Sunday, December 30, 2007

El Haiku de la Mariposa


¿Estoy viendo flores caídas
que retornan a la rama?
¡Es una mariposa!
Moritake
¡Hola a todos! He venido a escribir el post final del año 2007, un año en el cual ocurrieron tantas cosas, y que ha dejado pendientes otras que están por ocurrir. Un aprendizaje que siempre nos deja es que muy pocas cosas son predecibles, y por lo tanto hay que dejar fluir la energía, pues todo, al fin y al cabo, sigue un curso inexorable.
Les agradezco infinitamente sus visitas a esta casa virtual, su buena vibra que nunca faltó y que le da vida a esta casa virtual.
Les confieso que me produce una alegría infinita escribir aqui, y aún cuando es poco el tiempo que dispongo, siempre encuentro un momento para venir y dejar mi huella. Así mismo agradezco sus comentarios que contribuyen a enriquecer el intercambio que se produce con cada post plasmado.
Les sugiero no perder un minuto de sus vidas cuando se trate de hacer el bien a los demás. Inviertan el tiempo que se necesite para procurar una sonrisa. No se la nieguen a nadie porque en realidad se la niegan a ustedes mismos. Piensen que cada minuto del año que está por venir es una joya, y como tal deben aprovecharlo.
Llenen su mente de buenos pensamientos, de buenos deseos, realicen buenas acciones. La humanidad se los agradecerá de alguna forma.
Los veré de nuevo en el 2008, y no quiero irme sin dejarles un regalo espiritual. En esta ocasión se trata de una poesía de Takuan Soho (1573-1645):
"No viene dos veces este día.
Ni pulgada ni paso ni gema
vienen tampoco otra vez.
Cada minuto es una joya inestimable"
¡Mucho éxito y buena suerte en el 2008! Se les quiere mucho por estos lares de Dios...
*La obra que acompaña este post es un regalo invalorable de Yazz, me ha gustado mucho y la comparto con todos ustedes. Un millón de gracias Yazz!

Friday, December 28, 2007

Carta para Ingrid

Hola Ingrid:
Espero que te encuentres bien. Dentro de las condiciones en que te encuentras, que no son las mas idóneas para un ser que se ha criado en la ciudad. Es una prueba dura que Dios te ha puesto por delante. Lo se. Creo que has tenido suficiente. Ya van a ser seis años.

Hoy me he enterado por televisión que algunos rehenes o retenidos, o como quieran llamarlos, serán liberados. Enhorabuena por ellos, y a la vez siento tristeza porque tu sigues allí.

Empiezo por contarte el presente inmediato. Malas noticias. Una política como tu, llamada Benazir Bhutto, ha sido asesinada cobardemente, por razones hasta ahora desconocidas, pero que no hacen más que encubrir la parte escabrosa de la política, la parte más deshumanizada y cruel.

A ella, como a ti, se le veían las buenas intenciones en su cara. Fue capaz de retar, como tu, las amenazas que le llovían. No más llegar a su país sufrió un atentado, al cual sobrevivió. Sin embargo cien personas inocentes quedaron en el camino. Esta vez no fue así. Dos balas acabaron con una mujer valiente, capaz de hacer cosas que yo, como hombre, quizás no haría, o tendría miedo. Hoy amanecimos con una valiente menos en esta vida.

Pero no quiero traerte sólo malas noticias. Te imagino viviendo en las condiciones más inhóspitas, enfrentándote con valentía a fieras nocturnas, serpientes amenazantes, insectos despiadados. Te veo en muchos casos amarrada a los árboles para evitar que escapes. Tú lo sabes bien, pueden amarrar tu cuerpo pero no tu alma, tu espíritu valiente, el mismo que te llevó a ser capturada por tener la entereza de asumir tus derechos a caminar por cualquier rincón de tu patria.

Tengo recuerdos de la selva. Los quiero compartir contigo, si me lo permites. Como la vez que conocí los caños del Orinoco, en el Delta Amacuro (noreste de Venezuela), donde caminábamos en plena espesura del bosque y de repente nos topábamos con serpientes de todo tipo, algunas gigantescas, como nunca antes había visto en mi vida. Mis acompañantes, acostumbrados a ese medio ambiente, me indicaban sus nombres, diversos, cascabel, mapanare, culebra de agua (anaconda) y la tragavenados, inmensa e imponente, con sus manchas que de lejos parecen flores. Y digo de lejos porque nunca fui capaz de acercarme, aún a sabiendas de que la que vimos estaba muerta.

Disfrutaba mucho de los baños en las oscuras aguas de los caños (ramales del delta del gran río) del Orinoco, donde yo ya sabía que se ocultaban caimanes (cocodrilos), peces caribes (pirañas), tembladores (especie de anguilas que al contacto producen descargas eléctricas) y rayas (mantarrayas). Aún así, todos los que me acompañaban no se resistían a sumergirse en sus aguas, y por ello me atreví, y entendí que es una experiencia única e insuperable. Tenía miedo, si, porque los cuentos de las picadas de mantarrayas, o mordidas de peces caribes eran espeluznantes. Bañarse en esas aguas es sentirse parte de esas tierras, esos bosques, ese cielo, esas aves y esos peces de colores que otras tantas veces ví, y comí.
Lo de los insectos me parecía terrible. Vivía bañado de repelente, y aún así, los mosquitos kamikazes se abalanzaban sobre mi piel sin misericordia. Conocí el tábano, que parece una mosca común y corriente, pero que se alimenta de sangre, y cuya picada es más bien una quemada de la piel. Es duro, y tú lo sabes bien.

El sol que se abate sin piedad, y que nos obliga a tomar mucha agua para no deshidratarnos, el aire puro que se respira a toda hora, que huele a naturaleza, a verde, a animal salvaje, el mismo que cuando llueve huele a tierra mojada, que refresca todo y trae el frío a estos lugares donde el calor reina casi siempre. Bañarse en la lluvia, tu ya debes conocer ese placer, es como bañarse en una ducha gigante, con fondo musical de truenos e iluminación de relámpagos. Te hace sentir liberado, un ser de otra galaxia.

El paisaje es único e irrepetible, el color de barro de las aguas del río contrastando con el verde de la selva y el azul del cielo es algo que nunca olvidaré.

Sin embargo, tampoco olvido que yo fui voluntariamente, las veces que quise, y volví cuando se me antojó, que no es tu caso, porque ya van a ser seis años y sigues allí, en contra de tu voluntad. Todos los días le rezo al Señor de los Cielos para que tu cautiverio finalice, igual que el de otros que tampoco lo merecen. Le pido a Dios por tu salud mental, por que te alimentes y, a pesar de que ha pasado mucho tiempo, no pierdas la esperanza.

¿Sabes? Este año escribí una carta al niño Jesús. No lo hacía desde mi infancia, pero al leer varios blogs donde lo hicieron otros adultos me entusiasmé y escribí una, casi 40 años después de haber escrito la última, porque en ése entonces mi mamá me confesó una verdad que todavía duele en mi alma, por la cual dejé de escribirla desde la siguiente Navidad. Y allí te incluí. Ojalá se cumpla mi deseo.

Supe ayer que tu esposo ha lanzado miles de fotografías de tu familia en las selvas donde aparentemente te tienen tus captores, con la esperanza de que las encuentres. Si lo haces, y antes de que te la quiten, míralas bien y atesora las imágenes en tu corazón. Allí mismo, donde sigues siendo libre. Te seguiré escribiendo. Te quiero. Un beso!
*La foto es de Associated Press

Wednesday, December 26, 2007

Contando sobre lo que leo...



Ya pasó la Navidad. Tras las celebraciones de los días previos siento que las cosas vuelven a la normalidad. Estoy de vacaciones, que no me las esperaba puesto que soy nuevo en la empresa donde trabajo, pero me han permitido adelantar algunos días, y la verdad es que me hacía falta el descanso. He aprovechado para intensificar la lectura.


En los últimos dos meses me he enfocado en los autores japoneses. Maravillosa experiencia la que he tenido. Ya les conté que leí a Akiyuki Nosaka en “La tumba de las luciérnagas” y “Las algas americanas”, dos novelas breves que vienen en un solo ejemplar, editadas por Acantilado.


Antes de ésta, ya me había sumergido en las aguas misteriosas de Yasunari Kawabata y “Lo bello y lo triste” (editorial Emecé). Final asombroso para una historia increíble y muy real al mismo tiempo. Antes de ésta leí “La Presa” de Kenzaburo Oé (Anagrama). Duro y triste relato de los hechos que ocurren tras la caída, durante la guerra del Pacífico, de un avión norteamericano en una aldea montañosa de cazadores en el interior de Japón. El único sobreviviente, un soldado negro, es capturado y trasladado a la aldea donde termina siendo confinado en un almacén y, mientras se decide su destino, es dejado al cuidado de un niño, protagonista de la historia. Trágica y asombrosa al mismo tiempo.


En este momento estoy leyendo a Haruki Murakami en “Kafka en la orilla”, editado por Tusquets (ya antes, en 2006, había leído su espectacular novela Tokio Blues-Norwegian Wood). El que se ha convertido en el autor mas prestigioso de Japón en tiempos modernos vuelve a atraparme con un libro que promete dejar huella, a juzgar por los comentarios de la crítica especializada, alguno de los cuales escribo a continuación:


“Cualquiera puede contar una historia que se parezca a un sueño, pero éste es el caso extraño de un artista que nos hace sentir como si la soñáramos nosotros mismos”. The New York Times Book Review.


