Tuesday, October 28, 2008

Algunas apreciaciones sobre la escritura (Segunda Parte)

Continuando con la traducción de las apreciaciones de la escritora norteamericana Elizabeth Gilbert en su página web, sin desperdicio:
"Escribir como disciplina es importante, pero está de algún modo sobrevalorado. La más importante virtud de un escritor, en mi parecer, es la autocompasión. Porque lo que escribes siempre te va a parecer insatisfactorio. Tu propia pereza no te dejará satisfecho. Te harás promesas del tipo: “Voy a escribir una hora todos los días” que luego no cumplirás. Pensarás: “Yo apesto, soy un desastre, estoy acabado”. Continuar escribiendo una vez que se ha sentido el dolor de la desilusión no solo requiere de disciplina sino también autocompasión (que proviene de un lugar de amabilidad, aliento y amor maternal). La otra cosa que hay que darse cuenta es que todos los escritores piensan que ellos mismos apestan. Cuando yo estaba escribiendo “Come, reza y ama”, tenía un fuerte mantra de YO APESTO haciendo ruido en mi cabeza, como todo el mundo lo tiene cuando está escribiendo algo. Pero tuve un momento de claridad de la verdad durante el proceso de creación de ese libro. Hubo un día en el que me encontraba agonizando mientras pensaba cuan terrible me parecía mi escritura, entonces me dije: “Ese no es ahora mi problema”. El punto del que me di cuenta es que yo nunca le prometí al universo que escribiría brillantemente; sólo le prometí que escribiría. Entonces volteé mi cabeza y continué luchando como prometí.

Tengo un amigo italiano que es un cineasta de gran sensibilidad artística. Luego de años de luchar por terminar sus películas, le envió una carta angustiosa a su héroe, el brillante (y quizás medio loco) cineasta alemán Werner Herzog. Mi amigo se quejaba sobre cuán difícil es en estos días ser un cineasta independiente, cuán difícil es encontrar subvenciones gubernamentales al arte, cómo las audiencias han sido arruinadas por Hollywood y cómo el mundo había perdido su buen gusto, etc, etc. Herzog le devolvió otra carta a mi amigo, donde le decía entre otras cosas: “Deja de quejarte. El mundo no tiene la culpa de que tu hayas querido ser un artista. No es trabajo del mundo disfrutar de las películas que tú haces, y ciertamente no es obligación del mundo pagar por tus sueños. Nadie quiere oír esto. Róbate una cámara si tienes que hacerlo, pero deja de quejarte y ponte a trabajar”. Yo me repito esas palabras cada vez que me siento ofendida, calificada, competida o poco valorada con respecto a lo que escribo: “No es culpa del mundo que quieras ser una artista…ahora, ve a trabajar”, éste es un camino para los valientes y llenos de fe. Debes encontrar otra razón para trabajar que sea diferente al deseo de éxito o reconocimiento. Esto debe venir de otro lugar.

He aquí otra cosa que considerar. Si siempre quisiste escribir, y ahora tienes cierta edad, y nunca lo hiciste, y piensas que es muy tarde, piénsalo de nuevo. Yo vi a Julia Glass ganar el Premio Nacional del Libro por su primera novela, “Los tres Junios”, la cual comenzó a escribir bien pasados sus treinta años. Yo la escuché al dar su discurso de aceptación, en el cual ella contó que acostumbraba a quedarse despierta en las noches, atormentándose mientras trabajaba en su libro, preguntándose a sí misma, “¿Quién crees que eres, tratando de escribir una novela a tu edad?”. Pero la escribió. Y mientras sostenía su Premio Nacional del Libro, dijo, “Esto es para los talentos retardados del mundo”. Escribir no es como bailar o modelar; no es algo que cuando pasas los 19 estas acabado. Nunca es tarde. Tu escritura mejorará mientras más viejo y más sabio seas. Si tú escribes algo bonito e importante, y la persona indicada de alguna forma lo descubre, esto abrirá un espacio para ti en las librerías del mundo, a cualquier edad. Al menos inténtalo." (Continuará...)

Sunday, October 26, 2008

Divorcios Express

Divorcio rápido! Barato!

