Saturday, January 31, 2009

El Chop Suey agradecido


Hace poco escribí acerca del menú y la ortografía. Hoy estuve en otro restaurant de la ciudad, y al mirar la carta quedé sorprendido. ¿Será que no es tan importante llamar a las comidas por su nombre de creación?

Para muestras un botón: el chop suey, aquel famoso plato de origen chino, famoso ya en todo el mundo. Cuenta la leyenda que un cocinero chino, al verse acosado por unos mineros con mucha hambre y poco tiempo, y no teniendo muchos ingredientes para preparar, lo que hizo fue mezclar sobras, dando origen al plato de marras, cuyo significado en chino es “trozos mezclados”.
En la dichosa carta, el chop suey fue impactado inmisericordemente por un misil y quedó registrado de forma terrible como “chosue”…

No conforme con este gazapo, la persona que realizó el extraordinario menú nos da de antemano las “grasias”, que no las morisquetas, por la visita.

Lo que hemos visto y lo que hay que ver...

Saturday, January 24, 2009

Un post a cuatro manos

La idea del post a cuatro manos surgió de la nada, potenciada por la empatía entre nosotros. Sucede que nos encontramos una tarde de enero, y nos sentamos a conversar, cervezas de por medio, de todos los temas.
El tiempo era corto, cada uno tenía compromisos posteriores, pero con poco también se disfruta de una buena conversación. Y decidimos darle rienda suelta.
A Beny le gusta la de botella verde, a mí la azul. Antes nos detuvimos unos instantes a divagar sobre la luz en un cuadro de Armando Villalón, pintor venezolano. “Parece que está a punto de llover”, añadió Beny mirando extasiado el cuadro de marras. Es un Avila hermosísimo, con tonalidades de grises, y un ocre en primer plano. Villalón pinta cuadros extraordinarios, como el de la imagen. Y estuvimos detenidos frente a uno de ellos un buen rato, olvidando por momentos que el tiempo es corto y nunca se detiene. El arte produce esas manifestaciones en el ser humano.
Pasado el efecto Villalón decidimos sentarnos a platicar, de todo, de blogs, de mujeres hermosas, de lo que hemos escrito o pensamos escribir. Y he aquí, que ha surgido una idea, de escribir un post entre ambos.
Algo bueno debe salir de allí, de ese “melting pot” nuestro. A Beny lo mueve el tema de la aviación. Todos sus mensajes tienen “el ingrediente aéreo” incluido. Ya es común para mí el “Con los buenos días, aquí el capitán del AV079” para saludar cualquier mañana.
Siendo así, entonces no podía faltar en nuestra conversa el tema de aviación, y nuestro gusto común por el Jumbo Jet 747 de la Boeing. De eso versará el post. Vamos a madurarlo entre los dos, lo conversaremos y le iremos dando cuerpo. Creo que va a salir algo bueno de allí. Ustedes serán los jueces. Nosotros estamos animadísimos con eso.
Gracias por sus visitas a esta casa virtual que también es de ustedes. Ya saben que se les quiere mucho por estos lares de Dios!

Saturday, January 17, 2009

El menú y la ortografía

Sucede muy a menudo. En cartas de diversos restaurantes observas como se escríbe erróneamente el nombre de algunas recetas o formas de preparación de las mismas, platos, postres o bebidas. Y no necesariamente ocurre en restaurantes de baja categoría, revisen, y encontrarán sorpresas.

La carta o menú es un elemento de importancia relativa con respecto a lo que se va a comer. Allí uno encuentra detallados los platos disponibles, así como las bebidas y postres en existencia, al mismo tiempo que los precios de los diversos ítems expuestos en la misma. La carta tiene variadas presentaciones, desde aquella que apenas provoca tocarla ya que se trata de una verdadera obra de arte, exquisitamente confeccionada, hasta las que son forradas en plástico para prolongar su duración, y de tanto tocarlas se guardan para sí las huellas de todos los comensales de la semana.

Lo más importante de dichas cartas es precisamente, no los precios como pudiera alguno pensar, sino la ortografía de la comida que se sirve en el restaurant. Un menú se viene al piso cuando lees “graifrú” para denominar al grape fruit, también conocido como toronja o pomelo, jugo de lechoZa en vez de lechosa (papaya), "extrogonó" de lomito, que injustamente denomina al strogonoff (de origen ruso), ni que decir de las variaciones del cordon bleu (origen francés) tales como coldon blu, gordon blue, gordon blus; el roast beef, aceptado en el diccionario de la Real Academia como rosbif, muchas veces visto como “rostbis” y otras que no vienen a la mente en este instante.

Y uno no sabe a qué atenerse cuando, una vez sentado y examinada la carta, se acerca el mesero a tomar el pedido.

