Saturday, March 06, 2010

Firmin


Hay novelas que lees y te gustan tanto que deseas que no terminen jamás. Firmin (Sam Savage, Seix Barral, 2007) es una de ellas. Inolvidable. Tan bonita como triste.

El relato, narrado en primera persona, comienza con una búsqueda de una frase inicial que dé marco de apertura a la novela, y ésta es tomada prestada de un libro de Ford Madox Ford llamado “El buen soldado”: “Este es el relato más triste que jamás he oído”. Marco base para una historia triste de verdad, pero bonita como pocas.

Se trata de Firmin, hijo de Flo, un ratón nacido en el sótano de una librería, y que con el tiempo se encariña con los libros y los aprende a leer. Su imaginación no tiene límites y pronto entabla una amistad con el librero, que fue creciendo hasta desvanecerse con la triste realidad. Entonces huye del hogar y se encuentra ésta vez con un escritor que decide adoptarlo como mascota.

Firmin es la verdad de la vida, Firmin es el amor por los libros, y por los libreros, y por los escritores sencillos, no aquellos engreídos que buscan la fama a toda costa; Firmin soy yo, Firmin eres tú; Firmin es amor y es libertad, es ternura, es alegría, es tristeza y solidaridad. Es un ratón humano, o un humano con forma de ratón.

Firmin es una belleza de libro que les recomiendo leer, de todo corazón.

Saturday, February 27, 2010

Félix van der Kats


Mientras yo me estreso por los compromisos adquiridos en el trabajo, Félix se limpia la piel, cuidadosamente y a conciencia. No hay nada ni nadie que lo haga salir de allí. Se nota concentrado. De vez en cuando algún ruido lo hace levantar la vista, cosa que termina apenas comprueba que no era nada importante.


Así es Félix, el gato de Victoria. Gato lanudo, felpudo, de ojos grandes y contemplativos, consentido como el que más, taciturno a veces, ruidoso cuando tiene hambre, sigiloso, acechante, celoso de su dueña, bueno, su amiga le calza más, son amigos desde el primer momento.

Victoria lo encontró en la calle, llorando de hambre, mientras paseaba a su perro Rey (o Rey a ella, porque es más grande y más fuerte).

Cuando los caminos de la vida se cruzan en el mismo plano, a eso se le llama encuentro. Justo lo que sucedió entre Victoria y Félix.

Ahora Félix tiene una casa, un calor de hogar, comida y cariño. ¿Y a qué otra cosa puede aspirar un gato tan afortunado?

Pensé que la relación entre Rey y Félix iba a ser más difícil. Ya saben. Perros y gatos. Tan diferentes. Pero he allí a los dos dándonos lecciones a los humanos. Se respetan como el que más. Cada uno tiene su espacio. Y su momento.

Qué vida le esperaba a Félix en su vida callejera. Luchar a muerte por la comida. Cruzar una calle, siempre temiendo no llegar al otro lado. Dormir con un ojo abierto y el otro cerrado, en alerta permanente. Soportar el frío de la madrugada; todas las madrugadas. Algo a lo que nunca te acostumbras. Ni que decir de los días de lluvia, donde no hay sitio para el abrigo. Ni la esperanza. Qué decir de las chanzas de los niños traviesos, que los persiguen lanzando piedras, poniendo a prueba su agilidad para saltar vallas muy altas.

Pero he allí la energía del Universo, colocando las cosas en su santo lugar. Y allí está Félix, durmiendo la siesta. Con sus grandes ojos entreabiertos, sus sentidos en alerta, y en apariencia aletargado, disfrutando de esa paz que nos envuelve. Victoria y yo saboreamos un té verde, y él nos observa de vez en vez.

Terciopelo. Seda. Ambas cosas se perciben y se sienten cuando lo miras descansar así, en total silencio y quietud. Es Félix van der Kats, el gato de Victoria.

Saturday, February 20, 2010

ERGO



ERGO es un artista de calle que ha logrado impresionarme por la facilidad que tiene para transformar espacios anteriormente inhóspitos o faltos de cariño en auténticas galerías urbanas de sus ya famosos rostros en esténcil.

Me confieso admirador de este artista cuyas obras se encuentran en casetas o estanterías de la compañía telefónica estatal en zonas de Caracas tales como La Castellana, Altamira, Los Palos Grandes y Santa Eduvigis (al menos los que yo he visto).

Desde hace algunas semanas estaba pendiente de realizar un reportaje fotográfico de sus obras para este blog, lo cual se había demorado por diversas razones que no vienen al caso.

Hoy finalmente pude salir a tomar las fotografías, pero, ¡oh sorpresa!, todas las obras que había visto y localizado fueron borradas o dañadas, quién sabe por qué o quiénes y con qué intenciones siniestras.

Yo soy de los que piensan que el arte es una manifestación sublime del hombre y por lo tanto le doy todo mi respeto a todos los artistas y sus obras.

Las obras de ERGO le hacen mucho bien a esta ciudad castigada por la indolencia, la basura regada por doquier, la negligencia y el desamor.

Ojalá que alguna autoridad de la ciudad le dé a este artista el valor que se merece y le permita brindarnos su arte en muchas paredes de Caracas y otras ciudades de Venezuela. Su presencia le da valor agregado al paisaje urbano. Pueden ver más de sus obras aquí.

*Las fotografías son de la web estencilvenezuela.blogspot.com

Monday, February 15, 2010

Parlem de tu...



Otro poema de Miquel Marti i Pol. Profundo. Hermoso. Nina leyó mi post del "Libro de las Ausencias", del poeta catalán, y me sugirió leer éste. Me quedé sin palabras. Lleno de recuerdos. Porque hay gente linda que me viene a la mente cuando lo leo. Están allí. Y lo estarán por siempre...

Parlem de tu, però no pas amb pena.


