Sunday, May 31, 2009

Beatriz, el menú y los idiomas...


A propósito de mis posts titulados “El Chop Suey agradecido” y “El menú y la ortografía” , mi hermana Beatriz me ha enviado un e-mail/comentario que, amén de parecerme a lugar, me hizo pensar –guardando las distancias, claro está -en aquella famosa columna de Anibal Nazoa en el diario “El Nacional” titulada “Aquí hace calor”, por lo graciosa, punzante y original. Aquí se la dejo publicada para que disfruten también ustedes de los vericuetos en que nos meten los idiomas:

Astutamente inteligente eso de combinar las “grasias” (craso error del editor de la carta-menú) con el chop suey para el título de este reportaje.

Te comento que, en principio, el asunto luce jocoso, pero si nos ponemos profundos… fíjate que hiciste una pregunta: ¿Será que no es tan importante llamar a las comidas por su nombre de creación?

A ella te respondo que en mi opinión es importante llamar las comidas por su nombre original, sin embargo es válido adaptarlas al idioma local. No te extrañe que haya sido un chino quien hizo esa adaptación del chop suey, pues así, chosué, lo tendrían que escribir ellos mismos en nuestro idioma. De hecho ya está usando símbolos que no le son propios.

A mí particularmente me encanta esa adaptación y no que nos veamos obligados a leer y a la vez pronunciar en perfecto francés el cordon blue o el soufflé o el foie gras (cordon bluú, suflé o fuagrá). Si no digerimos el inglés, segurito que pronunciaremos roastbeef con todas sus letras en vez de decir rostbif. Si no masticamos el italiano, tendremos que tragarnos los spaghetti o fetuccini (spagueti o fetuchini), cuando nuestra tendencia es decir espaguetis o fetuchinis. Ah, y al momento de beber podemos destrozar a una botella de refrescante caipirinha (caipiriña) y, si nos alcanzan los realitos, a un elegante champagne veuve clicquot ponsardin (champaña la viuda, familiarmente).

Al leer usamos, por lógica, los sonidos castellanos y al pluralizar automáticamente usamos ‘s’ o ‘es’. No quiero ni hablar del enredo cuando el bendito menú es marroquí, coreano, indio, tailandés, senegalés, japonés… se pierde uno entre babaganush, sushi, yakitori, tabbule, falafel, labne, hummus, fattoush, kibbes, chutney de mango o de tamarindo, cous-cous, ashura, chanclish y rotí.

Afortunadamente hay menús amigables que guían la selección explicando: ceebu jen (arroz con pescado), entonces uno puede señalarle con el dedito al mesonero que eso es lo que quiere comer, pero en caso contrario, estamos en todo nuestro derecho a preguntar y los mesoneros, o el chef, están (deben estarlo) siempre dispuestos a echarnos el cuento.

El lenguaje es dinámico y acepta todas esas variaciones, hermanito. Se deja la palabra tal como está con pronunciación y todo (pizza es pizza), o se traduce el significado (los noodles son fideos), o se toma la fonética de la palabra y se la reescribe (fondue es fondiú).

El béisbol es, a mi parecer, un buen ejemplo de las “ganancias” que ha tenido nuestro idioma, ir de baseball a béisbol nos llevó al jonrón, al flaicito, al ponche y sus víctimas que son los ponchados (ponchaos). ¿Recuerdas que cuando éramos chicos comprábamos chicle (chiclet) baseball desde la b hasta la l? Sí, pedíamos un “basebal” y no un chicle béisbol. Esa era la lectura perfecta para unos infantes como nosotros que recién empezábamos a usar el castellano.

Ya de por sí, al transcribir del chino, árabe, tailandés, ruso, griego al castellano incurrimos en serias modificaciones de los originales, pues, para esas culturas son otros los símbolos que se utilizan para escribir.

Me parece que es un perfecto favor que ese chinito haya usado “chosué” partiendo del sonido y llegando a su escritura en castellano, porque lo correcto sería usar caligrafía china y en ese caso estaríamos en graves aprietos… y con hambre…

Saturday, May 23, 2009

Adiós Maria Amelia!


Hoy apenas me enteré de la ingrata noticia. La abuelita blogger, Maria Amelia López murió este miércoles 20 de mayo de 2009. La blogger más anciana, reconocida con entrevistas de muchos diarios importantes del mundo, leída por gente de China y más lejos, la mata de la dulzura y el cariño hacia nosotros, sus "blogueriños", nos ha dejado, y ahora bloguea desde el cielo.

Su blog, "amis95.blogspot.com" fue un regalo de cumpleaños hecho por su nieto en diciembre del 2006. Y desde el principio le encantó bloguear, comunicarse con todos, descubrió que tenía muchos amigos en todas partes e hizo del blogging parte de su vida diaria.

Dios te bendiga siempre María Amelia, nuestra abuela blogger, ¡nunca te olvidaremos!

Sunday, May 17, 2009

Una oración por la lluvia


Es el título del más reciente libro que ha caído en mis manos. Se trata del testimonio de un reportero polaco, Wojciech Jagielski, fruto de diez años de visitas a Afganistán. De ese libro dijo Ryszard Kapuscinski “¡Qué libro tan extraordinario, emocionante y bello!”. Es uno de los regalos de cumpleaños que recibí de alguien que me aprecia mucho y me entiende, porque yo tenía muchas ganas de leerlo.
Me mata la curiosidad por saber de Afganistán, un país cuya área es equivalente a la del estado de Texas, en Estados Unidos, que fue invadido por los rusos, quienes se mantuvieron allí por diez años, en apoyo de un régimen comunista imperante en esos años hasta que se vieron obligados a retirarse, diezmados por la guerra de guerrillas a la que estuvieron sometidos. Un país cuya geografía montañosa en un 75% no le permitió mayores libertades a los rusos para desarrollar su ofensiva. Un país cuyas tierras cultivables cubren apenas el 12% del territorio. Luego de la salida de los soviéticos se impuso un régimen islámico que fue desalojado del poder por una coalición internacional liderada por Estados Unidos, que no las han tenido fáciles, por razones similares a las que provocaron la salida de los rusos.
El país tiene una posición geopolítica interesante para las grandes potencias pues, entre otras razones, es un país que acorta enormes distancias a los gasoductos que suplen a Europa. Posee inmensas riquezas minerales no exploradas en su totalidad ni explotadas aún, como petróleo y gas.
Es el mismo país donde en 1984 el fotógrafo Steve McCurry, de la revista National Geographic, tomó la imagen de una chica de ojos verdes, refugiada de guerra, llamada Sharbat Gula, una de las portadas más famosas de todos los tiempos para la revista. Mc Curry se tomó la idea de buscar la chica a posteriori, y de hecho al consiguió en 2001.
El mismo de la destrucción, por el régimen talibán, de unas estatuas de Buda que datan de hace más de 1500 años, las cuales están ahora en proceso de reconstrucción. El lugar de la destrucción de las estatuas es Bamiyán. Supe de ese lugar en 2001, mientras me encontraba en Yokohama, Japón. Era el nombre de un restaurant de comida asiática extraordinario, cuyos empleados no pudieron satisfacer mi curiosidad sobre el nombre por ser de origen chino y no hablar japonés ni inglés. Allí, en ese sitio, quien habla es la extraordinaria comida, pero ese es tema de otro post.
Lo cierto es que me quedó el nombre de Bamiyán en la mente hasta que pude investigar y descubrir que se trataba de un lugar en Afganistán, considerado patrimonio cultural de la humanidad, gracias a los Budas esculpidos en piedra. Se encuentra en la famosa ruta de la seda, y muy cerca de la hermosísima región de Cachemira, tan bella como conflictiva a través de los años.
Otro caso que puso a Afganistán en el foco de mi atención es el hecho de que allí se dice que se oculta Osama Bin Laden. La CIA ha utilizado a científicos norteamericanos que han investigado en sus montañas para tratar de descifrar el paradero de Bin Laden, de acuerdo con el tipo de roca de las montañas que se observan como fondo en sus videos transmitidos por la cadena Al Jazeera.
El libro ”Una oración por la lluvia. Historias de Afganistán” (Random House Mondadori, 2008) ha venido a cubrir un vacío, una asignatura pendiente. A juzgar por la rica prosa de sus comienzos, creo que lo voy a disfrutar bastante.

*Imagen: Steve McCurry en "National Geographic".

Sunday, May 10, 2009

Lo que quería Alejandro...


Cuenta la leyenda que Alejandro Magno, gran guerrero y conquistador, estando en vísperas de su muerte, hizo llamar a sus generales, llamados diádocos, para comunicarles sus tres últimos deseos.

Una vez venidos todos a su lecho, y rodeado de ellos, procedió a enumerar sus requerimientos postreros:

1.- Que su ataúd fuese llevado en hombros y transportado por los mejores médicos de la época.

2.- Que los tesoros que había conquistado durante toda su vida (plata, oro, piedras preciosas) fuesen esparcidos por el camino que llevaba hasta su propia tumba.

3.- Que sus manos quedaran balanceándose en el aire, fuera del ataúd, y a la vista de todos.

Uno de sus generales, asombrado por tan insólitos deseos, tuvo a bien preguntarle a Alejandro cuáles eran las razones para semejantes deseos.

Acto seguido, Alejandro argumentó:

1.- Quiero que los más eminentes médicos carguen mi ataúd, para así mostrarles a todos, y a ellos mismos, que no tienen, ante la muerte, el poder de curar.

