidad.
Cuando llego a casa del trabajo lo encuentro allí, esperándome, moviendo agitadamente su cola y saltando apenas me ve. Yo lo lleno de emoción, y él a mí. Con ladridos me pide que lo lleve a su paseo vespertino. No me hago esperar. Luego volvemos y mientras preparo la cena y le doy su comida, comienza a adormitarse, para finalmente caer mientras veo la TV.
Tendido sobre la alfombra, abre los ojos cuando escucha algún ruido, como comprobando que todo está bien. Y luego vuelve a su letargo. Lo acaricio y ya apenas abre los ojos. El sueño lo domina. Mañana será otro día; y yo estaré feliz de levantarme con mi perro al pie de la cama, muy pendiente de mí y mis movimientos. Es mi perro. El sabe hacerme sonreír. Y yo lo quiero.
*Imagen: http://www.taringa.net/
Sunday, September 19, 2010
5 años, 5 deseos
Los cinco deseos para ustedes en este aniversario: Paz, fe, amor, abundancia y salud.
Un día como hoy, hace 5 años comencé a plasmar mis pensamientos en esta bitácora. “Así pienso, ¿tú qué dices?” vino a llenar un vacío que tenía, ese de mostrar a otros las ideas o temas de discusión o reflexión que a veces rondaban en mi cabeza y que me apetecía compartir con el exterior.
Poco a poco fueron llegando, acercándose a dejar su buena vibra, y yo le fui tomando el gusto a escribir cada vez más y más, hasta lo que hacemos hoy.
Esta bitácora ha sido testigo de mis tristezas y alegrías, mis dolores de muelas, de mis viajes y las experiencias que vivo en otros confines del mundo, de situaciones emocionales que me ha tocado vivir, de mis deseos, mis expectativas, de mi música y mis sentimientos.
Lo comparo a veces con un tren que se ha detenido ya en 316 estaciones (que son los posts que he publicado) y en el cual pasajeros van, pasajeros vienen, unos que se han subido y luego se han quedado en el camino, y otros que desde el primer momento están allí, conmigo siempre.
A todos les dejo un gran abrazo, a las damas un beso enorme, y un agradecimiento infinito por servirme de gran motivación a la hora de escribir.
Y miren que cada vez me provoca más escribir en la bitácora nuestra. De todos los temas, reales o ficticios, o una mezcla de ellos. Al extremo de que cuando dejo tiempo sin escribir me pican las manos. Esa es una buena señal. No importa que la musa se esconda. Respiro profundo y me inspiro.
Hace poco leí una novela de Stephen King titulada “Mientras escribo”, donde el escritor se explaya en un ensayo sobre lo que, según su óptica, debe privar al momento de escribir, y una de las cosas que me llamó la atención es que, cuando habla de las musas, esas señoras caprichosas a las cuales les echamos las culpas de cuando andamos sin motivación, nos dice: “Existe una musa, pero no esperes que baje revoloteando y esparza polvos mágicos creativos sobre tu máquina de escribir u ordenador. Siéntate a escribir y a leer muchísimo porque esa es la clave del éxito”.
Nada, a hacerle caso al Maestro, a seguir leyendo y escribiendo, que ése es el camino que nos une. Los quiero muchísimo. Gracias por seguirme. Brindemos con un buen vino de Oporto ¿vale?
* Imagen: http://www.sintamandusmeulebeke.be/
Saturday, September 18, 2010
Divorcio
Es una palabra que, cuando la escuchas, la piensas ajena. Aunque, poco a poco, los acontecimientos de la vida van anunciando su cercanía. Pero insistes en ignorarla. No es contigo. Es con otros.
Sigues escuchando de ella, generalmente asociada a otras personas, o a otras palabras, como crisis, desencuentro. Pero no es contigo. Sigue adelante, que vas muy bien.
Luego comienzan lentamente los problemas, comienzas a percibir los síntomas. No, no es tu problema, sino el de los demás.
Comienzas a olerlo muy de cerca. Vienen discusiones. Desasosiego. Molestias. Más discusiones. Subidas innecesarias de la voz. Agresiones, verbales o no. Pero, ¿divorcio? Eso no es conmigo.
Hasta que la escuchas salida de la boca de quien menos pensabas oírlo. Y esa voz, ese tono, que ya no es de amenaza sino de convicción, de firmeza, de decisión definitiva, llega, con música incidental incluida, implacable e inmisericorde, que se escucha estridente, tajante, diáfana, fuerte y clara. Un sonido que ya nunca podrás olvidar y que te acompañará a lo largo de tu vida. Como una espada de hoja muy fría que te atraviesa de la cabeza a los pies, lenta, muy lentamente, y termina aplastándote.