“Acabar de leer Kafka en la orilla equivale a despertarse de un magnífico sueño: nada ha cambiado realmente, pero uno ve el mundo de una manera distinta”. Newsweek.

“Un libro que no sólo se lee de un tirón, sino que te tensa metafísicamente el pensamiento”. John Updike, The New Yorker.


“Murakami ha creado una vez más una historia que el lector devorará con sorprendente rapidez y facilidad, pero que a la que volverá y permanecerá en su memoria durante largo tiempo”. Hugo Barnacle, Sunday Times.


He leído más de 150 páginas en apenas dos días y no oculto que lo que me provoca es dejar otros compromisos de lado y centrarme exclusivamente en esta historia espectacular, enigmática, misteriosa e interesante.


Definitivamente Murakami es un genio literario, y estas vacaciones me han venido de perlas, como anillo al dedo…

Saturday, December 22, 2007

Carta al niño Jesús


¡Hola a todos! Muchas gracias por sus bonitas palabras y la buena vibra que dejan siempre en esta casa virtual que, como siempre, les recibe con los brazos abiertos.
Voy a escribir en este post mi carta al niño Jesús y vine también con el propósito de dejarles un regalo muy especial, para ustedes que son tan especiales.
Quiero que lo tengan presente durante sus vidas, que lo pongan en práctica, que sea el ave que los guíe en su diario trajinar por la vida. Es mi mejor y mayor deseo para todos ustedes, a quienes, como muchas veces les he escrito, se les quiere mucho por estos lares de Dios.

El regalo

“Miles de velas pueden encenderse con una sola vela, y la vida de la vela no será, por ello, más corta. La felicidad nunca mengua por el mero hecho de ser compartida” Siddharta Gautama.

La Carta

Querido niño Jesús:

Eric Clapton, cuyo hijo tienes en tu regazo, escribió una canción que dice: “If I could change the world" (si pudiera cambiar al mundo). Esa frase me dice tanto mi querido Jesús…

Sólo te pido que me ayudes a hacer de éste un mundo más justo, un lugar donde todos podamos sonreír cuando el sol salga; donde no exista más un sitio llamado Darfur, o mejor dicho, la tragedia que sobre él se cierne impunemente; un mundo donde no se pierda nunca el legado de la Madre Teresa de Calcuta.

Quiero, querido niño Jesús, que ilumines la mente de los estrategas del mundo, y que decidan terminar, de una vez por todas, la guerra en Irak. Te pido que Ingrid Betancourt (Ingrid, quiero que sepas que no estas sola en esto, muchos corazones elevamos oraciones al Señor por tu salud mental , tu paciencia y entereza durante el cautiverio), y todos los demás secuestrados en el mundo, sean liberados y puedan de nuevo abrazarse con la gente que, con infinita paciencia y amor eterno, los espera.

Quiero, querido niño, que no haya un infante en el mundo que deje de recibir amor en su corazón, que ningún niño pase hambre ni miserias, que se sustituya el miedo por la alegría, las lágrimas por la sonrisa ingenua (que me mata). En esto, querido niño, pongo mi vida a tu servicio.

Quiero, mi niño Dios, y me lo he propuesto todos los días de mi vida, hacer una pequeña contribución, un granito de arena que, unido al de muchos sería una gran montaña, para hacer felices a nuestros semejantes; no se si será mucho pedir niño querido…pero quiero que en nuestras conciencias se siembre el germen de LA PAZ.

En Caracas, Venezuela, a los veintidós días del mes de diciembre de 2007.

Oswaldo

Monday, December 10, 2007

Agradecido



Este domingo, mientras leía la prensa de Caracas, me llevé una agradable sorpresa al ver publicado un artículo que trataba sobre este blog, en el diario “El Nacional”. A medida que salía de mi sorpresa, y leía su contenido, pude darme cuenta que fue escrito por una persona que se ha tomado la molestia de leerme en profundidad.

Compartí mi alegría con mi familia, mi esposa, mi hija e hijo, con mi colega Luisanna, amiga de siempre, y que aunque pocas veces comenta, es gran admiradora de mi forma de escribir, y ahora lo hago con todos ustedes, mis queridos amigos y lectores.

Quiero aprovechar esta tribuna para agradecer a esa persona que ha puesto esta bitácora en la prensa escrita. Quiero que sepa que lo que plasmamos aquí, lo hacemos con amor, muchísima buena vibra y honestidad, por sobre todas las cosas.

Desde aquí le quiero decir que es bienvenido(a), que puede venir a leer todas las veces que guste, a compartir con todos los amigos y amigas que hacemos la magia del ambiente de esta casa virtual. Ellos están en mi y yo estoy en ellos. Considero sus comentarios tan valiosos como los escritos que plasmo aquí.

También quiero hacer de su conocimiento que es por esa misma gente que me siento tan motivado a venir aquí y dejar escritas muchas de las cosas que pasan por mi mente día a día, compartir los libros que leo, disertar sobre uno u otro tema.

Gracias a esta bitácora he podido conocer gente maravillosa, personas increíbles que se han proyectado ante mi, más allá de sus interesantes letras, las mismas letras que nos han permitido tender puentes de amistad y de maravillosas vibraciones.

Ellos están en muchas partes, aquí en Venezuela y en el exterior, pero nuestros vínculos nos hacen sentir como si viviésemos en la misma vecindad, los siento cercanos, me leen y los leo, nos hemos aprendido a querer a nuestra manera, y a donde quiera que voy los llevo conmigo.

Gracias a ellos soy blogadicto, y a pesar de que mi profesión no me permite mayores libertades en el tiempo, vuelvo siempre para decir lo que pienso, para compartir puntos de vista, y como bien dice mi colega Horacio, de Unocontodo, para leer y ser leído.

Gracias de nuevo, y un abrazo a todos los que a bien tienen venir por estos lares de Dios.

Saturday, December 08, 2007

La tumba de las luciérnagas.

“Por la mañana, habían muerto la mitad de las luciérnagas y Setsuko las enterró en la entrada del refugio, “¿qué estás haciendo?”, “La tumba de las luciérnagas”, y sin levantar la mirada del suelo, “A mamá también la han metido en una tumba, ¿verdad?”, mientras Seita vacilaba sobre qué podía responder, “Me lo dijo la tía, me dijo que mamá había muerto y que estaba en una tumba”, y a Seita, por primera vez, se le anegaron los ojos en lágrimas.”


Se trata de un pasaje de la novela “La Tumba de las Luciérnagas” (1967), del escritor japonés Akiyuki Nosaka. ¿Habían oído hablar de él? Pues se trata de uno de los escritores más queridos de Japón, debido, en gran parte, al éxito obtenido por esta historia de dos hermanitos, Seita y Setsuko, durante el asedio a Japón en la Segunda Guerra Mundial. La historia ya ha sido llevada al cine y al animé japonés.

Es una novela corta (65 páginas en su versión española) pero profunda a más no poder. Seita narra su propia historia, descarnada y cruda, en las que ve a su padre partir en una fragata, rumbo al Pacífico, para jamás volver. Su madre, enferma, es trasladada a un refugio, donde muere luego de resultar herida en un bombardeo. Desde allí, Seita queda sólo en el mundo, con la única compañía de su hermanita de cuatro años, Setsuko, que es la ternura hecha persona. No pienso adelantar más de la historia. El resto tienen que leerlo (publicada en español en el año 2007 por Editorial Acantilado).

Nunca antes había leído un libro que, en tan solo 65 páginas, pusiera a prueba toda mi sensibilidad: miedo, angustia, dolor, rabia, alegría, impotencia, crueldad, envidia, ternura (nunca te olvidaré querida Setsuko) y tristeza, una tristeza profunda, de esas que empequeñecen el corazón.

Ya lo trataba de explicar el poeta Vinicius De Moraes en su “Samba da bençao”:

“Es mejor ser alegre que ser triste,
alegría es la mejor cosa que existe,
es como la luz en el corazón.
Pero para hacer samba con belleza
es necesario un poquito de tristeza,
sino no se hace samba, no.”

Conmovedora e inolvidable, muchas gracias Nosaka san por regalarnos una historia tan real y tan profunda.

Después de leer este descubrimiento literario, que lo recomiendo a todos, les confieso que ha quedado, dentro de mi, una mezcla de sentimientos que se mueven, sin ton ni son, entre la tristeza y la ternura.

Te quiero mucho Setsuko-chan, donde quiera que estés…

Saturday, December 01, 2007

Días de radio...


Eran los días en que la televisión no imperaba. Recuerdo vivamente cuando llegaba del colegio, al mediodía, y almorzábamos escuchando una voz inconfundible que decía: --aquí Radio Reloj Continente!! –seguido de una música de presentación. Era Don Armando Pompeyo Martínez, con la famosa campanita intermedia, entre noticia y noticia. Luego mamá se cambió a Radio Rumbos porque hubo un problema en Continente y los narradores se mudaron de emisora. En Rumbos, nuestro narrador favorito pasó a ser Don Alexander Freites Pulido. Recuerdo a Arquímedes Rivero, actor de radio, nuestro héroe de juventud, en sus papeles de la radionovela Juan Centella, primero en Continente, y luego Martín Valiente, en Rumbos. Comentario obligado en la escuela era el capítulo del día anterior de Martín Valiente, y con ello comenzábamos a hacer conjeturas acerca de cual sería el desenlace.