2.- Quiero que el suelo sea cubierto por mis tesoros para que todos puedan ver que los bienes materiales aquí conquistados, aquí permanecerán, y no se irán con ninguno de nosotros, simples mortales.

3.- Quiero que mis manos se balanceen al viento, para que las personas puedan ver que así como vinimos a este mundo con las manos vacías, de igual forma nos iremos, cuando se nos termine el más valioso tesoro que poseemos, que no es otro que el tiempo.

Friday, May 01, 2009

Hablar sobre uno mismo...

Lo difícil de hablar de uno mismo consiste en que lo que se dice pasa, inevitablemente, por el filtro de nuestra visión subjetiva de lo que se vive o dice. Así que la realidad que describimos queda automáticamente desvirtuada desde el mismo instante en que comenzamos a describirnos, a relatar quienes somos.

Pero, ¿y quién mejor que nosotros mismos para describirnos? Mucho más cuando el auditorio no nos conoce. Todo un dilema que resolver.

Hace poco tuve frente a mí a un sujeto que se describió rápidamente como un hombre feliz. Mientras él se describía como tal, yo lo miraba directamente a sus ojos, y lo que ellos me transmitían no parecía tener puntos de acuerdo con lo que decían sus palabras. Sus gestos, su expresión facial lo desmentían categóricamente. Lo miré mientras me hablaba y sólo atiné a preguntarle a qué hecho atribuía él mismo ser un hombre feliz.

Su respuesta me sorprendió, no sé si por la prontitud de la misma, por el divorcio que representaban sus palabras con su comportamiento diario o por otras razones que harían muy larga esta divagación. Esbozó como causas de su felicidad una serie de factores de índole material. ¿Será posible? Aún así, su expresión corporal parecía no soportar lo que estaba escuchando de sí mismo. Su rostro se desdibujó ante mí. Yo solamente observaba. Y aprendía sobre lo complicada que puede llegar a ser en oportunidades la conducta humana.

Este es sólo un ejemplo que se repite a menudo. He tenido ante mí individuos que han pasado hablando de sí mismos más de una hora, sin percatarse que la razón principal de su presencia allí era el diálogo, y nunca el monólogo interminable sobre sí. He sido paciente, los he escuchado, y me he puesto luego a pensar y reflexionar sobre la conducta de nosotros, los humanos.

A mi escritor favorito, Haruki Murakami, no le gusta hablar de sí mismo. Es reacio a dar entrevistas, quizá por el mismo motivo. Y es su característica mostrar, según mi propia interpretación, en boca de sus personajes, rasgos importantes de su propia personalidad. Son rasgos muy interesantes desde mi punto de vista. Pienso a futuro escribir un post sobre lo que para mí son esos rasgos personales interesantes del escritor, mostrados a través de los personajes de sus obras.

En “Sputnik, mi amor”, una de sus obras, nos confiesa a través del protagonista, un profesor de primaria, las razones por las cuales rechaza hablar de sí mismo.

El profesor dice que cada vez que le toca hablar de sí mismo se siente confuso. Se ve atrapado en la clásica paradoja a la que conlleva el contestar a la interrogante de “¿Quién soy?”.

“Si se tratara –dice- de simple información, pues nadie mejor que yo para dar todos los detalles. Sin embargo, cuando hablo sobre mí, ese yo de quien hablo queda automáticamente empobrecido, limitado y condicionado precisamente por ese otro yo, que soy yo mismo, ¿victima de quién? Pues de mi propio sistema de valores, de mi sensibilidad, de mi capacidad de observación, y de otros condicionamientos. Por lo tanto, ¿hasta qué punto se ajusta a la realidad ese yo que retrato? Sin embargo, he visto otras personas que no parecen sentir el mismo temor cuando se trata de hablar de sí mismos. Se describen sin ningún pudor como seres sinceros y francos, y luego, a la vuelta de la esquina, he visto a esos mismos “sensibles” innumerables veces herir, así sin más, los sentimientos de los demás. Estas son cosas que me llevan a pensar sobre qué es lo que en realidad sabemos de nosotros mismos”.

Lo cierto del asunto es que cada vez que nos encontremos ante la disyuntiva de hablar sobre nosotros mismos tratemos de ser lo más objetivos en nuestras descripciones y al mismo tiempo, lo que decimos debe estar en completa armonía con lo que transmitimos a los demás, que en oportunidades nos describe mucho mejor.
*Fotografía: Leeni en Flickr.com

Sunday, April 26, 2009

Carretera...

Recorrer los caminos de montaña es una experiencia sensorial. Cuando estás en el valle, presto a comenzar, el paisaje imponente de las montañas te envuelve, se hace dueño de ti, todo un preámbulo de lo que vendrá.

Cuando subes, comienzas a notar el cambio en la vegetación, en la temperatura ambiente, en el temperamento de la gente, en la cercanía de las nubes, la neblina, el rocío que se posa sobre las hojas y las flores, dándoles esa sensación de frescura eterna.

A medida que vas serpenteando la montaña, cada paisaje que aparece frente a ti es sobrecogedor, paralizante, sublime. Te invita a detenerte, a contemplar, a divagar, a pensar en cosas buenas para ti, para los tuyos, para tu tierra, para La Tierra.

Y poco a poco, esos caminos, llenos de historias, se van haciendo parte indispensable del paisaje, el cual deja de concebirse sin ellos.

Esos hermosos caminos de montaña me invitan a pensar en positivo, las ideas se aglomeran en mi mente, como queriendo pasar a ser protagonistas del momento que se vive.

La gente que te encuentras en esas alturas es diferente. No escatiman en regalarte una sonrisa, en ofrecerte un trago para acomodar el cuerpo a esas temperaturas tan bajas, en conversar contigo de la belleza de los paisajes, que de tanto vivir allí no les aburre, pues siempre consiguen un detalle, una variación, que va desde unas hortensias en floración hasta la emoción de la última nevada, que no se olvida.

Sobre estos caminos cantaba una vez el tío Simón Díaz:

“caminos, caminos,
yo sé de muchos caminos,
que se van a la montaña,
y se pierden en las sombras,
huyéndole a una mirada”

El tío, que no pierde detalles, nos cantó esa melodía, y yo la llevo presente en todo momento, en el mismo serpentear de los caminos de la montaña, en la hermosa mirada de la gente que puebla sus orillas.

Otro Maestro, Aldemaro, nos recreó sus imágenes en ritmo de Onda Nueva, ¡que belleza!
"Carretera, acórtate carretera
Que me ahoga la distancia
De qué manera, de qué manera.


Cementera, perdóname cementera
Si tumbo la flor del llano
Con mi carrera, con mi carrera.


Gavilanes en las nubes
Vayan hasta la rubiera
Y me traen por los cabellos
A Isabel María Contreras
Mi catirita llanera.


Carretera, remonta la cordillera
Antes de que me convierta
En tolvanera, en tolvanera."

Saturday, April 25, 2009

Brownie con helado

Ese postre tan divino que es el brownie, calientito, cubierto con helado de vainilla, es una delicia, mucho más cuando se hace bien, con cariño. Es lo divino de los contrastes, el blanco y el negro, el frio y el calor, lo blando y lo duro. El brownie, invento estadounidense, se cree que nació por causalidad cuando un cocinero olvidó colocar levadura a una torta de chocolate. ¿De quién sería la idea de cubrirlo con helado de vainilla? Un genio ha debido ser. ¡Delicioso!



Del "Eco-Bus" en San Cristóbal, Táchira, Venezuela


Torta de chocolate, con sabor a brownie, del "J. Alexander´s" en Houston, Texas, USA.

Saturday, April 18, 2009

El Eco-Bus

Es el eco-bus. Lo conseguí a más de 800 km de mi casa. Quizás estaba previsto que yo estuviese allí, y conociese a mi anfitrión, Oscar Padrón, el chofer del autobús.

Cómo la creatividad puede hacer que alguien, con tan poco, logre tanto. El sitio, alrededor, es maravilloso. Está enclavado en terrenos del Parque Nacional “Chorro del Indio”, es San Cristóbal, Táchira, Andes de Venezuela. Todo es follaje y neblina, montañas, caídas de agua y espectaculares vistas.
Allí me esperaba el Eco-Bus. De fondo Louis Armstrong en sus primeros tiempos, con los Hot Five. Cuando le pregunto a Oscar, señalando el origen del sonido musical maravilloso: -¿y eso? –me responde con total naturalidad: -eso es el combustible del Eco-Bus. Nada menos, jazz.

Oscar, como si fuese poco, cocina y realiza unos postres espectaculares. Me decidí por un standard, brownie con helado, mmmmm, el de él es especial.
Lugares como éste hay pocos, y se hacen con ingredientes simples pero que poco abundan en estos tiempos, mucho menos en combinación: amor y creatividad.


Me despedí, y me fui alejando y escuchando el fondo musical de Armstrong, que fue disminuyendo con la distancia, hasta confundirse con el ruido del follaje, sencillamente hermoso…
*Si alguna vez andan por estos lares de Táchira, acérquense. Oscar Padrón los recibirá con mucho cariño cada domingo. El Eco-Bus se encuentra en el km 5, sector Loma de Pío, via Chorro del Indio, San Cristóbal, Estado Táchira, Venezuela.


Saturday, April 11, 2009

Lectura y vino...