– ¡Quiero el divorcio!
Te sientes morir, pero no atinas a hacer nada, a decir nada. Sientes el frio de la espada, dentro, muy dentro de ti. Y ya no puedes hacer nada. Lo sabes. Lo sientes. Lo percibes. Lo asimilas de una vez. Ya no es con los demás. No es una voz lejana, ni una lectura extraña, ni alguien que viene a contarte. Está allí, como un fantasma medieval, parado frente a ti, aplastándote con su temida personalidad. Si, el divorcio toca a tu puerta después de 20 años de vida en común.
Como toda crisis, es difícil abordarla. Aparecen muchos actores de detrás de la cortina, que te dicen y te hablan, y te aconsejan, pero no. Ya no quieres escucharlos. Ya no tiene sentido. Sabes a quien buscar, a quien escuchar, y comienzas a hacerlo.
Cuando sabes que cada salida es una entrada a nuevas experiencias que están por venir, avanzas firmemente hacia la salida. No te queda más. A encontrarte con tu destino. Con toda la energía posible.
¿Duele? Si duele. Duele mucho. Muchísimo. Pero ese duelo hay que vivirlo también. Es parte del aprendizaje.
Y aquí va el que no escuchaba. El que creía que no era con él. Caminando solito, sumido en sus cavilaciones tardías. Pero así es el proceso vital que acompaña a la madurez. Y a veces las señales llegan tarde, muy tarde para hacer algo.
Ya lo dijo Takuchi en su oportunidad:
“La crisis es aquella situación que te demanda una decisión de cambio, que determinará si sales de ella y creces, o te quedas en ella y pereces”.
Aquí voy de nuevo, como otras veces en mi vida, buscando el camino. El futuro es brillante, tan brillante que enceguece.
*Imagen: http://www.ondacero.es/
*Imagen: http://www.ondacero.es/
Monday, September 13, 2010
Isla de Margarita, parte de mi mundo. Segunda Parte
"Yo tengo un mundo mío, y voy a compartirlo con alguien como yo, sueños de amor y fantasía serán las normas mías para regir mi vida, mi mundo es complicado, difícil de explorarlo, difícil de vivir, pero es mio, es el mundo mío, lleno de triunfos y fracasos, virtudes y pecados, y en él no cabes tú".
Esa melodía de Luis Enrique suena repetidamente en mi mente cada vez que estoy en mi isla de ensueño.
*Gracias Bluesoul por mostrarte en 3D y compartir tan agradable conversa conmigo.
Esa melodía de Luis Enrique suena repetidamente en mi mente cada vez que estoy en mi isla de ensueño.
Vuelvo a Margarita cuatro años después y la encuentro más linda que la última vez.
Es que esa isla es encantadora. Nadie te niega una sonrisa. Su gente. Sus paisajes. Es un embrujo.
Recorrerla es cargar el espíritu de energía, de ganas de vivir en ese paraíso.
Coincido con las festividades de la Virgen del Valle, la Patrona local. Mejor aún. Soy testigo de la devoción de su gente.
Dan unas ganas enormes de volver, de vivirla, de recorrer todos sus rincones, de conocer su gente hermosa.
Encontré a la isla muy activa, mucho turismo y comercio, motivado quizá por las restricciones para obtener dólares a nivel nacional.
Las playas más hermosas que mis ojos han visto. Definitivamente la isla enamora.
Sin lugar a dudas: “Margarita es una lágrima… que un querubín derramó”.
*Gracias Bluesoul por mostrarte en 3D y compartir tan agradable conversa conmigo.
Sunday, August 29, 2010
Reloj, no marques las horas...
El tiempo. Así de implacable. Nunca se detiene. Y a veces tendemos a perder el control. Sabemos cuando comienzan las cosas pero nunca cuándo ni cómo terminan.
La mayoría de las veces pensamos que vivimos en una eterna rutina donde una cadena de acontecimientos se repite sin cesar. Hasta que la vida nos demuestra que no es así.
Para esos seres privados de libertad, por errores que han cometido en sus vidas, el tiempo pasa a perder su significado primitivo, es decir, el de la duración de los acontecimientos. Ellos saben mejor que nadie cuando entran a la cárcel pero ni siquiera saben si saldrán vivos, así que para ellos, la vida es un momento a la vez, un encuentro a la vez, una simple mirada y la interpretación que se le da.
Para el piloto de un avión en problemas a diez mil metros de altura, el valor de un segundo es inmensurable. Y la velocidad en que múltiples alternativas de solución se pasan por su mente más aún. La misma velocidad en que se cotejan y desechan soluciones. Una decisión cambiará el destino de 180 personas que muchas veces ni se dan cuenta del percance.
