Saturday, September 19, 2009

Cuatro velas, cuatro años...

Cuatro velas, que representan la paz, la fe, el amor y la esperanza (que nunca se pierden).

Cuatro años transcurridos desde el primer post de esta casa virtual. Muchas lunas, mucha agua ha corrido bajo el puente.

A poco de empezar, el mundo blog vivió un intenso auge, un crecimiento impresionante que se tradujo en múltiples visitas e intercambios que nos llevaron a los más insospechados confines, a conocer gente especial que habita en este planeta, y que, de no haber sido por la bitácora, quizás nunca nos hubiésemos sentado a conversar cosas harto interesantes.

Sin ese toque virtual nunca hubiese sospechado que detrás de esas hermosas letras latía un corazón grande y hermoso, una vida, un ser que transmite una bondad muy bonita de percibir.
Hoy en día muchos de ellos ya no están, sus bitácoras están cerradas, o abandonadas, desconectadas. Se percibe muy poca actividad. Un sentimiento de no querer ser incluido en el ejército del 1.0 (léase uno punto cero) y de correr a formar parte de la llamada web 2.0 (léase dos punto cero), no importa con qué objetivo. Se siente caminar por un desierto donde, claro, sigue habiendo vida, pero cuesta un poco encontrarla. ¿Adónde se habrán ido? Muchas veces me hago esa pregunta.

Recuerdo que cuando comenzaba en este navegar, había un blogger que tenía un slogan que decía algo así como: “Ten una vida propia, luego bloguea”. Cuánta razón había tras las letras de ese caballero. Es que, si no vives, ¿qué puedes bloguear?, ¿qué vivencia puedes compartir?, ¿qué poesía puedes escribir?

Cuatro años después puedo decir que he madurado mucho el significado de escribir en una bitácora. Y hoy más que nunca puedo decir que adoro lo que hago, y que me encanta seguirlo haciendo. Seguir caminando por este desierto pedregoso, donde, aparte de las piedras y arena por montones, de los lagartijos y las serpientes mimetizadas con el entorno, puedes encontrar, como “El Principito”, árboles de Baobabs, verdaderos oasis, peregrinos, gente buena, un cielo de un hermoso azul en el día, y con todas las estrellas en la noche.

Agradezco profundamente sus muestras de cariño a lo largo del trayecto recorrido, sus consejos, sus correcciones, sus alegrías y tristezas compartidas.

El desierto es enorme, amplio y misterioso, y en sus arenas, cual bereberes, nos seguiremos encontrando. Un beso enorme a las damas y un abrazo grande a los caballeros. Por aquí seguiremos compartiendo hasta que Dios diga…

Saturday, September 12, 2009

¡Betty! ¡Has vuelto!


Dice un poema Zen: “Los gansos no se proponen reflejarse en el agua; el agua no piensa recibir su imagen”. Todo sigue un ritmo desconocido para nosotros, que no es otro que el que mueve al Universo.

Lo que va a suceder, sucederá, y lo que no, jamás acontecerá.

Tuve la suerte de volver a unir mi camino al de Betty, quien fielmente cortaba mi cabello desde hace unos 12 años, y cuya huella había perdido momentáneamente. Lo deseaba, quería volver a verla y que siguiera la tradición.
Escribí un post sobre el tema hace un tiempo.

Ahora he tenido esa bendición y lo agradezco infinitamente a Dios.
Betty es alguien especial.

Sunday, September 06, 2009

Las praderas de Abejales

Abejales es un pueblo olvidado, como tantos otros en Venezuela. Pero no por ello menos hermoso. Pertenece al estado Táchira, ubicado al suroeste del país. Gente tranquila, dedicada a lo que sabe, la ganadería, la agricultura y la piscicultura. Sus praderas, conocidas localmente como "bancos", le dan un toque especial al paisaje. Hace calor pero la fresca brisa lo calma, mucho más sabiendo que estamos en el piedemonte andino.
Lo visité una vez y quedé enamorado del paisaje. Ahora regresé y no puedo estar más feliz. Las fotografías hablan por sí solas.










Wednesday, August 26, 2009

El espejo del alma...

"Confía en tí mismo. No en ése que piensas que eres, sino en quien realmente eres."

Maezumi Roshi (maestro Zen)

Thursday, August 20, 2009

Volver a los inicios

De nuevo en el pueblo. Tantas memorias reviven en mi mente cuando veo las caras que me reconocen de inmediato, como yo a ellos. Poca gente alrededor sabe que estuve viviendo allí durante seis inolvidables meses. En esos días pude hacer algunos amigos y amigas. Compartimos lo indecible. Yo, forastero, venido de la ciudad, disfruté muchísimo la posibilidad manifiesta de respirar aire puro todos los días, nada artificial, nada contaminado, algo que ellos consideraban muy común, nada extraordinario.

Los amigos y amigas, que teníamos distintos oficios y orígenes, distintas metas en la vida, pero que nos unía el simple hecho de pasarla bien luego del arduo día de trabajo.

Dadas nuestras diferencias, nuestros temas de conversación inicial se centraban en las rutinas comunes en nuestro día a día. Todas diferentes.

Aprendí mucho de todo lo vivido. Aprendí que la gente de Maracaibo toma café para mitigar el calor y que la gente del pueblo toma cerveza fría para mitigar el frio. El mismo principio aplicado en climas diferentes. Aprendí que la exposición diaria al smog daña poco a poco nuestra piel. Aprendí que se disfruta y se vive plenamente a partir de las cosas más sencillas. Y que una sonrisa de agradecimiento es algo que nunca tendrá precio.

Hoy volví por los mismos senderos de hace 23 años y supe que algunos habían muerto (uno siempre postergando un encuentro que ahora nunca se podrá dar), que otros se han perdido en el espacio infinito que nos rodea, sin dar muestras de vida, que algunos han permanecido en el lugar y están siempre a la espera del reencuentro. Que mirarse de nuevo y reconocerse después de tantos años nos saca lágrimas de felicidad. El sentimiento no se puede explicar, una mezcla más bien. Que un abrazo con los cómplices de tanta ventura y compartir con ellos nos eleva de nuevo y nos hace dar gracias a la vida.

Tantas cosas por contar. Los viajes, las vivencias afuera y adentro, la tristeza de la partida de los que ya no están, el saber que se está vivo y que se tendrá que vivir con el dolor de la ausencia, que nunca pasa pero que se puede mitigar en la medida de lo posible. La política (la de antes y la de ahora). Las fiestas de aquellos días, con sus momentos “kodak”, vívidos ahora como entonces. Las lágrimas. Las risas. La confianza, que jamás se pierde, como un sello en la piel. Las voces (las de ahora y las de entonces). Los abrazos muy sentidos. El pasar de uno por la vida, y no de la vida por uno. Los votos por que los encuentros futuros no demoren tanto esta vez. Los secretos (los de aquel momento y los de ahora). Nada de despedidas, porque a decir de Gibrán, existen sólo los encuentros. La belleza de la solidaridad. Un mundo diferente, ojalá pudiera multiplicarse…

Saturday, August 15, 2009

Pensando...


Me levanto temprano en la mañana. Aún no me provoca salir a correr, será más tarde. O quizás no corra hoy. Tengo muchas cosas que hacer. Llamadas pendientes con amigos que ya no están aquí. Aunque si lo están de espíritu. Quieren saber lo que pasa aquí, de primera mano. Y yo quiero saber de ellos, de sus vidas.

Mi prima viene a visitarme. Quiere conocer Caracas. Normalmente sus vacaciones transcurren en Londres, o Nueva York, o Lincoln, Nebraska. Ella es directora de escuela primaria en Grenada, West Indies. Ya la visité el año pasado, y ahora viene ella. No es el mejor momento de la historia para caminar la ciudad, pero no encontré la forma de decirle que no sin ser malinterpretado. Así que vamos, a patear Caracas, donde se pueda, claro está. Eso me emociona mucho. Primera vez que voy a mostrar mi ciudad. Ya antes me había provocado hacerlo pero nunca encontré cómo hacerlo. Al final lo hicieron otros. Esta vez no tengo escapatoria. Y lo pienso disfrutar.

He pedido vacaciones en el trabajo. Y ha costado un mundo, pero finalmente me las han concedido. En mi mundo laboral, la gente se acostumbra a postergarlas (incluido yo). Y el tiempo va pasando la cuenta, poco a poco. Son dos semanas para las cuales no tengo itinerario. Así es mejor aún.