La semana pasada leía en una revista dominical una entrevista que le hicieron al asesor de la cava de vinos del restaurante “Le Gourmet” del hotel Tamanaco de Caracas, Ettore Perin, y entre los consejos que daba en la entrevista me gustó especialmente aquel donde dijo que “hay que tener un sacacorchos y ganas de probar, lo mejor es no quedarse con un mismo vino y una misma marca”.

Excelente el consejo, aplica para los vinos y también para la lectura. Hay que tener apetito literario, ganas de leer diversos autores, no creer en estereotipos ni dejarse llevar por lo comercial, lo que más se vende. Como cuando se encuentra un buen vino, hay que saborearlo, paladearlo, disfrutar de su aroma y suavidad, así debería hacerse con los buenos libros; con la buena música, hay que mirarlos con profundidad, degustarlos, sumergirse en ellos, y finalmente queda un “after taste” que los define, que los dibuja con tinta indeleble en nuestra memoria.

En esas ando con la lectura. Últimamente han pasado por mis manos diversos títulos. “Nido de Serpientes. Memorias del hijo del heladero” de Pedro Juan Gutiérrez (Anagrama, 2006); “Profesora, ¿Cómo se escribe futuro?” de Margret Greiner (Maeva Ediciones, 2005); “Gomorra” de Roberto Saviano (Random House Mondadori, 2007), “La maravillosa vida breve de Oscar Wao” de Junot Díaz (Random House Mondadori, 2008); “Crónica del pájaro que da cuerda al mundo” de Haruki Murakami (Tusquets Editores, 2006) y la que acabo de terminar, “Sputnik, mi amor” de Haruki Murakami.

Y es precisamente allí donde se rompe el molde. Donde la regla tiene su excepción. Donde el consejo de Perin, cuando lo aplico a la lectura, pierde un poco el sentido. Es que me declaro fanático de las novelas de Murakami, mi autor favorito. He disfrutado hasta la última gota cada una de sus obras traducidas al español por Lourdes Porta con Tusquets Editores. “Tokio Blues. Norwegian Wood”, “Al sur de la frontera, al oeste del sol”, “Kafka en la orilla”, “Crónica del pájaro que da vuelta al mundo” y “Sputnik, mi amor”.

Siento que este autor interpreta en mucho mi forma de pensar, por lo que rápidamente me identifico con su prosa. Su forma de mezclar lo real con lo irreal es fantástica. Los personajes de sus novelas son únicos, las tramas son difíciles de intuir, lo que hace que te mantengas pegado a su deliciosa prosa, sorprendiéndote a cada instante, en cada situación.

Murakami se encarga de que vivas las situaciones, que te hagas partícipe de ellas, la sufras o la disfrutes según sea el caso, llegas a ver los personajes de tan bien que los describe, los paisajes, los sitios de ubicación, y eso es algo que muy pocas veces me pasa con esa intensidad.

Ni siquiera me atrevo a recomendar alguna de sus obras en particular. Cualquiera tiene el mismo efecto. Fascinante. Adictiva. Impresionante.

Un amigo me trajo desde España su última novela, traducida al español, “After Dark” (Tusquets Editores, 2008). No creo que sea diferente el efecto. El genio que la escribe es el mismo. Sé que la voy a disfrutar.

Se les quiere mucho por estos lares de Dios!

Saturday, April 04, 2009

Se me ha perdido un país...


Esta joya de prosa narrada por Gonzalo "Chile" Veloz la escuché esta semana en el programa de radio matutino de José Domingo Blanco en 99.1FM de Caracas. Lo grabé y lo transcribí para él, y me tomé la libertad de dejárselo a mi gente bonita. Espero lo lean con detenimiento. Quizás puedan ayudar a encontrarlo...




“Se me ha perdido un país”





Fui a buscar mi país, y no lo encontré. Y luego de varios intentos, me senté a pensar cómo le decía a la gente cual era el país que se me había perdido...



Luego de unos minutos les dije: “Mi país, el país que estoy buscando es muy hermoso. Está lleno de gente buena y cariñosa, y sus riquezas son infinitas. Que yo recuerde, es un país donde las frutas se pueden tomar directamente de los árboles y las flores crecen solas por doquier.”
Así y todo, nadie me sabía decir dónde estaba mi país, y mucho menos de cual país hablaba.



Volví a pensar cómo hacerles comprender, y seguí hablando: “Es un país noble, forjado por hombres justos y honestos a costa de esfuerzos increíbles, y sacrificios no menos importantes. Simón, uno de esos hombres justos, prácticamente dejó su vida por la existencia de éste país. Y como él, Antonio José, Francisco, Andrés, José María, Pedro, en fin, muchos, muchos más, también dieron lo mejor de sí para que este país tuviera una existencia llena de gloria, y mereciera el respeto, no solo de sus propios habitantes, sino de otros países.”



A medida que les hablaba, mi emoción por describirles el país que había perdido se hacía más grande. “Miren –les dije –si será grande mi país, que le tocó vivir momentos de conflicto entre sus propios hijos y logró salir adelante, no para continuar su existencia, maltrecho y agotado, no, por el contrario, renovó su vigor, y emprendió una carrera meteórica que lo llevó a quitarse de encima el yugo que lo oprimía, y eso fue ejemplo para que otros países hicieran lo propio, ayudados por nuestros hombres justos. Esos hombres justos se nos fueron, pero su ejemplo quedó para que otros los siguieran, y así otros nombres tomaron esos puestos de vanguardia: Arturo, Carlos, Enrique, Teresa, Isaías, etcétera; y esos hombres y mujeres también estuvieron conscientes que su vida tendría más valor en tanto ése país, mi país, siguiera adelante.



Pero, algo ocurrió en alguna parte, en algún momento, que mi país comenzó a desvanecerse. Y cada año que pasaba se hacía más difícil reconocerlo. Su gente se iba transformando en extraños, de extrañas costumbres, de extrañas apariencias; y esos extraños comenzaron a romper mi país, robar mi país, complicar mi país, acabar mi país, y nadie dijo nada. Y nadie hizo nada. Y nadie quiso saber nada de nada. Y todos se hicieron los locos ante la locura que enloquecía mi país. Y todos se hicieron los sordos ante los gritos de agonía larga y lenta que daba mi país. Y todos, al contrario de salvar a mi país, de curar sus heridas y morir con él si era necesario, tomaron, cada quien, un pedazo de mi país y se lo llevaron a su casa, una casa que, seguramente, no estaba en mi país sino en otros países...”



Y, al llegar a este punto, la gente que me escuchaba desde hacía un rato, me miraron como si yo estuviera loco. Como si mi razón de llorar por éste país que se había perdido era algo que no tenía lógica. Y digo llorar por mi país porque, al llegar a ese punto de mi explicación, sin darme cuenta, estaba llorando; llorando de tristeza, de furia, de impotencia, de dolor, porque, al ver sus caras, y ellos ver la mía y darme la espalda y marcharse, me di cuenta que más nunca iba a encontrar mi país…



Ha pasado algún tiempo de esto que les cuento. Y ya por mi calle, la gente al verme pasar murmura: “Ahí va el loco ese que dice que se le perdió un país, ¿habráse visto? Como si un país se pudiera perder.”



Por favor, si alguien encuentra mi país, avíseme, díganle que yo lo busco, que lo quiero y lo extraño, y que posiblemente, sin él, para mí ya no tenga sentido vivir…



*Imagen de www.geology.com

Saturday, March 28, 2009

El cielo es el límite





* Fotografías de mi autoría.

Sunday, March 22, 2009

En la barra...


