Sunday, November 26, 2023

Pensamientos VI...

 


Ha pasado bastante tiempo desde que escribí la última vez en este Blog, que ya tiene la mayoría de edad. Increíble todo lo que ha pasado en mi vida desde entonces. No lo hubiese imaginado así, pero este carrusel ha tomado caminos insospechados, y allí voy, acoplándome al camino. Cuando miro por la ventana de este tren y veo paisajes que no había bosquejado, no dejo de asombrarme. Aprieto las pestañas y vuelvo a asomarme a ver si es verdad. Y sí, como en las tiendas gringas, “lo que ves es lo que hay”.

He conocido otras formas de pensar y de ver la vida. Lo he contrastado con la mía, comparado situaciones, para llegar siempre a la misma conclusión: las condiciones de borde son las que determinan que algo ocurra de una manera o de otra, cuando se trata de la misma situación.

Me gusta hablar con la gente que ha emigrado, como yo. Un poco para saber su travesía personal, qué cosas le han impactado y cómo ha cambiado su vida desde entonces. Son conversaciones profundas e interesantes, de las que casi siempre salgo nutrido.

Pienso mucho en las cosas, como eran y como son ahora, en la gente que estaba y que ya no está, en la gente nueva, que hoy está y mañana quién sabe, en la gente que permanece, a pesar de todo. Esto último tiene un valor. Las cosas cambian. Los paisajes son diferentes. Pero hay gente que sigue ahí y no quieres que se vaya, porque son parte importante de lo que eres hoy en día.

La persona con la que más compartía estas cavilaciones se ha ido. La pandemia lo sumo a sus números de fatalidades. Y a mí me quitó un pedazo importante de mi vida. Eran años de compartir todo, tanto en lo personal como en lo profesional, ya que estudiamos juntos en la Universidad.

La vida nos fue ubicando en diferentes latitudes, pero siempre hubo el puente, que nos acercó tanto en lo físico como en lo espiritual. Ninguno de los dos llevábamos la vida perfecta, y en eso residía lo interesante de nuestra amistad. Compartíamos esos errores que no le cuentas a nadie y comparábamos puntos de vista, apreciaciones de los hechos, sacábamos conclusiones que luego nos servían a cada uno. Pasaba mucho tiempo para vernos en la misma ciudad, pero cuando eso pasaba, era emocionante. Por todo lo que teníamos pendiente para conversar, por visitar los sitios en los que habíamos compartido, juntos o por separado con otra gente y contar las anécdotas, reírnos, llorar, repensar. Siempre concluíamos que, a pesar de ser el mismo sitio, y que volvíamos a estar presentes en él, nada se repetía. Todo había cambiado sin que nos diéramos cuenta, y estábamos allí para sentirlo.

Es por eso por lo que en este viaje que llamamos vida, llevamos los recuerdos bonitos con nosotros, como tesoros invisibles a otros, y que vienen a la memoria y a los sentidos al encontrarlos en un árbol, en una mesa, en una sonrisa de otra persona, en una vestimenta, en un perro ladrando, en un niño paseando en un coche. Ahí están esos recuerdos, esperando para saltar a la memoria y elevarnos a otra dimensión donde los revivimos.

Mi amigo, el que ya no está aquí, debe estar mirando lo que escribo y pensando: “habías tardado en escribir eso” o “sabía que lo escribirías”, y dando gracias. Me siento bien por haber plasmado esta divagación, y por haberlo recordado hoy, demostrando que, no importa la distancia ni el tiempo, hay recuerdos imborrables y vidas que llegaron para quedarse.

Descansa en paz, querido amigo. Hoy, en un rato de descanso, te escribo estas palabras desde Sevilla, a donde quiera que estés, y que sepas que me sigues haciendo falta, y que todos los días doy gracias a Dios por todo lo compartido en esta travesía que yo continúo, y que libraré por los dos. Un abrazo inmenso.

Thursday, August 18, 2022

Pensamientos V

 


En un mes ya tendré un año viviendo en España. Casi que no me lo creo. Un año desde el día en que aquella funcionaria en el Aeropuerto de Barajas me dijo, luego de sellar mi pasaporte: “¡Bienvenido a España!”, con una amable sonrisa.

Nunca podré olvidar ese momento. Tampoco la sonrisa de mi hija, que me esperaba en las afueras, ni el abrazo de mi esposa al llegar a la estación Sevilla Santa Justa, un día después.

