Saturday, March 28, 2009

El cielo es el límite





* Fotografías de mi autoría.

Sunday, March 22, 2009

En la barra...


Diálogo en una barra...
M: ¿Viste la última?
O: La última ¿Qué?
M: La última noticia…lo del padre que violó a su propio hijo de 7 años…
O: Cómo va a ser…
M: Pues sí, sucedió en Maracaibo. Y lo peor del caso es que el victimario estuvo preso en Barquisimeto por un caso similar. Sin embargo su esposa decidió esperar a que saliera de la cárcel y casarse con él, porque, a sus 37 años, y en sus propias palabras, dónde iba a conseguir un marido de 25 años…
O: Parte del desespero, ya que, según algunas, aquí no hay hombres, o están casados o son gays…
M: Son verdades a medias. Bien decía un gran amigo mío: “No hay hombre que no la pida, ni mujer que no la de…lo importante es el tiempo y las circunstancias”.
O: Muy cierto. Y a mí me parece que las mujeres están en su esplendor entre los 30 y los 50. Es su mejor época, cuando realmente saben lo que quieren.
M: Si ella, la del cuento, te hubiese escuchado, otro gallo cantaría, jajajaja.
O: No te rías que es serio. El problema va más allá. Tiene que ver con la pérdida de valores. O la inversión de los mismos.
M: Ciertamente. El ambiente que rodea a esa gente loca cuando son niños no ayuda para nada. Y cuando llegan a grandes, bueno. Mucha promiscuidad. El abuso crece como la hierba alrededor. Hay miedo. Impunidad ¿Qué tal tu whisky?
O: ¡Excelente! Le soy fiel desde siempre.
M: Jajajaja, a algo le eres fiel, jajaja.
O: No le veo la gracia. Ni siquiera la ventaja.
M: ¿Por qué? Me miraste como preocupado…
O: Más bien triste. Me enteré ayer que Joe, una amiga que se gana la vida trabajando muy duro, fue abandonada por su marido. Joe que no mira a los lados. Joe que le era fiel hasta la muerte al condenado. Joe que se quedó sola con sus dos hijos pequeños. Joe que me entristece. Joe con su espíritu. Joe la luchadora…
M: ¡Yaaaaa! ¿Y a cuenta de que se ha ido el tercio ése?
O: Hace como dos meses le dijo que le había salido trabajo en el interior, como albañil, que era su oficio. Salió con su maleta y prometió volver en dos semanas. Nunca lo hizo. Ni llamó. Ni nada.
M: Me suena familiar esa historia ¿Y no pensó en sus dos hijos siquiera?
O: Pues nada sucede siempre como uno lo desearía. Se perdió como estrella fugaz.
M: No hay justicia en este país. No es correcto eso.
O: No todo lo que es justo necesariamente es correcto, ¿sabías?
M: Deja la vulgaridad.
O: No es vulgaridad, sucedió.
M: Sucedió ¿qué?
O: Lo de los dos abogados que se encontraron en el estacionamiento de un hotel. Resulta que cada uno andaba con la mujer del otro precisamente, ¿Qué tal?
M: ¡Noooo!
O: ¡Siiiii! Acto seguido se miraron, el uno al otro, con mucha seriedad. Hubo un silencio abismal. Hasta que uno de ellos rompió el hielo: “Colega, yo creo que lo correcto es que usted se vaya con Mirella y yo me vaya con Metralla, que es mi mujer, ¿no cree usted?”.
M: Diossss!! ¿Y entonces?
O: Pues el otro le respondió sin miramientos que el planteamiento era adecuado. Le dijo: “Lo que usted dice es correcto, pero no es justo”. Entonces el colega de la propuesta inicial lo atajó: “¿Y en que se basa su argumento?”. A lo que su par respondió sin titubear: “El problema es que ustedes dos van saliendo ahorita, y nosotros, como verá, apenas estamos entrando”.
M: ¡Santo Cristo! Definitivamente, estos son fines de mundo.
*Fotografía: La Croqueta Titirimundi, en Flickr.com

Saturday, March 21, 2009

Gobernar


"Gobernar un gran país es como freír un pececillo.
Se arruina si se le revuelve demasiado".
Lao Tse


*La imagen es del extraordinario blog de Alizze, "Platto Gastronómico" (http://cocinandofacil.wordpress.com/). Dense ese gustazo de pasar a visitarlo, mmmmmm!

Sunday, March 15, 2009

Yo, yo, yo.. tu, el, nosotros, vosotros y ellos


Es una actitud que observo mucho alrededor. No se ve por ninguna parte el sentido común. Y eso no nos ayuda a progresar.

Tendemos a vivir en nuestro rincón (apartamento, casa, edificio, empresa) sin importarnos mucho lo que sucede afuera, como si no nos perteneciera, o creemos que si las cosas van bien adentro ¿qué nos puede importar lo que pasa afuera? Craso error.

Es un virus que se esparce por todas las áreas de nuestro diario quehacer. Sea política, trabajo, familia, negocios, deportes y un largo etcétera. Se muestra de diferentes maneras, a saber, individualismo, indiferencia, egoísmo, monopolio y otras tantas.

Debemos detenernos y analizar cuánto daño nos ha hecho esa actitud. Es allí cuando abriremos los ojos y quizás decidamos cambiar.