Diálogo en una barra...
M: ¿Viste la última?
O: La última ¿Qué?
M: La última noticia…lo del padre que violó a su propio hijo de 7 años…
O: Cómo va a ser…
M: Pues sí, sucedió en Maracaibo. Y lo peor del caso es que el victimario estuvo preso en Barquisimeto por un caso similar. Sin embargo su esposa decidió esperar a que saliera de la cárcel y casarse con él, porque, a sus 37 años, y en sus propias palabras, dónde iba a conseguir un marido de 25 años…
O: Parte del desespero, ya que, según algunas, aquí no hay hombres, o están casados o son gays…
M: Son verdades a medias. Bien decía un gran amigo mío: “No hay hombre que no la pida, ni mujer que no la de…lo importante es el tiempo y las circunstancias”.
O: Muy cierto. Y a mí me parece que las mujeres están en su esplendor entre los 30 y los 50. Es su mejor época, cuando realmente saben lo que quieren.
M: Si ella, la del cuento, te hubiese escuchado, otro gallo cantaría, jajajaja.
O: No te rías que es serio. El problema va más allá. Tiene que ver con la pérdida de valores. O la inversión de los mismos.
M: Ciertamente. El ambiente que rodea a esa gente loca cuando son niños no ayuda para nada. Y cuando llegan a grandes, bueno. Mucha promiscuidad. El abuso crece como la hierba alrededor. Hay miedo. Impunidad ¿Qué tal tu whisky?
O: ¡Excelente! Le soy fiel desde siempre.
M: Jajajaja, a algo le eres fiel, jajaja.
O: No le veo la gracia. Ni siquiera la ventaja.
M: ¿Por qué? Me miraste como preocupado…
O: Más bien triste. Me enteré ayer que Joe, una amiga que se gana la vida trabajando muy duro, fue abandonada por su marido. Joe que no mira a los lados. Joe que le era fiel hasta la muerte al condenado. Joe que se quedó sola con sus dos hijos pequeños. Joe que me entristece. Joe con su espíritu. Joe la luchadora…
M: ¡Yaaaaa! ¿Y a cuenta de que se ha ido el tercio ése?
O: Hace como dos meses le dijo que le había salido trabajo en el interior, como albañil, que era su oficio. Salió con su maleta y prometió volver en dos semanas. Nunca lo hizo. Ni llamó. Ni nada.
M: Me suena familiar esa historia ¿Y no pensó en sus dos hijos siquiera?
O: Pues nada sucede siempre como uno lo desearía. Se perdió como estrella fugaz.
M: No hay justicia en este país. No es correcto eso.
O: No todo lo que es justo necesariamente es correcto, ¿sabías?
M: Deja la vulgaridad.
O: No es vulgaridad, sucedió.
M: Sucedió ¿qué?
O: Lo de los dos abogados que se encontraron en el estacionamiento de un hotel. Resulta que cada uno andaba con la mujer del otro precisamente, ¿Qué tal?
M: ¡Noooo!
O: ¡Siiiii! Acto seguido se miraron, el uno al otro, con mucha seriedad. Hubo un silencio abismal. Hasta que uno de ellos rompió el hielo: “Colega, yo creo que lo correcto es que usted se vaya con Mirella y yo me vaya con Metralla, que es mi mujer, ¿no cree usted?”.
M: Diossss!! ¿Y entonces?
O: Pues el otro le respondió sin miramientos que el planteamiento era adecuado. Le dijo: “Lo que usted dice es correcto, pero no es justo”. Entonces el colega de la propuesta inicial lo atajó: “¿Y en que se basa su argumento?”. A lo que su par respondió sin titubear: “El problema es que ustedes dos van saliendo ahorita, y nosotros, como verá, apenas estamos entrando”.
M: ¡Santo Cristo! Definitivamente, estos son fines de mundo.
*Fotografía: La Croqueta Titirimundi, en Flickr.com

Saturday, March 21, 2009

Gobernar


"Gobernar un gran país es como freír un pececillo.
Se arruina si se le revuelve demasiado".
Lao Tse


*La imagen es del extraordinario blog de Alizze, "Platto Gastronómico" (http://cocinandofacil.wordpress.com/). Dense ese gustazo de pasar a visitarlo, mmmmmm!

Sunday, March 15, 2009

Yo, yo, yo.. tu, el, nosotros, vosotros y ellos


Es una actitud que observo mucho alrededor. No se ve por ninguna parte el sentido común. Y eso no nos ayuda a progresar.

Tendemos a vivir en nuestro rincón (apartamento, casa, edificio, empresa) sin importarnos mucho lo que sucede afuera, como si no nos perteneciera, o creemos que si las cosas van bien adentro ¿qué nos puede importar lo que pasa afuera? Craso error.

Es un virus que se esparce por todas las áreas de nuestro diario quehacer. Sea política, trabajo, familia, negocios, deportes y un largo etcétera. Se muestra de diferentes maneras, a saber, individualismo, indiferencia, egoísmo, monopolio y otras tantas.

Debemos detenernos y analizar cuánto daño nos ha hecho esa actitud. Es allí cuando abriremos los ojos y quizás decidamos cambiar.

Un ejemplo tonto, pero no menos verídico, es la actitud que tomamos en una feria de comida (lugar donde confluyen varios sitios de comida rápida y restaurantes, con las mesas de los clientes agrupadas para todos los sitios de expendio) de un centro comercial (mall). Llegamos en grupo, qué se yo, dos tres, cuatro personas. Entonces decidimos el plan, uno o dos toman los pedidos de lo que se va a comer y se dirigen a los sitios de expendio, mientras que el resto hace vuelos rasantes hasta encontrar una mesa o dos, donde acoger al grupo, y se sientan y colocan carteras o bolsas que delimiten nuestro dominio de las mismas.

Mientras la parte del grupo que va en busca de las comidas transcurre su tiempo comprando, escogiendo, pagando o haciendo la fila, la otra parte está sentada ocupando una o dos mesas sin permitir a alguien que ya tiene su comida en las manos, poder sentarse a comerla. A la menor pregunta de “¿puedo sentarme aquí?” contestamos, con autoridad de gendarme, que la respectiva mesa “¡está ocupada!”, obligando a la persona a caminar y caminar, o simplemente esperar a que una mesa se desocupe para poder ingerir su comida, en muchos casos ya fría por el tiempo de espera. Qué fácil se haría todo si siguiéramos el curso natural de las cosas. Mientras alguien hace fila para escoger su comida o pagar, otro utiliza el mismo tiempo para comer, y hasta hacer una pequeña sobremesa, sin alterar el equilibrio de las cosas.

Si aplicamos el mismo ejemplo a una sala de cine, por decir algo, vemos el mismo caso en la persona que “ocupa” seis asientos, colocando objetos al final de la hilera de asientos “ocupados” para esperar a personas con quienes han convenido por teléfono en ir a ver una película en cartelera, sin siquiera saber a ciencia cierta si esas mismas personas invitadas llegarán, o como pudiera ser el caso, no vendrán por cualquier inconveniente suscitado en el camino. A veces vemos con rabia, que a mitad de la película, gran parte de los asientos previamente “ocupados”, permanecen en su misma condición mientras que otras personas han tenido que sentarse separados o en puestos de mucha incomodidad, aun habiendo entrado con anticipación a la sala de cine.

Son ejemplos “ligeros” que aplicados a ámbitos mayores de la vida nos deja ver una actitud que en nada nos beneficia sino que, por el contrario, nos perjudica enormemente como comunidad.
Tenemos que tener más en cuenta que pensar en el otro nos termina beneficiando, a la larga, a nosotros mismos. Solo tenemos que aplicar un poco de conciencia y ello redundará en una mejor calidad de vida. Así pienso… ¿tú qué dices?
*Imagen: Feria de comida en Mall Sambil de Margarita, vía Wikipedia

Saturday, March 07, 2009

Los días fluyen...


Los días fluyen. Poco a poco vamos haciendo las cosas. En estos tiempos difíciles el trabajo se convierte en preparación, en creatividad, lo que redunda en ganas de hacerlo bien, mejor que nunca.

Uno se deja absorber por las cosas que hace, que le consumen el tiempo, y va dejando otras para más tarde, en lista de espera.

Esta mañana, mientras hacía mi rutina de ejercicios, veía a un nutrido grupo de jóvenes estudiantes que realizaban sus ejercicios en la misma área. Sus diálogos me recordaban los míos cuando tenía su misma edad. Cada vez que pasaba cerca de ellos me concentraba en sus voces, en sus caras, en su accionar, y venían a mi mente los míos hace casi 30 años. Parecían palabras trasladadas en el tiempo, cambiando sólo las caras de los protagonistas, qué bonito.

Leo, ese hábito no me abandona nunca, me produce mucho placer hacerlo. ¿Qué leo? “Gomorra” de Roberto Saviano (Random House Mondadori, 2007). Una crónica descarnada sobre la organización mafiosa conocida como La Camorra, de Nápoles, Italia. El autor, Saviano, nacido y criado en Nápoles, describe hechos, lugares, nombres con total conocimiento e información. El libro es impresionante, y le ha costado al autor estar condenado a la clandestinidad, pues ha sido amenazado de muerte tras su publicación.

Pienso también en mi futuro profesional, tengo metas, grandes, difíciles, pero se pueden cumplir, y en eso estoy abocado, estudiando, investigando, trabajando, y apoyándome en las viejas estrategias de los samuráis japoneses. Resumiendo, estoy concentrado en varios puntos, los cuales refuerzo en el día a día. Dichos puntos son los siguientes:

· Prestar atención a los detalles.
· Tomar la iniciativa.
· No dejar nunca de aprender.
· La importancia de la flexibilidad.
· Entrenarse para vencer.
· Estar preparado.

A quien desee saber más le recomiendo el libro “Estrategias Samuráis” de Boye De Mente (Ediciones Tutor, 2006), basado en las enseñanzas de un samurái llamado Miyamoto Musashi, que vivió entre 1584 y 1645. Miyamoto san tuvo su primer duelo a muerte a los trece años y fue una auténtica leyenda en su tiempo. Antes de morir dejó escritas su filosofía, estrategia y tácticas en un libro titulado “El libro de los cinco anillos”.

Lo más importante es trazarse metas, no importa lo imposibles o risibles que parezcan, y perseguirlas con toda la energía del universo.

Recuerdo siempre un programa de radio nocturno de hace unos años, donde un señor llamado Juan Carlos Zapata daba consejos de economía y finanzas, y al final del mismo nos decía: “Sueñen, sueñen mucho, que los sueños se cumplen”. Me quedó grabado en la mente, justo allí donde está la autoestima y la credibilidad en uno mismo. Ya saben que se les quiere mucho por estos lares de Dios…
*Grabado japonés de Miyamoto Musashi, extraído de la página web "Ronin" (ammaryasir.wordpress.com).

Friday, February 27, 2009

Cibelle...belleza!


Se llama Cibelle. Es una cantante brasileña, estupenda, bellísima voz y mucho sentimiento. Me deslumbran su sencillez y su desenfado. ¿La canción? “Esplendor”, compuesta por Moraes Moreira y Ari Moraes. La letra, igual que la cantante, me mata, se las dejo en español:


Caía una lluvia fina
en forma de confesión,
y yo, soledad.
Soy como una hoja de otoño
que, sin dueño,
navegando llega aquí


Para decirte que el abandono
va llegando a su fin,
y yo, soledad.
Solo falta ahora tu sonrisa,
un aviso
de que la luz del sol está por venir.