Senzillament parlem de tu, de com


ens vas deixar, del sofriment lentíssim


que va anar marfonent-se, de les teves


coses parlem, i també dels teus gustos,


del que estimaves i del que no estimaves,


del que feies i deies i senties;


de tu parlem, però no pas amb pena.






I a poc a poc esdevindràs tan nostre


que no caldrà ni que parlem de tu


per recordar-te; a poc a poc seràs


un gest, un mot, un gust, una mirada


que flueix sense dir-lo ni pensar-lo.

Miquel Martí i Pol


Hablamos de ti, pero no con pena.


Simplemente hablamos de ti, de como


nos dejaste, del sufrimiento lentísimo


que fue languideciéndose, de tus cosas


hablamos, y también de tus gustos,


de lo que amabas y de lo que no amabas,


de lo que hacías y decías y sentías;


de ti hablamos, pero no con pena.






Y poco a poco te harás tan nuestro


que no hará falta que hablemos de ti


para recordarte; poco a poco serás


un gesto, una palabra, un sabor, una mirada


que fluye sin decirlo ni pensarlo.


Saturday, February 06, 2010

De lecturas y de música...

Cada nuevo año, el dilema de comenzar a leer se hace notorio. Una vez que se ha encontrado el hilo ya se hace indetenible, pero cómo cuesta recomenzar, y plantearse la pregunta recurrente sobre qué nuevos libros leer en el año en curso.

Hay muchas ofertas en las librerías y uno va comprando algunos, que luego pone en lista de espera, pero cómo determinar cuál es el libro que uno debe leer en este instante de su vida. El hecho de que para otra persona un título sea interesante no significa que lo sea para tí. Las variables que intervienen en la escogencia son muy heterogéneas. Sin embargo hay gente que es capaz de reconocer la tendencia de la lectura de uno y es propensa a encontrar una respuesta al dilema. Se te acerca y te dice: “Lee tal libro, te va a gustar”. Y hay algo en el gesto y la mirada que le hace ver a uno que sí, que ése es el próximo de la lista.

Otras veces uno va de anaquel en anaquel hasta que ¡pum! un libro lo llama… y ése es. Total es que ha pasado ya el primer mes y, salvo un libro que comencé el año pasado y terminé a principios de enero, no había comenzado nada nuevo de literatura. La indecisión me atrapó. Una de estas noches mientras navegaba, vi la recomendación de Roger Michelena (librero) para el 2010: “Mal de Escuela” de Daniel Pennac (Random House Mondadori, 2009). Me hice con un ejemplar y aquí estoy, enfrascado en mi lectura. Por allí se empieza. Espero poder mantener el mismo ritmo del 2009.

Con la música es diferente. Allí soy muy dado a probar dentro de los géneros que me gustan (mucho jazz y bossa, algo de pop, reggae y world music). Voy comprando por aquí y por allá, y escuchando. Una vez que uno tiene cierto tiempo escuchando algo de música, va aprendiendo a escoger, a tener intuición. El aspecto externo de un CD puede ser engañoso, en el sentido de que por fuera puede ser muy atractivo y bonito, pero cuando escuchas te das cuenta que no necesariamente debe haber correspondencia entre ambas cosas.

Un mismo artista tiene CDs buenos, muy buenos, malos o regulares según el gusto personal. Muy pocos compactos son de los que uno dice “me gusta todo, de principio a fin”. En mi caso eso pasa en el 10% de los que he escuchado. ¿Un caso? Led Zeppelin IV, donde están “Stairway to heaven”, “Misty Mountain Hop”, “Black Dog”, “Going to California”, “When the levee breakes”, “Rock and Roll”, “Four sticks” y “The battle of Evermore”. Hay discos en los que una sola pieza vale la selección completa. La pieza perfecta. Allí no te importa lo que pase con el resto, como en el CD de Al Stewart “Year of the Cat”. Hay nueve piezas en total pero siempre tengo en mi mente sólo ésa, la que le da título al album. Otra cosa que pasa mucho es que en el 60% de los CDs que compras acaban sin gustarte una vez que los escuchas (en mi caso personal). Lo ideal sería escuchar antes de comprar pero eso en Venezuela no se concibe pues los CDs vienen envueltos en plástico y no permiten quitarles la envoltura para escucharlos previamente. Y por más selectivo que te consideres, acabarás formando parte de la estadística, es decir, te estrellarás en un importante porcentaje de los casos.

La asesoría es importante, pero se requiere que la persona que te aconseja te conozca muy bien musicalmente hablando. De lo contrario podrías terminar odiándolo precisamente por las recomendaciones que hace.

Son los libros y la música los que te ayudarán a sobrellevar la existencia. Lo de los libros lo dijo el afamado escritor argentino Ernesto Sábato, y yo le agrego lo de la música. Aquello de que a cada acontecimiento de tu vida le asocies una pieza musical es sencillamente delicioso. La escogencia de autores y temas viene después, apuntalada por el piso que vamos construyendo con nuestro gusto, estilo y tendencias.
*Imagen: "Heart Book" de Trash Queen en Flickr.com

Saturday, January 30, 2010

Llueve esta mañana...

Sin mucho tiempo para escribir últimamente. Se imponen otros ámbitos de mi vida. Sin embargo me encuentro a cada rato pensando en el hecho de escribir en el blog mis experiencias recientes, citas que leo, o escucho, melodías que me transportan y que quiero compartir. Una simple divagación o una historia interesante, de esas que de vez en cuando recalan en mi mente, como queriendo salir, ser de nuevo protagonistas. Pero no hay tiempo de sobra. Las ideas quedan en la punta de los dedos, esperando una nueva oportunidad para quedar plasmadas. No sé si a otros les pasa, pero estoy haciendo pocos manuscritos. Cuando quiero escribir ya no busco la libreta, no busco las hojas blancas; pienso solamente en teclear, y teclear ya, de una buena vez, antes de que se vaya la idea. Por eso a veces me levanto, cuando todos duermen, y enciendo el ordenador. Solo me acompaño con el ruido de la noche, coches que pasan, de vez en cuando un zumbido de algún bicho nocturno, las voces de un recuerdo, el rocío de la madrugada y la música, que nunca me abandona, cual pista sin final de un soundtrack que es mi propia vida.