Alguna gente me pregunta cómo hago para mantenerme con tan bajo nivel de stress. Siempre les respondo lo mismo. Tengo una amiga en quien confiar, a quien contarle todo, a quien escuchar. Asi, puedo ver otra óptica sobre lo que hago o voy a hacer, un consejo a tiempo, con buena intención. Puedo compartir vivencias y ver la compatibilidad que existe entre los dos, al saber que me muestran totalmente el otro lado, el lado femenino de entender las cosas, que es muy distinto al nuestro. Asi las cosas, puedo unir lo concavo y lo convexo, el ying y el yang de cada cosa, y tener una visión global, con la cual discernir lo que haré y lo que no haré. Eso definitivamente no tiene precio.
Escucho mucha música. Todos los días. A veces canto. A todo dar. En el carro, en la ducha. Leo literatura. Los libros te hacen viajar por mundos antes desconocidos. Y te liberan. Te abstraen. Te absorben. Eso ayuda con el stress laboral, porque dejas por momentos de pensar en la tarea pendiente, en la reunión de mañana con el cliente, y te sumerges en esos mundos, que resultan hermosos, que te dejan aquella sensación de déjà vu, que no dejan de sorprenderte. Leo crónicas, relatos, vivencias, cuentos, novelas.
¿Qué he leído últimamente? Ya les conté de “El arte de escuchar los latidos del corazón” de Jan-Philipp Sendker,realmente hermosa (Grijalbo/Random House Mondadori, 2008), “Una oración por la lluvia. Historias de Afganistán” de Wojciech Jagielski (Debate/Random House Mondadori, 2008), “Sueño profundo” de Banana Yoshimoto (Tusquets, 2008), tres cuentos hermosísimos, “Penélope, de Ignacio Castillo Cottin, un escritor novel pero con un futuro muy grande. Tengo una fila larga de libros pendientes, esperando su momento. Pero en sí, el hecho de recrearse en la lectura previene el stress de un modo mágico. Hagan el intento.

¿Qué leo en este momento? “Job”, de Joseph Roth (Acantilado, 2007). Una recomendación de mi amigo Andrés Boersner. Creo que Andrés me está conociendo bastante, porque se atrevió a sacarme de mi predilección por autores japoneses (algo que él conoce muy bien) y me tentó con la novela de Roth, que ha resultado ser (no lo había leído antes) un excelente narrador, de prosa sublime.

¿Qué música escucho en este momento? “Heavier things” de John Mayer (Aware/Columbia, 2003), cantante y guitarrista norteamericano. Si me ven en estos días cantando en la autopista, seguro que se trata de las bonitas canciones de Mayer (¿cierto Mariale?). También escucho “Collaboration”, con “The Modern Jazz Quartet” y Laurindo Almeida, guitarrista brasileño (Gambit, 2007), una compilación de las presentaciones de Almeida con la genial banda de jazz; otro, “The way up” con Pat Metheny Group, es el mejor fondo para mis momentos de melancolía.

En otro post les contaré mis vivencias de las siguientes dos semanas con mi prima en Venezuela.
¡Los quiero mucho!
*La imagen es de Yazz

Saturday, August 08, 2009

Contándoles de mis lecturas

Cada cierto tiempo llega a nuestras manos un libro que podríamos catalogar de excepcional. Esta vez se trata de “El arte de escuchar los latidos del corazón” de Jan-Philipp Sendker (Grijalbo/Random House Mondadori, 2008).

Es una historia de amor única, incondicional, entre un hombre ciego y una mujer con imposibilidad para caminar, de manera tal que para ella, él representa sus pies y él, por su parte, mira a través de los ojos de ella. Ambos se conocen y encuentran en el otro su otra mitad, los sentidos que les fueron negados, el amor en su máxima expresión, y juntos construyen una hermosísima historia, llena de sensibilidad, de ternura, tristeza, alegrías y vivencias únicas.

Aún no la he terminado, pero estoy emocionado de leerla, la vivo intensamente, la disfruto enormemente, al punto de que he bajado el ritmo de mi lectura porque no quiero que se acabe tan pronto.

La historia se desarrolla en Birmania, oficialmente Myanmar, el mismo sitio donde recientemente hubo manifestaciones por la democracia, encabezadas por monjes budistas, que fueron brutalmente reprimidas por la dictadura militar que gobierna desde 1962. Es el mismo país donde una activista llamada Ang San Suu Kyi, Premio Nobel de la Paz, está sometida a arresto domiciliario por parte de la Junta Militar de Gobierno, y no se le permite ver ni siquiera a su familia. Ella ganó las elecciones en su país en 1990, representando a la Liga Nacional Democrática. Lamentablemente la dictadura se negó a reconocer los resultados y la confinó en prisión desde entonces, violándole sus derechos humanos.

Volviendo a la novela, es un testimonio muy bonito de la fuerza del amor, de la sencillez, los pequeños detalles, la comprensión y el entendimiento entre las personas. En resumidas cuentas, la novela es un canto, un canto a la vida en forma de hermosa narrativa literaria que no dudo en recomendarles.

Ya saben lo mucho que se les quiere por estos lares de Dios…
UPDATE: Aung San Suu Kyi, opositora birmana, Nobel de la Paz, nuevamente condenada por la junta militar de Myanmar a 18 meses de casa por cárcel e inhabilitada como candidata para las elecciones del año 2010. Siguen las injusticias...

Saturday, August 01, 2009

Sin libertad de expresión en Venezuela


Hoy amanecieron en Venezuela 34 emisoras de radio cerradas, detenidas sus transmisiones, por orden del Gobierno Nacional.
La Constitución Nacional de la República Bolivariana de Venezuela consagra en su artículo número 57 lo siguiente:
"Toda persona tiene derecho a expresar libremente sus pensamientos, sus ideas u opiniones de viva voz, por escrito o mediante cualquier otra forma de expresión, y de hacer uso para ello de cualquier medio de comunicación y difusión, sin que pueda establecerse censura. Quien haga uso de éste derecho asume plena responsabilidad por todo lo expresado. No se permite el anonimato, ni la propaganda de guerra, ni los mensajes discriminatorios, ni los que promuevan la intolerancia religiosa.
Se prohibe la censura a los funcionarios públicos o funcionarias públicas para dar cuenta de los asuntos bajo sus responsabilidades."
Hoy más que nunca resuenan las palabras del poeta cubano Nicolas Guillén, en sus "Palabras Fundamentales":
"...Haz que tu vida sea campana que repique
o surco en que florezca y fructifique
el árbol luminoso de la idea.
Alza tu voz sobre la voz sin nombre
de todos los demás,
y haz que se vea
junto al poeta, el hombre.
Llena todo tu espíritu de lumbre;
busca el empinamiento de la cumbre,
y si el sostén nudoso de tu báculo
ofrece algún obstáculo a tu intento,
¡sacude el ala del atrevimiento,
ante el atrevimiento del obstáculo!"

Sunday, July 26, 2009

Silencios que dicen mucho...


"Cuando estás silencioso, hablas.
Cuando hablas, estás silencioso"

Yoka Daishi, Maestro Zen

Friday, July 24, 2009

Freddie el minero


Sus días transcurrían en la monotonía, el absoluto aburrimiento. Un aburrimiento que tan solo se justificaba por el placer que para él constituía el ejercer la actividad minera en el largo y tedioso camino a casa. Era minero de su propia nariz. Al punto que desesperaba en los días en que no encontraba las ansiadas vetas del mineral.

Su vida en sí era bastante anodina. Fredesvindo, que así se llamaba, no encontraba placer en las mujeres, ni en los juegos de envite y azar que tanto se habían difundido con la crisis. Freddie, como le conocían todos allí, desempeñaba diversas misiones dentro de la oficina. Preparaba el café como nadie, unos días mejor que en otros, sin revelar a nadie su secreto. Desde que lo comisionaron para ello, ya pocos empleados se atrevían a bajar a la cafetería de la esquina. Todos daban vueltas alrededor de la máquina de café esperando el tiempo preciso en que la misma terminara de colar la deliciosa bebida que los ayudaba a mantenerse despiertos en un ambiente de tanto tedio y rutina.

Claro que Freddie hacía otras cosas, algunas de ellas un tanto difíciles de ejecutar, como dirigirse al Instituto Geográfico “Simón Bolivar” a comprar los “ortofotomapas” (fotografías aéreas de uso cartográfico) específicos para una región del país, en la escala y el tamaño adecuados. Nadie como él para conseguirlos. Podían enviar a otros, que ya volverían fracasados, sin cumplir con la misión encomendada. Con Freddie era otra cosa. No se sabe cómo ni con que contactos, pero lograba conseguir el plano o la carta geográfica más difícil, en la escala necesaria. Muchas veces regresaba con material que se encontraba agotado, con años fuera de imprenta, muy útil para los ingenieros de la empresa. Freddie tenía sus contactos, obviamente, pero nadie nunca lo supo, mucho menos de su boca.

