Sunday, March 27, 2011

Paolo Giordano y la soledad...


Un físico de 29 años es el escritor del libro “La soledad de los números primos” (Salamandra, 2010). Paolo Giordano, Licenciado en Física Teórica, nos muestra sus excelentes dotes de escritor con este, su primer libro, extraordinario, recomendado sin reservas.

Yo pienso que en el fondo, mi naturaleza humana tiene algo de empatía melancólica, porque este tipo de libros me absorbe, me embute en su mundo, y lo vivo profundamente, haciendo de su lectura una experiencia trascendental. Lo mismo me pasó con otros libros como “Kitchen” de Banana Yoshimoto, “Firmín” de Sam Savage, los cuentos de Sergi Pámies en “Si te comes un limón sin hacer muecas” y “El curioso incidente del perro a medianoche” de Mark Haddon, por mencionar algunos.

Curiosamente, en este último, el tema de los números primos también está presente.

En el libro de Haddon, el personaje principal, Christopher Boone, puede recitar los números primos de memoria, hasta el 7.507 pero le cuesta un mundo relacionarse con otros seres humanos. El libro está escrito en capítulos signados con números primos, o sea que comienza en el 2, luego, 3, 5, 7, 11, 13, 17 y en sucesivo hasta el 233.

En el libro de Giordano, se ahonda aún más en las características de los números primos, y en una genialidad que a su vez sirve de núcleo y metáfora de la historia, se cuenta que existen los llamados “números primos gemelos”, pues entre ellos se interpone siempre un número par. Siendo así, los números tales como el 11 y el 13, el 17 y el 19, el 41 y el 43 están muy cercanos pero nunca llegarán a tocarse porque un número par se lo impide en forma de barrera invisible.

Giordano utiliza esta genial metáfora para ilustrar la historia de Alice y Mattia, cuyas vidas siempre estarán unidas pero sin poder tocarse. Dos episodios que transcurren en la infancia de cada uno los sumen en una inmensa soledad, y son sometidos, cada uno por su lado, al escarnio público, a un inmenso rechazo y a la crueldad social que va desde la infancia, pasando por la adolescencia y la edad adulta. Sin embargo existe una fuerte atracción entre ambos, que harán lo imposible por estar juntos porque se saben, se sienten complementarios, pero siempre aparecerán obstáculos que harán imposible esta unión. El tratamiento psicológico de los personajes que hizo Giordano es genial, único. La historia es maravillosa, y ha hecho que nuevamente, en vez de leer, haya vivido una gran experiencia. Así que vayan, corran a leerlo, que nunca lo olvidarán.

Saturday, March 26, 2011

Resiliencia

Según el diccionario de la Real Academia Española, resiliencia es la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas.

Esa es la demostración que en estos momentos está dando Japón como reacción ante la serie de eventos trágicos sucedidos este mismo mes.

Uno de mis amigos japoneses me respondió un correo electrónico diciéndome: “Señor Aiffil, no se preocupe por las imágenes que están saliendo al mundo actualmente sobre Japón. El país se recuperará sin titubear.”

Y yo nunca he tenido la menor duda. La naturaleza les ha dado con fuerza, e incluso los escapes radiactivos traerán problemas, pero la nación está unida y decidida a recuperarse y ocupar su sitial.

La reparación de la severamente dañada Gran Autopista de Kanto, en Naka, en apenas seis días (17 de marzo al 23 de marzo) es un signo de lo que los japoneses entienden como compromiso.

ANTES 
DESPUÉS


*Imágenes tomadas de http://www.autocosmos.cl/

Saturday, March 19, 2011

Topotepuy


Caminar por el jardín produce una sensación de tranquilidad espiritual indescriptible, una especie de gasolina corporal que necesitaba.


Veo la casa enorme con techo de paja, y si a este hecho le sumas la fría brisa del momento y la altura a la que me encuentro, me termino imaginando en otras latitudes.


Todo es verde alrededor, y tiene una vista impresionante de Caracas, que a esa altura luce como un gigante en hibernación.


Las bromelias están en todas partes. Son hermosas. Están en su ambiente natural. Me gustan mucho.


Mientras camino, observo las flores y la cantidad impresionante de colibríes y abejas. Las alas de los colibríes zumban y se mueven vertiginosamente. Al contacto con los rayos solares, su cuerpo muestra una gama de verdes y azules que no puedo describir con exactitud en medio de mi asombro.


Paseamos un poco por el bosque tropical húmedo, cuya atmósfera nos envuelve eliminando del todo los pocos ruidos ambientales y recreándonos con los propios, los siempre misteriosos ruidos del bosque. Arriba, el cielo está oculto por las copas de los árboles de gran altura, procurándonos la sombra y el frescor propios.


Al salir del bosque te reencuentras con los rayos de un sol bonito, que destaca con mayor brillo los colores de las flores y los múltiples verdes de las hojas.


No sé cuánto tiempo estuve en este maravilloso lugar porque allí, simplemente, el tiempo parece detenerse. Como no había mucha afluencia de visitantes nos han dejado estar más tiempo, sin presiones, a nuestro paso, qué delicia.


Y el tiempo, en su detención, te permite flotar mientras admiras la belleza de la naturaleza en pequeña escala. La vibra del lugar es única. Cuando sales te da la impresión de que fuiste al masajista y que te encuentras renovado. Eres otra persona. Los sentidos te lo agradecen enormemente. Las fotografías hablan por sí solas. Que las disfruten.