Han pasado tantas cosas desde entonces. Me matriculé en la Universidad e hice una Maestría de la cual tengo pendiente aún terminar la tesis. Volver a la Universidad me permitió, entre otras cosas, aplacar la ansiedad que traía desde Caracas, con todos los problemas de la pandemia. Pude al fin volver a pensar en cosas académicas, en compartir un café con mis colegas de estudio, conocer personas de diferentes países y formas de pensar, estudiar muchísimo y salir bien en los exámenes, en fin, pude volver a ser yo mismo.

Ahora trabajo, y esa es otra experiencia de vida. Aquí las cosas son diferentes a las de América. No son mejores ni peores, simplemente son distintas y me ha tocado aprender bastante. La receptividad de mis compañeros ha ayudado mucho en el proceso, cosa que agradeceré siempre.

Terminar de cursar las asignaturas del Máster coincidió con la obtención de mis documentos de residencia, lo que me permitió comenzar la búsqueda de trabajo. Pensamos, mi esposa y yo, que iba a ser largo el proceso, pero fue justo lo contrario. Me decanté por un trabajo en la misma región donde vivo, Andalucía. Es grande esta región, y la gente en general es muy agradable al trato. Como cosa curiosa, mi tesis universitaria está ambientada en Cádiz y fue en esta misma ciudad donde conseguí el trabajo. Y así fue como me vine atraído a vivir en Cádiz, donde estoy durante la semana. No sé decir aún qué cosa me gusta más de esta ciudad. El mar que la rodea, los edificios antiguos y bien cuidados que existen en ella, los parques y plazas, la gente, la calidad de vida, la paz contagiosa, todo me gusta de aquí.

Y así van pasando los días y voy escribiendo esta historia bonita de vivir en España. En poco tiempo ha marcado mi vida. Mi lienzo tiene ya unas pinceladas muy bonitas. Disfruto mucho aquí, pasear por sus ciudades y pueblos, conocer gente nueva, volver a entrar en librerías, aunque no esté leyendo como acostumbraba, aún. Vamos paso a paso. Les seguiré contando. Los quiero.


Monday, March 21, 2022

Pensamientos IV

 



“Nada dura para siempre, ni siquiera los problemas”, leo en una cuenta de Instagram. Y si, es así, todo cambia, todo pasa y nada queda, como bien dijo el poeta.


Hay una guerra aquí en Europa, muy cerca. Con su carga de destrucción que nos salpica a todos. Eso me pone triste, pensar en las familias destruidas, los futuros destrozados, la incertidumbre sobre si ello tendrá fin pronto o se alargará.


Las cosas tienden a complicarse como consecuencia de lo que pasa. Aquí en España ha subido el precio del combustible un 30%. Y los alimentos también. Están llegando familias desplazadas, niños, sobre todo. Dantesco el panorama.


Sigo estudiando mi Maestría, y como está en su etapa cumbre, no me deja leer mucho de literatura. Mis lecturas son técnicas casi siempre. Espero también mis documentos para poder trabajar. La visa de estudiante no lo permite.


Hace unos meses soñé que mi amigo Luis Yslas había abierto una librería en una isla y yo había ido a visitarlo. La librería estaba muy cerca del mar, el cual se veía desde los ventanales, y al entrar sólo pensé en aquella librería que visité hace años en Cumaná, y cuyos libros estaban casi todos deteriorados por el salitre. Yo veía a Luis ilusionado y no me atrevía a decirle nada. Estuvimos conversando sobre los libros y la vida hasta que me fui, silencioso.


El sueño quedó como inconcluso, porque yo no pude saber dónde era esa isla, y tampoco le adelanté a Luis el destino que le esperaba a aquellos libros que, para el momento de mi visita, estaban aún en cajas y no en los anaqueles. Me desperté y me quedé pensando en el sueño. Luego me volví a acostar intentando retomarlo, pero no volvió a aparecer.