Un hombre en caída libre, cuyo paracaídas tarda mucho en abrir, puede ver claramente los principales acontecimientos de su vida en un abrir y cerrar de ojos. La velocidad de sus pensamientos es inversamente proporcional a la velocidad en la cual caen sus lágrimas sabiendo el destino que, de no abrir el artefacto que porta en su espalda, le espera irremediablemente.
La madre que cuenta los días que faltan para el regreso de su hijo, quien presta el servicio militar en el frente de batalla, mira el reloj, y detalla cuidadosamente la fecha del mes, la hora, los minutos y hasta los segundos que transcurren mientras mantiene su mirada en la esfera del tiempo, y calcula con precisión matemática el tiempo que falta, si no hay noticias fatales, para su regreso.
El joven abandona el naufragio y se lanza en medio del río, pensando que tendrá fuerzas suficientes para llegar a la orilla, y luego de nadar y nadar un largo tiempo, y darse cuenta que la orilla aún está lejos, le fallan las fuerzas, y no sabe, en medio de su angustia, qué cosa medir: si el tiempo que le falta para tocar la orilla o el instante en que sus fuerzas menguarán y sucumbirá ante la corriente.
El amante que, luego de muchísimos intentos, por fin logra estar a solas con su amada, compartiendo sábanas en una noche interminable, con pasión desenfrenada. Una noche que ambos desearían que fuese eterna. Como en la canción de Roberto Cantoral:
"Reloj, no marques las horas, porque voy a enloquecer,
ella se irá para siempre, cuando amanezca otra vez.
No más nos queda esta noche, para vivir nuestro amor,
y tu tic-tac me recuerda, tu irremediable dolor.
Reloj, detén tu camino, porque mi vida se apaga,
ella es la estrella que alumbra mi ser,
yo sin su amor no soy nada.
Detén el tiempo en tus manos, haz esta noche perpetua,
para que nunca se vaya de mí, para que nunca amanezca."
Sunday, August 22, 2010
Pausa
Levantarse temprano rinde sus frutos. Salgo de casa rumbo a la estación del subterráneo a buscar a alguien. Ese alguien se retrasa y lo avisa, llamada telefónica de por medio. ¿Qué hacer entre tanto? ¿Un café?
–Prueba.
–Mmmmmmmm… ¿Cómo no quedar extasiado? –respondo yo.
Es sábado en la mañana, y la ciudad se esmera por mostrar su mejor cara, luego de los estragos del viernes en la noche. Y lo consigue, porque esta ciudad de Caracas da para mucho más de lo que uno se imagina.
Las vías están libres de los embotellamientos de la semana, del frenesí, las groserías de los conductores impacientes y el desorden típico de otros días. Y la vista apacible al romántico Ávila, testigo de tantas y tantas historias, lo llena todo. Puedes ir de un extremo a otro de la ciudad en pocos minutos, tarea imposible e impensable durante los días laborales.
No estoy corriendo en el Parque del Este desde hace un tiempo. Decidí hacer una pausa en el ejercicio y dedicar el tiempo a otras cosas que también me llenan. Y entre las cosas que más extraño están esas vistas preciosas a la montaña que se contemplan desde la pista del parque. Extraordinarias. Te devuelven el espíritu luego de una jornada de entrenamiento corporal.
Pero todo en la vida requiere de una pausa. Al menos para mirar hacia adentro. Para observarte a ti mismo desde una perspectiva externa. Algo así como parar en un sitio, salir de tu propio cuerpo, caminar unos pasos y voltear a mirarlo, desde todos los ángulos, a ver qué está mal y qué está bien, qué debes cambiar en el aspecto. Porque el aspecto revela todo.
Y cuando digo aspecto me refiero, en un instante cualquiera de tu día, a la posición de la columna, la ubicación de los brazos, las piernas, la dirección de la mirada, el semblante, la boca. Todo tiene algo que decir. Y no es mirarse en un espejo. Es diferente. Frente al espejo te preparas y pones (sin querer, queriendo) tu mejor pose. Aquí no. Aquí te sales por completo y desde afuera te ves tal como eres en ese preciso instante congelado en el tiempo, todo alrededor, desde arriba y a los lados (de planta y elevación diría un ingeniero). Ves tu propio semblante. Y puedes descifrar tu propio código.
Esa pausa nos cambia. Nos hace sentir bien con nosotros mismos, que es la puerta a sentirnos bien con los demás. Nos lleva a tomar decisiones importantes. Nos modela el espíritu. Nos hace mejores personas. Hace que cuerpo y espíritu se tomen de las manos. ¿Lo han intentado hacer alguna vez?