Freddie era entonces una especie de ministro plenipotenciario para lo que fuese. La envidia de otros empleados, profesionales o no. Se dice que una vez logró salvar financieramente a la empresa al conseguir que un importante cliente pagara una factura por un gran monto, vencida hacía largo tiempo. El sólo pidió sus viáticos por tres días, los gastos de pasajes y hotel, a los cuales anexó una que otra factura por consumos de bebidas alcohólicas en bares de aquella ciudad. No se supo de él durante esos tres días, y al regresar, fue directamente a la oficina del presidente a entregar el cheque salvador. Por eso y otras cosas, todos lo respetaban mucho, y no tenía necesidad alguna de, como todas las mañanas, hacer el café para los otros empleados. Pero nadie logró sacarlo de allí. Tampoco nadie quería. Ni el mismo presidente, que era el primero que se acercaba a disfrutar del oscuro líquido humeante, deliciosamente aromatizado.

Pero lo de él era la minería, endógena, para más señas. A pesar de que muchos atribuían su eterna sonrisa a alguna misteriosa mujer que, según contaban quienes se situaban cerca de él, lo llamaba a diario, llamadas que el contestaba en susurros que nadie escuchaba, apenas si se oía levemente la voz chillona de la susodicha, a través del auricular.

Freddie guardaba para sí el secreto de su sonrisa, que no era otro que la felicidad que le causaba el hecho de que, en solitario, cada tres días, sentado en su coche, escuchando su música favorita de Beethoven, dirigía su dedo meñique hacia la mina, en cualquiera de sus dos entradas, y el mismo hacía contacto con una gran veta acumulada. La alegría era patente. Sólo para él. Alrededor, todos lo ignoraban, escudado como estaba tras los vidrios oscuros de su auto, formando parte de la gigantesca serpiente metálica que recorría la ciudad en las llamadas horas pico.

Freddie tocaba repetidas veces la veta, imaginaba su tamaño y su forma, su textura, los colores de la misma. Poco a poco, en estado de éxtasis, lograba extraerla de la mina, encendía, como en una ceremonia premeditada, la lamparilla interna del auto y observaba minuciosamente y por largo tiempo el hallazgo, sonrisa de por medio. Mientras más grande, mayor era su alegría. Luego procedía a aplastarlo con los dedos para finalmente convertirlo en una bola que desprendía, con certero movimiento, de su mano. Y a partir de allí volvía a por más. Hasta dejar la mina completamente despejada.

Como los otros mineros, aunque sin lograr vender el mineral, Freddie volvía irreconocible al día siguiente. Y es entonces cuando su café, ése café de fama extraordinaria, se convertía en el mejor de todos. La voz se corría, y los empleados hacían fila frente a la máquina, para obtener aunque fuese un sorbito del oscuro y estimulante líquido.

Saturday, July 18, 2009

¿Adónde crees que vas?

Mark Knopfler es el guitarrista más elegante del rock and roll. Nunca olvido el sonido de su guitarra en “Money for nothing”. Mark compone también, y luego acompaña esas letras sencillas y bonitas con el melodioso sonido de su guitarra excelsa.


Hay una de esas hermosas melodías que ha venido a mi mente, impulsada por no se sabe qué energía, a propósito del tiempo que he tardado en volver a esta casa virtual.

Yo siento que el blog me reclamaba la presencia. Por una lejanía que nunca había sido tanta. Una señora fantasmal, que algunos llaman Ausencia ha dejado su huella por la casa virtual. Y ello ha despertado unas olas que han venido a reventar a las costas de mi mente. Ese fantasma ha hecho sonar las alarmas, en forma de ondas marinas, ruidosas, con fuerza inusitada. Las musas se han asustado mucho. Para ellas, yo soy su médium, su libertad de expresión. Por eso estoy aquí.

Todos los días pienso en esta bitácora de vuelo e imaginación, de creación, de conocimiento e intercambio. Impulsado por la melodía y la letra de Knopfler he vuelto. Nunca pensé que pudiese existir una comunicación tan profunda entre mi bitácora y yo. Y si, ella está viva, y se hace sentir…la melodía que me ha enviado es hermosa, y tiene un mensaje. Espero que la disfruten…

¿A dónde crees que vas?

¿No sabes que está oscuro afuera?

¿A dónde crees que vas?

¿No te importa mi orgullo?

¿A dónde crees que vas?

Yo creo que no lo sabes.

No tienes forma de saberlo.

No tienes adónde ir.

Entiendo tus cambios.

Desde mucho antes que alcances la puerta.

Sé a dónde crees que te diriges.

Y sé a qué viniste.

Y estoy harto de bromas.

Sabes que quiero que seas libre.

¿A dónde crees que vas?

Creo que mejor vienes conmigo.

Dices que no hay razón para ello.

Pero aún dudas de mí cuando no estamos juntos.


Estarás sin mi.

¿Y adónde crees que irás?

¿No sabes que está oscuro afuera?

¿A dónde crees que vas?

¿No te importa mi orgullo?

Y ya estoy harto de bromas.

Sabes que quiero que seas libre.

¿A dónde crees que vas?

Creo que mejor te vienes conmigo...

Tuesday, July 07, 2009

Mi día

Hoy no he ido a trabajar. Un quebranto producto de una gripe repentina me lo ha impedido. Me encuentro en casa descansando. El trabajo últimamente ha sido extenuante. Y no hay signos de cambio. El patrón parece haber cambiado luego de que muchos de mis colegas decidieran marcharse a otros países en busca de mejores oportunidades. Los que nos quedamos hemos sido testigos del aumento de la carga de trabajo generada por este fenómeno. Ahora hay que enseñar mucho de lo que se hace cuando antes se compartía el tiempo entre enseñar y aprender de los otros. Unos otros que ya no están. Y los sustitutos están para aprender.

El día de descanso me ha permitido indagar en la literatura técnica. Ya saben los que me conocen que en mi cohabitan dos seres cuyos objetivos no se comparten en lo absoluto, el de la ingeniería y el de la literatura. El uno calcula, ingenia, elabora estrategias, diseña. El otro en cambio quiere sumirse en los relatos, suyos y de otros, en la poesía, y luego quiere meditar sobre esos mismos relatos y poesías, descubrir lo que hay en esas letras, buscarle nuevos horizontes. Cuando no está en eso, va y se sumerge en el mundo de la música. Una música que no es muy comercial. Que más bien lo lleva a parajes que sólo él conoce. Y allí se ubica. Sólo. Como un navegante en un velero que surca mares hasta ese entonces desconocidos, buscando la armonía con la naturaleza, con el universo.

Hoy están aquí ambos conmigo, mientras uno busca el valor del amortiguamiento de estructuras costa afuera, el otro escucha “África Latina”, el último trabajo de Leo Blanco. Leo, pianista venezolano residenciado en Boston, se ha tomado el tiempo para investigar las raíces africanas en la música latina, o las raíces latinas de la música africana, no sabría definirlo. El producto es una obra hermosísima, bellísima, que me ha hecho placentero el día de descanso. Leo visitó Caracas hace unas semanas y tuve el placer de ir a su presentación en el Auditorio de Corp Group en Caracas. Un músico sencillo, sin poses, pero con un talento y una calidad musical universal, de esos que están para grandes cosas.

Lo acompaño con un trabajo denominado “Quartet”, de Pat Metheny, guitarrista, y Brad Mehldau, pianista, norteamericanos ambos, quienes, junto a Larry Grenadier en el bajo y Jeff Ballard en la batería, interpretan once piezas también hermosas, que me transportan, que me hacen surcar espacios que desconozco, que me hacen sentir la frescura del aire contra mi cara, en un vuelo por escenarios que ya encontraré algún día, y en ese entonces saborearé la sensación de haber estado allí antes.

Y como colofón escucho “Portraits” de Vangelis, tecladista y músico electrónico griego, de larga trayectoria. El que no lo haya escuchado aún le sale penitencia. Es verdaderamente extraordinario. Hasta un asteroide fue denominado “Vangelis” en su honor. Famosas, entre otras, son sus piezas “Chariots of fire”, ganadora del Oscar como parte de la banda sonora del film del mismo nombre, “State of Independence”, cantada por Jon Anderson, en la época del célebre dúo “Jon & Vangelis” (versionada luego por Donna Summer, quien le introdujo un coro formado por, entre otros, Michael Jackson, Kenny Loggins, Lionel Richie, Steve Wonder y Dionne Warwick), “I hear you now” y “I´ll find my way home”. Que gusto escuchar este trabajo.

