Wednesday, December 30, 2015

Mis lecturas del 2015


Buenos días a los que se acercan a esta casa virtual. Falta poco ya para despedir el 2015. Año difícil, ¿Por qué no decirlo? Sin embargo, como dice Diego Torres, hay que pintar las cosas color esperanza y tentar al futuro con el corazón.

Muy pendiente de la lectura, como todos estos años. He incluido una agenda semanal en un Club de Lectura que he disfrutado muchísimo. Mi amigo Luis Yslas lo dirige con mucho acierto, y hemos tenido el placer de disfrutar la narrativa de Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Federico Vegas, Franz Kafka y Juan Rulfo. Ha sido una experiencia bastante enriquecedora que pienso continuar a la par de mis lecturas particulares.

He aquí la lista de los libros que leí con mucho entusiasmo en el 2015. Confieso que fueron más los que empecé pero algunos no los terminé porque estoy leyendo también algunas antologías de cuentos e intercalo las narraciones. El cuento es un género que me entusiasma y me atrae. Desde el Maestro Cortázar, los cuentos canadienses que recopila Claudia Lucotti (¿Dónde es aquí? Fondo de Cultura Económica, México, 2002) y diversas antologías del cuento venezolano (la última de ellas compilada por Ednodio Quintero).

La elección fue bien al azar. Escogiendo entre tanta lectura pendiente y según el tiempo que pudiera dedicarle (ya que comparto el tiempo con mi profesión de Ingeniero Civil, que también exige lectura de tipo técnico).

Este año pude leer 28 libros, hermosos en su mayoría. La escogencia se dificulta más cuando los contenidos son tan buenos, por lo que hay que pensar en cuál de ellos caló más profundamente en mí dependiendo del momento anímico por el que estaba pasando cuando lo leí.
Siempre –ya lo saben– doy preferencia a aquellos relatos que me hagan vibrar más, con narrativa inteligente y que me permita escapar de la realidad hacia universos paralelos, sin nada que ver con el prestigio del autor o del libro en sí.

El ganador es “La muerte del padre” del narrador noruego Karl Ove Knausgard (Anagrama, 2012). Se trata de una disección maestra de la vida cotidiana de un escritor novel al momento de enfrentar la muerte de su padre por el consumo excesivo de alcohol. Un hecho que lo marca profundamente y lo lleva a reflexionar sobre lo que ha sido su vida y lo que quiere para sí. Excepcional el talento de este escritor. Algo fuera de serie y que recomiendo sin ambages.

Mención especial es para “La llave” de Junichiro Tanizaki (Siruela, 2014), obra maestra de la literatura erótica japonesa.
                                       
¿La lista (de los que terminé de leer)?

“Ferdydurke”. Witold Gombrowicz. El cuenco de plata, 2014.

“La muerte del padre”. Karl Ove Knausgard. Anagrama, 2012.

“Proserpina”. Armando Rojas Guardia. La guayaba de Pascal, 2014.

“Sin partida de yacimiento”. Luis Barrera Linares. Bid & Co, 2009.

“Blue Label / Etiqueta Azul”. Eduardo Sánchez Rugeles Bruguera, 2013.

“Breve historia de mi vida”Stephen Hawking. Planeta, 2014.

“El hombre que amaba los perros”. Leonardo Padura. Tusquets, 2014.

“Falke”Federico Vegas. Editorial Alfa, 2014.

“A la brevedad posible”. Luis Yslas. Libros del Fuego, 2015.

“Paris era una fiesta”. Ernest Hemingway. Penguin RandomHouse, 2014.

“Dora Bruder”. Patrick Modiano. Planeta, 2015.

“Hombres sin mujeres”. Haruki Murakami. Tusquets, 2015.

“No leer. Crónicas y ensayos sobre literatura”. Alejandro Zambra. Universidad Diego Portales, 2010.

“Cartas desde Iwo Jima del General Kuribayashi”. Kumiko Kakehashi. El Andén, 2007.

“Duelo”. Albor Rodríguez. OT Editores, 2015.

“Rayuela”. Julio Cortázar. Alfaguara, 2013.

“En torno al oficio de escritor”. Eduardo Liendo. Lugar Común, 2014.

“Cuentos”. Augusto Monterroso. Alianza, 2008.

“El gallero”. Rafael Alberto Fernández Ramírez. El perro y la rana, 2013.

“Los héroes son villanos tímidos”. José Pulido. Otero Ediciones, 2013.

“Demasiada felicidad”. Alice Munro. Penguin RandomHouse, 2014.