Cierro esta divagación con las sabias palabras de Piero Ferrucci, filósofo italiano:
“Elimina algo superfluo de tu vida.
Rompe un hábito.
Haz algo que te haga sentir inseguro.
Lleva a cabo una acción poniendo en ella toda tu atención e intensidad. Como si fuera la última de tu vida”.
¿Vale?
*Fotografía de Julián Calderón Oviedo en Panoramio (Google Earth).
Friday, August 20, 2010
De la coma y el sentido de las cosas.
Esta tarde tuve una amena conversación con mi amigo Félix (que no el gato) sobre la escritura y las situaciones que de ella se derivan.
A Félix le encanta la escritura y tiene planteado escribir un cuento infantil, para lo cual pule sus condiciones en la Escuela de Escritores.
Yo nunca he revisado esa página porque, en mi opinión, para escribir mi novela solo necesito leer bastante y escribir a menudo.
Un día me siento a escribir y la novela saldrá sola. Eso pienso pero Félix difiere.
En la tarde, cuando conversamos, le mencioné la obra “La maleta de mi padre” de Orhan Pamuk, donde el laureado escritor deja saber sus impresiones acerca del arte de escribir.
Félix no perdió tiempo y voló a la librería, compró el libro y en tres horas ya era historia. También tuvo a bien recomendarme un libro sobre el tema: “Mientras escribo”, de Stephen King (Plaza & Janés, 2001). Ahora lo estoy leyendo. Me gusta mucho leer a los escritores cuando disertan sobre la escritura y lo que significa para ellos.
En ese mismo sentido, hace poco leí un libro que escribió José Antonio Millán “Perdón, imposible. Guía para una puntuación más rica y consciente” (RBA Libros, 2005). En una prosa muy amena e inteligente, José Antonio nos lleva a comprender cómo una simple coma puede cambiar radicalmente el sentido de una frase u oración.
Lo matiza con una anécdota interesante, que les coloco a continuación:
"De mis años escolares recuerdo una anécdota atribuida a Carlos V (luego la he encontrado referida a otros reyes, pero nos dará lo mismo...). Al emperador se le pasó a la firma una sentencia que decía así:
Perdón imposible, que cumpla su condena.
Al monarca le ganó su magnanimidad y antes de firmarla movió la coma de sitio:
Perdón, imposible que cumpla su condena.
Y de ese modo, una coma cambió la suerte de algún desgraciado..."
Otro amigo, Angel, me envía otra anécdota sobre los estragos que puede hacer una coma puesta aquí o más allá:
Julio Cortázar escribía:
"La coma, esa puerta giratoria del pensamiento"
Leamos y analicemos la siguiente frase:
"Si el hombre supiera realmente el valor que tiene la mujer andaría en cuatro patas en su búsqueda"
Si usted es mujer, con toda seguridad colocaría la coma después de la palabra mujer.
Si usted es varón, con toda seguridad colocaría la coma después de la palabra tiene.
Friday, August 13, 2010
¿Luz de la calle, oscuridad de la casa?
Un vecino vio a Nasrudin Hodja buscando algo en el suelo-
–¿Qué estás buscando Hodja? –le preguntó.
–Mi llave –dijo Hodja.
De inmediato el vecino también se puso de rodillas a buscar la llave.
Al cabo de un buen rato de buscar y no encontrar, el vecino le pregunta a Hodja:
–¿Y dónde exactamente se te ha caído la llave?
–En mi casa.
–¿Y entonces, por qué la buscamos aquí afuera?
–Porque aquí hay más luz que en mi casa.
Imagen: http://www.gizmodo.es/
Thursday, August 05, 2010
She is an artist!
El arte fluye dentro de ti, como la savia en los árboles. Y no me asombra. Porque soy testigo de ti desde que eras muy pequeña.
Dios te dio ese don artístico del cual ya comenzamos a disfrutar los que te conocemos, y que pronto conocerá mucha gente.
Eres una prueba más de que con el talento se nace.
Desde ya eres mi artista favorita, y una prueba más de que esta tierra tiene esperanza. Estando contigo siento que pronto va a amanecer, un amanecer luminoso y bonito.
Me cuentas de Jackson Pollock, y de sus abstractos que son divertidos y yo me asombro.
A ti también te gustan los abstractos, te quedan muy bonitos, pero tus rostros tienen algo que me fascina y me deja pensando ¿hasta dónde llegarás? ¿En qué nube lejana te subirás? Soy feliz de saberte. No tengo dudas.
Sunday, August 01, 2010
Paraíso en la tierra...