Cuando vuelvo en mí, retomo la búsqueda del aspecto técnico, vuelven a mis manos los libros de ingeniería y diseño, el amortiguamiento, concepto algo complicado para quien no se dedica a las estructuras. Alguien me ha pedido investigarlo, a sabiendas de lo acucioso que soy en estas cosas, y aquí estoy, leyendo, buscando. Como mi laptop está cerca, pues me han dado ganas de escribir sobre lo que hago. Y así se va consumiendo este día tan particular, que he disfrutado junto al descanso necesario, mientras el virus de la gripe decide navegar a otros puertos. Eso espero...

Saturday, July 04, 2009

Rompecabezas de la vida

Muchas veces la gente resulta ser como te la habías imaginado. Otras tantas te llevas una sorpresa, y tiendes a pensar que las apariencias siempre engañan. Salida fácil. Las apariencias sólo llegan a engañar cuando no miras el corazón, cuando te quedas en superficie. Lo esencial es invisible a los ojos dijo El Principito. Vaya que tiene razón. Más cosas enseña la propia mirada que los mismos ojos. Esa mirada que dice lo que la boca decide callar.

Un ejercicio dulce es ése de tratar de dibujar a la persona con las palabras que salen de su corazón. Con la entonación que da a esas palabras en diversas ocasiones. Con lo que escribe en su diario, o bitácora.

Cuando se juntan ambas cosas y empiezas a conocer a la persona, cuando estás ante su presencia, al final se convierte en el ejercicio maravilloso de armar un rompecabezas cuyas piezas ya conoces de antemano. Cuyos colores te resultan muy familiares. Déjà vu. Lo que lees es lo que escuchas. Confirmación.

Ante ti su fortaleza. Ante ti su fragilidad. Su transparencia. Su estado mental. Sus silencios, que dicen tanto. Como si hubieses asistido a los ensayos y ahora estás ante la puesta en escena. El conjunto. El todo. La suma de las partes.

Y es allí donde el tiempo muestra su relatividad. Puedes conocer muchísimo en un lapso más corto de lo que pensabas. A veces el lapso es muchísimo mayor y no alcanzas a comprender a alguien. O no tienes sus piezas. No te son familiares. No te importa. No te provoca. No quieres.

Y cada día hay más cosas que aprender de ese otro. Porque el mismo aprendizaje es dinámico. No cesa. Cambia. Modula. Traspasa un estadio. Comienza una nueva etapa.

Y sus reacciones pueden no ser las mismas. Sus percepciones varían. Sus colores adquieren nuevos matices dentro de la gama en la que se sitúan. La atracción por los sabores puede modificarse, y llegar a gustarte lo que ayer aborrecías, o al menos eso decías. Todo muta. Siempre se aprende.

Y no deja de ser delicioso el ejercicio de armar el rompecabezas de los seres que nos rodean y por los cuales sentimos afinidad, cariño, amor, amistad, paz. Es el ejercicio de conocer, incluso, de conocerse a sí mismo.

“No tomo tus palabras meramente como tales. Todo lo contrario. Escucho sólo lo que hace que tú hables y yo escuche.” Shinkichi Takahashi, poeta japonés (1901-1987).

*Imagen: CD "Puzzle" del grupo de rock escocés Biffy Clyro

Saturday, June 27, 2009

Amaneciendo en primavera


Caminamos por el campo. Está a punto de amanecer a juzgar por los cambios en los colores del cielo, que ya comienzan a multiplicarse. Se escuchan las pisadas sobre la hierba. De vez en cuando y de cuando en vez alguien se detiene a observar algún pequeño detalle. Hay cosas que a mi propiamente me gustaría contemplar por más tiempo, pero soy quien menos conoce el camino, y por ello me apresuro. A la cabeza va el Maestro Zen Doogen. Lo saludo gestualmente y el responde de la misma forma. Me han hablado de su erudición. No encuentro qué cosa preguntarle que no parezca una estupidez. Voy filosófico, y a la pregunta sobre con quién o qué cosa debía comparar al mundo, el Maestro Doogen respondió sin titubear: "Con la luna, reflejada en las gotas de rocío sacudidas del pico de una garza".
Me deja pensativo e imaginativo...
Siguen multiplicándose los colores allá arriba. En todas partes las gotas de rocío. Yo las veo más bonitas en los pétalos de las hortensias. Me olvido de todo y las contemplo hasta que los ruidos de las pisadas comienzan a alejarse. Se acerca a mi el poeta Basho, y al pasar murmura: "Rocío puro de la mañana. Sin utilidad para este mundo." Me incorporo y lo sigo, en su raudo andar hasta alcanzar a los demás.
Creo me vió disfrutar de la vista y al mismo tiempo meditó sobre la superficialidad con que se lleva la vida actualmente. Eso supuse mientras lo escuchaba murmurar y un luego un poco más, mientras me incorporaba.
"Sin mi viaje, y sin la primavera, me habría perdido este amanecer" musitó el Samurai Shiki, caminando entre el follaje, con los primeros rayos del sol aún por aterrizar.
"Con la lluvia de primavera, todo crece en hermosura", susurró Chiyo Ni, la poetisa.
Y razón no le falta. El verdor lo dice todo.
"Lluvia de primavera. Todavía están húmedos los vientres de las ranitas" agregó Yosa Buson, mi muy observador amigo poeta.
"En este mundo de rocío, mundo, sin duda, de rocío, aunque siendo rocío..." Es Issa, el escritor, que se incorporaba al grupo, pues se había quedado rezagado mirando los reflejos de la luna en la laguna.
"Cómo me gustaría lavar el polvo del mundo con esas gotas de rocío" atinó a decir Basho, el gran poeta.
Ya ha amanecido del todo, el Maestro Shuusai contempla el cielo azul, muy atento, y piensa en voz alta: "Allá van de charla, el primer sol y una nube fugitiva de un cuadro".
Definitivamente esta gente piensa en los detalles, son muy observadores, y seguramente escrutan en silencio el ruido que hacen los pétalos de las flores al abrirse...
*Divagación en el tiempo, de mi propia autoría, que incluye poesía de mis acompañantes en la marcha, cuyos nombres se mencionan en el texto. La caligrafía japonesa que ilustra el post, símbolos kanji que significan "posada de la luna reflejada en el agua".

Wednesday, June 24, 2009

Neda, Ronny, Eugenia, la paz y la justicia...

Despertamos y nos encontramos con una mala noticia…una entre miles…Neda Agha Soltan, bellísima joven iraní, fue asesinada cuando se encontraba cerca de una de las tantas manifestaciones en contra de la supuesta victoria del presidente Ahmadinejad. Neda no participaba en la manifestación. Quedó atrapada en el tráfico generado por la protesta, y solo quiso salir del auto a tomar un poco de aire, ya que el calor era agobiante. Venía de una clase de música, junto a su profesor, quien estuvo con ella en los minutos finales.
¿Cuántas Nedas habrán de pasar, no solamente en Irán sino en el mundo, hasta encontrar a unos fantasmas que algunos llamamos la paz y la justicia?

No fue la única noticia mala que leí. Había otra, que no quiero que se convierta en cotidianeidad. La de un estudiante, Ronny, que iba a bordo de un transporte colectivo en Caracas, que fue asaltado por delincuentes. A él lo mataron por tener sólo unas monedas en el bolsillo. Su pobreza lo condenó. Una víctima más de la violencia diaria en la que vivimos. A diario muchos transportes públicos que llevan gente a sus trabajos, o las traen, son asaltados. Nadie denuncia. No se le encuentra sentido. Una violencia que nos carcome. Y a la que muchos parecen haberse acostumbrado. Tanto que ya ni leen este tipo de noticias. Les parece fastidioso. Tanto que ya no hay estadísticas reales de los muertos del fin de semana. Que son muchos. Que harían palidecer las estadísticas de Gaza. Porque son muchos, muchos más. ¿Habrá forma de ponerle fin a todo esto?