Cuando el sol alumbra y me asomo por la ventana, siento las quejas mudas de otros seres que quiero mucho y también me necesitan. Son las plantas, que necesitan más tierra y más turba, más cariño; ellas también sienten mi ausencia. Apenas aparezco para regarlas, como si aquello fuese un deber, y nunca un placer. ¿Saben? Hay una plaga de babosas en la tierra. Me tienen verde porque no pueden ver una planta bonita con tallo jugoso, porque en menos de una semana la reducen a escombros. Y todo subterráneo, sin asomarse a la superficie. Las descubrí porque cuando inundo la tierra, salen de su oscuridad subterránea y se suben a las paredes, mientras pasa el temporal (l´acquazzone, diría mi profesora de italiano). Veremos que improvisa José, el amigo portugués de la jardinería, para eliminarlas y no dañar a las plantas que sobrevivan. El (José), sin saberlo, es su médico personal, su curandero. Yo le planteo mi queja, que es la de ellas (las plantas) y el procede a mezclar uno que otro químico, lo embotella, me indica la dosis y me la entrega con seguridad, la misma seguridad con que yo administro el tratamiento en el jardín. ¿Habrá días con más de 24 horas alguna vez?

Hoy la mañana está nublada en mi ciudad. Aunque no es temporada de lluvias, algo de agua se nos ha venido. Le va bien a unos cuantos seres que llegue la lluvia. “Foggy day in London town” revolotea en mi mente musical. La ciudad se ve tranquila luego de una larga noche de celebración. ¿Trasnocho quizás? Vuelve la lluvia. Tras una semana de incendios forestales, la montaña y los seres que en ella moran lo agradecen. “Si la lluvia quisiera caer, la cosecha se puede salvar. Ay, si la lluvia quisiera caer, tendremos sustento…canta, coro, canta, canta y repite mi ruego, lluvia de tu cielo, aguacero de mayo ven cae en febrero, lluvia de tu cielo, eeeh, pa´ que a la siembra no le pase naaa”. Sigue el soundtrack… y tambien la llovizna...
*La imagen es de "Satrapía: Antares. Líneas de Ocasión", el blog de Fernanda Pérez, desde México.

Saturday, January 23, 2010

Los gansos...


"Los gansos salvajes no se proponen reflejarse en el agua; el agua no piensa recibir su imagen"
Poema Zen
*Imagen: Finca "La Paquita". Mercedes. Argentina

Sunday, January 17, 2010

Lecturas recientes

¡Hola queridos amigos y amigas!
Hoy he querido compartir con ustedes mis lecturas más recientes.
Todas me han parecido interesantes a su manera.
Como saben, mi favoritismo se inclina hacia los autores japoneses, pero estoy mezclando con otras nacionalidades para no hacerlo monótono. Mis amigos libreros y bloggers me ayudan en la elección. Ahí les dejo la lista:

“El nido de la serpiente, memorias del hijo del heladero”. Pedro Juan Gutiérrez.
“Una oración por la lluvia. Memorias de Afganistán”. Wojciech Jagielski.
“Penélope”. Ignacio Castillo Cottin.
“La maravillosa vida breve de Oscar Wao”. Junot Díaz.
“Sputnik, mi amor”. Haruki Murakami.
“El arte de escuchar los latidos del corazón”. Jan-Philipp Sendker.
“Sueño Profundo”. Banana Yoshimoto.
“Job”. Joseph Roth.
“Soldados de Salamina”. Javier Cercas.
“Gomorra”. Roberto Saviano.
“Crónica del Pájaro que da cuerda al mundo”. Haruki Murakami.
“After dark”. Haruki Murakami.
“Profesora: ¿Cómo se escribe futuro?”. Margret Greiner.
“Kokoro”. Natsume Soseki.
“La leyenda del santo bebedor”. Joseph Roth.
“La otra isla”. Francisco Suniaga.
“Los Boys”. Junot Díaz.
“Antes del fin”. Ernesto Sabato.
“A los pies del Maestro”. Krishnamurti.
“La sombra del viento”. Carlos Ruiz Zafón.

Sunday, January 10, 2010

Divagación de domingo de enero

Un domingo como cualquier otro. Ando en modo nostálgico y pensativo. He tratado de permanecer alejado de la realidad, quizás como una resaca de diciembre y la Navidad, pero poco a poco los acontecimientos se vuelcan sobre nosotros, cual ola gigantesca y lo cubren todo de lodo. Una devaluación que convierte nuestro dinero en cenizas, que hace trizas nuestro poder adquisitivo, que incrementa enormemente los precios de mil rubros necesarios para la vida, y que trae nefastas consecuencias en un país como el nuestro, azotado por lo que los economistas llaman “estanflación” (mezcla de estancamiento económico con inflación). No puedo evitar pensar en la gran ola de Hokusai, en un mar picado sobre el cual navegaremos este año 2010. Si se fijan bien en la obra, verán a unos navegantes que se aferran a sus barcas tratando de conjurar la fiereza del mar. Así transcurrirá el 2010 para nosotros, los navegantes que buscamos, ante la fiereza de la tormenta, un puerto seguro donde atracar nuestro barco.