Día bonito es cualquiera, cuando se tiene frente a sí la belleza de la naturaleza, la sencillez de lo simple, lo verde, lo azul, el sol impecable, el viento que acaricia, una temperatura sólo posible en estos lares de Dios.
Todo se conjuga, todo juega a favor, la vista se regocija, los sentidos agradecidos. Sientes que la presión está esta vez en el botón de pausa, la válvula de escape se abre y deja escapar todo el stress acumulado, lentamente…
Vienen a tu mente imágenes de tus mejores momentos, de intercambios, de palabras bonitas, de escenas hermosas, y buena música.
Agradecemos al Infinito su presencia, el poder compartir tanta paz y guardar un poco para cuando se necesite. Porque no todo es tan malo. De verdad que yo disfruto estos momentos de relax. ¿Quién no?
Fotografías realizadas en Bahía de Buche, Venezuela.
Saturday, July 24, 2010
Una carta para ti...
Das media vuelta y te vas, irritada, sin encontrar un punto en común, un punto de encuentro. Te cierras y dejas que tu verdad sea dueña de todo. No miras atrás, hacia las fuentes de donde nace todo. Te encegueces y permaneces cerrada.
Hay días de días. Días malos. Días buenos. Pero son días que pasan, que cuentan menos en el calendario de nuestras vidas. Por eso no debemos desperdiciar ningún momento de nuestra existencia. Siempre hay tiempo para dar, tiempo para recibir, y tiempo para estar con nosotros mismos, y con los demás.
Por eso cada día tiene que tener algo de especial. Un motivo para compartir, un aprendizaje, una experiencia.
No se pueden desperdiciar los días tratando de vivir una vida que no nos pertenece. Tenemos que vivir la nuestra, la propia, la única y original.
Para eso debemos buscar la manera de minimizar los malos momentos, y engrandecer los buenos. Tener un objetivo que perseguir, una razón de ser, o de existir.
No más ayer tenía 25 años y hoy ya está a punto de cumplirse 25 años de ese momento. Es mucha agua la que ha corrido bajo el puente. La corriente es en una sola dirección. Lo que significa que hay momentos que no volverán a ser. Vendrán otros, nunca los mismos.
Quedan las vivencias, los hitos que nos marcan y nos configuran como seres humanos. Una vez que se tienen 48 años ya la gente alrededor nos conoce muy bien. Ya tenemos la certeza de que nadie va a ir a decirle a los demás quienes somos. Ya todo está a la vista, reflejado en la mirada, esa mirada que nos delata aunque nuestra boca permanezca cerrada. Ya se sabe qué esperar de cada quien. Pocas cosas nos sorprenden.
Dice Gibrán en su libro “Cartas de amor del profeta” (Planeta, 1998):
“Que el hombre y la mujer sean capaces de llenar cada uno la copa del otro, pero que no beban de la misma copa”. “¿Qué quiero decir? Que una pareja no puede vivir la misma vida. Cuando se empieza a hacer esto por amor, se termina descubriendo que este camino conduce al odio”.
No se puede pedir mayor claridad de pensamiento. Ven, lee. No quiero que respondas, sino que te sientes, en la paz que se respira en esta casa virtual (que también es tuya), a reflexionar. Es mi deseo…
Wednesday, July 14, 2010
Aprender a escuchar con el Maestro Krishnamurti
¡Hola a todos! Ya terminó el vértigo y el furor que causa ese fenómeno de masas que denominan “La Copa” unos, “El Mundial” otros, en el cual se enfrentan equipos de fútbol representativos de los cinco continentes, y que en esta edición ganó España por primera vez. ¡Enhorabuena a todos mis amigos y amigas de España!
Luego de finalizado el evento, viene un período de calma, de ensimismamiento, de reflexión entre lo que fue y lo que pudo ser.
Es muy interesante, en momentos como éste, dedicarse a escuchar, que no a oír. ¿Qué es escuchar? Parece simple la respuesta pero no lo es tanto. Dejemos que sea el Maestro Krishnamurti quien nos lo explique:
“Pienso que es muy importante saber cómo escuchar. Si saben cómo escuchar, llegarán inmediatamente a la raíz de las cosas. Si escuchan el sonido puro, tendrán un contacto instantáneo con su belleza. De igual manera, si supieran cómo escuchar lo que se está diciendo, habría una comprensión instantánea. Escuchar es enfocar completamente la atención. Ustedes piensan que la atención es una cosa cansadora, que aprender a concentrarse es un largo proceso. Pero si realmente saben cómo escuchar, entonces la atención no es difícil y encontrarán que llegan inmediatamente al corazón de las cosas, con un estado extraordinario de alerta.