Y mientras trataba de equilibrar un poco el día feriado, inmerso en mi lectura del libro de Jagielski, me entero que mi amiga Euchy nos dejará pronto. Un baúl de buenas ideas que se cierra ¿temporalmente? Muchos niños la van a extrañar, tanto como yo. Da alegría saber que alguien sacrifica su tranquilidad por traer felicidad a quienes nada tienen. A quienes nada esperan. Euchy y su grupo lo hicieron, demostraron que con poco se hace mucho, cuando se tienen buenas ideas. Llegará el día en el cual las ideas se combatirán, única y exclusivamente con ideas, y nosotros podremos escoger entre tantas ideas buenas, la que convenga a la mayoría. Euchy no es la única que se ha ido, hay muchos amigos allende los mares, cuyas ideas nos hacen mucha falta en estos tiempos. Ellos piensan en volver. Aún no sabemos cuando. Ojalá y pueda ser testigo de ello. Dios dirá.

Post triste éste. Sí que lo es. Esos momentos también son importantes y nos enseñan bastante. Ya saben que se les quiere mucho por estos lares de Dios!

Saturday, June 20, 2009

Súmmum


El cuento es muy sencillo
usted nace
contempla atribulado
el rojo azul del cielo
el pájaro que emigra
el torpe escarabajo
que su zapato aplastará
valiente

usted sufre
reclama por comida
y por costumbre
por obligación
llora limpio de culpas
extenuado
hasta que el sueño lo descalifica

usted ama
se transfigura
y ama por una eternidad tan provisoria
que hasta el orgullo se le vuelve tierno
y el corazón profético
se convierte en escombros

usted aprende
y usa lo aprendido
para volverse lentamente sabio
para saber que al fin el mundo es esto
en su mejor momento una nostalgia
en su peor momento un desamparo
y siempre siempre un lío

entonces usted muere
Mario Benedetti, Currículum

Tuesday, June 16, 2009

La falda las hace más femeninas.


En esta época de igualdad de sexos, los pantalones se han impuesto como prenda de uso común de ambos sexos. Sin embargo la falda conserva un atractivo sin igual. A muchos se nos va la mirada cuando vemos a una mujer vestirla con elegancia. Es una prenda hermosa, que hace juego con las piernas femeninas, trayendo como resultado una combinación fatal.

Hace veinte años se usaba mucho más que en estos tiempos. Algunas modas como las del jean han influido mucho en esto. Muchas consideran al pantalón mucho más práctico para llevarse en el día a día, debido al ajetreo de la vida moderna. Sin embargo, con el uso de la falda, la mujer rescata y mantiene el garbo, la elegancia, la gracia al caminar.

Suelo asociar el caminar de una mujer vistiendo la falda con el sonido aterciopelado y melodioso del clarinete. No me pregunten porque. Es algo muy bonito y mis sentidos lo asocian a algo que también es hermoso.

Y en cualquiera de sus formas, la falda nos permite degustar ese toque femenino de la mujer que muchas veces está escondido o invisible, y que al aparecer, deja ver esa magia, esa gracia o garbo que sólo ellas tienen, y que nosotros disfrutamos enormemente.

Saturday, June 13, 2009

Una rama verde


"Quien conserve una rama verde en su corazón verá posarse un pájaro cantor."
Proverbio chino
*Imagen de Stempel Jetje, fotógrafa holandesa.

Tuesday, June 09, 2009

Cougar, de la edad y la atracción...


“Cougar” es un termino coloquial del inglés que designa a una mujer de edad madura que persigue sexualmente a hombres cuyas edades oscilan alrededor de 8 años por debajo de la suya.
La palabra en cuestión se ha puesto de moda, al punto de que la revista “Time” la incluyó en el “top ten” de las palabras en boga del año 2008 en Estados Unidos.

No tiene nada que ver con MILF (mamá a la que me gustaría follarme), otro término que designa a una mujer madura, considerada como sexualmente atractiva.

El término “cougar” ha sido tildado de ofensivo y machista por una parte de la sociedad. Sin embargo, hay otros que consideran que es más bien un signo positivo de la creciente aceptación por la misma sociedad del atractivo sexual de las mujeres maduras.

Está claro que lo mismo puede ocurrir a la inversa, es decir, que el fenómeno ocurra entre un hombre maduro y una mujer mucho menor que él.

El término acuñado por la Sociedad Americana de Psiquiatría para estos menesteres es anisonogamia, que significa atracción sexual por una pareja sexual mucho más joven o mucho mayor.

El tema se describe muy bien en la afamada canción “Caballo Viejo”, de Simón Díaz, la misma donde “quererse no tiene horario ni fecha en el calendario cuando las ganas se juntan.” Queda claro.

“El potro da tiempo al tiempo porque le sobra la edad, caballo viejo no puede perder la flor que le dan, porque después de esta vida no hay otra oportunidad.”

Y la cosa puede llegar a extremos donde se rompen los esquemas mentales de las personas, tal como lo describe con maestría el premio Nobel japonés Yasunari Kawabata en su novela “Mil Grullas” (Emecé Editores, 2004). Allí, Kawabata nos describe con agudeza la siguiente escena entre el joven Kikuji y la señora Ota:

“La señora Ota tenía al menos cuarenta y cinco años, unos veinte años más que Kikuji, pero logró que él olvidara su edad cuando hicieron el amor. Kikuji sentía que tenía entre sus brazos a una mujer más joven que él mismo. Al compartir una felicidad que provenía de la experiencia de la mujer, Kikuji no sentía nada de la reticencia bochornosa de la inexperiencia. Sentía como si fuera la primera vez que conocía a una mujer y como si por primera vez se conociera a sí mismo como hombre. Era un extraordinario despertar. Nunca había imaginado que una mujer podía ser tan enteramente dócil y receptiva, una pareja que lo acompañaba y, al mismo tiempo, lo inducía a sumirse en una fragancia tibia.”
*Imagen: cartel del musical "Cougar", actualmente en exhibición en La Gran Manzana (New York City), presentando a la talentosa actriz y cantante Donna Moore (http://www.donnamoorediva.com/).

Saturday, June 06, 2009

La mosca en el vestido


La mosca en el vestido...
Hoy lo luces tú, flamante,
fastuosa celebración.
Pero ayer fue mío.
Lo vestí, a mi manera, pero lo vestí.
Toda una noche lo disfruté.
Toda mi vida soñé con hacerlo.
Con rodearme de glamour.
Pero ya todos saben lo que me ha tocado.
Triste vida la mía.
Mejor no entrar en descripciones.
Un día amanecí con ganas de cambiar.
De ser diferente.
De vivir diferente.
Y volé, volé, volé, volé.
Prometí nunca parar hasta no ver glamour alrededor.
El glamour, como la tos y el dinero,
No pueden ocultarse.
Supe que era el lugar.
Entré furtivamente a la tienda.
Volando rauda y veloz.
Esperé oculta a que todos se fueran.
Tenía que ser mi noche.
La noche.
Tuve todo el tiempo para escoger.
Me decidí por el amarillo.
Es lo que luce, dicen.
Lo verde se da en todas partes.
Y me vestí, glamorosa, toda yo.
Muchos vinieron a verme, asombrados.
Los miré con desdén desde la vitrina.
Mi vitrina.
¿Acaso no lo merecía?
Soy criatura de Dios, como ustedes, les dije.
Sin perder el glamour.
Claro, era mi noche.
Qué noche la de anoche.
Hoy lo vistes tú.
Pero ayer fue mío.
En una noche tan linda como esta…

Wednesday, June 03, 2009

Del libro de las ausencias...


"Arribaràs a ser una part tan íntima / de mi mateix que al capdavall la mort / se t´endurà de nou quan se m´endugui", ("Llegarás a ser una parte tan íntima / de mí que al fin la muerte / se te llevará de nuevo cuando se me lleve").

El poema anterior es del catalán Miquel Marti i Pols, quien lo dedicó a su esposa fallecida, y es, ni más ni menos, que el poema favorito de Pep Guardiola, el hombre del momento, entrenador campeón con el F.C. Barcelona.

Lo leí este domingo en el diario “El Nacional” de Caracas, que publica un artículo original de “La Nación” de Argentina. Cuanta profundidad en ese fragmento del poema. De cuando dos en realidad son uno solo...

Sunday, May 31, 2009

Beatriz, el menú y los idiomas...


A propósito de mis posts titulados “El Chop Suey agradecido” y “El menú y la ortografía” , mi hermana Beatriz me ha enviado un e-mail/comentario que, amén de parecerme a lugar, me hizo pensar –guardando las distancias, claro está -en aquella famosa columna de Anibal Nazoa en el diario “El Nacional” titulada “Aquí hace calor”, por lo graciosa, punzante y original. Aquí se la dejo publicada para que disfruten también ustedes de los vericuetos en que nos meten los idiomas:

Astutamente inteligente eso de combinar las “grasias” (craso error del editor de la carta-menú) con el chop suey para el título de este reportaje.