Lejos están los días en que, siendo un niño, podía darme cuenta de que tanto mis abuelos como otras personas de su misma edad se caracterizaban por tener familias numerosas de ocho hijos o más. Y las duraciones de los matrimonios eran de por lo menos 40 años. Hoy en día, con la puesta en boga de los servicios express, no tienes que esperar a que, por ejemplo, te revelen una fotografía (servicio de por si devaluado con la llegada de la fotografía digital), tampoco para comer porque siempre encuentras una sección express donde, por un minimo cargo en la cuenta, sales de inmediato con la comida de tu preferencia, y lo mismo en lavanderías, cajas registradoras de supermercados, etc.

Pues los servicios express se han extendido hasta los otrora durables matrimonios. ¿Se han preguntado cuanto es el promedio de duración de los mismos hoy en día? Ya conozco algunos que se han disuelto apenas al llegar de la luna de miel. ¿Tampoco se han preguntado sobre las causas de éste fenómeno? Quizás entre allí el poco conocimiento entre las parejas. Alguna desilusión inicial. Miedo a perder la libertad que se tuvo durante la soltería. Tantos motivos que pudiera haber.

Lo cierto del caso es que, por el camino que vamos, donde para comprar una vivienda decente debes poseer en tu cartera como mínimo 100 mil dólares (por lo menos en Venezuela) entre otros obstáculos, sin incluir las libertades sexuales, el desdén hacia la adquisición de las responsabilidades que genera la vida en pareja y otros menesteres, vamos por el camino de la extinción de la sociedad matrimonial como tal, lo cual implicará la destrucción del concepto de familia nuclear, tal como nos lo enseñaron en la escuela.

Una cita: "Para dos personas casadas, el vivir juntos día tras día es, sin lugar a dudas, un milagro que el Vaticano ha pasado por alto". Bill Cosby, Love and Marriage

Saturday, October 25, 2008

Algunas apreciaciones sobre la escritura (Primera Parte)

¡Hola a todos! Haciendo un paréntesis en mis avatares profesionales en Houston, ya les he contado de mi dedicación, en mis ratos de ocio, a la literatura, en la forma de la lectura de libros. Entre estos he incluido algunos en el idioma de Shakespeare.
Cuando fui a Venezuela en el mes de septiembre, dejé olvidado en Caracas uno que compré, titulado “Infiel”, de la autora Ayaan Hirsi Ali. Es por ello que al llegar aquí, volví a la librería y, llevado por mi instinto, compré otro que me ha sorprendido, y con el cual estoy encantado. Se trata de “Come, reza y ama” de la escritora norteamericana Elizabeth Gilbert (Penguin Books). La reseña del libro la haré cuando termine de leerlo. Es intenso y apasionante desde el mismo comienzo. También me dediqué a investigar sobre la autora y he descubierto a una persona excepcional como ser humano. En su página web, entre otras cosas, nos muestra su punto de vista personal en lo que a escritura se refiere. En lo sucesivo voy a dejar en tres entregas la traducción que en su página tiene el mismo título del post. Espero que la disfruten. Se les quiere mucho por estos lares de Dios!

Algunas apreciaciones sobre la escritura (Parte 1)