La mayoría de nosotros no escucha realmente. Nos distraen los ruidos externos o tenemos algún prejuicio, alguna propensión que deforma nuestra mente, y eso nos impide escuchar verdaderamente lo que se dice. Esto es especialmente así con las personas mayores, porque tienen tras de sí una larga serie de logros y fracasos; son alguien o no son nadie en el mundo, y es muy difícil penetrar las capas de sus formulaciones, de sus conceptos previos. Su imaginación, su condicionamiento, su sentido de la realización personal impedirán que lo que se dice pueda penetrar. Pero si sabemos cómo escuchar lo que se está diciendo, si podemos escuchar como si escucháramos el canto de un pájaro en la mañana, entonces el escuchar es una cosa extraordinaria, especialmente cuando lo que se dice es algo verdadero. Puede no gustamos, puede que lo resistamos instintivamente; pero si realmente podemos escuchar, veremos la verdad de ello. De ese modo, el auténtico escuchar quita la carga de la mente, limpia los desperdicios de muchos años de fracasos, éxitos, anhelos.
Ahora ustedes me están escuchando; no están haciendo un esfuerzo para prestar atención, simplemente están escuchando; y si hay verdad en lo que oyen, encontrarán que dentro de ustedes ocurre algo notable: un cambio no premeditado ni deseado, una transformación, una revolución completa en la que sólo reina la verdad y no las creaciones de la mente. Si puedo sugerirlo, de ese modo tienen que escucharlo todo, no sólo lo que estoy diciendo sino también lo que dicen otras personas; así tienen que escuchar a los pájaros, el silbido de una locomotora, el ruido del autobús que pasa. Encontrarán que cuanto más lo escuchan todo, mayor es el silencio, y ese silencio no es roto por el ruido. ”
Monday, July 05, 2010
Respirar nuestro aire, respirar otros aires...
El país convulso. ¿El ambiente en la calle? De mucha agresividad. No se respetan las normas mínimas de convivencia.
Sin embargo no perdemos la esperanza. Las cosas pueden cambiar, como el mar, que a veces está turbulento, tormentoso, y luego viene una calma que lo convierte en un espejo.
Cuando se puede, buscamos oxigeno en otras tierras, de manera temporal.
Al tomar el vuelo y despedir nuestro suelo, la sensación es de tristeza por lo que se deja atrás. Es la tierra a la que estamos unidos con lazos de sangre; la que fue testigo de nuestras vivencias de niño y de adolescente, de nuestro primer beso y nuestro grado académico. De nuestro primer trabajo y de nuestros errores por inexperiencia.
Ella queda atrás. Sentimos que nos mira, con ojos compasivos, cuando despegamos, como si no quisiera estar sola. Desde el aire contemplamos con estupor, a través de la ventanilla, como nos dice adiós con la mano, y vemos en su mirada la esperanza de que un día, no tan lejano, volvamos a pisarla, a sentirla, a abrazarla.
Pronto desaparece de nuestra visión, y por más que miremos entre las nubes, confundiendo muchas veces mar con cielo en el horizonte, ella ya no está, se ha perdido en la lejanía.
En algún momento aterrizamos en otra tierra, que nos recibe con algo de indiferencia. No nos sentimos el hijo que vuelve a casa. Es otra casa, con otros muebles y otros habitantes. Otras reglas, otro aire, otras vidas.
A veces caemos en el odioso terreno de las comparaciones, de ver todo lo bueno e ignorar lo malo, que también está presente, aunque de modo diferente, y a veces hasta sutil. Estamos preparados mentalmente para insertarnos, que nunca es tal, porque siempre aparece la tendencia a la patria, el corazón que la llama. Cuando escuchamos a alguien hablar nuestro español característico, o hasta en la forma en que las madres regañan a sus hijos, la sangre vuelve a relucir.
Mientras más tiempo pasamos en la otra casa, más nos acostumbramos a ella, a sus vivencias, a su forma de vida, a su gente, porque, al fin y al cabo, la vida es algo que nunca se detiene.
Y luego nos toca volver, y el corazón se nos llena de emoción, nada más imaginar su calor, su gente, sus paisajes tan familiares para nosotros. Y a medida que se aproxima la partida se empiezan a cruzar los sentimientos. Unos de nostalgia por lo que se deja, las amistades, lo vivido, la tranquilidad que no tiene precio, la organización, presente en todas partes. Otros por lo que nos vamos a encontrar a la vuelta. Mucha incertidumbre, que no se calma ni siquiera por el hecho de seguir a diario las noticias locales, vía web. Nunca es igual que te lo cuenten a que lo vivas.