Es Topotepuy, en Caracas, increíblemente paradisíaco.


Saturday, March 12, 2011

Japón


Japón ocupa un lugar muy importante en mi formación espiritual. Es un privilegio haber estado en su suelo, compartiendo experiencias que han marcado mi vida para siempre.

La filosofía Zen es parte de mi; he estudiado su idioma, visitado sus templos y santuarios; he contemplado el monte Fuji en un día despejado de nubes; conversado e interactuado con sus gentiles habitantes, paseado por la mística ciudad de Kyoto, por la modernidad de Tokyo y contemplado las más hermosas vistas de la naturaleza en Nikko, Hakone, Nara, Kyoto, Tokyo, Yokohama y tantos otros lugares inolvidables.

Japón es un país que se ha quedado en mi corazón y al que le tengo un gran respeto, entre otras cosas por su gran cultura, espiritualidad y la gentileza de su pueblo. Por eso hoy elevo una plegaria al Supremo por todos mis amigos y hermanos japoneses ante la tragedia ocurrida recientemente. Un sismo de inimaginables proporciones ha sacudido el sagrado territorio nipón, dejando tras de sí muerte y desolación.

Estoy seguro que mí querido pueblo japonés saldrá con bien de esta prueba de la naturaleza. Hago votos por su recuperación y el restablecimiento de la normalidad.

En este momento de nostalgia y de amor, les dejo un hermoso poema:

En Suminoe

A la orilla llegan las olas

Pero de noche

Por el camino del sueño

¿Por qué no llegas tú?


Suminoe no / kishi ni yoru nami / yoru sae ya / yume no kayoiji / hitome yokuramu

Fujiwara no Toshiyuki

Poeta japonés



Sunday, March 06, 2011

El niño con el pijama de rayas

Acabo de terminar de leer esta obra del escritor irlandés John Boyne (Salamandra, 2008). Interesante desde todo punto de vista, es una historia narrada en primera persona por un niño llamado Bruno, quien funge de protagonista de una historia escenificada en la Alemania de la Segunda Guerra Mundial. Bruno, hijo de un oficial alemán ve con tristeza como su familia es enviada a un lugar conocido como Auchviz (sic), donde conocerá a Shmuel, un niño de su misma edad que se encontraba internado en el Campo de Concentración. Nadie nunca le dijo a Bruno que Auchviz era un campo de exterminio, pero él, con su mente de niño que lo explora todo, va descubriendo cosas que le van mostrando de qué va todo más allá de la cerca que le impide el acceso a la gente con “pijamas de rayas”.

No es la idea hacer un resumen del libro (de hecho, en la edición que poseo el editor se exime de hacerlo), pero es un libro que te llega muy profundo, que te hace abrir los ojos ante una historia real e impactante.

Es un niño el que nos guía hacia el interior de Auchviz (Campo de Concentración de Auschwitz-Birkenau) y lo que sucedía de uno y otro lado de la cerca. Los ojos de un niño, que no se pierden detalle, y la mente de un niño que se hace todas las preguntas posibles, muchas de las cuales no tenían respuesta adecuada de sus padres.

Admiro realmente la capacidad de algunos autores para expresarse y desenvolverse como niños, tal como lo hicieron Mark Haddon con Christopher Boone en “El Curioso Incidente del Perro a Medianoche” (Salamandra, 2007), Hank Ketcham en las tiras de “Daniel el Travieso” (Dennis the Menace) y Charles Schulz con Charlie Brown y sus amigos (Peanuts).

En este caso, el de Bruno, la historia, como me lo habían advertido, es muy triste y muy real al mismo tiempo. Y está allí para recordarnos que cosas como esa no deben volver a pasar jamás.

Wednesday, March 02, 2011

Aun en los momentos mas tranquilos...


Siendo un adolescente, en 1977, tuve la dicha de escuchar por primera vez, de la mano de un par de amigos de Barquisimeto, Ramón y José Vicente González, un álbum de un grupo de rock único en su estilo, y que dejaría honda huella en mi alma a través de sus hermosas canciones: “Even in the quietest moments”.

Se trata del grupo de rock Supertramp. Para ese entonces lo conformaban Roger Hodgson (voz y guitarra), Rick Davies (piano y voz), Dougie Thomson (bajo), John Anthony Helliwell (saxo tenor) y Bob Siebenberg (batería).

Sus canciones se hicieron himnos de vida para mí, y aún recuerdo vívidamente músicas y letras tales como “Give a Little bit”, “Babaji” , “Lover boy”, “From now on”, “Babaji”, “Downstream” y “Fool´s Overture”. En mi opinión personal, si existe un mejor álbum que ése es un secreto bien guardado.

Roger Hodgson se separó del grupo en 1983 dejando un gran vacío que nunca pudo ser llenado. Sin embargo, el (RH) continúa cantando en solitario y realiza unos conciertos que titula “Night of the Proms” donde incluye canciones legendarias del álbum antes mencionado, con acompañamiento de una orquesta sinfónica de 70 músicos y un coro de 50 personas. Les dejo una muestra de ese maravilloso trabajo. “Fool´s Overture”. ¡Díganme que no es preciosa!