“La llave”. Junichiro Tanizaki. Siruela, 2002.

“Pedro Páramo”. Juan Rulfo. R. M. Verlag, 2013.

“Cuento argentino contemporáneo. Breve antología”. Mempo Giardinelli (Compilador). Difusión Cultural UNAM, 1996.

“El fénix islamista”. Loretta Napoleoni. Paidós, 2015.

“El cerco de Bogotá”. Santiago Gamboa. Madera Fina, 2015.

“El psicoanalista”. John Katzenbach. Ediciones B, 2003.

“Desayuno en Tiffany´s”. Truman Capote. Anagrama, 1990.

Espero les guste mi lista. Elaborada desde mi corazón de lector.

Un gran abrazo a todos y mucho éxito en sus propuestas para el 2016.

Anexo el link con los elegidos en el 2014.



Saturday, December 19, 2015

Prima Luisa


Prima Luisa tenía otro nombre. Eso era cuando estaba con la familia. Un día decidió abandonar todo y se fue con un circo. No era un circo de esos espectaculares que hay ahora, con una carpa enorme, malabaristas, tigres que saltan por aros de fuego y maravillosos acróbatas.

Eran otros tiempos. Allá por 1949. Era más bien una compañía teatral y de magia. Prima Luisa no era actriz, ni aspirante de mago. Se ofreció para cuidar a un niño de una de las integrantes. El dueño del circo tenía una esposa y también un hijo pequeño. El Gran García, le decían. Y hacía los números principales.

La compañía iba de pueblo en pueblo. Donde había cine, alquilaban el local cuando no había función. Y allí se presentaban. Tenían varios números. Cartas. Sombreros de mago de donde salía hasta una liebre. Una caja de madera donde se metía la esposa del Gran García y era atravesada por espadas, para luego salir indemne, sin un rasguño. Era el furor en esos pueblos. Si no había cine en el pueblo alquilaban una casa y allí mismo montaban el escenario.

Prima Luisa los siguió desde Tucupita. Conoció Cocuína, La Cruz de la Paloma, Piacoa, Uracoa, Pedernales, Curiapo y muchos otros pueblos que casi nadie ha oído nombrar jamás. Cuenta Luisa que los niños eran quienes más disfrutaban, como era de esperarse. Hecho heroico éste de ir a divertir a los niños olvidados por todos.

En uno de los viajes fluviales vio la isla de Guasina, que era una prisión de castigo. Los prisioneros labraban la tierra. Los confundió con campesinos. No sabía nada Prima Luisa y los saludó desde la curiara. Una alegría para ellos dentro de tanto sufrimiento. Cabe decir que efímera.

Un buen día pasaron de Pedernales a Güiria por el golfo de Paria en una embarcación. Y se enamoraron de Paria, tierra mágica.

El circo pasó de Güiria a Yoco, y luego a Irapa. Prima Luisa se enamoró de Güiria y dejó el nomadismo que le imprimía el circo. Casó con un recluta de la guarnición local y tuvieron 4 hijos. Como no había trabajo, su esposo marchó a Bolívar, donde había conseguido un empleo. Se separaron por la necesidad. Cuatro bocas que mantener pudieron más que la idea de vivir juntos. Iba a probar y si todo salía bien se irían todos a Bolívar.
En vez de eso, lo que llegó fue una carta de alguien, donde le informaban que a su marido lo habían asesinado. No supo los detalles. Solo que no lo vería más. Así de cruel. Ni una pista. Solo que estaba muerto.

Prima Luisa no se amilanó. Crió a sus cuatro hijos trabajando duro. Un día le dio por venirse a Caracas. Si fue capaz –razonó–, de criar sola a cuatro muchachos, ¿Cuál era el problema con Caracas?

La aventura le costó otro hijo y un amor fugaz, a quien no ha visto más. El desamor la hizo volver a Güiria. Eso fue en 1982. Y no ha salido. Ni lo hará.

Antes de irse fue descubierta por mi mamá. Es que prima Luisa se fue con el circo y nunca más se supo de ella. Mamá caminaba un día por las calles del centro de Caracas y la vio, la detuvo, la interrogó hasta que no tuvo más remedio que admitir que era la misma que se fue en 1949 con el circo. No quería nada con la familia. Quizás una forma de evasión o de libertad. De ser alguien nuevo, sin pasado. Un pasado que a veces se niega a desprenderse.

Prima Luisa es afable. Los vecinos la quieren y la cuidan. Todos la conocen. Son muchos los años en el pueblo. Un pueblo donde ella misma escogió vivir. Yo creo que no sabe vivir en otra parte.