Un ejemplo tonto, pero no menos verídico, es la actitud que tomamos en una feria de comida (lugar donde confluyen varios sitios de comida rápida y restaurantes, con las mesas de los clientes agrupadas para todos los sitios de expendio) de un centro comercial (mall). Llegamos en grupo, qué se yo, dos tres, cuatro personas. Entonces decidimos el plan, uno o dos toman los pedidos de lo que se va a comer y se dirigen a los sitios de expendio, mientras que el resto hace vuelos rasantes hasta encontrar una mesa o dos, donde acoger al grupo, y se sientan y colocan carteras o bolsas que delimiten nuestro dominio de las mismas.

Mientras la parte del grupo que va en busca de las comidas transcurre su tiempo comprando, escogiendo, pagando o haciendo la fila, la otra parte está sentada ocupando una o dos mesas sin permitir a alguien que ya tiene su comida en las manos, poder sentarse a comerla. A la menor pregunta de “¿puedo sentarme aquí?” contestamos, con autoridad de gendarme, que la respectiva mesa “¡está ocupada!”, obligando a la persona a caminar y caminar, o simplemente esperar a que una mesa se desocupe para poder ingerir su comida, en muchos casos ya fría por el tiempo de espera. Qué fácil se haría todo si siguiéramos el curso natural de las cosas. Mientras alguien hace fila para escoger su comida o pagar, otro utiliza el mismo tiempo para comer, y hasta hacer una pequeña sobremesa, sin alterar el equilibrio de las cosas.

Si aplicamos el mismo ejemplo a una sala de cine, por decir algo, vemos el mismo caso en la persona que “ocupa” seis asientos, colocando objetos al final de la hilera de asientos “ocupados” para esperar a personas con quienes han convenido por teléfono en ir a ver una película en cartelera, sin siquiera saber a ciencia cierta si esas mismas personas invitadas llegarán, o como pudiera ser el caso, no vendrán por cualquier inconveniente suscitado en el camino. A veces vemos con rabia, que a mitad de la película, gran parte de los asientos previamente “ocupados”, permanecen en su misma condición mientras que otras personas han tenido que sentarse separados o en puestos de mucha incomodidad, aun habiendo entrado con anticipación a la sala de cine.

Son ejemplos “ligeros” que aplicados a ámbitos mayores de la vida nos deja ver una actitud que en nada nos beneficia sino que, por el contrario, nos perjudica enormemente como comunidad.
Tenemos que tener más en cuenta que pensar en el otro nos termina beneficiando, a la larga, a nosotros mismos. Solo tenemos que aplicar un poco de conciencia y ello redundará en una mejor calidad de vida. Así pienso… ¿tú qué dices?
*Imagen: Feria de comida en Mall Sambil de Margarita, vía Wikipedia

Saturday, March 07, 2009

Los días fluyen...


Los días fluyen. Poco a poco vamos haciendo las cosas. En estos tiempos difíciles el trabajo se convierte en preparación, en creatividad, lo que redunda en ganas de hacerlo bien, mejor que nunca.

Uno se deja absorber por las cosas que hace, que le consumen el tiempo, y va dejando otras para más tarde, en lista de espera.

Esta mañana, mientras hacía mi rutina de ejercicios, veía a un nutrido grupo de jóvenes estudiantes que realizaban sus ejercicios en la misma área. Sus diálogos me recordaban los míos cuando tenía su misma edad. Cada vez que pasaba cerca de ellos me concentraba en sus voces, en sus caras, en su accionar, y venían a mi mente los míos hace casi 30 años. Parecían palabras trasladadas en el tiempo, cambiando sólo las caras de los protagonistas, qué bonito.

Leo, ese hábito no me abandona nunca, me produce mucho placer hacerlo. ¿Qué leo? “Gomorra” de Roberto Saviano (Random House Mondadori, 2007). Una crónica descarnada sobre la organización mafiosa conocida como La Camorra, de Nápoles, Italia. El autor, Saviano, nacido y criado en Nápoles, describe hechos, lugares, nombres con total conocimiento e información. El libro es impresionante, y le ha costado al autor estar condenado a la clandestinidad, pues ha sido amenazado de muerte tras su publicación.

Pienso también en mi futuro profesional, tengo metas, grandes, difíciles, pero se pueden cumplir, y en eso estoy abocado, estudiando, investigando, trabajando, y apoyándome en las viejas estrategias de los samuráis japoneses. Resumiendo, estoy concentrado en varios puntos, los cuales refuerzo en el día a día. Dichos puntos son los siguientes:

· Prestar atención a los detalles.
· Tomar la iniciativa.
· No dejar nunca de aprender.
· La importancia de la flexibilidad.
· Entrenarse para vencer.
· Estar preparado.

A quien desee saber más le recomiendo el libro “Estrategias Samuráis” de Boye De Mente (Ediciones Tutor, 2006), basado en las enseñanzas de un samurái llamado Miyamoto Musashi, que vivió entre 1584 y 1645. Miyamoto san tuvo su primer duelo a muerte a los trece años y fue una auténtica leyenda en su tiempo. Antes de morir dejó escritas su filosofía, estrategia y tácticas en un libro titulado “El libro de los cinco anillos”.

Lo más importante es trazarse metas, no importa lo imposibles o risibles que parezcan, y perseguirlas con toda la energía del universo.

Recuerdo siempre un programa de radio nocturno de hace unos años, donde un señor llamado Juan Carlos Zapata daba consejos de economía y finanzas, y al final del mismo nos decía: “Sueñen, sueñen mucho, que los sueños se cumplen”. Me quedó grabado en la mente, justo allí donde está la autoestima y la credibilidad en uno mismo. Ya saben que se les quiere mucho por estos lares de Dios…
*Grabado japonés de Miyamoto Musashi, extraído de la página web "Ronin" (ammaryasir.wordpress.com).