Los fines de semana mi papá nos hacia tragar nuestra ración obligatoria de Radio Nacional de Venezuela, con su programación de música académica. Papá nos ordenaba escuchar conciertos completos de Bach, Beethoven, Prokofiev, Vivaldi, Tchaikovsky y tantos otros. Nuestra cultura musical creció en ese entonces, pero a ninguno nos gustaba la música académica, quizás, más que todo, porque era impuesta y no voluntaria su audición.


En la radio que había en casa, se podían sintonizar emisoras de onda corta, sobre todo en las noches, y fue así como pude escuchar transmisiones de Radio Habana Cuba, la BBC de Londres y La Voz de los Estados Unidos de América, entre otras. Buscar emisoras de onda corta, en las noches, era una gran aventura para mi. Nada más imaginarme a los locutores, las ciudades desde las que transmitían, el estudio, mi creatividad no tenía límites.


Los juegos de béisbol, mi deporte favorito, narrados por las legendarias voces de Don Carlos Tovar Bracho, Delio Amado León, Musiú Lacavalerie, los comentarios de Carlitos González, Néstor López, Mario Dubois, Carlos Castillo y Gonzalo López Silvero. Años después, cuando un narrador de futbol popularizó un slogan que decía que “escuchar es como ver”, me venían a la mente aquellas narraciones que hacía Delio Amado, donde, no se cómo ni porqué, te hacía ver las jugadas, pegado como estabas al aparato de radio.


Eran días bonitos, donde cada uno de mis hermanos tenía un programa de radio favorito, y lo comparábamos y comentábamos. Cuando la televisión irrumpió con fuerza, nosotros seguimos apegados a la radio, donde, al ir creciendo, cambiamos el estilo, y buscábamos entonces estaciones de corte musical, como Éxitos 1090 y Radio Caracas 750.


Jesús Leandro, Carlos Eduardo Ball, Carlos Efraín Martinez McCartney, Ivan Loscher, todos ellos eran los locutores favoritos de nosotros, y yo diría que lo fueron hasta bien entrada la Universidad.


Después recuerdo que la televisión atacó con fuerza y prácticamente las emisoras de radio desaparecieron, ahogadas en una crisis económica, debido en gran parte a que los anunciantes publicitarios prefirieron la televisión para invertir comercialmente.
La radio estuvo en un gran letargo en los años 80 hasta que, a comienzos de los 90 se afianzaron las emisoras F.M. con transmisiones en estéreo que cautivaron de nuevo a la audiencia.


Por mi parte, nunca me he despegado de la radio, un medio que he considerado como más íntimo, donde puedes hacer contacto e intercambiar experiencias con un locutor que te escucha y atiende. Siempre he tenido un programa favorito de radio al que he seguido por años, como “Mundo Exclusivo”, de Jesús Leandro, y más recientemente “Circuito Cerrado” con Julio César III Venegas, quien me impresiona con sus enormes conocimientos musicales y Polo Troconis en las mañanas. También me agrada escuchar una voz radial en particular, que me relaje durante el tráfico automotor de Caracas, y que actualmente comparto entre Raquel Lares y Astrid Aurora Martínez. Escuchar esa gran dicción, dulzura y sensualidad al hablar no tiene precio. Eran, son y serán siempre mis días de radio.

Saturday, November 24, 2007

Encuentros

¡Hola a todos! Aquí estoy de nuevo, comprobando que han estado por aquí, como siempre, trayendo su buena vibra.

Como ya les expliqué en el post anterior, estoy cargado de trabajo, por lo cual se me hace un poco difícil “bloguear” durante la semana. Pero he aquí, que Dios nos regaló el fin de semana, el cual aprovecho para hacer otras actividades que me permiten desahogar mi mente de los problemas típicos de la ingeniería.

A pesar de la gran cantidad de trabajo pendiente, las dos últimas semanas me han dejado una gran alegría y satisfacción, porque pude encontrarme con tres grandes amigos, con los cuales no me reunía desde hace quince años, en el caso de dos de ellos, y con el otro tenía como unos cuatro años sin vernos y hablar. Es impresionante saber como, a pesar de la distancia y el tiempo, las amistades bien cultivadas se mantienen con los años.

Uno de ellos siempre me hablaba de su pequeñita de seis años, de la forma cómo la consentía a diario, los cuentos de la espera al lado de la puerta, los abrazos y el compartir los dulces y caramelos con ella. Pues la niña ya tiene 21 años, y hasta novio tiene. ¡Cómo pasa el tiempo!

Con el otro, la última vez que nos habíamos encontrado, el estaba dirigiendo la construcción de un puente, mientras que yo coordinaba la construcción de una tubería, un acueducto. Recuerdo que nos encontramos en un sitio, en medio de la nada, donde se podía comer con algo de decencia. Allí, comiendo aprisa para volver a los compromisos de trabajo, nos encontramos, nos sentamos en la misma mesa y compartimos una larga conversa. Ayer nos abrazamos como hermanos, como grandes amigos, pude conocer a su familia, muy bonita, e intercambiamos teléfonos para cuadrar futuros encuentros, prometiendo no dejar pasar tanto para el próximo encuentro, que, con seguridad, será familiar.

El tercer amigo lo fui a buscar directamente a su casa, después de muchos intentos por comunicarme con él a través de su teléfono residencial. Qué de cosas pueden pasar en cuatro años. Me encontré con la noticia de la muerte de su madre, oriunda de Cataluña, que como era común en aquellos tiempos fungía también de madre de todos nosotros, los compañeros universitarios, como mi madre, que aún recuerda a mis compañeros como hijos suyos. Recordé en ese momento aquella canción que dice:

“Murió mi madre, yo estaba ausente,
yo ausente estaba, yo no la ví,
pero dijo mi padre que en su agonía de muerte
alzó su mano, y me bendijo a mi.”


Resulta que mi amigo, antes de ser ingeniero, era carpintero, afición que desarrolló con un amigo de su padre, que tenía una carpintería, y le enseñó a trabajar la madera. El alumno terminó aventajando al maestro, y, a pesar de haberse graduado de ingeniero, decidió ejercer la primera de sus pasiones.

Tuve la dicha de contemplar sus obras, cocinas empotradas maravillosas, creadas en conjunto entre él y los propietarios, quienes quedaban muy satisfechos con el trabajo. Cuando fui a verlo, me enteré con tristeza, de que padece de cáncer, enfermedad con la que batalla exitosamente, con la misma entereza que le he conocido siempre, con la que, a partir de un montón de madera apilada, pudo hacer obras maestras de cocinas, bibliotecas, puertas y tantas obras de calidad insuperable. Fuimos juntos a tomar un café al prestigioso Vómero, que queda cerca de su casa, y aprovechamos para visitar la biblioteca del colegio “Francia”, obra suya que me deslumbró y que mostraré próximamente en un reportaje fotográfico.

La amistad verdadera es una bendición, algo que permanece intacto, a pesar de los años y los acontecimientos, y que proporciona una gran satisfacción, aquella que sólo sabe quien la ha vivido.

*La fotografía: mi biblioteca, obra de mi amigo carpintero, José María Planas.

Saturday, November 17, 2007

Monólogo


Ausencia es la palabra que me caracteriza en estos días en los que la escena política hierve. Hay un país en la calle, luchando, jugándose el futuro. Todo lo que está sucediendo es historia contemporánea, estamos como testigos principales, asistiendo a las páginas de la historia.

Hay que orar mucho para evitar que corra la sangre por las luchas entre hermanos, entre amigos, entre tantas familias divididas por la política. Amo mi país y deseo lo mejor para él, porque aquí me quedaré, con él y en él. Nunca podremos decir “de esta agua no beberé” pero no hay lugar en el mundo donde me sienta mejor que en Venezuela, mi querido país.

Adoro este blog, cargado de la buena vibra que ustedes y yo hemos puesto en él, por eso me duele cuando me alejo un poco de aquí. Pero sucede que mi otro yo, el ingeniero, está requiriendo bastante de mi tiempo. Muchas cosas que revisar, organizar, desarrollar, culminar. Y mientras eso sucede, mi yo el escritor se ausenta, espera, medita, cavila, piensa.

Cada quién reclama su espacio, pero el tiempo es único e implacable.
Pensando en otras cosas, Liz me pide que escriba tres consejos para los bloggers que recién comienzan. Eso es difícil, porque, entre otras cosas, el blog es el reflejo de la vida de su autor, y siendo todos tan diferentes, y tan variados los motivos para tener una bitácora, aquello que se me ocurra pudiese caer un pozo sin fin.

Sin embargo, me voy a permitir plasmar algunas cosas que me guían cuando escribo algo en esta bitácora.

En primer lugar, pienso que se debe escribir teniendo mucho respeto y consideración por aquel que nos lee, el mismo respeto que creemos merecer para nosotros.

Segundo, se deben evitar los errores ortográficos, que, en mi parecer, dan mala impresión de la persona que escribe. El idioma es muy rico, muy bonito, nos permite infinitas formas de expresarnos, y, siendo la vía que nos permite comunicarnos, relacionarnos, debemos cuidarlo y rendirle homenaje.