Los primeros días del regreso son de un shock cultural que comienza en el mismo aeropuerto. A reorganizar nuestra vida y adaptarla a las “condiciones de borde” originales. Nos llenamos de “¡no dejes la cartera en la silla!”, “¡no estaciones el coche allí, que es muy oscuro!”, “¡esa calle está muy sola!”, “¡en ese banco no podemos sacar dinero!” y un sinfín de advertencias que nos hacen poner rápidamente los pies sobre la tierra, nuestra tierra.
Paramos en un semáforo con luz roja y el de atrás nos suena la bocina insistentemente, todo porque en la transversal no vienen coches. En medio de la calle, sin importar nuestra escena cotidiana, una joven hace malabares con unas teas encendidas que dan giros en el aire, con preciosismo de circo, y luego, con rigurosidad de relojero suizo, detiene su acto segundos antes de que la luz cambie a verde, con el tiempo suficiente para pasar pidiendo dinero por las ventanillas.
Un enjambre de motociclistas conduce por los espacios entre los canales de circulación a velocidades extremas. A su vez, los vendedores ambulantes se apartan raudos, haciendo detenerse a los vehículos, todo para evitar la embestida de la motocicleta. Escena típica que nos arrastra con su carga de anormalidad.
A nuestro lado, una joven lanza por la ventana del autobús la lata de la Coca Cola que acaba de tomarse, convirtiendo a la calle en una inmensa cesta de basura. La miramos a los ojos desde el coche y nos sonríe con dulzura, inocente de todo mal, con una cara bellísima, como es característico en estos lados del mundo.
Llegamos a casa y nos refugiamos en nuestros libros, buscando una salida momentánea al bizarro mundo que está allá afuera. Y digo bizarro con el significado que tiene en el idioma inglés, es decir, extraño, extravagante.
Friday, July 02, 2010
No me olvides...
Hoy escuche esta pieza musical de Era. La verdad, me partió el alma. Es un diálogo entre dos niños en desamparo. Escúchenla. A mi me mató. Besos y abrazos. Oz
Mom´s sick. She says she can´t get up. (Mami está enferma. Dice que no puede pararse).
My little brother is getting hungry. (Mi hermanito tiene hambre).
I must go to the village and ask for some food. Would you help me? (Debo ir al pueblo a pedir comida. ¿Me ayudas?).
Sure Connie, I´ll help ya! (¡Claro Connie! ¡Te ayudaré!).
I always feel good when you´re with me. (Siempre me siento bien cuando estás conmigo).
You´re my friend Connie. (Eres mi amiga Connie).
Are you always gonna be there when I grow up, are you? (Vas a estar siempre allí cuando yo crezca, ¿cierto?).
Cross my heart! (¡Te lo juro!).
Sunday, June 27, 2010
Don Ernesto Sabato
El pasado 24 de junio Don Ernesto Sabato cumplió 99 años de edad. Excelso escritor, es el autor de “Sobre Héroes y Tumbas”, una de las novelas más vívidas e impactantes que he leído. La primera novela que se hizo con mis pensamientos en su totalidad y que no los soltó durante mucho tiempo. La que me abrió los ojos a la maravillosa aventura de leer literatura y comprender que no se trata de otra cosa sino de una extensión del mundo real. La misma donde vi plasmados mis miedos y angustias acerca del misterioso mundo de los ciegos.
Don Ernesto ha vivido durante muchísimos años la tragedia de la pérdida familiar, representada en Matilde, su esposa, y Jorge Federico, su hijo. Si lo vemos desde el punto de vista japonés representado en las novelas “Kitchen” de Banana Yoshimoto, y “Un grito de amor desde el centro del mundo” de Kyoichi Katayama, Sabato se nos transfigura en un auténtico héroe del sufrimiento, la melancolía, el aguante y la resignación ante la ocurrencia de los hechos que nos privan de la presencia de nuestros seres más queridos.
Ha sido Don Ernesto uno de los pocos valientes que ha asumido la responsabilidad de saltar de un mundo eminentemente científico a las profundidades de una literatura de primer orden, para beneplácito de muchos y envidia de otros que se volcaron directamente hacia el mundo literario, pero que aún hoy no han comprendido de que va todo esto, y en su largo trajinar no han podido capturar la esencia y la belleza de los pequeños detalles.
Una vez más cito sus palabras cuando se le preguntó acerca de los libros que el considera que hay que leer: “Lean lo que les apasione, será lo único que los ayudará a soportar la existencia”. Sabias palabras para un héroe personal. ¡Feliz Cumpleaños Don Ernesto!
Thursday, June 24, 2010
El piano de Billy, y nuestra voz interior...