Algunas veces la gente me pide ayuda o sugerencias sobre cómo escribir, o cómo lograr ser publicado: teniendo en mente que todo es efímero y personal, intentaré explicar aquí todo lo que creo sobre la escritura. Espero que sea útil. Y es todo lo que se.
Yo creo que si de verdad te tomas con seriedad la escritura o alguna otra forma de expresión, deberías tomarlo como un llamado sagrado. Yo me convertí en escritora de la misma forma en que otra persona se convierte en monje o monja. Yo me hice desde muy joven la promesa de escribir. Me convertí en una novia de la escritura. Fui su sirviente mas devota. Construí mi vida alrededor de escribir. No encontré otra manera de hacerlo. No conocía a nadie que se hubiese convertido en escritor. No tenía, como dicen, conexiones. Ni pistas. Solo empecé.
Tomé algunas clases de escribir en la Universidad de Nueva York, pero, aparte de un excelente taller con Helen Schulman, descubrí que no quería estar practicando este trabajo en un salón de clases. No estaba convencida de que un taller formado por 13 jóvenes escritores tratando de encontrar sus voces fuera el mejor lugar para encontrar mi propia voz, por lo que decidí, al mismo tiempo, comenzar por mi cuenta. Les mostraba mis trabajos a amigos y familia, en cuyas opiniones creía. Siempre estaba escribiendo y mostrando lo que hacía.
Cuando me gradué en la Universidad de NY, creé mi propio postgrado de escritura, lo cual conllevó a llevar muchos años viajando dentro y fuera de mi país, trabajando en bares y restaurantes, y haciendas, escuchando cómo hablaba la gente, recogiendo experiencias y escribiendo constantemente. Quizás para otros yo llevaba una vida desordenada, pero mis viajes fueron un esfuerzo deliberado para aprender tanto como pudiera de la vida, de manera tal que pudiera escribir sobre ella.
Alrededor de los 19 años comencé a enviar cuentos cortos para publicación. Tenía el objetivo de publicar algo (lo que sea, donde fuere) antes de morir. Lo que recogí fue una gran cantidad de notas de rechazo, durante años. No puedo explicar exactamente el porqué tenía la confianza para estar enviando mis cuentos cortos, a la edad de 19, para, digamos, la revista “The New Yorker”, o el porqué no me destruí cuando era inevitablemente rechazada. Creo que, de algún modo sabía que iba a ser rechazada, pero al mismo tiempo pensaba: “Hey, alguien tiene que escribir estos cuentos, ¿porqué no yo?”. Yo no adoraba ser rechazada pero mis expectativas eran bajas y mi paciencia muy grande (De nuevo, el objetivo era ser publicada antes de morir, y yo era joven y saludable). Nunca fue fácil para mi entender porqué la gente trabaja tan duro para crear algo bonito, y entonces se rehúsa a compartirlo con alguien, por miedo a la crítica. ¿No es ese el punto de la creación –comunicarle algo al mundo? Entonces PONLO ALLI. Envía tu trabajo a los editores y agentes tanto como sea posible, muéstraselo a los vecinos, pégalo en una parada de autobús, pero no te sientes sobre él a sofocarlo. Al menos inténtalo, y cuando las fuerzas te devuelvan el manuscrito (que lo harán), respira profundo e inténtalo de nuevo. Frecuentemente veo gente que dice “No soy tan bueno para ser publicado”. Eso es bastante posible. Probable, aún. Todo lo que digo es que dejes que sean otros quienes lo decidan. Revistas, editores, agentes, todos ellos emplean a jóvenes a los que les pagan 22.000 dólares al año y cuyo único trabajo consiste en leer pilas de manuscritos y enviar cartas diciendo que no eres tan bueno aún: DEJALOS QUE LO HAGAN. No te adelantes al rechazo. Ese es su trabajo, no el tuyo. Tu trabajo es escribir lo que sale de tu corazón y dejar que el destino haga el resto (continuará).

Saturday, October 18, 2008

La gata



-La gata se ha escondido porque llegó la visita -dice tranquilamente Jacq. Y yo me imagino a esa gata consentida, ama y señora de la casa, ocultándose tras las hojas de las enredaderas, y también tras las hojas secas que caen en este otoño canadiense. Un otoño con los más variados tonos ocre que se puedan imaginar, una belleza que presagia la pronta venida del crudo invierno. Como para que la gente se llene de colores, se impregne los sentidos, para luego, en los días por venir, poder pintar mentalmente la nieve, hacer uso de la imaginación.

Jacq tiene una capacidad de captar los maravillosos escenarios que tiene alrededor. Y nos los muestra orgullosa, sin guardarse nada, y a muchos nos provoca salir corriendo para allá, a ver en directo la fuente de tanta, pero tanta inspiración. Son detalles captados, flores, casas, praderas, macetas con flores, vidrieras de unas tiendas de cuentos de hadas, un gusto único para la preservación de las imágenes. La cosa curiosa en todo esto es que en ninguna de esas fotografías aparece la gata.

Y yo, sin saber porqué, ni de donde me viene esto, pienso que la gata y Jacq son en realidad una sola entidad, una misma persona que se muestra de manera diferente ante los ojos de los demás, aunque sean la unidad en espíritu y verdad. Y se celan mutuamente.