Tercero, el blog debe tener un toque característico de originalidad. Nunca debe dejar la impresión de haber copiado, así sin más, una noticia, o un artículo, bien sea de otro blog o de un periódico, revista, en fin, lo que caracteriza a un buen blog es el toque particular que se le da a una entrada, tema o suceso cotidiano. Como diría el genial Mario Moreno “Cantinflas”, -ahí está el detalle…
*La foto del post fue tomada por mi querida Naky.

Sunday, November 11, 2007

Pensamientos en el país del sol naciente...



Son muchos los recuerdos que me atan al Japón. Tantas vivencias, tantos caminos recorridos, palabras intercambiadas, conocimientos nuevos, en fin, un mundo de experiencias que, definitivamente, han cambiado mi modo de ver la vida.

Siempre he tratado de mantener esa llama viva. De mantenerme cerca de Japón y su cultura tan amplia y milenaria. Lo hago de cualquier forma, bien sea asistiendo a exposiciones, leyendo libros, acudiendo a encuentros con personas ligadas a ese país.

La literatura es una de las formas de mantener ese recuerdo vivo. Autores como Kawabata, Tanizaki, Murakami y otros, me conectan con ese mundo tan distante y a la vez tan cercano.

Acercarse a Japón a través de la literatura es una tarea que implica el sumergirse también en su historia, en su cultura como pueblo, en su idiosincrasia, sin lo cual el lector pudiera fácilmente extraviarse sin poder llegar a entender lo que está sucediendo o la motivación del autor para describir muchas situaciones. Entender la literatura japonesa es, al mismo tiempo, entender el país, su gente, su historia.

Uno de mis propósitos de estos tiempos es incrementar ese acercamiento, a través de la historia, de la literatura del país del sol naciente.

El haiku, que tanto admira y escribe Gilberto Padrón en su blog, representa una forma de conocer al Japón desde una perspectiva interior.

¿y, qué es el haiku? Es poesía corta, japonesa en esencia, que consta de tres versos estructurados en 5, 7 y 5 sílabas, y que tratan sobre la naturaleza, la vida cotidiana, la sencillez de las cosas, entre otros temas.

Podrían imaginarse ustedes un día de calor intenso, típico de mayo en Venezuela. El cielo azul se oculta de repente en nubes grises, los truenos, y la lluvia que no tarda en precipitarse, intensa y fugaz al mismo tiempo. Una hora después ya ha escampado, y todo vuelve a la normalidad; la gente sale de sus casas y camina por las aceras que aún están húmedas, evitando uno que otro pozo que ha quedado en la calle. En ese momento, cuando el calor arrecia de nuevo, comienza el canto de las chicharras (cigarras) en los árboles cercanos. ¿Les parece familiar la escena?

Un poeta japonés, Masaoka Shiki, resume la escena anterior de esta simple manera:

El trueno se apaga.
Sol de la tarde sobre un árbol.
El canto de una cigarra.


*Fotografía: ukiyo-e (un retrato del mundo flotante) perteneciente al artista Hokusai. "e" significa cuadro o retrato, mientras que "ukiyo", es mundo flotante, una connotación que los japoneses dan para querer transmitir lo efímero o transitorio que puede llegar a ser el mundo material.

*Bibliografía interesante sobre Haiku, que leo actualmente:

  • “Haiku en la montaña” de Carlos y Oceanía Oráa, editorial OWNL, Caracas, 2002.
  • “Sendas de Oku” de Matsuo Basho, en versión castellana de Octavio Paz y Eikichi Hayashiya. Fondo de Cultura Económica, México, 2005.
  • “Haiku. Poemas y meditaciones sobre la naturaleza y la belleza” de Tom Lowenstein, editorial Blume, Barcelona, 2007.

Wednesday, October 31, 2007

Mantente erguido y sonríe...

Hoy me sucedió algo muy curioso. Esta mañana, estando en la oficina, me entero de una decisión tomada por un superior jerárquico, la cual consideré como lesiva a mis intereses profesionales. Nada grave, pero impacta mi actuación profesional. Fui a conversar con el superior, y me transmitió su decreto con mucha claridad. Le expresé mi punto de vista, la forma en que me afectaba, pero nada, habían intereses de la empresa, a los que había que cuidar, y tuve que ceder.

Volví a la oficina y comuniqué la decisión a mis subordinados. Todos escucharon con atención, más aún los involucrados. Les explique la naturaleza del asunto. Algunos se enojaron. Otros cambiaron el semblante, y me preguntaban el porqué de mi reacción tan apacible. No supe qué responder, pero por dentro sentía una gran tranquilidad.

Al finalizar la jornada de trabajo, fui a una fuente de soda cercana, me senté y pedí un whisky. Supuse que era parte del tratamiento para relajarme, después de un día tan ajetreado. De repente sentí la necesidad de ir a la librería de mi amigo Alexis Romero. En otro momento hubiese pedido otro whisky, mientras descansaba en mi silla, pensando en los acontecimientos del día. Pero no, sentí la necesidad de ir a la librería. Apuré la cuenta y me dirigí hacia allá.
Cuando llegué, ya habían cerrado. Lo supe por el letrero en la puerta. Alexis terminaba sus ejercicios finales en la caja registradora, y me miró desde adentro escudriñando los libros en la vitrina. No se hizo esperar. Salió y me invitó a pasar, mientras terminaba de cuadrar las cuentas.
Entré y seguí con mi labor de escudriñamiento de libros, escogí algunos y cuando ya me iba, observé un libro en el mostrador, con un título que no recuerdo, algo así como “Cuentos Espirituales de la India”. Me llamó la atención, aún cuando ya había decidido cual iba a ser mi compra. Lo tomé en mis manos, lo abrí en una página cualquiera y leí un poema.
Ahora pienso que ese poema era para mi, era lo que necesitaba leer en ese momento. Aunque no compré el libro, el poema se quedó en mi memoria, y al llegar a casa lo busqué en la red, y lo reproduzco a continuación. Proviene de un libro titulado "Umbral de la vida interior", del autor Joseph Jean Lanza del Vasto. Quien sabe si a alguien le es de tanta utilidad como lo fue para mi hoy, en un día de mucho trajín. Que lo disfruten:

En la dicha o en la angustia,
en miseria o en riqueza,
en salud o enfermedad,
mantente erguido y sonríe.

Ante quienes se abalanzan,
o se echan al vacío,
o se hieren mutuamente,
mantente erguido y sonríe.

Y si avanzan a codazos,
y ávidos tienden la mano
o se ocultan al acecho,
mantente erguido y sonríe.

Ante aquellos que disputan,
ante aquellos que se injurian,
y los cierran los puños,
y los que apuntan sus armas,
mantente erguido y sonríe.

En el día de la ira
y de la desbandada,
cuando todo cae y arde,
solo en medio del pavor,
mantente erguido y sonríe.

Ante justos cuellitiestos,
ante jueces implacables
y afanosos personajes,
mantente erguido y sonríe.

Cuando oigas tu alabanza,
o te escupan en la cara,
mantente erguido y sonríe.

Y si estás entre los tuyos,
mantente erguido y sonríe.
Y delante de tu amada,
mantente erguido y sonríe.

En los juegos y en las danzas,
mantente erguido y sonríe.

En vigilias y en ayunos,
mantente erguido y sonríe.

Solo, en el alto silencio,
mantente erguido y sonríe.

Y ya al borde del gran viaje,
aun cuando lloren tus ojos,
mantente erguido y sonríe.

Saturday, October 27, 2007

Más sobre libros...


¡Saludos a todos! Hoy vengo a reunirme con ustedes a hablar, como otras veces, sobre libros, sobre lo último que he leído. Tengo una fila larga esperando por leer. Algunos, como "Estambul", de Orhan Pamuk, que he puesto en mi mesa de noche, a ver si por fin acabo de terminarlo. ¿Alguien ha oido hablar de "Genji Monogatari"? Es la primera novela del mundo, escrita en el siglo XI, un clásico que ya está en mis manos, pero es materia de otro post.
Lo que me sucede con "Estambul" es que, en el camino me he encontrado con otros libros que, a pesar de haber llegado después, se han adelantado en mi lectura, quizás tenga que ver aquello del momento preciso para sumergirse en ellos. Pero prometo leerla antes de embarcarme en más de dos mil páginas de literatura japonesa (sigo adelantando el otro post).
Nadie sabe cómo, ni porqué, pero un buen día, uno se decide por un libro en particular, y, si se engancha, ya no hay quien lo saque de allí, hasta el final. Pasa lo mismo que cuando vamos a una librería, se ven muchos libros, se escuchan opiniones de nuestros amigos libreros, se leen los resumenes de la contraportada, pero creo que hay algo que no se puede describir, y es lo que te conecta con un libro en particular. Puedes ver miles en un estante, pero en toda la librería, siempre es uno el que te está esperando, ese uno que sabe que saldrás de allí con él, más tarde o más temprano.

Hoy quiero comentarles acerca de uno de esos "adelantados", el libro en cuestión se llama “Lo que dura, dura” del escritor uruguayo Daniel Chavarría. Después de unos cuantos años (2003) de haber leído “Salitre en el corazón”, de Rafael Osío Cabrices, otro libro dedicado a Cuba, pero desde las entrañas, es decir, sin el enfoque político, casi inevitable, más bien desde el punto de vista de las crónicas de la experiencia de unos cuantos personajes que viven, o sobreviven en la Cuba del siglo XXI, con sus vivencias, añoranzas, con su día a día, quedé con muchas ganas de leer más sobre ese tipo de personajes desconocidos o ignorados por la historia...hasta que llegué a "Lo que dura, dura".