Te comento que, en principio, el asunto luce jocoso, pero si nos ponemos profundos… fíjate que hiciste una pregunta: ¿Será que no es tan importante llamar a las comidas por su nombre de creación?

A ella te respondo que en mi opinión es importante llamar las comidas por su nombre original, sin embargo es válido adaptarlas al idioma local. No te extrañe que haya sido un chino quien hizo esa adaptación del chop suey, pues así, chosué, lo tendrían que escribir ellos mismos en nuestro idioma. De hecho ya está usando símbolos que no le son propios.

A mí particularmente me encanta esa adaptación y no que nos veamos obligados a leer y a la vez pronunciar en perfecto francés el cordon blue o el soufflé o el foie gras (cordon bluú, suflé o fuagrá). Si no digerimos el inglés, segurito que pronunciaremos roastbeef con todas sus letras en vez de decir rostbif. Si no masticamos el italiano, tendremos que tragarnos los spaghetti o fetuccini (spagueti o fetuchini), cuando nuestra tendencia es decir espaguetis o fetuchinis. Ah, y al momento de beber podemos destrozar a una botella de refrescante caipirinha (caipiriña) y, si nos alcanzan los realitos, a un elegante champagne veuve clicquot ponsardin (champaña la viuda, familiarmente).

Al leer usamos, por lógica, los sonidos castellanos y al pluralizar automáticamente usamos ‘s’ o ‘es’. No quiero ni hablar del enredo cuando el bendito menú es marroquí, coreano, indio, tailandés, senegalés, japonés… se pierde uno entre babaganush, sushi, yakitori, tabbule, falafel, labne, hummus, fattoush, kibbes, chutney de mango o de tamarindo, cous-cous, ashura, chanclish y rotí.

Afortunadamente hay menús amigables que guían la selección explicando: ceebu jen (arroz con pescado), entonces uno puede señalarle con el dedito al mesonero que eso es lo que quiere comer, pero en caso contrario, estamos en todo nuestro derecho a preguntar y los mesoneros, o el chef, están (deben estarlo) siempre dispuestos a echarnos el cuento.

El lenguaje es dinámico y acepta todas esas variaciones, hermanito. Se deja la palabra tal como está con pronunciación y todo (pizza es pizza), o se traduce el significado (los noodles son fideos), o se toma la fonética de la palabra y se la reescribe (fondue es fondiú).

El béisbol es, a mi parecer, un buen ejemplo de las “ganancias” que ha tenido nuestro idioma, ir de baseball a béisbol nos llevó al jonrón, al flaicito, al ponche y sus víctimas que son los ponchados (ponchaos). ¿Recuerdas que cuando éramos chicos comprábamos chicle (chiclet) baseball desde la b hasta la l? Sí, pedíamos un “basebal” y no un chicle béisbol. Esa era la lectura perfecta para unos infantes como nosotros que recién empezábamos a usar el castellano.

Ya de por sí, al transcribir del chino, árabe, tailandés, ruso, griego al castellano incurrimos en serias modificaciones de los originales, pues, para esas culturas son otros los símbolos que se utilizan para escribir.

Me parece que es un perfecto favor que ese chinito haya usado “chosué” partiendo del sonido y llegando a su escritura en castellano, porque lo correcto sería usar caligrafía china y en ese caso estaríamos en graves aprietos… y con hambre…

Saturday, May 23, 2009

Adiós Maria Amelia!


Hoy apenas me enteré de la ingrata noticia. La abuelita blogger, Maria Amelia López murió este miércoles 20 de mayo de 2009. La blogger más anciana, reconocida con entrevistas de muchos diarios importantes del mundo, leída por gente de China y más lejos, la mata de la dulzura y el cariño hacia nosotros, sus "blogueriños", nos ha dejado, y ahora bloguea desde el cielo.

Su blog, "amis95.blogspot.com" fue un regalo de cumpleaños hecho por su nieto en diciembre del 2006. Y desde el principio le encantó bloguear, comunicarse con todos, descubrió que tenía muchos amigos en todas partes e hizo del blogging parte de su vida diaria.

Dios te bendiga siempre María Amelia, nuestra abuela blogger, ¡nunca te olvidaremos!

Sunday, May 17, 2009

Una oración por la lluvia


Es el título del más reciente libro que ha caído en mis manos. Se trata del testimonio de un reportero polaco, Wojciech Jagielski, fruto de diez años de visitas a Afganistán. De ese libro dijo Ryszard Kapuscinski “¡Qué libro tan extraordinario, emocionante y bello!”. Es uno de los regalos de cumpleaños que recibí de alguien que me aprecia mucho y me entiende, porque yo tenía muchas ganas de leerlo.
Me mata la curiosidad por saber de Afganistán, un país cuya área es equivalente a la del estado de Texas, en Estados Unidos, que fue invadido por los rusos, quienes se mantuvieron allí por diez años, en apoyo de un régimen comunista imperante en esos años hasta que se vieron obligados a retirarse, diezmados por la guerra de guerrillas a la que estuvieron sometidos. Un país cuya geografía montañosa en un 75% no le permitió mayores libertades a los rusos para desarrollar su ofensiva. Un país cuyas tierras cultivables cubren apenas el 12% del territorio. Luego de la salida de los soviéticos se impuso un régimen islámico que fue desalojado del poder por una coalición internacional liderada por Estados Unidos, que no las han tenido fáciles, por razones similares a las que provocaron la salida de los rusos.
El país tiene una posición geopolítica interesante para las grandes potencias pues, entre otras razones, es un país que acorta enormes distancias a los gasoductos que suplen a Europa. Posee inmensas riquezas minerales no exploradas en su totalidad ni explotadas aún, como petróleo y gas.
Es el mismo país donde en 1984 el fotógrafo Steve McCurry, de la revista National Geographic, tomó la imagen de una chica de ojos verdes, refugiada de guerra, llamada Sharbat Gula, una de las portadas más famosas de todos los tiempos para la revista. Mc Curry se tomó la idea de buscar la chica a posteriori, y de hecho al consiguió en 2001.
El mismo de la destrucción, por el régimen talibán, de unas estatuas de Buda que datan de hace más de 1500 años, las cuales están ahora en proceso de reconstrucción. El lugar de la destrucción de las estatuas es Bamiyán. Supe de ese lugar en 2001, mientras me encontraba en Yokohama, Japón. Era el nombre de un restaurant de comida asiática extraordinario, cuyos empleados no pudieron satisfacer mi curiosidad sobre el nombre por ser de origen chino y no hablar japonés ni inglés. Allí, en ese sitio, quien habla es la extraordinaria comida, pero ese es tema de otro post.
Lo cierto es que me quedó el nombre de Bamiyán en la mente hasta que pude investigar y descubrir que se trataba de un lugar en Afganistán, considerado patrimonio cultural de la humanidad, gracias a los Budas esculpidos en piedra. Se encuentra en la famosa ruta de la seda, y muy cerca de la hermosísima región de Cachemira, tan bella como conflictiva a través de los años.
Otro caso que puso a Afganistán en el foco de mi atención es el hecho de que allí se dice que se oculta Osama Bin Laden. La CIA ha utilizado a científicos norteamericanos que han investigado en sus montañas para tratar de descifrar el paradero de Bin Laden, de acuerdo con el tipo de roca de las montañas que se observan como fondo en sus videos transmitidos por la cadena Al Jazeera.
El libro ”Una oración por la lluvia. Historias de Afganistán” (Random House Mondadori, 2008) ha venido a cubrir un vacío, una asignatura pendiente. A juzgar por la rica prosa de sus comienzos, creo que lo voy a disfrutar bastante.

*Imagen: Steve McCurry en "National Geographic".

Sunday, May 10, 2009

Lo que quería Alejandro...


Cuenta la leyenda que Alejandro Magno, gran guerrero y conquistador, estando en vísperas de su muerte, hizo llamar a sus generales, llamados diádocos, para comunicarles sus tres últimos deseos.

Una vez venidos todos a su lecho, y rodeado de ellos, procedió a enumerar sus requerimientos postreros:

1.- Que su ataúd fuese llevado en hombros y transportado por los mejores médicos de la época.

2.- Que los tesoros que había conquistado durante toda su vida (plata, oro, piedras preciosas) fuesen esparcidos por el camino que llevaba hasta su propia tumba.

3.- Que sus manos quedaran balanceándose en el aire, fuera del ataúd, y a la vista de todos.