Las dudas nos asaltan en cuanto a la preparación del platillo en cuestión. Y pasan tantas cosas. Como que algunos platos, a pesar de estar muy mal escritos, los cocinan muy sabrosos. Y es que no hay relación alguna entre la sazón y la denominación correcta, lo sé. Lo que hay es predisposición del comensal. Y desconocimiento de la persona que elabora el menú.

Cuando hablamos de spaghetti, palabra de origen italiano, cuyo término en español, según la Real Academia, es espagueti, lo vemos morir asesinado como “espaguete”, o lo que es peor, “espaguetes”. Como anécdota curiosa, en un conocido café de Caracas pedí una ensalada caprese, llamada en algunas cartas "capresse" o "capressa", y mi mayor sorpresa fue que la sirvieron sin albahaca. Pregunté al mesero la razón del hecho y el ciudadano me respondió, sin ápice de dudas y con completo dominio de la escena, que la ensalada caprese no lleva albahaca en su preparación. ¡Oh sorpresa! Lo peor del caso es que yo les había dicho a los amigos que me acompañaban que la caprese del lugar era la mejor de Caracas, y en efecto lo fue durante mucho tiempo.

¿Y qué hay de las bebidas? Allí están los famosos “frescos” por refresco o gaseosa. Ni siquiera la coctelería escapa a la aplanadora que cambia nombres, con resultados tan risibles como el pousse café, de origen francés, terriblemente denominado en muchos sitios “plús café”.

¡Saludos cordiales y buen provecho!

Sunday, January 11, 2009

Violinista en el subterráneo


En todas las actividades de la vida cotidiana se nota, cada vez más, la superficialidad con que muchos se toman las cosas.
Esta semana recibí un e-mail que les reproduzco a continuación y que retrata muy bien este aspecto, y quizás nos sirva de reflexión cuando lo apliquemos a muchos casos de nuestra cotidianeidad.

“Un hombre se sentó en una estación del metro (tren subterráneo) en Washington y comenzó a tocar el violín, en una fría mañana de enero. Durante los siguientes 45 minutos, interpretó seis obras de Bach. Durante el mismo tiempo, se calcula que pasaron por esa estación algo más de mil personas, casi todas camino a sus trabajos.

Transcurrieron tres minutos hasta que alguien se detuvo ante el músico. Un hombre de mediana edad alteró por un segundo su paso y advirtió que había una persona tocando música.

Un minuto más tarde, el violinista recibió su primera donación: una mujer arrojó un dólar en la lata y continuó su marcha.

Algunos minutos más tarde, alguien se apoyó contra la pared a escuchar, pero enseguida miró su reloj y retomó su camino.

Quien más atención prestó fue un niño de 3 años. Su madre tiraba del brazo, apurada, pero el niño se plantó ante el músico. Cuando su madre logró arrancarlo del lugar, el niño continuó volteando su cabeza para mirar al artista. Esto se repitió con otros niños. Todos los padres, sin excepción, los forzaron a seguir la marcha.

En los tres cuartos de hora que el músico tocó, sólo siete personas se detuvieron y otras veinte dieron dinero, sin interrumpir su camino. El violinista recaudó 32 dólares. Cuando terminó de tocar y se hizo silencio, nadie pareció advertirlo. No hubo aplausos, ni reconocimientos.

Nadie lo sabía, pero ese violinista era Joshua Bell, uno de los mejores músicos del mundo, tocando las obras más complejas que se escribieron alguna vez, en un violín tasado en 3.5 millones de dólares. Dos días antes de su actuación en el metro, Bell colmó un teatro en Boston, con localidades que promediaban los 100 dólares.

Esta es una historia real. La actuación de Joshua Bell de incógnito en el metro fue organizada por el diario “The Washington Post” como parte de un experimento social sobre la percepción, el gusto y las prioridades de las personas. La consigna era: en un ambiente banal y a una hora inconveniente, ¿percibimos la belleza? ¿Nos detenemos a apreciarla? ¿Reconocemos el talento en un contexto inesperado?

Una de las conclusiones de esta experiencia, podría ser la siguiente: Si no tenemos un instante para detenernos a escuchar a uno de los mejores músicos interpretar la mejor música escrita, ¿de qué otras cosas nos estaremos perdiendo?”
* Correo enviado por Jesús Eduardo Lorenzo

Saturday, January 10, 2009

¿Quién eres?


Te vi llegar y tuve la sensación de que ya sabía que venías. Me miraste y esa mirada quedó grabada para siempre en mis pupilas. No era una mirada como cualquier otra. Era tu mirada. La mirada. Cesó la búsqueda. Eras tú. Apareciste de la nada. Y yo te esperaba, te buscaba en el laberinto que era mi vida.