Un día se encontraron sus miradas en la tienda de mascotas, y ya no pudieron ser más dos. Se vinieron juntas a casa, la casa de Opal en los días que corren, y donde no quiere mostrarse. Las vueltas que da la vida, que se puede pasar de una jaula a una casota linda en un abrir y cerrar de ojos. Que si se puede.

Aunque a veces uno tenga que esconderse. Como es el caso actual de Opal. ¿Y cómo se puede, así de sencillo, dejar de ser el centro de la atención aunque sea por pocos días? No, ella no lo acepta. –Aja, si es así la cosa, entonces no estoy disponible para la vista y las caricias. ¡No señor! –le han oído decir a la gatita.

Y desde entonces muy poco se deja ver. Tan sólo para lo básico, como comer y bañarse. Así no más. Mirando pasar los días detrás de una enredadera. Hasta que termine la visita…

* La imagen es de Karen Marcel en http://snapshot.parade.com/

Wednesday, October 15, 2008

¿Tienen futuro los blogs?

"En el futuro todos seremos famosos mundialmente durante quince minutos" Andy Warhol


Aunque no es el objetivo de éste post, Mariale, entre otros bloggers, sugirió postear hoy sobre el tema de la pobreza. No es lo que tenía pensado, sin embargo, no quise pasar por alto la idea, el llamado de atención, y aprovechar de dejar en el aire la siguiente frase: “Obras son amores y no buenas razones” (se explica por sí misma).


Y volviendo al titulo de este post, la pregunta me la he hecho muchas veces. Sobre todo cuando últimamente veo bitácoras anteriormente llenas de la energía que le imprimían sus creadores y que actualmente, si no han sido cerradas definitivamente lo que muestran es más bien un poco de desdén y falta de creatividad.


Muchas veces he escrito sobre las múltiples razones por las cuales una persona crea un blog. A veces hasta para hacer público un pensamiento. Como una especie de diario personal (público, porque la red de redes es pública y eso lo sabemos, o al menos deberíamos, todos los que en ella navegamos). Para bromear. Para tratar temas políticos. Para dejar los primeros “pininos” como escritor o poeta, o para hacer llegar su obra a un espectro más amplio de personas que las que se ha logrado alcanzar en el mundo real. Para escribir sobre cosas que uno cree es buena idea compartir, a partir de vivencias personales, de literatura y otros temas y reflexionar sobre ello e ir un poco más allá (éste es mi caso).


He conocido muchas personas a través de la red que hoy no están tras sus bitácoras (y si lo están pues ni ellos mismos se dan cuenta). Las razones de haberlas dejado van mucho más allá del facebook (argumento muchas veces esgrimido a manera de muro de contención). Detrás de ello puede estar el hecho simple de no haber logrado lo que en principio se propusieron con sus bitácoras. ¿Decepción? Tal vez.


Algunos buscaron afanosamente la fama y la popularidad que les fueron esquivas y nunca tocaron a sus puertas. ¿Razones? Muchas. Cada quién pudiera decir algo al respecto. Existen los que sucumbieron al aburrimiento que les causó el hecho de mantener una bitácora a flote, esto es, renovación, creatividad, constancia, atención, feedback con sus lectores. Hay los que creyeron, y aún siguen creyendo haber encontrado (ellos) la piedra filosofal, pregones van y pregones vienen y no acaban de convencerse que lo que están diciendo o escribiendo como suyo, y aunque con otras palabras, ya está dicho y escrito en pergaminos hace miles de años, en libros, en películas, en canciones y hasta en miles de blogs similares al suyo, y que en algún momento se crearon con las mismas u otras intenciones, y hoy yacen, los que no hundidos, flotando a la deriva, con uno que otro náufrago alrededor.


El feedback con los lectores es otro elemento que ha hecho daño en muchos blogs. Los comentarios (hablo de comentarios de verdad, con dedicación y demostración de haber leído y entendido el post, no de aquellos tipo “buen post”), que en principio fueron llegando de a poco, y que luego se fueron multiplicando sin cesar, en los días que corren se pueden contar con los dedos de una mano en muchos casos.