Uno de sus generales, asombrado por tan insólitos deseos, tuvo a bien preguntarle a Alejandro cuáles eran las razones para semejantes deseos.

Acto seguido, Alejandro argumentó:

1.- Quiero que los más eminentes médicos carguen mi ataúd, para así mostrarles a todos, y a ellos mismos, que no tienen, ante la muerte, el poder de curar.

2.- Quiero que el suelo sea cubierto por mis tesoros para que todos puedan ver que los bienes materiales aquí conquistados, aquí permanecerán, y no se irán con ninguno de nosotros, simples mortales.

3.- Quiero que mis manos se balanceen al viento, para que las personas puedan ver que así como vinimos a este mundo con las manos vacías, de igual forma nos iremos, cuando se nos termine el más valioso tesoro que poseemos, que no es otro que el tiempo.

Friday, May 01, 2009

Hablar sobre uno mismo...

Lo difícil de hablar de uno mismo consiste en que lo que se dice pasa, inevitablemente, por el filtro de nuestra visión subjetiva de lo que se vive o dice. Así que la realidad que describimos queda automáticamente desvirtuada desde el mismo instante en que comenzamos a describirnos, a relatar quienes somos.

Pero, ¿y quién mejor que nosotros mismos para describirnos? Mucho más cuando el auditorio no nos conoce. Todo un dilema que resolver.

Hace poco tuve frente a mí a un sujeto que se describió rápidamente como un hombre feliz. Mientras él se describía como tal, yo lo miraba directamente a sus ojos, y lo que ellos me transmitían no parecía tener puntos de acuerdo con lo que decían sus palabras. Sus gestos, su expresión facial lo desmentían categóricamente. Lo miré mientras me hablaba y sólo atiné a preguntarle a qué hecho atribuía él mismo ser un hombre feliz.

Su respuesta me sorprendió, no sé si por la prontitud de la misma, por el divorcio que representaban sus palabras con su comportamiento diario o por otras razones que harían muy larga esta divagación. Esbozó como causas de su felicidad una serie de factores de índole material. ¿Será posible? Aún así, su expresión corporal parecía no soportar lo que estaba escuchando de sí mismo. Su rostro se desdibujó ante mí. Yo solamente observaba. Y aprendía sobre lo complicada que puede llegar a ser en oportunidades la conducta humana.

Este es sólo un ejemplo que se repite a menudo. He tenido ante mí individuos que han pasado hablando de sí mismos más de una hora, sin percatarse que la razón principal de su presencia allí era el diálogo, y nunca el monólogo interminable sobre sí. He sido paciente, los he escuchado, y me he puesto luego a pensar y reflexionar sobre la conducta de nosotros, los humanos.

A mi escritor favorito, Haruki Murakami, no le gusta hablar de sí mismo. Es reacio a dar entrevistas, quizá por el mismo motivo. Y es su característica mostrar, según mi propia interpretación, en boca de sus personajes, rasgos importantes de su propia personalidad. Son rasgos muy interesantes desde mi punto de vista. Pienso a futuro escribir un post sobre lo que para mí son esos rasgos personales interesantes del escritor, mostrados a través de los personajes de sus obras.

En “Sputnik, mi amor”, una de sus obras, nos confiesa a través del protagonista, un profesor de primaria, las razones por las cuales rechaza hablar de sí mismo.

El profesor dice que cada vez que le toca hablar de sí mismo se siente confuso. Se ve atrapado en la clásica paradoja a la que conlleva el contestar a la interrogante de “¿Quién soy?”.

“Si se tratara –dice- de simple información, pues nadie mejor que yo para dar todos los detalles. Sin embargo, cuando hablo sobre mí, ese yo de quien hablo queda automáticamente empobrecido, limitado y condicionado precisamente por ese otro yo, que soy yo mismo, ¿victima de quién? Pues de mi propio sistema de valores, de mi sensibilidad, de mi capacidad de observación, y de otros condicionamientos. Por lo tanto, ¿hasta qué punto se ajusta a la realidad ese yo que retrato? Sin embargo, he visto otras personas que no parecen sentir el mismo temor cuando se trata de hablar de sí mismos. Se describen sin ningún pudor como seres sinceros y francos, y luego, a la vuelta de la esquina, he visto a esos mismos “sensibles” innumerables veces herir, así sin más, los sentimientos de los demás. Estas son cosas que me llevan a pensar sobre qué es lo que en realidad sabemos de nosotros mismos”.

Lo cierto del asunto es que cada vez que nos encontremos ante la disyuntiva de hablar sobre nosotros mismos tratemos de ser lo más objetivos en nuestras descripciones y al mismo tiempo, lo que decimos debe estar en completa armonía con lo que transmitimos a los demás, que en oportunidades nos describe mucho mejor.
*Fotografía: Leeni en Flickr.com

Sunday, April 26, 2009

Carretera...

Recorrer los caminos de montaña es una experiencia sensorial. Cuando estás en el valle, presto a comenzar, el paisaje imponente de las montañas te envuelve, se hace dueño de ti, todo un preámbulo de lo que vendrá.

Cuando subes, comienzas a notar el cambio en la vegetación, en la temperatura ambiente, en el temperamento de la gente, en la cercanía de las nubes, la neblina, el rocío que se posa sobre las hojas y las flores, dándoles esa sensación de frescura eterna.

A medida que vas serpenteando la montaña, cada paisaje que aparece frente a ti es sobrecogedor, paralizante, sublime. Te invita a detenerte, a contemplar, a divagar, a pensar en cosas buenas para ti, para los tuyos, para tu tierra, para La Tierra.

Y poco a poco, esos caminos, llenos de historias, se van haciendo parte indispensable del paisaje, el cual deja de concebirse sin ellos.

Esos hermosos caminos de montaña me invitan a pensar en positivo, las ideas se aglomeran en mi mente, como queriendo pasar a ser protagonistas del momento que se vive.

La gente que te encuentras en esas alturas es diferente. No escatiman en regalarte una sonrisa, en ofrecerte un trago para acomodar el cuerpo a esas temperaturas tan bajas, en conversar contigo de la belleza de los paisajes, que de tanto vivir allí no les aburre, pues siempre consiguen un detalle, una variación, que va desde unas hortensias en floración hasta la emoción de la última nevada, que no se olvida.

Sobre estos caminos cantaba una vez el tío Simón Díaz:

“caminos, caminos,
yo sé de muchos caminos,
que se van a la montaña,
y se pierden en las sombras,
huyéndole a una mirada”

El tío, que no pierde detalles, nos cantó esa melodía, y yo la llevo presente en todo momento, en el mismo serpentear de los caminos de la montaña, en la hermosa mirada de la gente que puebla sus orillas.

Otro Maestro, Aldemaro, nos recreó sus imágenes en ritmo de Onda Nueva, ¡que belleza!
"Carretera, acórtate carretera
Que me ahoga la distancia
De qué manera, de qué manera.


Cementera, perdóname cementera
Si tumbo la flor del llano
Con mi carrera, con mi carrera.


Gavilanes en las nubes
Vayan hasta la rubiera
Y me traen por los cabellos
A Isabel María Contreras
Mi catirita llanera.


Carretera, remonta la cordillera
Antes de que me convierta
En tolvanera, en tolvanera."

Saturday, April 25, 2009

Brownie con helado

Ese postre tan divino que es el brownie, calientito, cubierto con helado de vainilla, es una delicia, mucho más cuando se hace bien, con cariño. Es lo divino de los contrastes, el blanco y el negro, el frio y el calor, lo blando y lo duro. El brownie, invento estadounidense, se cree que nació por causalidad cuando un cocinero olvidó colocar levadura a una torta de chocolate. ¿De quién sería la idea de cubrirlo con helado de vainilla? Un genio ha debido ser. ¡Delicioso!



Del "Eco-Bus" en San Cristóbal, Táchira, Venezuela


Torta de chocolate, con sabor a brownie, del "J. Alexander´s" en Houston, Texas, USA.

Saturday, April 18, 2009

El Eco-Bus

Es el eco-bus. Lo conseguí a más de 800 km de mi casa. Quizás estaba previsto que yo estuviese allí, y conociese a mi anfitrión, Oscar Padrón, el chofer del autobús.

Cómo la creatividad puede hacer que alguien, con tan poco, logre tanto. El sitio, alrededor, es maravilloso. Está enclavado en terrenos del Parque Nacional “Chorro del Indio”, es San Cristóbal, Táchira, Andes de Venezuela. Todo es follaje y neblina, montañas, caídas de agua y espectaculares vistas.
Allí me esperaba el Eco-Bus. De fondo Louis Armstrong en sus primeros tiempos, con los Hot Five. Cuando le pregunto a Oscar, señalando el origen del sonido musical maravilloso: -¿y eso? –me responde con total naturalidad: -eso es el combustible del Eco-Bus. Nada menos, jazz.