Hasta estos días cercanos, donde volví a aparecer, esta vez dentro de la librería y no caminando hacia ella. Luis estaba ocupadito, destapando pedidos de libros, y las cajas de aquella vez ya estaban puestas en los anaqueles. Yo no se cuánto tiempo había pasado desde aquel otro sueño, pero los libros estaban íntegros en los estantes, nada que ver con deterioro. Miré por la ventana y más allá estaba el mar, si, como aquella vez, muy azul y bajo un sol brillante, como de mediodía. Las paredes de la librería estaban pintadas de colores llamativos, tipo pasteles, amarillos, azules, rojos, verdes. Donde miraras había belleza, había libros. Finalmente nos tomamos un café y conversamos, pero no de aquella librería de Cumaná donde se dañaban los libros, porque estos estaban muy sanos, muy cuidados, y no había del salitre ni el olor. Por la ventana pasó una bandada de gaviotas cuando desperté. No se si habrá una tercera parte. Por lo pronto, no le he contado a Luis de estos sueños.


Sevilla está muy bonita por estos días de comienzo de primavera. La vida continúa, vienen cambios en estos meses venideros. Ya preparo la tesis, pero falta mucho para terminarla porque todavía no está madura en su definición del tema. Seguimos trabajando en ello. Y estudiando las materias que faltan por cursar. Los quiero. Un abrazo.

Wednesday, February 23, 2022

Pensamientos III

 


Hola a todos. Ya van cinco meses desde que estoy por estas tierras de Dios. Cinco meses en los cuales no he logrado desprenderme de mi país, que ya no lo era cuando me fui, de mis cosas que dejé, de mis recuerdos. Dicen que eso tarda un poco. Lo voy llevando con paciencia.


He ido conociendo de a poquito la idiosincrasia de la gente, los pueblos, los caminos, los paisajes. Todo es nuevo para mi. Y lo voy absorbiendo, probando los sabores, admirando las flores y el mismo suelo donde ahora piso.


Por estas tierras han estado los moros, los romanos, los griegos, y se han sentido a gusto. Cosas buenas deben haber sentido para haberse enamorado de estas tierras, áridas en su mayoría, pero bonitas, cautivantes.


Voy a clases y a veces leo en el camino. Otras veces veo por la ventana a la gente desenvolviéndose en su cotidianeidad. Estoy como en el set de una película que es mi propia vida. Aprendo cosas en las clases, tanto de los profesores como de los alumnos que como yo van a estudiar. Algunos me miran con asombro porque a mi edad ya son muy pocos los que estudian, y más los que dan clases. Pero así soy yo, siempre estudiando, siempre aprendiendo, siempre compartiendo experiencias.


Entre otras cosas, sigo leyendo. Voy a tratar de que sea más que el año pasado, donde con tanto contratiempo no pude hacerlo mucho. Ya voy por mi segundo libro, “El libro de Daniel”, de E. L. Doctorow. Antes me inicié con “Alias Grace” de Margaret Atwood, una novela extraordinaria. Este año me prometí leer “El Padrino” de Mario Puzo, para conmemorar los 50 años del estreno de la película. Ya les contaré.


Bueno, así va mi vida, espero que la de ustedes vaya bien. Los quiero.


Friday, January 14, 2022

Mis lecturas del 2021

 


Hola a todos. Siguiendo la costumbre del Blog, plasmo en este post mis libros leídos en el año, esta vez con una fuerte influencia de un tuit de Rodrigo Blanco Calderón que rezaba: “Un reto de lectura que consista en solo leer 12 libros en el año. Pero leerlos bien.” Me tuvo todo el año reflexionando por ese afán que a veces le ponemos a toda lectura que nos caiga en las manos o en las pantallas, claro está. Por todas partes nos espera un reto, un concurso, Entonces leemos llevados por la prisa, y si es verdad lo que dice Rodrigo, no leemos bien.

Este año 2021 estuvo marcado por cambios importantes en mi vida. Tantos fueron, que he terminado viviendo en otro país, España, y haciendo cambios en mi proyecto de vida. Mi biblioteca, por lo pronto, se ha quedado en Caracas. Me traje algunos. Otros andan conmigo en formato digital, que no es mi favorito, pero suple las faltas. Ello, aunado a la reflexión anterior de RBC, implicó muchas menos lecturas que en el 2020, que también fue un año de cambios de lugares y de vida.

Sin embargo, sigo leyendo. No podría vivir sin hacerlo. Aquí les va mi resumen de lecturas del 2021. Espero que les guste.

Les cuento que en estos 12 meses pude leer un total de 17 libros, casi la mitad de los leídos el año anterior.