“Sing us a song, you’re the piano man. Sing us a song tonight. Well, we’re all in the mood for a melody. And you’ve got us feelin’ alright…” El fondo musical es de Billy Joel y su “Piano Man”. Cuantas verdades encerradas en esas letras hermosas y evocadoras de recuerdos. Y no conformes con eso, aderezadas por un piano exquisito y una voz muy especial. La escucho en una grabación “en vivo”, realizada en el Madison Square Garden de New York, y la gente canta embelesada, con todo el espíritu puesto en la letra, con una magia de tal magnitud, que Billy les cede gentilmente los coros. Si no fuera por estos momentos…
Alterno mi música con lecturas de sabiduría oriental, como la que les dejo a continuación. La lectura es aquí lo de menos, lo importante es el mensaje que lleva consigo, y que espero que a todos les llegue…
Iban caminando por un hermoso sendero un Maestro Zen y su discípulo, observando el hermoso espectáculo de la naturaleza.
En su paseo iban escuchando las voces de las animales del campo: las vacas mugían, los pájaros trinaban insistentemente, las ovejas balaban, los caballos relinchaban, los grillos y las chicharras cantaban.
En su paseo iban escuchando las voces de las animales del campo: las vacas mugían, los pájaros trinaban insistentemente, las ovejas balaban, los caballos relinchaban, los grillos y las chicharras cantaban.
“¡Si tan sólo pudiera comprender un instante lo que alguno de ellos dice!”, dijo el discípulo suspirando, refiriéndose a los animales.
“Mucho más importante para ti sería si tan sólo pudieras comprender, aunque fuese por un instante, la verdadera esencia y significado de lo que tú mismo dices”, respondió el Maestro Zen.
Sunday, June 13, 2010
De libros y librerías...
Un fondo musical de Simply Red (Holding back the years) que me transporta a aquel día en que me encontraba inmerso en la librería “Borders” durante muchas, muchísimas horas, tantas que cuando salí ya era de noche.
Me quedé sorprendido de que sólo al salir fue que sentí hambre, ganas de ir al baño, solo allí pensé en las cosas que tenía pendientes para ese día, las mismas para las cuales ya no tenía tiempo. Estaba en trance.
Las librerías ejercen esa influencia sobre mí. No importa si son pequeñas o grandes. Es la magia que ejercen sobre mi mente, que hace que transcurran horas, muchas horas, en un trance que por lo general termina en un timbre telefónico, en un tropezón con algún otro fantasma de pasillo, que como yo, extasiado camina sin ver a quién tiene frente a sí.
Y siempre encuentro cosas interesantes para mirar. Buenos recuerdos de lecturas pasadas. Nuevos temas sobre los que me gustaría indagar. Títulos que no pensaba encontrar en esta época de escasez y de limitaciones de importación en Venezuela. Títulos que me recuerdan a mí mismo, y a otras personas, fielmente retratadas en ellos.
Cambia el fondo a Al Stewart y su “Year of the Cat”. Claro que también las hay espantosas, mal llevadas, peor manejadas, porque llevar una librería no es igual a llevar un restaurant ni mucho menos una tienda de zapatos. No es mercancía que se expone para vender y obtener un beneficio, aunque eso esté implícito en el negocio. Yo he salido con libros bajo el brazo por los cuales no he pagado un céntimo. Que el librero me los ha obsequiado, y que yo he leído con muchísimo placer. He mantenido unas tertulias interesantísimas sobre autores y libros que ya me gustaría haberlas grabado para escucharlas en el tiempo. Aprendo mucho de ellos, y ellos de mí. Es nutrición en ambos sentidos. Es algo hermoso y al alcance de todos. Algo que te llena el espíritu de lumbre.
Suena Dido y “Hunter”…en estos tiempos de mucha superficialidad es bueno dedicar un tiempo a leer, lo que les guste, lo que les atraiga, pero leer, abstraerse y vivir lo que se nos muestra en el papel. Oler el libro, si, ese olor a tinta y a fibra vegetal, disfrutar de las palabras y su infinito poder. Si por casualidad se les contagia este placer, yo les aseguro que van a ver la vida de un modo distinto, mucho más bonito, porque parte de la vida, una parte muy importante, implica vivir otros mundos, con personajes tan reales como ficticios, implica soñar, y como varias veces he escrito para terminar mis posts, los sueños se cumplen…
Suena ahora Tracy Chapman y su “Fast Car”, hermosísima canción, y mientras Tracy canta, yo quiero citar a Orhan Pamuk en su libro “La maleta de mi padre” (Random House/Mondadori, 2007):
“Todos los días necesito ocuparme de la literatura para ser feliz. Como esos enfermos que tienen que tomar cada día una cucharada de su medicamento para seguir vivos”. ¡Ha dicho!
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