El libro de Chavarría es mágico, te atrapa, y versa sobre la vida de cuatro amigos de la infancia, cada uno con destino distinto en la vida, dos dedicados a la ciencia (médico y farmacéutico) y dos dedicados a la delincuencia, pero amigos para siempre. En lo que a la amistad se refiere es un hermoso homenaje que hizo el escritor, con sin proponérselo. Es muy bonito saber cómo, a pesar de que la vida los lleva por caminos diferentes, la amistad permanece, se mantiene, priva sobre otras cosas, y eso es algo difícil de encontrar hoy en día.
Hay una trama subyacente, las peripecias que vive un médico empeñado en encontrar una medicina natural para aumentar el impulso sexual, un viagra cubano, basado en un descubrimiento que hace durante una pasantía rural. Lo demás lo tienen que leer, es una belleza de narración, de diálogos, tan natural, que al final hay un glosario de cubanismos, necesarios para poder entender lo que se dice en sus páginas.
“Lo que dura, dura” es un homenaje a la vida, a las formas más sencillas de relaciones entre nuestros semejantes. Altamente recomendado.

Saturday, October 20, 2007

Bye Bye Blackbird

Hace ya algún tiempo fui a ver una película de Al Pacino, uno de mis actores favoritos. La cinta en cuestión, de cuyo nombre en español no logro acordarme (en inglés se llama “People I Know”) me resultó un tanto desabrida para mis gustos. Lo que si me gustó fue la ambientación de la película, en la ciudad que nunca duerme, New York, la gran manzana. Esa ciudad ejerce sobre mi un encanto particular e inigualable, no me pregunten porqué. Es moderna y clásica al mismo tiempo. Hermosa, con sus rascacielos con pedigree, su Broadway, su Times Square, su Empire State, su Quinta Avenida. Por sus calles puedes escuchar en un trayecto de cinco cuadras cualquier cantidad de idiomas hablados por los transeúntes cosmopolitas: español, inglés, por supuesto, hebreo, árabe, turco y otros que uno ni idea tiene.

Volviendo a la película, en un momento dado el protagonista entra a un bar donde hay un trío de jazz interpretando una canción, que después investigué que se llama “Bye, bye, blackbird”. La trama ya hace rato que la olvidé, pero nunca ese pedazo mágico donde un cantante llamado Jon Hendricks la interpreta, acompañado del trío.

Desde allí, decidí buscar la banda sonora de la cinta, hasta que, tiempo después, di con ella por casualidad en una tienda de CDs.

Hay muchas versiones de ese tema, desde John Coltrane hasta Olivia Newton-John, pasando por Ringo Starr, casi todas bonitas, porque lo que es bonito es la canción en sí misma.
Esta tarde de sábado estaba lloviendo en Caracas, y no tuve mejor idea que escuchar la versión que de ella hizo Chet Baker, en un CD titulado “Candy”. Con lo dulce de los tonos que salen de la trompeta de Baker y la lluvia cayendo al mismo tiempo, disfruté mucho esa canción tan bonita y sencilla, un momento mágico.

Aquí les dejo una versión interpretada a dúo por los contrabajistas Christian McBride (USA) y Niels-Henning Ørsted Pedersen (Dinamarca). ¡Que la disfruten!

*La pintura, "Bye bye blackbird", es de Laura Terry

Saturday, October 13, 2007

¿Un café?


Son tantas las historias oídas, vividas y sentidas al amparo de una tacita de buen café, que se podría escribir un libro de relatos interesantísimo. No se si es una excusa para conversar, pero el día no es el mismo si no se acude al cobijo de la consabida tacita de café en las mañanas, o en las tardes, igual da.

Nunca olvido los momentos en los que, al llegar mi madre del mercado, yo le pedía que me permitiese vaciar la lata de café en el recipiente que ella reservaba para guardarlo, ese olor tan sabroso, y yo evitando que mamá me descubriera, aspiraba todo el aire que daban mis pulmones para conservar ese rico aroma del café en polvo, ese perfume...

Cómo olvidar esos momentos de relax en mi niñez y adolescencia, en la Universidad y en la edad madura, frente, o mejor dicho, tras la máquina de hacer el café "espresso", la Faema, la Gaggia, la San Marco, la Rancilio, y el señor de bata blanca, con aspecto extranjero, sonriente y conversador con los clientes,

Cómo no recordar el café que hacía mi madre, por las tardes, para brindar a sus amigas de visita, ese que se colaba en una tela cónica, que me sabía a gloria. Luego era yo quien lavaba el colador de tela, y eliminaba meticulosamente cualquier rastro de la borra o sedimento, hasta dejar la tela limpiecita, como estaba al principio.

Y los momentos de descanso, tras el almuerzo, con mis compañeros de trabajo, hace ya veinte años, cuando nos acercábamos a la segunda avenida de Campo Claro en Caracas, al legendario Café Vómero (fundado en 1959), donde el señor Giovanni nos atendía con su seriedad característica, mezclada con una sonrisa de simpatía, y nos preparaba su espectacular cappucino sin crema chantilly, mezclado con algo que sabía un poco a licor de cacao, pero que nunca reveló su contenido (secreto de familia), con sabor a gloria, lo que hacía inevitable para mi pedir el segundo, y disfrutar cuando el me decía, a media voz, casi al oído para no ofender: “el que sabe tomar este café, siempre pide otro”.

Y qué decir de su nieto, también llamado Giovanni, quien heredo la sapiencia del abuelo, y colaba idénticos sabores, sumados a su experticia de poner a girar los platos de la taza en círculos, en un tiempo tal que al finalizar el giro, ya estaba lista la taza con el cappucino. Luego les lanzaba la cucharilla dentro del plato, quedando ésta en posición perfecta para ser tomada por el cliente de turno. Nadie como él para hacer eso.

El señor Giovanni murió hace ya dos años, más o menos el mismo tiempo que tengo sin acercarme, ya que ahora me queda lejos de mi sitio de trabajo, pero al que desee tomarse un café de verdad, con sencillez y honestidad, sin pretensiones, ni mesitas art decó, sombrillas, música ni otros artilugios innecesarios, nada mejor que presentarse en los predios del Vómero y disfrutarlo. Eso es algo que se agradece de por vida. Pidan su cappucino original, y si se atreven, y no son puristas, pueden intentar el café frío, que se sirve frío, como su nombre lo dice, café negro servido con sambuca, miel y un poquito de azúcar, ¡divino!

Sería injusto terminar esta reseña sin mencionar a mis amigos italianos (ellos saben quienes son), que me han enseñado tantas cosas aprendidas de sus ancestros, desde aquello de que “el café hay que tomarlo bien caliente, sin mucha leche, porque no es un tetero, y de la mano de quien lo sabe hacer bien, que no son todos”. Que existen variedades de café que yo ni siquiera puedo probar por su alto contenido cafeínico, como el “macchiato” (un marrón oscuro y cargado, apenas con gotitas de leche), el “ristretto” (es barro de café, más sólido que líquido), el “negro corto” (bastante oscuro y espeso). Ellos, que son capaces de darse cuenta si se ha colado más de una vez con la misma mezcla de polvo de café, con sólo olerlo y mirarlo, que serían capaces de entrar a la barra y prepararlo mejor que el dependiente, aunque jamás lo hayan intentado. Los mismos que ante un saludo efusivo, después de un tiempo sin verlos, responden, antes que nada: “¿un café?”.
*Imagen obtenida de www.gustoegusti.it

Tuesday, October 09, 2007

Abre "DelaRosa"


Nuestro amigo Miguel, que no conoce el miedo, y que tiene millones de anécdotas que contar porque ha hecho de todo en esta vida, ha puesto el alma en su sueño, que tiene forma de restaurant.
Inaugura dentro de poco, en Amersfoort, Holanda.

Como no puedo asistir a la inauguración, no puedo hacer menos que felicitarlo por su gran logro y desearle el mejor de los éxitos. No se si estoy redundando, porque a un descendiente de italianos, lo que le sobra es sazón, y si a ello le sumas el don de gentes de ese ciudadano del mundo, pues no podría ser de otra forma.

¿Sabes algo Miguel? Mi amiga Jeannette, del Boston Bakery que conoces bien, me encontró un día bien estresado, tratando de solucionar un problema de trabajo. Como ella hace un buen café, me acerqué a deslastrarme de parte de esa carga, como tu bien sabes, nada que un café hecho con cariño no pueda curar. Pues resulta que Jeannette es medio psicóloga, y cuando me dijo “aquí está tu café” me sorprendió con el de la foto. ¡Sorpresa! "Café De la Rosa". No conforme con eso, me dijo, cuando veo a alguien estresado no encuentro mejor forma de bajarle el stress que sorprendiéndolo con mi arte.

Entonces, querido amigo, para que bajes un poco la presión, aquí te dejo un cafecito "De la Rosa", seguro estoy que te va a gustar.

In bocca al lupo! Larga vida a DelaRosa!
P.D. La idea de postearte vino, ¿de quién más? de nuestras poderosas amigas de Imagina...