Ayer terminé de leer “La sombra del viento” de Carlos Ruiz Zafón (Editorial Planeta, 2008), una excelente recomendación de mi querida Mariale, que he disfrutado línea por línea sus casi 600 páginas de aventuras, suspenso, intriga, misterio, ternura, pasión, tristeza y todos los sentimientos que se puedan imaginar. Ambientada en una Barcelona de primera mitad del siglo XX, viendo transcurrir la Guerra Civil con sus estragos y miseria humana, no leía una historia con tantos personajes con vida propia y tanta creatividad desde “100 años de soledad” del Gabriel García Márquez. Difícil mantener la mente alejada de tanta conjura, tanto misterio, aventura y suspenso como la que se esconde en las líneas de Ruiz Zafón. Altamente recomendable. Me considero un afortunado al recibir tan buenas recomendaciones de mis amigos bloggers o libreros. La literatura ha encontrado su tiempo en mi persona, a pesar de las ocupaciones, y eso es algo que me gusta muchísimo.

Leo también un post sobre los viandantes, que ha escrito mi amiga Lore, y que me ha llevado a recordar ese tiempo en que podía permitirme caminar por las calles del centro de Caracas, por San Jacinto y su reloj de sol (con 200 años de historia), la casa natal de Simón Bolívar, visitar a unos amigos judíos que vendían ropa frente a la casa de Bolívar y que eran como unos tíos queridos para mi, las visitas a las librerías de La Gran Avenida de Sabana Grande, los paseos a pie por San Bernardino, Los Chaguaramos, Santa Mónica y más recientemente por el Boulevard de Sabana Grande (un sitio con mil y un historias). Le comento a Lore que yo solía escoger una casa que me gustara mucho, contemplada durante esos paseos, y la convertía en “mí casa”, y al pasar frente a ella, mientras la observaba, al mismo tiempo me permitía crear muchas historias que ocurrían en ella, conmigo como protagonista. Entre ellas estaba la quinta “Mi Banquito” en Los Chaguaramos, que luego fue vendida y transformada en comercio, por lo cual “hube de mudarme” a otra hermosa casa ubicada en Campo Alegre, como salida de cuentos de hadas, la famosa Casa de La Atalaya (fotografía del post), recientemente derruida sin importar para nada la memoria de la ciudad. Hoy en su lugar se yergue, con altivez e indiferencia, un moderno edificio.
La conclusión es que los días pasan, y las cosas no vuelven a ser las mismas de antes. Y no es precisamente para bien…

*Fotografía de la Casa Atalaya obtenida de Flickr Photostream de Fundación de la Memoria Urbana (Arquitecto Hannia Gómez)

Tuesday, January 05, 2010

Peter, la incomunicación y yo

El chino Peter y yo compartimos espacio en la misma oficina durante casi un año. Formábamos parte de un equipo de cinco personas, cada uno de diferente nacionalidad (un escocés, dos venezolanos, un estadounidense y él), lo que constituye un caso típico hoy en día en las oficinas de Estados Unidos.

Era un ambiente de trabajo interesante, tanto por la parte técnica del trabajo como por el evidente intercambio cultural que ocurría a diario. A manera de ejemplo, recibíamos clases vespertinas de expresiones comunes en el escocés de Glasgow, que tiene algunas variantes con el hablado en otras áreas del país. Todos los días había aprendizaje de algún aspecto de otras culturas, fuera esto de comidas, costumbres o de simples expresiones comunes.
Lo cumbre del caso era la comunicación en inglés (idioma común de intercambio) que se efectuaba en la oficina. ¿Se imaginan? Dos con acento latino, uno sin acento, uno con acento escocés y él con acento chino.

Importante aspecto a tomar en cuenta para la diaria convivencia.

Los primeros días fueron de adaptación auditiva, y a medida que pasaba el tiempo ya nos íbamos entendiendo poco a poco entre todos. Menos con él.

Me costaba un mundo entenderle algo de lo que intentaba comunicarme. Siempre teníamos que recurrir al “body language”, a los juegos de imágenes y otras cosas porque en lo que respecta al lenguaje hablado, nada que ver, nada que entender.

Pero (siempre hay un pero) a Peter le encantaba “conversar” conmigo. A pesar de que yo nada le entendía; a él poco le importaba, me esperaba a la hora de salir al almuerzo para soltar de forma incontinente todo lo que había mantenido represado para conversar conmigo en la mañana. Y yo haciendo esfuerzos para captar algo, casi nada, pero él igual hablaba y gesticulaba, como si yo le estuviese entendiendo todo.

A mi me daba mucha pena, y sonreía mientras el se expresaba, y dependiendo de la cara que tuviese yo asentía o negaba, sonreía o lo miraba preocupado, intrigado, o absorto, o lo que fuese. A veces me sorprendía, en medio de su charla, con una pregunta inesperada, y me descubría en las nubes, pero poco le importaba, como dije antes, el mismo se respondía y seguía con su perorata, que continuaría al regresar del almuerzo, con el mismo ímpetu.
A mi la situación me preocupaba (¿entristecía?); hacía grandes esfuerzos por entenderle; pero nada; o muy poco; muy poquito.

Al final, como la situación me causaba un poco de incomodidad y angustia, fingía estar ocupado para que no me abordara. Lo miraba de reojo y lo veía acechándome, esperando el momento adecuado para abordarme, ligando a que yo mirara hacia su escritorio, cosa que yo jamás hacía para evitar el mal rato de mi incomprensión.

Y así pasaban los días, mejor dicho, los meses. Cada vez se interesaba más por charlar conmigo. Lo captaba en la extensión de sus peroratas matutinas y en las de la tarde. La excepción la constituía la hora de salida de la oficina, cuando inesperadamente hacía mutis, y no perdía mucho tiempo en marcharse. Parecía que tenía el tiempo contado, partiendo raudo y veloz, apenas balanceando su mano abierta, en gesto de despedida.