La diferencia está en el efecto causado, que no ha podido ser sopesado con tranquilidad, ni analizado en profundidad, trayendo consecuencias nefastas tales como reclamos a los colegas, cierres abruptos con artículos ácidos previos a la debacle, “visitas” actualmente dudosas sin tan siquiera haber publicado algo en meses, cuando todos sabemos que blog abandonado es blog “muerto” en cuanto a visitas se refiere, con algunas poquísimas excepciones.


Con los blogs ocurre, en mi opinión, como cuando se mezclan agua y arena en un frasco de vidrio, y luego se sacude vertiginosamente. Al colocarse en posición de descanso nuevamente, en principio no se alcanza a ver con claridad el contenido, y hay que esperar un tiempo en el que la arena va decantando por su propio peso o densidad. Finalmente todo ocupará su lugar. Y allí es donde verdaderamente se puede palpar la sustancia de la que está hecho, la originalidad de los textos, su calidad de narrativa, la enseñanza del tema tratado y otras tantas cosas que la gente busca en un blog, y que lo identifica con éste.
A cada quien le va quedando una verdad, su verdad. La experiencia en la creación y el mantenimiento de la bitácora es, en muchos casos, digna de ser leída y hasta estudiada, porque de allí todos aprendemos.

El mundo del blog no es sino una referencia del mundo real, porque somos personas los que habitamos detrás del blog, los que creamos sus letras, y los responsables de su trayectoria, así como también de su muerte, abrupta o por inanición.


Los números de Technorati no mienten, allí se revela el número de bitácoras creadas, su duración, su desatención, ellos están allí para el que los quiera ver.


Para mí, el blog ha sido una de las mejores experiencias que haya tenido en la vida, por todo lo que ello implica, en lo que he creado, lo que he mostrado, lo que he compartido con mis colegas y lectores. Ya no concibo mi vida sin “bloggear”, es algo que me nutre mucho como persona, y que me ha hecho aprender muchísimo de tantas cosas y de tantas personas. Y si (Nany´s dixit), ¡larga vida a los blogs!

Saturday, October 11, 2008

De nuevo con la paz...

Gilberto Gil, cantante brasileño, escribió sobre ella:
La paz.
Invadió mi corazón.
De repente me llenó de paz,
como si el viento, de una ráfaga
arrancase mis pies del suelo
donde ya no me entierro más.





Para los japoneses, la grulla es un ave extraordinaria, de la cual piensan que vive mil años. Es el símbolo de la paz, y el mejor homenaje que le hacen es crearla en origami y darla como regalo.

La tradición nace de la historia de una niña, Sadako Sasaki, que sobrevivió a la explosión de la bomba en Hiroshima en 1945, cuando solo tenía dos años de edad, pero al cabo de pocos años le sobrevino leucemia, como consecuencia de la fuerte radiación recibida.

Los japoneses creen que si una persona enferma logra plegar mil grullas de papel, los dioses le conceden el deseo de sanar. Su mejor amiga se lo hizo saber a Sadako, quien aprendió a plegarlas y había logrado hacer 644 de ellas cuando le sobrevino la muerte, en 1955. Otros niños completaron las que le faltaban como un homenaje póstumo. Y hoy en día existe un monumento dedicado a ella en el Parque de La Paz en Hiroshima, con una inscripción que dice: “Este es nuestro deseo. Este es nuestro llanto. Paz en el mundo."

Desde entonces, todos los años, los niños de Hiroshima se reúnen en el monumento para colgar grullas de papel cada 6 de agosto, Día de La Paz.


Continúa Gilberto Gil:

La paz,
hizo un mar de revolución.
Invadir mi destino, la paz,
como aquella gran explosión,
una bomba sobre Japón
hizo nacer el Japón de la paz.



Las grullas son aves hermosas. Las imagino plantadas en una laguna, como las garzas, observando el panorama. Nada lo describe mejor que este haiku del poeta japonés Yosa Buson (1716-1784):

Las patas de la grulla
se acortan
en la lluvia de verano.
*Créditos: Imágen de grulla, www.txarogutiez.com; Origami: http://www.lifeonmars.com.ar/; otra imágen de la grulla: Astic en http://www.galeriade.com/
La canción de Gilberto Gil la pueden escuchar aquí, es una belleza!