Y si me vieras vagando
sin razón,
no vayas a pensar que el desengaño
vive en mi corazón.
Hace mucho tiempo que se fue,
y la estación que viene después
muestra todo su esplendor

Saturday, February 21, 2009

En estos días...


Estos días me descubren con bastante ocupación profesional, plenos de estudio, de mucha dedicación. El tiempo se hace corto para todo. Pero se trata de hacer lo mejor que se pueda dentro del tiempo disponible. Me gusta un poco la situación porque me distrae de tantos acontecimientos que ocurren allá afuera. No siempre todo sale como uno desearía. Sin embargo hay algo que nunca olvido, y es que nunca es más oscuro que cuando va a amanecer.

Estoy haciendo mucho ejercicio, después de casi dos años sin hacerlo como rutina, luego de lesionarme un ligamento durante un ascenso al pico Oriental en Caracas. Mi rutina consiste en andar unos 20 km semanales. Al principio me sentí algo agotado luego de las sesiones pero ya todo va tomando su ritmo y me estoy sintiendo cada vez mejor. La actividad física mejora el estado de ánimo, y tiene efectos orgánicos muy buenos. No tengo planes cercanos de entrar en competencias atléticas este año, pero si el de mantener la rutina aeróbica. Luego, ya veremos.

Como novedad musical les cuento que me siento fascinado de haber estado presente en los conciertos de una estrella naciente llamada Hana Kobayashi, quien canta el bossa nova y el jazz de manera impecable. Hana es una linda persona a quien tengo el privilegio de conocer y ver actuar muy de cerca en el Boston Bakery. Ojalá tengan la oportunidad de verla en algún momento, lo van a disfrutar muchísimo.

En lo que a lectura respecta, me encuentro embebido en “La maravillosa vida breve de Oscar Wao” (Editorial Mondadori, 2008), libro ganador del Premio Pulitzer 2008, cuyo autor es el escritor dominicano Junot Diaz. La novela, que relata la vida de un adolescente dominicano que emigra a New Jersey, junto a su madre y hermana me pasea, al mismo tiempo que me relata la vida azarosa de Oscar, por la historia política reciente de la RD, especialmente en el período dictatorial de Rafael Leónidas Trujillo (1930-1961). La trama refleja la cruda realidad de la vida de un inmigrante latinoamericano pobre en Estados Unidos, con una buena dosis de humor caribeño. Es una buena recomendación que me permito hacerles. Ya en Houston la había visto y me sentí atraído a leerla, pero fue en Caracas cuando por fin la compré, y ha valido la pena. Divertidísimo y muy ameno relato.

Gracias a todos los que a bien tienen acercarse a esta casa virtual, que también es de ustedes. Se les agradece enormemente su buena vibra y sepan que son siempre bienvenidos por estos lares de Dios.

Saturday, February 14, 2009

Y así van las cosas...




Hoy es el día de San Valentín. No ha sido el mejor día. Nada que ver con el amor. Se trata de cosas que tienen que ver con la permanencia, o mejor dicho, con la impermanencia. Esta tarde, cuando regresaba a casa, escuchaba esta canción. Apropiadísima para el momento, por el dejo de tristeza que tiene, y también por el día, porque se trata del amor. Les dejo la letra traducida, y el video. Vendrán días mejores…



Y así van las cosas

En cada corazón hay una habitación,
un santuario seguro y fuerte
para curar las heridas de pasados amores,
hasta que venga uno nuevo.
Te hablé de forma prudente,
me respondiste sin ostentación.
Y todavía siento que dije demasiado.
Mi silencio es mi autodefensa.
Y cada vez que cogía una rosa
parece que sólo sentía las espinas.
Y así van las cosas, así van las cosas
Y supongo que pronto también te irás así.
Si mi silencio te hizo ir
ese sería mi peor error.
Así que compartiré esta habitación contigo,
y puedes romper este corazón.
Y esta es la razón de que mis ojos estén tan cerrados.
Es también por todo lo que he visto.
Y así van las cosas, así van las cosas,
y eres la única que lo sabe.
Así que yo elegiría estar contigo,
Si fuese yo quien tuviese que elegir.
Pero tú también puedes tomar decisiones.
Y puedes romper éste corazón.
Y así van las cosas. así van las cosas,
y tú eres la única que lo sabe.


Post data: la palabra impermanencia no aparece en el Diccionario de la Real Academia, sin embargo tiene mucho uso en temas espirituales. Tiene que ver con la temporalidad de nuestro paso por la vida. Se explica muy bien en el capítulo 2 del “Libro Tibetano de la Vida y de la Muerte” de Sogyal Rimpoché, editorial Urano.
Video: “And so it goes” de Billy Joel, en www.metacafe.com
Billy Joel - And So It Goes (Official Music Video) - Watch the top videos of the week here

Thursday, February 05, 2009

Gente de la selva

Dice Juan Luis Guerra que en los campos de República Dominicana el arcoíris bebe agua en el río y los campesinos ordeñan la noche. Es verdad. Esa gente que no sabe de preocupaciones de la vida moderna, que convive de cerca con la naturaleza y se nutre directamente de ella. Es esa gente que en las noches se acerca a la bodega del pueblo a mirar un aparato de televisión, el único en la aldea. Yo estoy allí. Los miro mientras ellos dirigen sus miradas a la TV. La ven como hipnotizados. Se ríen de casi todo lo que ven. Les causa una gracia inocente que yo, acostumbrado a verla en mi ciudad, no encuentro por ninguna parte.

Lo que ellos ven en la TV es como si no perteneciera a este mundo. Es una caja de fantasía, de cosas que no ocurren en su entorno, o que ellos no han visto nunca. Algunos se atreven a preguntarme si en realidad esas cosas ocurren en la gran ciudad, o si es sólo en la TV. Cuando les digo que si ocurren se ríen incrédulos. Algunos, porque también hay miradas que me dicen que quisieran ir conmigo a ver esas cosas que, por el momento, están limitadas a la TV.

Cuando yo hablo, todos se dan cuenta, si es que no lo habían hecho ya, que soy un forastero. No son sus palabras, aunque pensamos que hablamos el mismo idioma. No son sus gestos, no es su modulación, no es su acento. Unos niños me miran y se preguntan quién soy. Los que saben de dónde vengo aclaran la duda en voz baja. Yo escucho el cuchicheo, pero no los miro para evitar perturbarlos.

Las mujeres del pueblo son lindas, de hermosa mirada y mejor sonrisa. Espléndidas con el visitante, no escatiman en ofrecer un buen café. El café sabe distinto, tiene amor como ingrediente, ni muy dulce ni muy soso. Un poco fuerte, tinto, muy caliente, eso sí. Comparto los sorbos con las sonrisas de agradecimiento. Ellas las corresponden con otras muy bonitas que guardo para siempre en mis recuerdos.

En las tardes, cuando el calor arrecia, me invitan a caminar hasta el río, donde todos se zambullen en sus aguas. Nadie usa traje de baño pero todos se internan en las frescas aguas. Yo también lo hago. El calor obliga a hacerlo. Observo el río hacia el horizonte. El paisaje de la selva me deja mudo. Ese verde tan profundo. El cantar de múltiples aves que no logro identificar. La selva es imponente, sin lugar a dudas. El olor del río es también especial. No puedo describirlo bien, sin comparación posible.

Al final de la tarde regresamos con la ropa húmeda. El olor del rio permanece. Al llegar a la casa ya la ropa está completamente seca. El río tiene una magia que hace que todos volvamos más felices. A esperar la noche. Y a los mosquitos implacables. A ellos, los lugareños, parecen no molestarles cuando llegan en oleadas a picar al forastero. Sangre nueva. Gracias a Dios he traído repelente. No me gusta usarlo pero no tengo remedio. Se enciende una fogata. El humo los espanta por momentos. La brisa se muestra poco colaboradora. Aún así me encanta estar aquí, escuchando los cuentos de los viejos de la aldea, cuentos de fantasmas, de hombres que se han perdido en la selva y nunca fueron encontrados, de jaguares escuchados mas nunca vistos, de anacondas, de amores y de los que ya no están, pero que no han sido olvidados. Miro al cielo, las estrellas todas, respiro profundo el aire denso y puro de la selva en la oscura noche…
*Imagen: www.venezuelatuya.com

Saturday, January 31, 2009

El Chop Suey agradecido


Hace poco escribí acerca del menú y la ortografía. Hoy estuve en otro restaurant de la ciudad, y al mirar la carta quedé sorprendido. ¿Será que no es tan importante llamar a las comidas por su nombre de creación?

Para muestras un botón: el chop suey, aquel famoso plato de origen chino, famoso ya en todo el mundo. Cuenta la leyenda que un cocinero chino, al verse acosado por unos mineros con mucha hambre y poco tiempo, y no teniendo muchos ingredientes para preparar, lo que hizo fue mezclar sobras, dando origen al plato de marras, cuyo significado en chino es “trozos mezclados”.
En la dichosa carta, el chop suey fue impactado inmisericordemente por un misil y quedó registrado de forma terrible como “chosue”…

No conforme con este gazapo, la persona que realizó el extraordinario menú nos da de antemano las “grasias”, que no las morisquetas, por la visita.