Un buen día, entre señas y palabras me preguntó si yo bebía, a lo que contesté que no, que muy poco, cosa que no era verdad, pero que dije tras brevemente imaginar la pesadilla que representaría sentarme con Peter en la barra de un bar a “conversar” (¡No, Dios!) durante horas, sin entender nada, “animadamente”.

No, definitivamente no era capaz de soportar esa forma de incomunicación o de comunicación a medias. Y mantuve mi palabra de que no bebía.
A la semana de su ofrecimiento me enteré que Peter anunció su renuncia al trabajo. Lo hizo un martes y el viernes ya había recogido sus cajas y se marchó. Sólo entonces entendí su intención de ir al bar. Intentaba despedirse de su amigo de la oficina. Y no se pudo. El lenguaje lo impidió. Supe que marchó a trabajar con un colega chino. Quizás éste no tenga impedimento en aceptarle, un día cualquiera, una cerveza ofrecida cuando Peter desee drenar el stress de la oficina. Yo, esa vez, no pude hacerlo.

*Imagen: Símbolo kanji que significa "hablar"

Friday, January 01, 2010

Nuevos aires

Nuevos aires y nuevas energías soplan en el 2010. He ido a por ellas en Los Andes venezolanos. Son escenarios que te dejan mudo. Es gente bonita, amable, ajena a cualquier disputa, gente que vive en paz con la naturaleza, con la vida. Gente linda y buena. Mucho calor venezolano. Paisajes de antología. Como dice el slogan de Colombia, el riesgo es que te quieras quedar…


















Friday, December 25, 2009

Cocinando el alma...


"El mundo es una gran olla. El corazón es una cuchara. Dependiendo de cómo la remuevas, la comida te saldrá bien o mal."




Proverbio Zen


Saturday, December 19, 2009

2010

La paz duradera es premisa y requisito para el ejercicio de todos los derechos y deberes humanos. No la paz del silencio, de los hombres y mujeres silenciosos, silenciados. La paz de la libertad - y por tanto de leyes justas -, de la alegría, de la igualdad, de la solidaridad, donde todos los ciudadanos cuentan, conviven, comparten (…) Fragmento de “El derecho humano a la paz", declaración del Director General de la UNESCO, Federico Mayor, en Paris, 1997.

2010, un año que se aproxima vertiginosamente. Los acontecimientos no se detienen en su intento de quitarnos esa paz espiritual que todos deseamos y que muchas veces no encontramos; esa paz que se nos pierde, que desaparece, que nos esquiva.

La paz es el más irrespetado de todos los derechos humanos. Hoy más que nunca debemos seguir en su búsqueda. La necesitamos para vivir con tranquilidad, para equilibrarnos, para ser felices.

Dentro de pocos días estaremos en el 2010. Y ya va siendo hora de ir pidiendo nuestros deseos. Escribirlos. Meditarlos. Desearlos. Ir en pro de ellos. Va a ser un año de cambios fuertes. De un antes y un después. Debemos estar preparados, en lo personal, en lo profesional, en todos los aspectos de nuestra vida.

En lo espiritual es aconsejable revisarse por completo (prometo hacerlo), limpiar la casa interna, modificar lo que haya que modificar, virar, deshacerse, medirse, repensar, trabajar fuertemente en pro de lo que queremos para nosotros mismos, liberar, y liberarse de lo que nos molesta sin importar lo que cueste; hacer lo que nos guste y no cejar en el empeño de lograrlo, no importa qué obstáculos encontremos en el camino. Persistir. Respirar, pero una respiración profunda, de limpieza, de renovación, de aspirar aire puro en el ambiente apropiado, mantenerlo en los pulmones el mayor tiempo posible, mientras nos mentalizamos en que saldrá con las impurezas que encuentre, visibles o invisibles, y luego espirar usando el abdomen, hasta expulsarlo todo, aire más impurezas, y repetir varias veces, mentalizando que uno se está sanando.

Hay gente que se siente herida por cosas que uno hace, directa o indirectamente, y uno se siente herido por cosas que la gente hace, a propósito o sin quererlo. La energía vital del Universo no se detiene, sigue. Su tendencia es a armonizar, pero se encuentra con ondas que coliden, y se producen desencuentros, turbulencias. Quiero limpiar mi espíritu de esas ondas negativas. Mi mente y mi corazón están puestos en ello.

Hay cosas que cambian. Mutan. Se transforman. Y otras que permanecen. La esencia de uno permanece. Como un sello.

Deseo que todos alcancen esa buena energía, esa buena vibración que está dentro de nosotros mismos (no hay que ir muy lejos sino mirar hacia adentro). Que sean auténticos. Que no olviden que alrededor hay personas que sufren, que necesitan de uno en mil formas. Tiendan una mano. Regalen una sonrisa, un abrazo, una mirada. A veces solo basta con eso.

Eso sí: no cambien su esencia. Sepan que dentro de la superficialidad imperante en estos días, hay gente capaz de ir a la esencia, y mirarla con nitidez, desnuda, mostrando lo que son ustedes. Lo que somos, me incluyo. Y que esa misma esencia sea la locomotora del tren de sus vidas, de donde algunos se bajan, otros se suben, y unos cuantos elegidos permanecen el trayecto completo, esos, los indispensables.

Mi regalo para ustedes, este haiku:

Kudakete mo / kudakete mo ari / mizu no tsuki.
Rota una vez / rota otra vez, y ahí sigue / la luna en el agua.

¡Buena vibra para todos en el 2010!

*Imagen: La gran ola en las costas de Kanagawa, Hokusai (esta imagen habla por si misma).

Saturday, December 12, 2009

Hacer lo que nos dicte el corazón

Hace un tiempo leí una entrevista al asesor de la cava de vinos del restaurante “Le Gourmet” del hotel Tamanaco de Caracas, Ettore Perin, donde dijo, con respecto a la escogencia de los vinos: “hay que tener un sacacorchos y ganas de probar, lo mejor es no quedarse con un mismo vino y una misma marca”.