Saturday, October 06, 2007

Contrastes...


La semana ha sido intensa. Viajar, recorrer área de trabajo en campo, el sol inclemente, la libreta en mano, el plano abierto en pleno bosque, tratando de sostenerse firme ante la brisa, al asedio de hormigas gigantes, serpientes ocultas en la maleza, huellas de felinos en las pozas originadas por la fuerte lluvia de días antes, abejas hostiles, zancudos hambrientos. No es poca cosa para un citadino.

Afortunadamente, el grupo está decidido a hacer el trabajo, y sin miedo aparente, caminamos tras las huellas de los hitos topográficos colocados semanas antes por otro contingente que recorrió los mismos caminos, quizás en peores condiciones que nosotros, pues tuvieron que abrir las trochas en la espesura del bosque.

En medio de todo, pienso en la gente que quedó allá en la urbe, los que van al colegio en las interminables colas de vehículos; en los que van a trabajar temprano y se reúnen en el café cercano a conversar sobre los acontecimientos del día anterior, sobre los horrores del noticiero de anoche, sobre la devaluación que de hecho ocurre en la moneda, sobre el nuevo look de la compañera de trabajo y otros motivos.

Pensar que muchos de ellos tienen que levantarse dos o tres horas antes para llegar a las cercanías de la oficina, es decir, que su día de trabajo comienza a las 4:00am, cuando muchos otros duermen placidamente y ni siquiera piensan en el inclemente tráfico que ellos habrán de toparse horas después.

Pronto el vértigo se apodera de todos, la prisa se hace dueña del escenario, comienzan los chasquidos de los platos, los ruidos del agua al salir de la ducha, las primeras bocinas de los carros en el semáforo próximo, mucho antes de que las primeras luces comiencen a caer sobre la ciudad.

Momentos después, en la llamada “hora pico”, la desesperación invade a todos, borrando la tranquilidad de horas antes. Nadie quiere ceder el paso, bajo ningún motivo, todo alrededor se torna en agresividad, una agresividad que estará alrededor durante el resto del día, en la oficina, en los cafés, en los bancos, en los restaurantes, en el tráfico, en el quiosco de los periódicos, dentro del taxi, en el centro comercial.

Es la típica hostilidad de la jungla de concreto.

En cambio, a miles de kilómetros, en donde estoy, tengo miedo de quedarme dormido ante tanta quietud y llegar tarde al sitio de la reunión. Me despierto hora tras hora a revisar el avance de las agujas del reloj, tanto que no tengo necesidad de usar el despertador. El silencio es abrumador.

En un momento, decido saltar de la cama, alertado por el canto de los gallos, y de los pájaros de todo tipo, un coro celestial de aves me acompaña en mi ruta hacia la ducha. Todo es tan diferente por aquí. Cuando estuve listo me vinieron a buscar. Desayunamos en una quietud inusitada. Nos reunimos a la hora indicada y partimos hacia el bosque objeto de nuestro trabajo. Un bosque que más temprano que tarde no será más bosque, ahogado en las redes del desarrollo, de la modernidad. Pero ahora lo es, y no tarda en demostrarnos que somos nosotros los extraños, los invasores. Sin saberlo, somos parte de la primera avanzada sobre la naturaleza exuberante. Sin saberlo, o sin poder evitarlo.

En el camino de ida, igual que en el de vuelta, observo a los pobladores que han sabido convivir con la naturaleza. Se ven tranquilos, sin prisa, muchas madres llevando a sus hijos al colegio, a pie, sabiendo claramente que estarán a tiempo sin apurarse. Son las mismas madres que veo descansar, bajo las copas de los árboles, en las tardes, cuando termina mi faena; los mismos niños que veo juguetear con el agua de los charcos dejados por la lluvia en su pasar de hace días.

Se ven felices, sin importarles el fango que ensucia sus uniformes. Su mirada, igual que la de las madres, es de paz. No hay stress, quizás aquí nadie sabe lo que significa eso que, aún estando bajo el mismo sol, nosotros sabemos con demasía, porque lo vivimos en el día a día.

Saturday, September 29, 2007

Miyuki sensei no hon (el libro de la profesora Miyuki).


Hace poco estuve de visita en una librería, curioseando, mirando, leyendo y relajándome. Al revisar los libros de japonés me quedé sorprendido al encontrar un libro escrito por mi querida profesora Miyuki.

Miyuki sensei, uno de los seres más sensibles que he tenido frente a mi, escribió un libro, mitad japonés, mitad español, dedicado a su hija Mai como regalo de bodas. Se llama "Lazos entre madre e hijos".

El libro en cuestión contiene, por una parte, el diario de la profesora Miyuki, donde cuenta interesantes aspectos de su vida en Venezuela, cuando crió sola a sus hijos, entre enormes vicisitudes pero con gran fuerza de espíritu, y por la otra, el diario de su hija Mai, donde cuenta anécdotas de su niñez y su adolescencia. Dos de esos relatos de Mai fueron premiados en Japón.

Tenía tiempo buscando un motivo para volver con el japonés, de cuyo aprendizaje me había desligado un poco en los últimos tiempos, y creo que lo he encontrado.

La profesora Miyuki es un ser de luz, uno de esos seres especiales que te encuentras una sola vez en la vida. Doy gracias a Dios por ponerla en mi camino.

Ahora me dispongo a retomar el idioma japonés para poder leer su libro.

Miyuki sensei, toda ternura, toda pasión en sus clases, gracias por motivarme tanto, usted es una fortaleza de amor.

Sunday, September 23, 2007

La luz en el Impresionismo


Los impresionistas, ese movimiento artístico de la luz presente en sus magistrales obras, han cautivado mi gusto por el arte desde siempre. Renoir, Pissarro, Manet, Monet, sus obras son algo fascinante. No es un secreto que entro en las librerías y tomo un libro de fotografías de pinturas de Van Gogh (pintor post-impresionista), y se me van las horas soñando y admirando algunas de sus obras. Suelo despertar con un “…ya estamos cerrando” de alguno de los vendedores.


“Los impresionistas inundaron de luz las sagradas instituciones del arte oficial francés. Fueron objeto de escarnio y de críticas como grupo, se les rechazó en su ambiente profesional y se les consideró los artistas más escandalosos y con menos talento del siglo XIX. Y sin embargo, provocaron una auténtica revolución que cambió el curso del arte para siempre.
Hoy en día, cuando no han transcurrido ni 150 años desde su aparición, los cuadros de los impresionistas figuran entre las obras más conocidas y valoradas de la historia del arte.” (1).


Mi pintor favorito es Vincent Van Gogh, y mi obra favorita es “Noche de Estrellas”, 1889, exhibida en el MOMA de Nueva York.


Don McLean, aquel famoso cantante norteamericano del “American Pie” le dedicó una canción, titulada “Vincent”, que, casualmente, también está entre mis favoritas de todos los tiempos y comienza con “noche de estrellas”.


Hace poco, una amiga tuvo la dicha de ir a Paris, de vacaciones, y visitó el museo de Orsay, donde se exhiben grandes obras del movimiento impresionista. Pensó en mí en ese momento y decidió traerme un pedacito de la magia que vivió, convertida en una agenda Van Gogh y un libro explicativo de las pinturas del museo. Invalorable. Estoy que no me lo creo aún. Algún día estaré en Orsay, pero por lo pronto ya tengo un pedacito de él en mi biblioteca, traído por alguien verdaderamente especial. ¡Gracias!

(1) “Impresionistas” por Antonia Cunningham, editorial Parragón, 2004.
(2) Quienes deseen leer sobre la triste vida de Van Gogh y ver algunos de sus cuadros, pueden hacer click aquí.

Wednesday, September 19, 2007

¡Dos añitos ya! ¡Increíble!


Dos años tiene ya este blog. Vivencias que han quedado. La verdad es que cuando creé este blog solo pensaba en escribir y escribir. No imaginé que conocería o intercambiaría con gente tan buena nota. Gente que presta apoyo cuando se le necesita. Que nunca niega una palabra de aliento. Un abrazo. Un beso.

Navegar en la red, de blog en blog es una verdadera caja de sorpresas. Se pueden hacer amigos, no importa el punto geográfico donde se encuentren, hay coincidencias que acercan a la gente. Gratas sorpresas de España, de Chile, de Argentina, de Canadá, Estados Unidos, Colombia, Francia, Uruguay, Holanda, Portugal y, por supuesto, de mi querida Venezuela, mi país, nuestro país.

Pensar que la gente se desnuda a si misma a través de lo que escribe. Y al final del camino terminas conociendo tanto a las personas, que cuando se dan los encuentros cara a cara, es como si de viejos amigos se tratara, aún siendo la primera vez.

Durante estos dos años he visto algunos blogs desaparecer, morir de inanición, por falta de posts, del calor de sus creadores. Pero para mi es diferente. Esto de los blogs se ha convertido en una pasión (mi hija dice que soy blogadicto), una vía de enlace, un lugar de encuentro, de solidaridad, de amistad, de cariño, de paz, de armonía, de recibir y dar toda la buena vibra posible. Ustedes y yo lo hemos hecho posible. Y no existe mayor motivación que compartir con ustedes una vivencia, una lectura, una escritura, un hecho cotidiano.