A partir de allí los días se hicieron diferentes. Tomaron otro brillo. No pude explicarlo, ni convencer a nadie de que era así. Se multiplicaron las veces en las que miraba al cielo azul en el día, y a las estrellas en las noches. Allí me quedaba absorto. Y cuando fijaba la mirada en ese cielo iluminado por las estrellas, allí estaban tus ojos, mirándome de nuevo, cuidándome, como protegiéndome, porque si, desde ese día me siento protegido, resguardado, cobijado y muy contento de saber que existes.

Hay una especie de déjà vu cuando te miro. Un sentir que ya te conocía de antes y por eso te buscaba, buscaba tu preciosa mirada en muchos ojos que pasaron frente a mí, y que yo sabía que no eran los tuyos, no los reconocía en los míos.

Tu sonrisa celestial es reflejo de tu dulzura, de tu carisma, de lo que estás hecha. Sin ella no soy nada, la necesito como un elíxir vital, como el viento a las copas de los árboles cuando desea dejarnos su melodía, su sonido ininteligible. Y en eso eres espléndida, son millones de veces en que esa sonrisa me ha dado calor de hogar, y en cada uno de esos momentos vuelvo a tener la certeza de que es todo lo que deseo para estar feliz.

No sabes cuánto te soñé cuando no habías llegado, cuánto te pensé, cuánto te reflejé en las tibias aguas del mar, en el cielo hermoso de Caracas en diciembre, en las hermosas montañas de Aragua, que parecen sábanas al viento con un verdor de manzanas, en la expresión ingenua de una niña del páramo de los Andes venezolanos, en un mango multicolor de Maracay en temporada, en un ramillete de hortensias cubiertas de rocío en el Avila.

Y el destino me tenía reservada una sorpresa. Me acerqué. Me miraste. Y eso fue todo. Una mirada bastó para saber que la vida si tiene sentido.

Muchos años después me sigues regalando tus miradas. Y no me queda más que dar gracias a la vida. Y el déja vú. Ese que me hace preguntarme ¿quién eres? cuando me reflejo en tu preciosa mirada, tan familiar ahora como entonces...
Imagen: www.photoshoptalent.com

Sunday, January 04, 2009

Una paz que no llega

Continuando con la fila de libros que pienso leer en el 2009, voy a comenzar con uno titulado “Profesora, ¿Cómo se escribe futuro?“. Se trata de un relato escrito por una profesora alemana, Margret Greiner, que vivió en Israel y daba clases en un colegio palestino de Jerusalén Este. Allí nos narra sus experiencias sobre sus vivencias entre dos grupos que no se admiten, dos formas de ver el mundo separados por un profundo abismo, en un lugar en guerra desde hace miles de años. Siento gran expectativa al leerlo porque el tema está actualmente en el tapete por la invasión militar israelí a la franja de Gaza.

Sigo con gran interés los acontecimientos. Me preocupan los efectos que tan desproporcionada ofensiva surtirá sobre la población civil, en muchos casos ajena a Hamas y a otros grupos en conflicto, y cuyo único pecado es haber nacido palestinos y vivir en ese ghetto en tiempos modernos, llamado Gaza.

Repudio desde esta humilde tribuna el ataque realizado por la Armada israelí, y del cual fue objeto el buque “Dignidad”, que planeaba atracar en costas de Gaza con un cargamento de más de tres toneladas de medicamentos y médicos a bordo para atender a una población totalmente bloqueada y desasistida.

¿Por qué le es tan difícil al Consejo de Seguridad de la ONU negociar un alto al fuego que evite un innecesario derramamiento de sangre a la población civil?

Recordad la fruta caída,
las hojas y la rama,
recordad las duras espinas,
que eran suaves y verdes en la primavera.
Recordad también –y no olvidéis- el puño,
que una vez fue mano abierta.

Jehuda Amichai, poeta israelí.

Friday, January 02, 2009

La penumbra y la sombra

La Penumbra preguntó a la Sombra: “Hace un rato te movías. Ahora estas quieta. En otro instante estabas sentada y luego te levantaste. ¿Cómo es eso que no tengas un sitio particular para estar, ni nada en particular que hacer?”

“Yo dependo -respondió la Sombra -de otro que me lleva de aquí para allá. Y ese otro a su vez depende de algo que lo obliga a moverse o a quedarse estático. Como los anillos de la serpiente, o las alas de la cigarra, que no se arrastran ni vuelan por voluntad propia, así soy yo. ¿Cómo puedo saber porqué es así o porqué no es así?”
Fuente: "Chuang Tzu"
Update: Imagen: NASA, Edwin "Buzz" Aldrin, segundo hombre en pisar la superficie de la Luna.