Actualmente estoy terminando de leer la novela autobiográfica de Ernesto Sábato, “Antes del fin”. En un pasaje de la misma, cuando le preguntan sobre qué libros hay que leer, responde: “Lean lo que les apasione, será lo único que les ayudará a soportar la existencia”.

Concluyo que, definitivamente, hay que dejarse guiar por el corazón, por la intuición, por los instintos, por el sexto sentido. Nada pertenece a la casualidad. Hay siempre un mensaje que debemos descifrar, dentro de la hermosa melodía que escuchamos al latir nuestro corazón. Haz una pausa, relájate y escucha a tu propio corazón. Allí está la clave de muchas cosas…

Imagen: creación de www.donitaworld.com

Sunday, December 06, 2009

Twitter colapsado, conmoción general

Twitter colapsado... desesperación en la comunidad.

Estoy en el grupo que aún no tiene su cuenta en twitter, (servicio de microblogging que causa furor en internet). ¿La excusa? Falta de tiempo para dedicarle, como realmente se merece. Sin embargo lo sigo muy de cerca.

Es interesante el crecimiento vertiginoso de la red social twitter. Tal es la magnitud que ha puesto a Facebook contra las cuerdas y amenaza con convertirlo en un dinosaurio digital, como parece haber hecho con otras redes (myspace y otras).

¿La razón principal? La inmediatez. En segundos puedes saber lo que alguien a quien consideras “interesante” está haciendo,diciendo o compartiendo.

La multiplicidad de aplicaciones lo hacen aún más interesante (twitpics, tweetdeck, tweetphoto, twittonary, twenglish, y un largo etcétera), y puedes hacer prácticamente lo que quieras, cuando quieras y como quieras. Puedes enterarte aquí de algunas aplicaciones.

El crecimiento exponencial de la plataforma (como su valor en el mercado) luce imparable y sorprende incluso a sus propios creadores, quienes desde ya planifican y ponen en circulación innovaciones y mejoras en el servicio.

Cuando tengo el tiempo “#yoconfieso” que visito unas cuantas cuentas públicas que, en mi concepto, tienen algo interesante que decir. Hay vidas que definitivamente son divertidas, y su actitud me enseña a ver la misma cosa desde una óptica diferente; quizás su punto de vista es más optimista o inteligente que el mío sobre el mismo tema. Las aristas pudieran ser muchísimas más de las que imaginé.

Como toda red social, hay de todo, desde el famoso “know-it-all” o “sabelotodo, hasta el fastidioso, egocéntrico, la niña tierna e inocente, el lobo con piel de oveja, el que lo toma como un “chat” (hey! “#tweeternoesunchat”) y todos y cada uno de los variopintos elementos que conforman nuestra sociedad.

Me sorprende la velocidad de transmisión de la información (ya no tienes que esperar al telediario para enterarte del último acontecimiento político): te enteras ¡ya!, muchas veces de la mano del propio protagonista, desde el lugar de los hechos, sea en Cuba o en Irán, Australia o Afganistán.

Los noticieros y diarios se han convertido en auténticos “congeladores” de noticias. Un “Extra” del telediario en la TV ya genera la típica reacción: “ah, sí, lo vi en el tweeter de fulano, entra, hay fotos y todo”.

Cuando tweeter colapsa por el alto tráfico de usuarios, la comunidad realmente se desespera, a tal punto que el tráfico, lejos de disminuir, se incrementa mucho más. Conmoción general en los usuarios.

Definitivamente, y por los vientos que soplan, es Twitter quien traerá la verdadera revolución (sin la connotación actual de la palabra) informativa.

Tuesday, December 01, 2009

Bluesoul y "La Otra Isla"


Antonieta Hernández Gil (Bluesoul), amiga blogger de la isla de Margarita, Venezuela, me ha recomendado la lectura de un maravilloso libro, “La Otra Isla”, de Francisco Suniaga (Oscar Todtmann Editores, sexta edición, enero 2009). La presentación del libro es muy bonita, lo cual, aunque no parezca, hace más agradable su lectura.


Paso a contar las peripecias e impresiones alrededor de la lectura de este gran libro:
Cuando Bluesoul me recomienda el libro, como cosa extraña, estaba inmerso en otra hermosa lectura, representada por “La Leyenda del Santo Bebedor” de Joseph Roth (Anagrama, sexta edición, febrero 2009), y acababa de terminar “Kokoro” de Natsume Soseki (Editorial Gredos, 2009). Ambas novelas son extraordinarias para los sentidos y como es de comprenderse, la literatura, siendo para mí una vía de escape a la ingeniería, se presentaba como un hermoso oasis sensorial, sentimental, con prosas hermosísimas como las de Roth y Soseki.


Cada vez que termino de leer un libro, viene el mismo dilema acerca de cuál será el próximo de la lista, una lista que a veces es larga, pero cada libro tiene como un momento para su lectura, y el asunto difícil es descubrir cuál es ése momento.


Ya muchos saben que soy un eterno visitante de librerías, ante cuyos anaqueles paseo y me detengo, sólo cuando un libro me llama. Si, se siente el llamado a la lectura, a veces hasta sin mirar el anaquel. Cuando atiendes el llamado, solo atinas a alcanzar el ejemplar, mirarlo de portada y ponerlo bajo el brazo. Es amor a primera vista. El problema es saber cuándo comenzarlo, que en algunos la respuesta ha sido inmediata, incluso en la misma librería, pero no todos corren con la misma suerte.