Los dejo, mientras escucho a la bella Torun Eriksen (si ven algún CD con ese nombre no lo dejen en la tienda, por favor) y con la imágen de Jimmie, un perrito con historia, que encontré en el blog de Claudia Rohling, visiten este blog, porque las imágenes bien valen una visita de ustedes.

La bella Torun canta bellísimo, si quieren saber más de ella lean aqui (está en inglés), para mi es la ideal para escribir este post aniversario, el numero 126.

Cuanta razón tuvo Lady Paula, una preciosa dama chilena que tuvo a bien hacerme mi primer comentario, en esto de los blogs, uno sabe cuando empieza, pero nunca cuando termina.

Gracias, gracias a todos los que a bien tienen pasar por esta casa virtual. Aquí se les recibe con brazos abiertos, full buena vibra, y paz, mucha paz, que tanta falta hace en estos días. Son bienvenidos, pueden irse y volver cuando quieran, igual se les estará esperando con la alegría de siempre, igual se les quiere mucho, por estos lares de Dios.
*Thank you Claudia for your beautiful words and images!

Sunday, September 16, 2007

Nos dejó Aldemaro Romero...



Aldemaro Romero (1928-2007)

El músico venezolano de más amplia trayectoria nos dejó su legado, sus triunfos, su música, su Onda Nueva.

Siempre lo recordaremos, al escuchar sus miles de composiciones, entre ellas mis favoritas, "Quinta Anauco" y "El Catire".

El profesor Jacques Braunstein nos cuenta una anécdota en el libro de Jacqueline Goldberg "En Idioma de Jazz":

"Durante los últimos años de la dictadura de Pérez Jimenez, Aldemaro estuvo en Estados Unidos, donde grabó su famoso disco "Dinner in Caracas".

Cuando volvió, naturalmente, reanudamos nuestra amistad. El tenía una quinta muy bonita en Bella Vista, y a veces hacía sesiones con músicos y me invitaba.

Un día llego a su casa, y esta él, un bajista que se llamaba Romerito -que no era familia de Aldemaro-, y el Pavo Frank (legendario baterista venezolano).

Me dice: "quiero que escuches una cosa", tocan unos temas, y él me pregunta: "¿qué te parece?"

Le dije de inmediato que me encantaba, que cómo se llamaba eso.

Aldemaro señaló que no tenía nombre. "¿Qué nombre le pondrías tú?", me preguntó.

Se me ocurrió Onda Nueva, y Onda Nueva se quedó".

Paz a tus restos Aldemaro, nunca serás olvidado por los que amamos la música...

Algo de su música aqui

Saturday, September 15, 2007

Impotencia


“Me encanta ese sentimiento llamado odio. Creo que es el sentimiento más directo y absoluto, el más sugestivo que pudiera existir. Nada me parece tan divertido como odiar, odiar a alguien hasta más no poder.
Supongamos que entre mis amigos hay uno al que odio en particular. Jamás rompo de manera directa la relación. Al contrario, procuro ser amable, fingiendo una amistad entrañable, pero en el fondo siento unos deseos inmensos de burlarme de él, despreciándolo y portándome de forma grosera, halagándolo con ironía y mostrándole mi falta de honestidad. La vida sería muy triste para mí si no tuviera en este mundo a quien odiar”

Junichiro Tanizaki en “Historia de la mujer convertida en mono. Siete cuentos japoneses” El cuento en cuestión se llama “El Odio”.

“Que el mundo es horrible, es una verdad que no necesita demostración. Bastaría un hecho para probarlo, en todo caso: en un campo de concentración un ex pianista se quejó de hambre y entonces lo obligaron a comerse una rata, pero viva”

Ernesto Sábato en “El Túnel”

Nunca dudo del hecho de que la maldad existe. Está siempre al acecho. Rondándonos, Por lo cual debemos tener los ojos bien abiertos, aunque a veces cedemos y nos confiamos. Tendemos a creer que todos alrededor tienen el mismo patrón de comportamiento que nosotros. Craso error.

Siento mucho lo acontecido a la sobrina de mi amigo Tri. Aprovechando un descuido de su progenitora, un canalla logró colarse en su casa y la violó, la golpeó, la maltrató, la humilló, le robó sus sueños de preadolescente, le rompió sus planes juveniles, le partió en pedazos su vida. Ahora yace postrada en una cama, sin ganas de vivir, en shock psicológico, destruida.

Me produce una gran tristeza saber que siguen ocurriendo cosas así. No todo es color de rosas alrededor. Y pienso en ella, en su sufrimiento, en cómo en segundos le cambió la vida.

No hay pena ni prisión capaz de contrarrestar el daño causado. El dolor cayó como lluvia inesperada sobre todos los que queremos a Tri, y le hemos manifestado nuestro pesar, nuestra solidaridad, nuestro afecto, aunque siento que nada en este momento puede mitigar su pena. Es duro lo que viene, sólo Dios sabe si la niña se recuperará y de qué manera lo hará.

Muchos corazones palpitan con los de la nena, con los del Tri, y con los de todas las personas que sufren estas arbitrariedades, estos desmanes contra los semejantes, estas injusticias, y pienso que el dolor, en cierto modo, es menos, cuando es compartido con la gente que te quiere.

¡Un gran abrazo Tri!

Sunday, September 09, 2007

Cosas del castellano...

El castellano que se habla en Venezuela, como en otras partes de Hispanoamérica, tiene sus particularidades, y muchas veces, si estas no son explicadas, podrían meternos en más de un embrollo cuando estamos en otros países de habla hispana.

Hace poco estuve conversando sobre eso con un amigo mexicano, y entre “¿cómo dicen ustedes a tal o cual cosa?” estuvimos un buen rato riéndonos.

Los mexicanos usan mucho coger y aquí en Venezuela tiene una connotación sexual. Una frase común en México es “me cogió descuidado” (me encontró descuidado), aauuch, aquí en Venezuela sería para ponerse a llorar, je, je, je. En los letreros de las puertas de allá dice “tire” porque “hale” tiene otra connotación, si, la misma que para los venezolanos tiene “tire”.

En Cuba, una “comadrita” es una mecedora bajita y sin brazos mientras que en Venezuela se trata de la madrina de un hijo o hija, a la que le tenemos mucho cariño, así que, cubanos, cuidado al decir en Venezuela “me quisiera llevar esa comadrita”, ¡atención!

“Ay, no mames” en México es “no molestes” en Venezuela, ja, ja, ja, hasta allí lo dejo. “Echarle huevos” a algo es ponerle más interés o ganas, je, je, je. “Me dio culo” significa “Me dio miedo” ja, ja, ja. “Pelarse” en México significa huir, evadirse, mientras que en Venezuela significa equivocarse.

Sobre estas diferencias, las mismas que hacen pensar que hablamos el mismo idioma, pese a lo cual no nos entendemos, nos escribió el profesor “Angel Rosenblat” en su libro “Buenas y Malas Palabras” (Editorial Mediterráneo, 1974) lo siguiente, verdaderamente sin desperdicio:

“El viajero que llega a tierras venezolanas con su bagaje de castellano “oficial”, está expuesto a más de una sorpresa. Su automóvil pasa a la humilde categoría de carro , y si eso puede molestarle, se consolará cuando al reventársele una tripa no tenga que recurrir al médico –trance siempre arriesgado-, sino a su tripa de repuesto, o a un parcho (o palcho). Por los caminos le sucederá que, sin ser faquir, tenga de cuando en cuando que comerse una flecha, o sea, marchar a contramano. Si lleva consigo a una señora, ella podrá tener ansias; pero no hay que hacerse ilusiones, porque en seguida dará pruebas evidentes de mareo y náuseas…”

Qué de cosas nos aguardan al hablar en el "mismo idioma"...

Thursday, September 06, 2007

Poesía y paz

poesia em tempo de fome
fome em tempo de poesia

poesia em lugar do homem
pronome em lugar do nome

homem em lugar de poesia
nome em lugar de pronome
poesia de dar o nome

nomear é dar o nome

nomeio o nome
nomeio o homem
no meio a fome

nomeio a fome

Haroldo de Campos, poeta brasileño (1922-2003)


poesía en tiempo de hambre
hambre en tiempo de poesía
poesía en lugar del hombre
pronombre en lugar del nombre
hombre en lugar de poesía
nombre en lugar de pronombre
poesía de dar el nombre
nombrar es dar el nombre
nombro el nombre
nombro el hombre
en el medio el hambre
nombro el hambre

*Foto del post: ideograma que significa Paz.