Lo que hemos visto y lo que hay que ver...

Saturday, January 24, 2009

Un post a cuatro manos

La idea del post a cuatro manos surgió de la nada, potenciada por la empatía entre nosotros. Sucede que nos encontramos una tarde de enero, y nos sentamos a conversar, cervezas de por medio, de todos los temas.
El tiempo era corto, cada uno tenía compromisos posteriores, pero con poco también se disfruta de una buena conversación. Y decidimos darle rienda suelta.
A Beny le gusta la de botella verde, a mí la azul. Antes nos detuvimos unos instantes a divagar sobre la luz en un cuadro de Armando Villalón, pintor venezolano. “Parece que está a punto de llover”, añadió Beny mirando extasiado el cuadro de marras. Es un Avila hermosísimo, con tonalidades de grises, y un ocre en primer plano. Villalón pinta cuadros extraordinarios, como el de la imagen. Y estuvimos detenidos frente a uno de ellos un buen rato, olvidando por momentos que el tiempo es corto y nunca se detiene. El arte produce esas manifestaciones en el ser humano.
Pasado el efecto Villalón decidimos sentarnos a platicar, de todo, de blogs, de mujeres hermosas, de lo que hemos escrito o pensamos escribir. Y he aquí, que ha surgido una idea, de escribir un post entre ambos.
Algo bueno debe salir de allí, de ese “melting pot” nuestro. A Beny lo mueve el tema de la aviación. Todos sus mensajes tienen “el ingrediente aéreo” incluido. Ya es común para mí el “Con los buenos días, aquí el capitán del AV079” para saludar cualquier mañana.
Siendo así, entonces no podía faltar en nuestra conversa el tema de aviación, y nuestro gusto común por el Jumbo Jet 747 de la Boeing. De eso versará el post. Vamos a madurarlo entre los dos, lo conversaremos y le iremos dando cuerpo. Creo que va a salir algo bueno de allí. Ustedes serán los jueces. Nosotros estamos animadísimos con eso.
Gracias por sus visitas a esta casa virtual que también es de ustedes. Ya saben que se les quiere mucho por estos lares de Dios!

Saturday, January 17, 2009

El menú y la ortografía

Sucede muy a menudo. En cartas de diversos restaurantes observas como se escríbe erróneamente el nombre de algunas recetas o formas de preparación de las mismas, platos, postres o bebidas. Y no necesariamente ocurre en restaurantes de baja categoría, revisen, y encontrarán sorpresas.

La carta o menú es un elemento de importancia relativa con respecto a lo que se va a comer. Allí uno encuentra detallados los platos disponibles, así como las bebidas y postres en existencia, al mismo tiempo que los precios de los diversos ítems expuestos en la misma. La carta tiene variadas presentaciones, desde aquella que apenas provoca tocarla ya que se trata de una verdadera obra de arte, exquisitamente confeccionada, hasta las que son forradas en plástico para prolongar su duración, y de tanto tocarlas se guardan para sí las huellas de todos los comensales de la semana.

Lo más importante de dichas cartas es precisamente, no los precios como pudiera alguno pensar, sino la ortografía de la comida que se sirve en el restaurant. Un menú se viene al piso cuando lees “graifrú” para denominar al grape fruit, también conocido como toronja o pomelo, jugo de lechoZa en vez de lechosa (papaya), "extrogonó" de lomito, que injustamente denomina al strogonoff (de origen ruso), ni que decir de las variaciones del cordon bleu (origen francés) tales como coldon blu, gordon blue, gordon blus; el roast beef, aceptado en el diccionario de la Real Academia como rosbif, muchas veces visto como “rostbis” y otras que no vienen a la mente en este instante.

Y uno no sabe a qué atenerse cuando, una vez sentado y examinada la carta, se acerca el mesero a tomar el pedido.

Las dudas nos asaltan en cuanto a la preparación del platillo en cuestión. Y pasan tantas cosas. Como que algunos platos, a pesar de estar muy mal escritos, los cocinan muy sabrosos. Y es que no hay relación alguna entre la sazón y la denominación correcta, lo sé. Lo que hay es predisposición del comensal. Y desconocimiento de la persona que elabora el menú.

Cuando hablamos de spaghetti, palabra de origen italiano, cuyo término en español, según la Real Academia, es espagueti, lo vemos morir asesinado como “espaguete”, o lo que es peor, “espaguetes”. Como anécdota curiosa, en un conocido café de Caracas pedí una ensalada caprese, llamada en algunas cartas "capresse" o "capressa", y mi mayor sorpresa fue que la sirvieron sin albahaca. Pregunté al mesero la razón del hecho y el ciudadano me respondió, sin ápice de dudas y con completo dominio de la escena, que la ensalada caprese no lleva albahaca en su preparación. ¡Oh sorpresa! Lo peor del caso es que yo les había dicho a los amigos que me acompañaban que la caprese del lugar era la mejor de Caracas, y en efecto lo fue durante mucho tiempo.

¿Y qué hay de las bebidas? Allí están los famosos “frescos” por refresco o gaseosa. Ni siquiera la coctelería escapa a la aplanadora que cambia nombres, con resultados tan risibles como el pousse café, de origen francés, terriblemente denominado en muchos sitios “plús café”.

¡Saludos cordiales y buen provecho!

Sunday, January 11, 2009

Violinista en el subterráneo


En todas las actividades de la vida cotidiana se nota, cada vez más, la superficialidad con que muchos se toman las cosas.
Esta semana recibí un e-mail que les reproduzco a continuación y que retrata muy bien este aspecto, y quizás nos sirva de reflexión cuando lo apliquemos a muchos casos de nuestra cotidianeidad.

“Un hombre se sentó en una estación del metro (tren subterráneo) en Washington y comenzó a tocar el violín, en una fría mañana de enero. Durante los siguientes 45 minutos, interpretó seis obras de Bach. Durante el mismo tiempo, se calcula que pasaron por esa estación algo más de mil personas, casi todas camino a sus trabajos.

Transcurrieron tres minutos hasta que alguien se detuvo ante el músico. Un hombre de mediana edad alteró por un segundo su paso y advirtió que había una persona tocando música.

Un minuto más tarde, el violinista recibió su primera donación: una mujer arrojó un dólar en la lata y continuó su marcha.

Algunos minutos más tarde, alguien se apoyó contra la pared a escuchar, pero enseguida miró su reloj y retomó su camino.

Quien más atención prestó fue un niño de 3 años. Su madre tiraba del brazo, apurada, pero el niño se plantó ante el músico. Cuando su madre logró arrancarlo del lugar, el niño continuó volteando su cabeza para mirar al artista. Esto se repitió con otros niños. Todos los padres, sin excepción, los forzaron a seguir la marcha.

En los tres cuartos de hora que el músico tocó, sólo siete personas se detuvieron y otras veinte dieron dinero, sin interrumpir su camino. El violinista recaudó 32 dólares. Cuando terminó de tocar y se hizo silencio, nadie pareció advertirlo. No hubo aplausos, ni reconocimientos.

Nadie lo sabía, pero ese violinista era Joshua Bell, uno de los mejores músicos del mundo, tocando las obras más complejas que se escribieron alguna vez, en un violín tasado en 3.5 millones de dólares. Dos días antes de su actuación en el metro, Bell colmó un teatro en Boston, con localidades que promediaban los 100 dólares.

Esta es una historia real. La actuación de Joshua Bell de incógnito en el metro fue organizada por el diario “The Washington Post” como parte de un experimento social sobre la percepción, el gusto y las prioridades de las personas. La consigna era: en un ambiente banal y a una hora inconveniente, ¿percibimos la belleza? ¿Nos detenemos a apreciarla? ¿Reconocemos el talento en un contexto inesperado?

Una de las conclusiones de esta experiencia, podría ser la siguiente: Si no tenemos un instante para detenernos a escuchar a uno de los mejores músicos interpretar la mejor música escrita, ¿de qué otras cosas nos estaremos perdiendo?”
* Correo enviado por Jesús Eduardo Lorenzo

Saturday, January 10, 2009

¿Quién eres?


Te vi llegar y tuve la sensación de que ya sabía que venías. Me miraste y esa mirada quedó grabada para siempre en mis pupilas. No era una mirada como cualquier otra. Era tu mirada. La mirada. Cesó la búsqueda. Eras tú. Apareciste de la nada. Y yo te esperaba, te buscaba en el laberinto que era mi vida.

A partir de allí los días se hicieron diferentes. Tomaron otro brillo. No pude explicarlo, ni convencer a nadie de que era así. Se multiplicaron las veces en las que miraba al cielo azul en el día, y a las estrellas en las noches. Allí me quedaba absorto. Y cuando fijaba la mirada en ese cielo iluminado por las estrellas, allí estaban tus ojos, mirándome de nuevo, cuidándome, como protegiéndome, porque si, desde ese día me siento protegido, resguardado, cobijado y muy contento de saber que existes.

Hay una especie de déjà vu cuando te miro. Un sentir que ya te conocía de antes y por eso te buscaba, buscaba tu preciosa mirada en muchos ojos que pasaron frente a mí, y que yo sabía que no eran los tuyos, no los reconocía en los míos.