El último libro ganador, en el 2020, fue “Tres tristes tigres”, de Guillermo Cabrera Infante. Un libro encantador.

 

El ganador es siempre el que me depare la mejor emoción de lectura, las mayores reflexiones, el libro donde de algún modo o en algún personaje me vea reflejado.

 

El ganador del 2021 es “La perra”, de Pilar Quintana. Excelente novela, y Pilar es una escritora insuperable. Qué gusto para mi fue leer dos de sus novelas (El abismo, también) y varios de sus sensacionales cuentos. Un descubrimiento.

 

¿La lista (de los que terminé de leer)?

 

 “El arpa de hierba”. Truman Capote. Sudamericana, 2007.

 

 “Vacaciones en el Cáucaso”. Maria Iordanidu. Acantilado, 2020.

 

 “Fin de poema”. Juan Tallón. Madera Fina, 2018.

 

 “Emaús”. Alessandro Baricco. Anagrama, 2011.

 

 “Veinte merengues de amor y una bachata desesperada”. Juan Carlos Méndez Guédez. Madera Fina, 2016.

 

 “Y recuerda que te espero”. Juan Carlos Méndez Guédez. Madera Fina, 2015.

 

 “La perra”. Pilar Quintana. RandomHouse, 2017.

 

 “Cierra los ojos que vamos a ver”. Menena Cottin. Cyngular, 2013.

 

 “Los abismos”. Pilar Quintana, PenguinRandomHouse, 2021.

 

 “Las cosas que perdimos en el fuego”. Mariana Enríquez. Vintage, 2016.

 

 “La pandilla de Asakusa”. Yasunari Kawabata. Seix Barral, 2014.

 

 “Kafka. Racconti”. Franz Kafka. Feltrinelli, 1961.

 

 “Pedro Páramo”. Juan Rulfo. RM Verlag, 2005.

 

 “La maleta de mi padre”. Orhan Pamuk. Mondadori, 2007.

 

 “La muerte del Comendador”. Haruki Murakami. Tusquets, 2019.

 

 “Media Vida”. V.S. Naipaul. Mondadori, 2003.

 

 “Baila, baila, baila”. Haruki Murakami. Tusquets, 2012.

 

 

Espero les guste mi lista. Elaborada, como siempre, desde mi corazón de lector.

 Un gran abrazo a todos y mucho éxito en sus planes y proyectos para el 2022.

 Anexo el link con los elegidos en el 2020.

 


Wednesday, December 22, 2021

Pensamientos II

 



Tiempo ya sin escribir algo en mi bitácora querida. Han pasado tantas cosas desde la última vez que escribí, hace cinco meses.

Entre otras cosas, emigré definitivamente el 13 de septiembre. Ya no vivo en Caracas, mi ciudad natal. Ya no puedo ver el Ávila desde mi ventana. Lo extraño, sinceramente. Mi periplo fue de Caracas a Estambul, porque no hay vuelos directos a Madrid, a donde llegué el día 15. Yo no conocía nada de Europa. Todos mis viajes anteriores fueron a países de América: Panamá, Colombia, México, Estados Unidos y Canadá.

Mi hija me recibió en Madrid, donde vive. Como llegué en la mañana, tuvimos tiempo de pasear por el centro de una ciudad que me cautivó de inmediato. Preciosa es el calificativo que le doy. En la noche fuimos a una cena de bienvenida en un restaurant italiano. Enamorado quedé de esta urbe. Al día siguiente debía partir hacia Sevilla, donde esperaba mi esposa, y donde voy a vivir desde ahora. Hay ciudades bonitas en el mundo, y Sevilla. Qué extraordinaria belleza. Aún no me creo que vivo aquí. Ya pasaron tres meses. Estudio un Máster en la Universidad, donde he coincidido con mucha gente de Latinoamérica, que también está cautivada por la ciudad, su gente, su comida, todo. Estamos como en una nube. Pasamos más de dos años separados como pareja, entre asignaciones de trabajo y la pandemia que cerró fronteras.