Oscar, como si fuese poco, cocina y realiza unos postres espectaculares. Me decidí por un standard, brownie con helado, mmmmm, el de él es especial.
Lugares como éste hay pocos, y se hacen con ingredientes simples pero que poco abundan en estos tiempos, mucho menos en combinación: amor y creatividad.


Me despedí, y me fui alejando y escuchando el fondo musical de Armstrong, que fue disminuyendo con la distancia, hasta confundirse con el ruido del follaje, sencillamente hermoso…
*Si alguna vez andan por estos lares de Táchira, acérquense. Oscar Padrón los recibirá con mucho cariño cada domingo. El Eco-Bus se encuentra en el km 5, sector Loma de Pío, via Chorro del Indio, San Cristóbal, Estado Táchira, Venezuela.


Saturday, April 11, 2009

Lectura y vino...

La semana pasada leía en una revista dominical una entrevista que le hicieron al asesor de la cava de vinos del restaurante “Le Gourmet” del hotel Tamanaco de Caracas, Ettore Perin, y entre los consejos que daba en la entrevista me gustó especialmente aquel donde dijo que “hay que tener un sacacorchos y ganas de probar, lo mejor es no quedarse con un mismo vino y una misma marca”.

Excelente el consejo, aplica para los vinos y también para la lectura. Hay que tener apetito literario, ganas de leer diversos autores, no creer en estereotipos ni dejarse llevar por lo comercial, lo que más se vende. Como cuando se encuentra un buen vino, hay que saborearlo, paladearlo, disfrutar de su aroma y suavidad, así debería hacerse con los buenos libros; con la buena música, hay que mirarlos con profundidad, degustarlos, sumergirse en ellos, y finalmente queda un “after taste” que los define, que los dibuja con tinta indeleble en nuestra memoria.

En esas ando con la lectura. Últimamente han pasado por mis manos diversos títulos. “Nido de Serpientes. Memorias del hijo del heladero” de Pedro Juan Gutiérrez (Anagrama, 2006); “Profesora, ¿Cómo se escribe futuro?” de Margret Greiner (Maeva Ediciones, 2005); “Gomorra” de Roberto Saviano (Random House Mondadori, 2007), “La maravillosa vida breve de Oscar Wao” de Junot Díaz (Random House Mondadori, 2008); “Crónica del pájaro que da cuerda al mundo” de Haruki Murakami (Tusquets Editores, 2006) y la que acabo de terminar, “Sputnik, mi amor” de Haruki Murakami.

Y es precisamente allí donde se rompe el molde. Donde la regla tiene su excepción. Donde el consejo de Perin, cuando lo aplico a la lectura, pierde un poco el sentido. Es que me declaro fanático de las novelas de Murakami, mi autor favorito. He disfrutado hasta la última gota cada una de sus obras traducidas al español por Lourdes Porta con Tusquets Editores. “Tokio Blues. Norwegian Wood”, “Al sur de la frontera, al oeste del sol”, “Kafka en la orilla”, “Crónica del pájaro que da vuelta al mundo” y “Sputnik, mi amor”.

Siento que este autor interpreta en mucho mi forma de pensar, por lo que rápidamente me identifico con su prosa. Su forma de mezclar lo real con lo irreal es fantástica. Los personajes de sus novelas son únicos, las tramas son difíciles de intuir, lo que hace que te mantengas pegado a su deliciosa prosa, sorprendiéndote a cada instante, en cada situación.

Murakami se encarga de que vivas las situaciones, que te hagas partícipe de ellas, la sufras o la disfrutes según sea el caso, llegas a ver los personajes de tan bien que los describe, los paisajes, los sitios de ubicación, y eso es algo que muy pocas veces me pasa con esa intensidad.

Ni siquiera me atrevo a recomendar alguna de sus obras en particular. Cualquiera tiene el mismo efecto. Fascinante. Adictiva. Impresionante.

Un amigo me trajo desde España su última novela, traducida al español, “After Dark” (Tusquets Editores, 2008). No creo que sea diferente el efecto. El genio que la escribe es el mismo. Sé que la voy a disfrutar.

Se les quiere mucho por estos lares de Dios!

Saturday, April 04, 2009

Se me ha perdido un país...


Esta joya de prosa narrada por Gonzalo "Chile" Veloz la escuché esta semana en el programa de radio matutino de José Domingo Blanco en 99.1FM de Caracas. Lo grabé y lo transcribí para él, y me tomé la libertad de dejárselo a mi gente bonita. Espero lo lean con detenimiento. Quizás puedan ayudar a encontrarlo...




“Se me ha perdido un país”





Fui a buscar mi país, y no lo encontré. Y luego de varios intentos, me senté a pensar cómo le decía a la gente cual era el país que se me había perdido...



Luego de unos minutos les dije: “Mi país, el país que estoy buscando es muy hermoso. Está lleno de gente buena y cariñosa, y sus riquezas son infinitas. Que yo recuerde, es un país donde las frutas se pueden tomar directamente de los árboles y las flores crecen solas por doquier.”
Así y todo, nadie me sabía decir dónde estaba mi país, y mucho menos de cual país hablaba.



Volví a pensar cómo hacerles comprender, y seguí hablando: “Es un país noble, forjado por hombres justos y honestos a costa de esfuerzos increíbles, y sacrificios no menos importantes. Simón, uno de esos hombres justos, prácticamente dejó su vida por la existencia de éste país. Y como él, Antonio José, Francisco, Andrés, José María, Pedro, en fin, muchos, muchos más, también dieron lo mejor de sí para que este país tuviera una existencia llena de gloria, y mereciera el respeto, no solo de sus propios habitantes, sino de otros países.”



A medida que les hablaba, mi emoción por describirles el país que había perdido se hacía más grande. “Miren –les dije –si será grande mi país, que le tocó vivir momentos de conflicto entre sus propios hijos y logró salir adelante, no para continuar su existencia, maltrecho y agotado, no, por el contrario, renovó su vigor, y emprendió una carrera meteórica que lo llevó a quitarse de encima el yugo que lo oprimía, y eso fue ejemplo para que otros países hicieran lo propio, ayudados por nuestros hombres justos. Esos hombres justos se nos fueron, pero su ejemplo quedó para que otros los siguieran, y así otros nombres tomaron esos puestos de vanguardia: Arturo, Carlos, Enrique, Teresa, Isaías, etcétera; y esos hombres y mujeres también estuvieron conscientes que su vida tendría más valor en tanto ése país, mi país, siguiera adelante.



Pero, algo ocurrió en alguna parte, en algún momento, que mi país comenzó a desvanecerse. Y cada año que pasaba se hacía más difícil reconocerlo. Su gente se iba transformando en extraños, de extrañas costumbres, de extrañas apariencias; y esos extraños comenzaron a romper mi país, robar mi país, complicar mi país, acabar mi país, y nadie dijo nada. Y nadie hizo nada. Y nadie quiso saber nada de nada. Y todos se hicieron los locos ante la locura que enloquecía mi país. Y todos se hicieron los sordos ante los gritos de agonía larga y lenta que daba mi país. Y todos, al contrario de salvar a mi país, de curar sus heridas y morir con él si era necesario, tomaron, cada quien, un pedazo de mi país y se lo llevaron a su casa, una casa que, seguramente, no estaba en mi país sino en otros países...”



Y, al llegar a este punto, la gente que me escuchaba desde hacía un rato, me miraron como si yo estuviera loco. Como si mi razón de llorar por éste país que se había perdido era algo que no tenía lógica. Y digo llorar por mi país porque, al llegar a ese punto de mi explicación, sin darme cuenta, estaba llorando; llorando de tristeza, de furia, de impotencia, de dolor, porque, al ver sus caras, y ellos ver la mía y darme la espalda y marcharse, me di cuenta que más nunca iba a encontrar mi país…



Ha pasado algún tiempo de esto que les cuento. Y ya por mi calle, la gente al verme pasar murmura: “Ahí va el loco ese que dice que se le perdió un país, ¿habráse visto? Como si un país se pudiera perder.”



Por favor, si alguien encuentra mi país, avíseme, díganle que yo lo busco, que lo quiero y lo extraño, y que posiblemente, sin él, para mí ya no tenga sentido vivir…



*Imagen de www.geology.com