Tu sonrisa celestial es reflejo de tu dulzura, de tu carisma, de lo que estás hecha. Sin ella no soy nada, la necesito como un elíxir vital, como el viento a las copas de los árboles cuando desea dejarnos su melodía, su sonido ininteligible. Y en eso eres espléndida, son millones de veces en que esa sonrisa me ha dado calor de hogar, y en cada uno de esos momentos vuelvo a tener la certeza de que es todo lo que deseo para estar feliz.

No sabes cuánto te soñé cuando no habías llegado, cuánto te pensé, cuánto te reflejé en las tibias aguas del mar, en el cielo hermoso de Caracas en diciembre, en las hermosas montañas de Aragua, que parecen sábanas al viento con un verdor de manzanas, en la expresión ingenua de una niña del páramo de los Andes venezolanos, en un mango multicolor de Maracay en temporada, en un ramillete de hortensias cubiertas de rocío en el Avila.

Y el destino me tenía reservada una sorpresa. Me acerqué. Me miraste. Y eso fue todo. Una mirada bastó para saber que la vida si tiene sentido.

Muchos años después me sigues regalando tus miradas. Y no me queda más que dar gracias a la vida. Y el déja vú. Ese que me hace preguntarme ¿quién eres? cuando me reflejo en tu preciosa mirada, tan familiar ahora como entonces...
Imagen: www.photoshoptalent.com

Sunday, January 04, 2009

Una paz que no llega

Continuando con la fila de libros que pienso leer en el 2009, voy a comenzar con uno titulado “Profesora, ¿Cómo se escribe futuro?“. Se trata de un relato escrito por una profesora alemana, Margret Greiner, que vivió en Israel y daba clases en un colegio palestino de Jerusalén Este. Allí nos narra sus experiencias sobre sus vivencias entre dos grupos que no se admiten, dos formas de ver el mundo separados por un profundo abismo, en un lugar en guerra desde hace miles de años. Siento gran expectativa al leerlo porque el tema está actualmente en el tapete por la invasión militar israelí a la franja de Gaza.

Sigo con gran interés los acontecimientos. Me preocupan los efectos que tan desproporcionada ofensiva surtirá sobre la población civil, en muchos casos ajena a Hamas y a otros grupos en conflicto, y cuyo único pecado es haber nacido palestinos y vivir en ese ghetto en tiempos modernos, llamado Gaza.

Repudio desde esta humilde tribuna el ataque realizado por la Armada israelí, y del cual fue objeto el buque “Dignidad”, que planeaba atracar en costas de Gaza con un cargamento de más de tres toneladas de medicamentos y médicos a bordo para atender a una población totalmente bloqueada y desasistida.

¿Por qué le es tan difícil al Consejo de Seguridad de la ONU negociar un alto al fuego que evite un innecesario derramamiento de sangre a la población civil?

Recordad la fruta caída,
las hojas y la rama,
recordad las duras espinas,
que eran suaves y verdes en la primavera.
Recordad también –y no olvidéis- el puño,
que una vez fue mano abierta.

Jehuda Amichai, poeta israelí.

Friday, January 02, 2009

La penumbra y la sombra

La Penumbra preguntó a la Sombra: “Hace un rato te movías. Ahora estas quieta. En otro instante estabas sentada y luego te levantaste. ¿Cómo es eso que no tengas un sitio particular para estar, ni nada en particular que hacer?”

“Yo dependo -respondió la Sombra -de otro que me lleva de aquí para allá. Y ese otro a su vez depende de algo que lo obliga a moverse o a quedarse estático. Como los anillos de la serpiente, o las alas de la cigarra, que no se arrastran ni vuelan por voluntad propia, así soy yo. ¿Cómo puedo saber porqué es así o porqué no es así?”
Fuente: "Chuang Tzu"
Update: Imagen: NASA, Edwin "Buzz" Aldrin, segundo hombre en pisar la superficie de la Luna.

Wednesday, December 31, 2008

Corta divagación de fin de año


Se va en pocas horas el 2008, año convulso, como los años recientes.

En el aspecto internacional, llega Obama, se va Bush y la gente ve una ventana de esperanza en el cambio.

Mi linda Cereza, excelente amiga y blogger, se ha curado de un cáncer que osó atacar a semejante generador de energía positiva, craso error. También allí muchos tienen una esperanza de que sí se puede luchar.

Los “quereres” están muy bien y eso me hace sentir agradecido con el Universo. Uno que otro inconveniente superable pero a fin de cuentas hay mucha esperanza.

El 2009 se ve venir con nubarrones, especialmente en lo concerniente a la parte económica, lo que pone en peligro la estabilidad de muchos empleos, pero nunca pierdan la esperanza de que la cosa va a mejorar, a pesar del comienzo incierto, especialmente porque dicen que nunca es tan oscuro como cuando va a amanecer.

El año 2008, en lo que a mí concierne, estuvo bastante más movido de lo que supuse a comienzos del mismo. Mucha experiencia positiva en lo personal y en lo profesional, cosa que agradezco infinitamente a Dios.

El año también ha estado marcado por las guerras de corta duración, pero que dejan muchas bajas en la población civil, muchas víctimas inocentes, el lado oscuro del ser humano. No soy juez de las razones, si es que se pueden llamar así, pero creo que el ser humano tiene la capacidad de dialogar y poder entenderse, y no la está usando como debe ser. Se está imponiendo la fuerza sobre la conciencia. Hay que trabajar mucho en ese aspecto de la convivencia humana. No hemos logrado avanzar mucho al respecto últimamente y por ello tenemos conflictos como los de Israel con sus vecinos de Palestina y Líbano, muy volátiles por cierto, lo que pudiera extender la llamar de la guerra a otros países del área, con las consabidas consecuencias en la población civil. Las heridas luego quedan, como pude comprobar al conversar con gente del Líbano en la isla de Margarita, los cuales perdieron hermanos, hijos y familiares cercanos en el conflicto con Israel. Tenemos que pararnos firmes frente al fantasma de la guerra.

Finalmente quiero dejarles un regalo de fin de año, palabras sabias de Facundo Cabral. Por favor, tómense el tiempo para leerlas, no importa lo largas que puedan ser, yo creo que a todos nos hace bien. Lo pueden hacer en este link, son píldoras de sabiduría.

Se les quiere mucho por estos lares de Dios!
Imagen: www.townofbeloit.org

Saturday, December 27, 2008

Betty

Conocí a Betty por casualidad. Sucede que un día me encuentro con un amigo de la infancia, uno de mis compañeros de la escuela primaria, quien me dijo ser barbero, y me invitó a conocer el sitio donde trabajaba. De eso hacen unos veinte años.

Rojas Henao, que así se llamaba el amigo barbero, trabajaba como empleado de unos señores italianos que regentan la Barbería Rex, un establecimiento de esos tradicionales, con más de cuarenta años en el ramo, donde se han afeitado varias generaciones de una misma familia. El señor Antonio y la señora Damiana, inmigrantes italianos, bien podrían recitar fragmentos importantes de la historia contemporánea de Venezuela.

Un día cualquiera, Rojas Henao decidió abrirse brecha y partió hacia otros rumbos. Uno, poco a poco, se va acostumbrando a los lugares y yo volví al sitio en cuestión para encontrarme, en el lugar de Rojas, una morena preciosa, de cabello ensortijado, una de esas hijas de esta tierra que enamoran de sólo mirarla.

Y así, de un tris, terminó la lealtad con Rojas Henao. Y comenzó la amistad con Betty. La especial, la consentidora, la crítica de mi estética, la que me escucha cuando quiero ser escuchado, la que me da su opinión de cualquier aspecto de la vida, mi confidente, mi amiga, la que me llama “moreno” y suena como música en mis oídos, la que soporta que a veces llegue mudo, sin ganas de hablar, estresado o con sueño a afeitarme.

Fueron doce años de amistad, de ir cada dos o tres meses a rebajar el peso de mi cabellera ensortijada y encanecida, de recibir masajes con tricófero, de recortar mis incipientes bigotes y los vellos de las orejas, de conversar muchísimo de tantas cosas, de mi trabajo, de mi vida, de mis viajes, de cómo veo yo las cosas allá afuera y luego compararlas con Venezuela, de muchas cosas.

Apenas llegué de viaje fui a verla, a rebajar la masa capilar, y encontré su silla vacía. Ni un mensaje. Ni sus objetos personales, nada. Estuve seis meses fuera y fue suficiente para perder a Betty. Nadie me sabe decir dónde está. Ni porqué se ha ido así, sin avisar.

¿A dónde te has ido querida Betty?

Thursday, December 25, 2008

El jazz, como la cerveza...

Tengo en mis manos un descubrimiento extraordinario. Se trata del CD “Day Trip” del guitarrista Pat Metheny, junto al bajista Christian McBride y el baterista Antonio Sánchez. Simplemente maravilloso. No sólo se trata de las melodías de Metheny y de su notable ejecución de la guitarra, sino también del virtuosismo de McBride y de Antonio Sánchez, un baterista genial, con sonido propio. El Jazz…

La primera vez que tuve la ocasión de probar una cerveza, hace ya unos cuantos años, recuerdo que primero la observaba, burbujeante y con las gotas de rocío en la superficie, tan provocativa. Su olor me desagradaba enormemente, mi olfato estaba cerrado a ella. Al probarla, la sensación fue de desaprobación, amarga como ella sola. ¿Cómo alguien podía osar a probar ese líquido espumante de sabor tan desagradable?