Con “La Otra Isla” no fue diferente el proceso. Estaba indeciso entre tres libros: “Los Boys” de Junot Díaz (Mondadori, 1996), “Antes del fin” de Ernesto Sábato (Seix Barral, 2002) y “La Otra Isla”. Al no poder decidirme, comencé a leerlos todos al mismo tiempo, pero las historias son diferentes, y no podía mantener la atención sobre ninguno, hasta que decidí darle paso a “Los Boys”, de Díaz, más por influencia de su otro libro, “La Maravillosa Vida Breve de Oscar Wao” (Mondadori, 2008). Ningún libro se parece a otro, así que la impresión no fue la misma con “Los Boys” (eso es parte de otro post). A pesar de que Sábato es uno de mis autores favoritos, continué con “La Otra Isla” (que confieso haber leído simultáneamente con “Antes del fin”, sólo que con ésta última no he terminado).


La novela, querida Bluesoul, también es un homenaje a los sentidos, principalmente cuando describe las emociones de Wolfgang Kreutzer con los gallos de pelea. Que prosa tan hermosa la de Suniaga, qué dominio de las palabras tiene ese señor, de qué manera mantiene el interés del lector a lo largo de todo el libro, ha sido todo un descubrimiento para mí.


Y esa es una de las maravillas del blog, que te conecta con gente hermosa que es capaz de darte muy buenas recomendaciones literarias, como ésta, sin duda alguna.


Suniaga narra, con maestría, un suceso donde una persona cuenta que una creación literaria no es suya, sino que le ha sido dictada en los sueños (otra confesión onírica). Y uno a veces, cuando escribe (porque aunque todavía incipiente, yo también escribo literatura), de verdad siente que no está creando, sino que eso que escribe le está siendo dictado por alguien desde alguna parte. Me ha pasado, y le ha pasado a muchos otros.


Me vi reflejado allí, como también en el “…mañana, mañana!”, que no es sino una forma que tienen algunos de salir del atolladero cuando les pides la fecha de culminación de algo (lo vivo en mi campo de trabajo, sobre todo cuando de construcción se trata, cuando los tiempos son claves en el costo). Genial la descripción de que “para comprender el significado pleno de “mañana” antes había que saber que allí, el tiempo es de una magnitud distinta, condicionada por un tejido infinito de contingencias personales contra lo que nada ni nadie puede luchar”. Te juro que, por experiencia propia, eso no es exclusivo de la isla.


La novela, entre otras cosas (celebro haber descubierto a Suniaga) me llevó hasta esa Margarita que conocí de la mano de mi madre, por allá por los años 70, cuando la acompañaba a comprar mercancía para vender en Caracas. A esa Margarita oculta, que pocos conocen, y que se desenvuelve en poblaciones como la Fuentidueño de Marbelis Malaver, San Juan Bautista, El Maco, La Asunción, Tacarigua, es decir, donde las marejadas turísticas no se aproximan mucho. Una Margarita atractiva e ingenua al mismo tiempo. Llena de verde y de montañas. De casas de cuentos de Miguel Otero Silva y carreteras que parecen de otra parte. Justamente, esa es “la otra isla”.


¿La trama? A grandes rasgos cuenta la historia creada alrededor de la muerte de un alemán en la isla, cuya madre viaja desde Alemania a dilucidar las grandes dudas que le surgen a raíz del fallecimiento por inmersión de su hijo. Un abogado devenido en investigador decide llegar hasta el fondo del asunto, a solicitud de la madre de la víctima. El resto de la historia lo componen situaciones que se viven y que uno va observando de la mano del abogado, quien lo lleva a uno a las verdaderas entrañas de Margarita, y, entre otras cosas, a percibir la naturaleza de la gente que vive en una isla que no es la que conoce el común de los turistas que, por oleadas, la visitan cada año.

Saturday, November 28, 2009

El Jazz y Jacques Braunstein (In memoriam)


Se nos fue el Maestro Jacques Braunstein. Una gran pérdida para todos los que amamos el Jazz.
Aprendí muchas cosas de tan sólo escuchar sus programas en las emisoras 95.5FM y 97.7FM de Caracas. Gracias a él tengo la costumbre de escuchar cada tema, y luego leer completamente la reseña que trae el CD sobre el mismo, indagar acerca de cada ejecutante de instrumentos, sobre la atmósfera que envolvía la sesión de grabación, las anécdotas, lo que estaba sucediendo en ese momento en la escena jazzística norteamericana.

Con él aprendí sobre lo que es la sección rítmica, la sección de metales, la síncopa; conocí a través de su programa a grandes músicos, como Johnny Hodges, saxo alto de la orquesta del Duke Ellington, y Russell Procope, clarinetista de la misma.

El Maestro Braunstein fue una auténtica enciclopedia, teniendo como base una modestia a prueba de todo. Gran promotor del jazz en Venezuela, muchos músicos lo extrañarán por siempre.

Lo vi por última vez en el Concierto del pianista Leo Blanco en el auditorio de Corp Group en Caracas. Muy querido por músicos y asistentes al concierto, su vida, interesantísima, tuvo al jazz como una brújula, a través de la cual se movió durante más de cincuenta años.

Cuando pienso en la gente que más me ha enseñado en materia de jazz, no puedo evitar recordarlo, junto a Federico Pacaníns, Gregorio Montiel Cupello y Alejandro Tovar (de Allums, Centro Plaza).

Sus memorias, con mucha fortuna, han quedado plasmadas en el libro de Jacqueline Goldberg: “En Idioma de Jazz. Memorias Provisorias de Jacques Braunstein” (Fundación para la Cultura Urbana, 2004). Recomiendo ampliamente su lectura, especialmente para aquellos que, como yo, aman al Jazz.
A su alma...paz y jazz!!!

Saturday, November 21, 2009

Leonardo, tan sabio siempre...


Una imagen vale más que mil palabras...