Sunday, September 02, 2007

El paraíso y el infierno


El zen, que no es una secta, ni una religión, sino más bien una filosofía de vida, está basado en la introspección, a través de la cual llegaremos a descubrir nuestra propia naturaleza, por la vía de la meditación y la búsqueda de la sencillez, presente (si observamos bien) en todas las cosas.
Está de moda en occidente, y se siente de muchas formas, a través de las diversas escuelas de meditación, en la decoración de interiores de casas y oficinas, en la poesía y la escritura.
La enseñanza es profunda y a la vez muy personal. Transcribo a continuación tres ejemplos de cómo se ven las cosas a través del zen:
Uno, una máxima, decía Siddharta Gautama: "Si se habla y actúa con espíritu sereno, entonces la felicidad nos sigue, como la sombra que no nos abandona".
Dos, una poesía:
"¿Estoy viendo flores caídas
que retornan a la rama?
¡Es una mariposa!
Tres, un relato, que da título al post: "El paraíso y el infierno"
Un soldado llamado Nobushige fue a ver a Hakuin, y preguntó: "¿Existe realmente un paraíso y un infierno?"
"¿Quién éres tú?, preguntó Hakuin.
"Soy un samurái", respondió el guerrero.
"¿Tú?, ¿Un soldado?", exclamó Hakuin. "¿Qué clase de gobernante te aceptaría como su guardia?, ¡Tu cara parece la de un pordiosero!".
Nobushige se enfadó tanto que comenzó a sacar su espada, pero Hakuin continuó:
"¡Así que tienes una espada!, tu arma probablemente sea demasiado burda para cortar mi cabeza".
Mientras Nobushige sacaba su espada, Hakuin remarcó: "¡Aqui se abren las puertas del infierno!".
El samurái, comprendiendo estas palabras, envainó su espada e hizo una reverencia.
"¡Aqui se abren las puertas del paraíso!", dijo Hakuin.
*La fotografía del post pertenece al fotografo japonés Yun, y corresponde a Tateyama, en el Valle del Infierno, prefectura de Toyama, Japón. Para ver más fotos de este autor debe dirigirse a http://www.yunphoto.net/en/photo.html.
*El relato es un cuento zen publicado en muchos libros, correspondiendo a una de tantas anécdotas de los monjes zen japoneses, recopilada por Paul Reps y Nyogen Senzaki.

Friday, August 31, 2007

Blog Day 2007: escribir, leer, compartir y dar gracias...


El titulo resume lo que pienso cuando tengo en mente este blog que escribo para ustedes desde Caracas, Venezuela.



Felicidades a todos los bloggers del mundo, abrazos a los caballeros y besos a las damas, en esta casa virtual se les recibe hoy con café, te e infusiones, se les agradece la buena vibra que traen y que alimenta este ambiente y, como es el estilo por aqui, se les regala algo para que se vayan reflexionando.



En este caso se extrae de un prólogo de Don Quijote de La Mancha, del gran Miguel de Cervantes y Saavedra, en la edición de la serie roja de editorial Alfaguara, escrito por Don José Saramago, premio Nobel de Literatura:



"La curiosidad empujó a Alonso Quijano a leer, la lectura le hizo imaginar, y ahora, libre de las ataduras de la costumbre y de la rutina, ya puede recorrer los caminos del mundo. comenzando por estas planicies de La Mancha, porque la aventura, bueno es que se sepa, no elige lugares ni tiempos, por más prosaicos y banales que sean o parezcan."



¡Se les quiere mucho por estos lares de Dios!

Tuesday, August 28, 2007

¿IMAX en Caracas? ¿Deseos si preñan?


Un teatro IMAX ¿será realidad este año en Caracas? ¿Deseos si preñan?

Saturday, August 25, 2007

Cómo escribir un poema chino.



A un famoso poeta japonés le preguntaron en cierta ocasión cómo se componía un poema al modo chino.

“El poema chino corriente consta de cuatro versos”, explicó. “El primer verso contiene la frase inicial; el segundo, la continuación de esa frase; el tercero rompe con el tema y da entrada a uno nuevo; el cuarto verso sintetiza los tres anteriores”.

Una canción japonesa ilustra esto:

Dos hijas de un comerciante en sedas viven en Kyoto.
Veinte años tiene la mayor; dieciocho la pequeña.
Un soldado puede quitar la vida a un hombre con su espada.
Pero estas muchachas matan con sus ojos.
*Fuente: "Carne de Zen, Huesos de Zen", uno de mis libros de cabecera.

Wednesday, August 22, 2007

Ningún viaje es definitivo...


Hace muchísimos años, digamos que unos veinticinco, cuando estaba en mi etapa universitaria, solía visitar la librería “Divulgación”, del amigo Sergio Alves Moreira, portugués de nacimiento y ciudadano del mundo. El local del señor Alves, en Los Chaguaramos, Caracas, no tiene la exclusividad de grandes anaqueles como las librerías modernas, sino que más bien éstos (los anaqueles) están combinados con grandes mesones en los cuales descansan cientos de títulos literarios, científicos y de arte. Pareciera que están colocados de manera aleatoria, sin ningún orden, pero nada más alejado de la realidad. Basta que le pregunten por un titulo para que él se dirija directamente hacia la mesa donde éste yace y lo encuentre fácilmente.

Tuve la dicha de tener interesantes conversaciones con Don Sergio, algunas de ellas sobre la lengua y cultura portuguesas. Como buen librero, termina conociendo, milimétricamente, a los clientes y sus gustos. Un buen día me dijo: “Compra este libro, allí leerás buen portugués y a la vez te deleitarás con las imágenes de mi país de origen”. En mis manos un ejemplar de presentación impecable. Adentro guarda lo más importante. Al leerlo no terminas de saber quien dice más, si las imágenes o la rica prosa de José Saramago, premio Nobel de Literatura en 1998.

El libro en cuestión se llama “Viagem a Portugal”, de editorial Caminho, con fotografías de Mauricio Abreu. Una delicia, un tesoro. Del prólogo, extraigo estas palabras, o más bien consejos de Saramago para los lectores del libro:

“Viaje según su proyecto propio, dé mínimos oídos a la facilidad de los itinerarios cómodos y de rastro pisado, acepte equivocarse en la carretera y volver atrás, o, al contrario, persevere hasta inventar salidas desacostumbradas al mundo. No tendrá mejor viaje. Y, si se lo pide la sensibilidad, registre a su vez lo que vio y sintió, lo que dijo u oyó decir (…) La felicidad, sépalo lector, tiene muchos rostros. Viajar es probablemente uno de ellos. Entregue sus flores a quien sepa cuidar de ellas, y empiece. O reempiece. Ningún viaje es definitivo.”

¿Consejos para el viaje o para la vida misma?
*Fotografía del post: Sintra, Portugal.

Saturday, August 18, 2007

Para que lo sepas...


Ese otro que también me habita,
acaso propietario, invasor quizás o exiliado en este
cuerpo ajeno, o de ambos,
ese otro a quien temo o ignoro, felino o ángel,
ese otro que está solo, siempre que estoy solo, ave
o demonio,
esa sombra de piedra que ha crecido en mi adentro
y en mi afuera,
eco o palabra, esa voz que responde cuando me
preguntan algo,
el dueño de mi embrollo, el pesimista y el melancólico
y el inmotivadamente alegre,
ese otro, también te ama.

Poesía de Darío Jaramillo Agudelo, Antioquia, Colombia
Pintura de Amedeo Modigliani: "Pelirroja en vestido de noche", 1918.

Saturday, August 11, 2007

Los cuatro acuerdos...


¡Hola a todos! He estado un poco desaparecido de los blogs. Bastante ocupado con mi nuevo trabajo. En adaptación constante. También estoy leyendo bastante durante los fines de semana.
Ya terminé “La historia de la mujer convertida en mono. Siete cuentos japoneses” de Junichiro Tanizaki. Una obra maestra, excelentes todos los cuentos. Parecen experiencias propias. Lo digo por el realismo con que son contados. Apenas terminé éste, comencé con “La Enfermedad”, del escritor venezolano Alberto Barrera Tyszka, premio Herralde de novela en el año 2006. Profunda narración del comportamiento del ser humano ante la enfermedad, la eterna negación de que la muerte está allí, siempre a nuestro lado.

En esta nueva etapa laboral que estoy viviendo, me recomendaron ampliamente una lectura. Se trata de “Los Cuatro Acuerdos”, un libro escrito por el mexicano Miguel Ruiz, basado en la sabiduría tolteca. Los toltecas, decían que “nuestras vidas no son más que un sueño, cuyo creador es uno mismo”. Recuerdo con estas palabras aquella canción llamada Acuarela, de Toquinho, sobre todo cuando dice que "el futuro es una acuarela y tu vida un lienzo que colorear".

El libro está completamente agotado en Caracas, así que por lo pronto, sólo les puedo dejar un breve resumen que me han hecho llegar por correo, y que describe los cuatro acuerdos, con los cuales podemos alcanzar, entre otras cosas, la paz interior:

1.- No supongas.

No des nada por supuesto. Si tienes DUDA, aclárala. Si sospechas, PREGUNTA...suponer te hace inventar historias increíbles que sólo envenenan tu alma y que no tienen FUNDAMENTO.

2.- Honra Tus palabras.

Lo que sale de tu boca es lo que eres tú. Si no honras tus palabras, no te estas honrando a ti mismo, y si no te honras a ti mismo no te amas. Honrar tus palabras es ser coherente con lo que piensas y con lo que haces. Eres auténtico y eso te hace respetable ante los demás, y ante ti mismo.

3.- Haz siempre lo mejor.

Si siempre haces lo mejor que puedas, nunca podrás recriminarte ni arrepentirte de nada.

4.- No te tomes NADA personal.

Ni la peor OFENSA, ni el peor DESAIRE, ni la más grave HERIDA. En la medida que alguien te quiere lastimar, en esa misma medida ese alguien se lastima a si mismo. En ese caso, el problema es de él, y no tuyo...

Gracias a todos por venir a leerme, en esta casa virtual se les recibe con gran cariño y se les agradece por la buena vibra que traen. Se les quiere mucho por estos lares de Dios...