El tiempo se encargaría de presentármela poco a poco. En la playa, en momentos de gran calor y sed, la veía, cubierta de rocío en la botella, vestida de novia. Fui acercándome, asociando su sabor, su color y su frescura a esos momentos de playa, y la fui probando hasta que comencé a tomarle el gusto. Fui abriendo los sentidos a ella, a su sabor, color y aroma, y ella a mí, como dos enamorados. Hoy en día puedo decir que me encanta la cerveza fría y me sorprende el hecho de que he podido comprobar que se hace muy buena cerveza en casi todo el mundo.

De la misma forma sucedió con el jazz. Mi oído estaba cerrado a las primeras audiciones. No me gustaba, para nada. Acostumbrado como estaba al tum-tum de la música pop o el disco-music de los años 80, no podía asimilar ese paseo entre compases, eso de que cada músico interpretara sus solos, en los cuales parecían estar jugando y desvirtuando la melodía original. Poco a poco comencé a comprenderlo, lo fui entendiendo, me fui adentrando en ese mundo. Fui estudiando, fui aprendiendo, fui leyendo, me fui cultivando, adaptando mi oído, rebelde inicialmente, luego ya no tanto.

Comencé a adoptar algunas tendencias, algunos movimientos, como el swing se fueron asociando a mis favoritos. Conocí a las grandes cantantes a través del disco, el video y la lectura. Aprendí a degustar los temas, el toque personal, el fraseo, el saber que cada cantante tiene una forma particular de cantar una misma melodía.

Supe que, dependiendo de nuestro estado de ánimo al momento de escuchar, una misma melodía nos guste o nos desagrade. Que en otro momento, de otro ánimo, la misma melodía nos puede llegar hasta los huesos, directo al corazón, lo que se conoce en el argot jazzístico como estar “in the mood” para escuchar un tema.

Aprendí a disfrutar de la ejecución de los diferentes instrumentos musicales, a escuchar a los diversos ejecutantes y me fui familiarizando con algunos artistas en cada instrumento, como en el saxofón, por poner un ejemplo, en cualquiera de sus variables, saxo alto, barítono o tenor, Gerry Mulligan, Ben Webster, Joe Lovano, Sonny Rollins, Sonny Stitt, Kenny G, Lester Young, Charlie Parker, John Coltrane.

Soy de los que piensan que, por su misma forma de ser, con el jazz, como cuando se pinta una obra de arte, se expande tu capacidad mental, éste modifica tu forma de ver las cosas y por lo tanto, facilita el razonamiento en otros campos del saber y de la vida. En síntesis, el jazz es una medicina.

Wednesday, December 24, 2008

¡Feliz Navidad!

¡Hola a todos! Antes que nada, disculpen la larga ausencia. Muchos motivos. El retorno a casa desde Houston, mis nuevas labores en Caracas, la readaptación a la vida de Caracas. Aún así no he dejado de pensarlos, de visitarlos, aunque muchas veces no tenga el tiempo de comentar como se debe. Pero aquí estoy, de nuevo con ustedes.

Es víspera de Navidad, un tiempo en el que solemos reunirnos en familia y amigos, un tiempo de reflexión y de creación de nuevos planes, nuevas metas, un tiempo en el que la espiritualidad debe llenar nuestros corazones.

Es un tiempo en el que, como reza en el post anterior, debemos mirar hacia adentro, buscar la verdad, saber que alrededor hay necesidad, y que nosotros podemos ayudar a aliviar esa necesidad de otros seres con tan sólo abrir nuestro corazón hacia ellos. Eso es algo que debemos practicar siempre, más allá de la Navidad. Hay muchas formas de ayudar, de colaborar, no es necesario que las cite. Todo queda de parte de nuestro corazón. Dejemos de pensar en nosotros mismos y planteémonos objetivos que permitan una mejor vida a nuestros semejantes. Un niño que reciba educación, alimentación y amor en el presente es un delincuente menos en el futuro, así que sepamos que el bienestar de los demás redunda, definitivamente, en el bienestar de nosotros mismos.

Muchas cosas que contar, poco a poco irán saliendo en sucesivos posts, ello unido a mi ejercicio literario, que hago cada vez con mayor gusto. Sigo leyendo mucha literatura, aprendiendo, disfrutando de cada momento de solaz.

A ustedes, los pienso bastante, los quiero, extraño a algunos que no se sienten en el presente pero espero de veras que se encuentren bien y sepan que se les quiere mucho por estos lares de Dios. Gustosísimo de haber conocido a dos bloggers amigos de compartir letras en el ciberespacio. Euchy, vaya sorpresa, y mi caro amico Beny, con quien había pactado este encuentro desde hace mucho tiempo. El blog, una vez más, mostrando ser una herramienta de conocimiento mutuo, de conciliación, de atar puntos comunes y construir amistades duraderas.

No quiero irme sin desearles unas felices fiestas y sin dejarles un par de regalos, que espero los puedan disfrutar en el momento de reflexión que quieran darse:

“Entrada” : una vez un monje visitó al Maestro Gensha para saber dónde estaba la entrada al camino de la verdad. Gensha le preguntó: -¿Oyes el murmullo del arroyo? –Si, lo oigo –respondió el monje. –Pues allí está la entrada –le dijo el Maestro. Tradicional Zen

“El arte de vivir” : un maestro en el arte de vivir no establece ninguna distinción entre su trabajo y el juego, entre el oficio y el ocio; su mente y su cuerpo; su educación y su recreación. De hecho, apenas sabe qué es qué. Simplemente trata de hacer de manera óptima aquello a lo que está dedicado, y deja que los demás juzguen si está trabajando o jugando. Para sí mismo, él siempre parece estar haciendo ambas cosas. Chateaubriand
Ambos regalos han sido extraídos del libro "365 Zen, una iluminación para cada día". Editorial Océano Ambar.

Saturday, December 13, 2008

La verdad está dentro de ti...


...leyendo a Elizabeth Gilbert en su libro " Come, reza y ama", en la etapa de su viaje espiritual a la India, me encuentro con lo siguiente:


"No se cuantas veces mi gurú me ha repetido hasta la saciedad: Dios vive dentro de ti, como tú".


Nada más cierto.


Dicho en palabras de Paul Brunton, místico y filósofo británico:


"A menudo me preguntan cuál es, en mi opinión, el secreto de la sonrisa de Buda. Yo creo -solo puede ser eso- que ríe para sus adentros por haber buscado (fuera) durante tantos años algo que ya poseía"

*Imagen: www.aynaku.net

Sunday, December 07, 2008

Las librerías de Houston


Una de las mejores cualidades que encontré en Houston es la existencia de grandes librerías.
Gran parte de mi tiempo libre (horas, muchas horas) transcurre frente a los anaqueles de “Borders”, “Barnes and Noble” y “Books-a-Million”.

Diferente es en Caracas, donde mis librerías favoritas son más bien pequeñas, como la “Noctua”, “Templo Interno”, “Educación” y VDL Books. En ellas se encuentra la figura del librero, aquel señor muy culto, de atención personalizada, que te asesora y entiende tus gustos literarios, lo que hace tus visitas mucho más placenteras.

Lo que hace a esas grandes librerías de Houston agradables y atractivas son varias cosas que paso a mencionar a continuación:

Los precios. Es increíble la diferencia de precios comparados con los de Caracas. Me he topado con libros que en Caracas cuestan 200 BsF (93 US$) por tan solo US$ 10 (21.5 BsF), sin mencionar la cantidad impresionante de libros interesantes que cuestan menos de 30 US$ (64.5 BsF).

La atención al cliente. Buscas un libro y no lo consigues. Preguntas a un empleado muy ocupado limpiando y arreglando anaqueles, e inmediatamente deja lo que está haciendo hasta que, agotados todos (léase bien, TODOS) sus esfuerzos, da con el mencionado ejemplar o te sugiere una fecha cierta para que pases por la librería a entregártelo, sin costos adicionales ni malas caras.

La variedad. Tú escoges el tema, porque están muy bien clasificados por áreas, y te sumerges en esos anaqueles, donde encontrarás desde diferentes ediciones de un mismo libro hasta muchos que ya dabas por perdidos. Son cantidades de ejemplares del tema escogido, tantas que te hacen difícil la elección de lo que vas a comprar.

Cafetería interna. Puedes sacar un libro de los anaqueles y hojearlo mientras consumes un rico cappucino y conversas con un amigo u otro cliente. Al final, si no te gusta, una vez consumido tu cafecito, vuelves y lo colocas en el anaquel.

La membresía. Al principio estaba receloso, por aquello del spam y esas cosas. En cuanto constatan que eres cliente de verdad, por las compras que haces, comienzan a llegarte una serie de cupones de descuentos que, en mi caso, llegaron al 40% sobre el precio de exhibición, fui y constaté que se trataba del mismo de hace dos semanas, o sea que sobre este precio pagas solo el 60%. Traducido en precios, un libro de US$ 25 te sale en $15, así, sin anestesia. Y las ofertas son realmente interesantes. Hubo una que me enviaron por email, dos CD de mi elección por el precio de uno. Eso, en una variedad como la que ofrecen, me hizo volar a la tienda. Cero sorpresas y aumentos de último minuto, los mismos precios de siempre, tomas dos y pagas uno.

En fin que ha resultado para mi una bendición la existencia de esas grandes librerías, enormes, a veces de dos niveles de exhibición donde dar rienda suelta a una de mis pasiones, la lectura.
* Fotografía de Librería Borders por www.pinnycohen.com