Saturday, October 04, 2008

La cocina es el mejor lugar de la casa.


Leer es un placer que siempre me ha acompañado, donde quiera que me encuentre. Leo muchas cosas, desde literatura y cosas técnicas, pasando por periódicos, revistas, papeles, borradores, propaganda comercial, y un largo etcétera. En cada cosa que se escribe puede haber un mensaje necesario para uno. Así ha sido y será por siempre.

De los libros que leo actualmente me ha llamado mucho la atención la prosa de la escritora japonesa Banana Yoshimoto. La recomendación vino de Andrés Boersner, un amigo librero (Librería Noctua, Centro Plaza, Caracas) al que considero pertinente escuchar siempre. En Caracas es difícil encontrarla, pero buscando siempre se termina ubicando.

En “Kitchen” (editorial Tusquets), uno tiene la sensación de estar compartiendo un sofá con (en este caso) Mikage, una muchacha a la que el mundo se le viene encima al morir su abuela (la última persona de su familia que permanecía viva), y el único lugar de la casa donde encuentra tranquilidad es en la cocina. Hasta allá se dirige a buscar las respuestas que la vida se empeña en negarle, allí consigue la paz interior tantas veces negada. Como ella misma lo describe:
“Creo que la cocina es el lugar del mundo que más me gusta. En la cocina, no importa de quién ni cómo sea, o en cualquier sitio donde se haga comida, no sufro. Si es posible, prefiero que sea funcional y que esté muy usada. Con los trapos secos y limpios, y los azulejos blancos y brillantes. Incluso las cocinas sucísimas me encantan. Aunque haya restos de verduras esparcidos por el suelo y esté tan sucio que la suela de las zapatillas quede ennegrecida, si la cocina es muy grande, me gusta. Si allí se yergue una nevera enorme, llena de comida como para pasar un invierno, me gusta apoyarme en su puerta plateada. Cuando levanto los ojos de la cocina de gas grasienta y del cuchillo oxidado, en la ventana brillan estrellas solitarias.”

Siempre se tiene la sensación de que estás deliciosamente arrellanado en el sofá conversando de madrugada con una muchacha que acaba de conocerte y que tiene muchas cosas que contarte, en las cuales se entremezclan variados sentimientos, como amor, dolor, soledad, esperanza, inquietud y tantos otros, todo rodeado de un invisible pero presente halo de melancolía y dulzura al mismo tiempo.

Un descubrimiento la prosa de Yoshimoto. Curiosamente vino a nuestra conversación (la mía y de Andrés) cuando hablábamos acerca de los autores japoneses y sus principales diferencias con los occidentales. Los relatos de Banana son, como ya dije, dulces y melancólicos al mismo tiempo.

Y en el caso de “Kitchen”, nuestra conversación (la mía y de Mikage) ha transcurrido en la cocina, mi espacio preferido de una casa, donde atesoro tantos buenos recuerdos, regados por un buen vino y una buena comida, no importa lo sencilla que ésta haya sido. Cuantos recuerdos y cuantos amores jurados en el mesón de la cocina, entre copa y copa, y al mismo tiempo entre sabrosos olores de ingredientes naturales, sal, especias, madera y cuchillos. A veces es difícil desligar los amores de los placeres derivados del buen comer y buen beber. Siempre salta a relucir aquella botella de Oporto que nos dejó con ganas de más, o aquel aliño preparado especialmente para la ocasión de un buen pescado al horno que nos quedó divino, por decir lo menos.

Volviendo a la prosa de Banana, ya ha caído en mis manos un segundo libro de su autoría, titulado “Amrita” (también de Tusquets editores). Estoy comenzando pero de nuevo es la misma sensación de melancolía y dulzura de niño, la misma sensación de un segundo encuentro en el sofá, de madrugada, esta vez con Sakumi. Cambia el personaje pero no las sensaciones. Esta vez es deliciosa también. Las recomiendo ampliamente, claro, acompañadas de un buen vinito es mucho mejor.