España me sorprende todos los días. Es un país de primer mundo. Muy bien organizado, con sus bemoles y sostenidos. Sorprende saber que aquí se habla un español muy distinto al de Venezuela. Cada palabra puede que tenga un significado distinto. Me ha tocado aprender. Sorprende saber lo preparado que está el país en materia de turismo, una de sus principales actividades. Sorprende saber que mis profesores en la Universidad son gente muy preparada de los cuales he podido descubrir tantas cosas. Sorprenden los cambios de clima estacionales. Sorprende la forma de llevar la vida, de manera tranquila y ordenada. Me ha gustado mucho y si es verdad aquello de que la primera impresión es la que queda, entonces he quedado enamorado de este país que tan poco tiempo que llevo conociendo.

Paso los días estudiando mucho, adaptándome de nuevo a un ritmo de estudio. Mis compañeros de clase tienen el promedio la mitad de mi edad, y se asombran de mi insistencia en estudiar, que es algo que siempre me ha gustado. No me ha quedado mucho tiempo para mi pasatiempo favorito, que es la literatura. Espero retomar el paso, a medida que me vaya adaptando al ritmo de las cosas que estoy haciendo y que tengo planes de hacer. Dan ganas de hacer muchas cosas, profesionalmente hablando. Vamos primero con el Máster y luego vamos modelando el plan.

Por aquí siempre estaré para contar la aventura. Espero que me vaya bien. Le estoy poniendo ganas. Los abrazo, a ustedes, los que siempre vienen a leer a pesar del tiempo de ausencia. Soy de ustedes.

Saturday, July 17, 2021

Pensamientos I

 


Van 6 meses que no escribo nada en esta bitácora. Solamente leer literatura y trabajar en un proyecto a futuro, porque todavía sigo pensando en proyectos, cosas que quiero hacer en mi profesión antes de colgar los guantes, cosas que quiero hacer con la literatura, para lo cual me aconsejan Salvador Fleján y Carlos Sandoval que no debo dejar la lectura por nada del mundo.


Y bueno, no la he dejado. La literatura técnica me ha quitado tiempo ficcional. Aprender cosas nuevas es más difícil conforme van pasando los años. Se nota que el esfuerzo es mayor, quizás hay menos neuronas o quién sabe qué.


Trabajo mi cerebro para que no se amodorre. Aprendo idiomas, mejor dicho, insisto en aprender cosas nuevas de idiomas que ya manejo. Y esas cosas nuevas me devuelven la actividad perdida, la versatilidad, la resiliencia mental. Hay que mantenerse haciendo gimnasia mental, todo el tiempo, porque no es fácil recuperar la actividad de un cerebro que ya se acostumbra a no hacer nada. Cuesta mucho prenderlo, y no digamos echarlo a andar…


Trabajo con ahínco en mis planes. Diagramo mis pasos a seguir, programo actividades. Pero claro, estando en casa se hace un poco cuesta arriba, bien porque la nevera está cerca, bien porque la cama también lo está. Y también estoy solo. No tengo ahorita a nadie que me diga “esto está bien”, “esto está mal”, “está mejor así”, y bueno, si quiero dormir, duermo, si quiero salir a ejercitar lo hago, si quiero leer todo el día también está bien. También hago algunas actividades que me generan un poco de ingresos y que no me quitan tanto tiempo. Trabajo de transporte a personas, doy clases de cosas que sé, y preparar la logística de eso también consume tiempo, pero no es tanto como cuando trabajaba en la oficina. En aquel momento sabía cuando salía de la casa, pero nunca la hora en que regresaba. Ya esos tiempos pasaron, por lo menos en este país donde aún vivo. La empresa ya no existe, la cerraron. Y así otras por el estilo donde pude haber recalado. La actividad donde me desenvolvía profesionalmente, petróleo y gas, ya en sí misma no es actividad. La industria trabaja a niveles mínimos históricos, y las empresas de servicios, que eran muchas, motivadas por la demanda, ahora pasaron a ser muy pocas y con otro tipo de actividades. Lo que era ya no es.


Dicho esto, mis días transcurren como en un retiro. Ya no hay la prisa diaria, ya no hay el correr, la entrega, la firma, ya no. Ahora hay paz, tiempo para repensar el futuro, o por lo menos para esquematizarlo. Ya sabemos que no siempre pasa lo que se piensa. La vida te va moldeando, y en el principio eres masa, y luego serás pizza o arepa o torta, de acuerdo a los ingredientes y la preparación.


Una nueva etapa está por comenzar. Y estoy expectante. “Algo bueno tiene que pasar” (Yordano’s dixit).