*Imagen extraída del menú de la Trattoria "Da Vinci" en Maracaibo, Venezuela

Saturday, November 14, 2009

Confesiones Oníricas II

Los sueños… Bastante se ha escrito acerca de ellos y son muchas las horas que se han dedicado a estudiarlos, investigarlos, y a tratar de descifrarlos. Los hay húmedos, trágicos, misteriosos y reveladores, entre tantos otros adjetivos.

También se sueña despierto, como le sucedió, con terribles resultados a la bella Keiko, cuando, compartiendo emociones íntimas con el joven Oki, se desplazó sin querer al terreno de lo onírico y entonces pronunció lo inesperado, como relata magistralmente el laureado escritor japonés Yasunari Kawabata en el cuento “Un cielo cargado de lluvia”, parte del hermosísimo y ampliamente recomendado libro “Lo bello y lo triste” (Emecé Editores, 2007):

“La muchacha asintió con la cabeza y se dirigió al cuarto de baño. No se oyeron chapoteos, pero cuando regresó se la veía fresca y renovada. Se sentó al tocador y abrió su bolso.

Oki se aproximó por detrás.

–Me he lavado la cabeza en la ducha, pero no encontré más que crema fijadora, y no me gusta su olor.

–Póngase un poco de mi perfume –dijo Keiko, y le tendió un frasquito.

Oki lo olió.

–¿Qué hago? ¿me lo echo encima de la crema fijadora?

–¡Una gotita! –dijo ella sonriendo.

Él le tomó la mano.

–Keiko, no te maquilles.

–¡Me hace daño! –protestó ella y se volvió para mirarlo. Es usted es malo, ¿eh?

–Me gustas tal como eres. Tienes unos dientes y unas cejas tan bonitos.

Tocó con los labios las mejillas ardientes de Keiko. Ella lanzó un gritito cuando su silla se tumbó y la arrastró en la caída. Ahora, los labios de Oki estaban sobre los de ella.

Fue un beso muy largo.

Oki echó la cabeza para atrás para recobrar aliento.

–No, no. No te detengas –susurró Keiko y lo apretó contra sí.

El trató de bromear para ocultar su sorpresa.

–Ni los pescadores de perlas resisten tanto tiempo sin respirar. Te desmayarás.

–Haz que me desmaye…

–Ya sé que las mujeres tienes más energías…

Una vez más la beso largamente. Cuando quedó sin aliento la levantó en vilo y la depositó sobre la cama. Ella se ovilló.

No ofreció resistencia, pero a Oki le resultó difícil lograr que distendiera las piernas. No tardó en comprobar que no era virgen. Comenzó a embestirla con más rudeza.

En ese momento Keiko gimió bajo él:

–¡Ay!...¡Otoko, Otoko!

–¿Qué?

Oki creyó que pronunciaría su nombre, pero su vigor cedió al advertir que nombraba a Otoko.

–¿Qué has dicho? ¡Otoko! –Su tono era frio.

Ella se hizo a un lado sin responder.”

*Imagen: "Osaka", bello personaje del manga "Azumanga Deioh", soñando despierta...

Saturday, November 07, 2009

Confesiones oníricas

Sucedió hace mucho tiempo, pero el recuerdo de las escenas permanece en mí, como tinta indeleble.

Recostaba mi cabeza sobre sus piernas para descansar un poco, luego de un arduo día de trabajo. Sucedía lo mismo cada vez. Terminaba en los brazos de Morfeo. Tardaría unos diez minutos. Reparador para mí. Automático. Posar mi cabeza y perder el sentido.

En esos diez minutos hablaba en sueños. Coherente. Perfectamente audible. Como pasar un fragmento de la película de mi vida. Confesión involuntaria. Al despertar, ella preguntaba por nombres, situaciones en las que, a todas luces, no había estado presente. “¿Cómo sabes?”, sorprendido, inquiría yo. “Lo has dicho todo hace poco, mientras dormías”, me respondía ella. Nunca supe la causa de la alquimia del momento, pero, apoyada mi cabeza sobre esas hermosas piernas, confesaba, en cortas escenas, diversos aspectos de mi pasado. Hechos recientes y no tan recientes. Nunca supe todo lo que dije. Tenía que limitarme a lo que ella me relatara. No recordaba haber soñado con nadie, de nada.

Y no era común que yo hablara dormido. Nunca nadie me comentó sobre eso. Ni mi hermano, ni mi madre. Pero sobre esas piernas entraba en trance. Un trance divino. Como perder el sentido. Completamente reparador. Diez minutos quizá. Suficiente para contar una historia, o un episodio de la misma, con lujo de detalles, y nombres de personajes y lugares. Recuerdo que el cuerpo estaba horizontal a excepción de la cabeza, que reposaba inclinada sobre las preciosas piernas. Muchas veces abría los ojos y podía ver que me miraba con atención, como escuchando. Yo no tenía idea del tema sobre el cual hablaba, ni siquiera del hecho de que, segundos antes conversaba espontáneamente, trasladado en el tiempo, con otra persona, en otro lugar, y en otra situación.

Cuando me preguntaban, por los nombres de las personas y los lugares, podía rememorar el hecho acontecido, y cuando volvía a relatarlo, esta vez en plenas facultades sensoriales, ella, asintiendo, me decía: “eso es justo lo que acabas de decir mientras dormías”.
La situación se repitió muchas veces. Y hablé sobre muchas cosas. Pude haber dicho algo inapropiado alguna vez, pero nunca me lo dijo. Ni pareció molesta, al despertar. Más bien, y eso puedo recordarlo claramente, parecía sorprendida de la misteriosa situación, yo hablando, contando, conversando con alguien que no estaba presente allí, y al mismo tiempo, corporalmente entregado a los brazos de Morfeo. Confesiones oníricas…

*Imagen de www.oddee.com