Tuesday, June 16, 2009

La falda las hace más femeninas.


En esta época de igualdad de sexos, los pantalones se han impuesto como prenda de uso común de ambos sexos. Sin embargo la falda conserva un atractivo sin igual. A muchos se nos va la mirada cuando vemos a una mujer vestirla con elegancia. Es una prenda hermosa, que hace juego con las piernas femeninas, trayendo como resultado una combinación fatal.

Hace veinte años se usaba mucho más que en estos tiempos. Algunas modas como las del jean han influido mucho en esto. Muchas consideran al pantalón mucho más práctico para llevarse en el día a día, debido al ajetreo de la vida moderna. Sin embargo, con el uso de la falda, la mujer rescata y mantiene el garbo, la elegancia, la gracia al caminar.

Suelo asociar el caminar de una mujer vistiendo la falda con el sonido aterciopelado y melodioso del clarinete. No me pregunten porque. Es algo muy bonito y mis sentidos lo asocian a algo que también es hermoso.

Y en cualquiera de sus formas, la falda nos permite degustar ese toque femenino de la mujer que muchas veces está escondido o invisible, y que al aparecer, deja ver esa magia, esa gracia o garbo que sólo ellas tienen, y que nosotros disfrutamos enormemente.

Saturday, June 13, 2009

Una rama verde


"Quien conserve una rama verde en su corazón verá posarse un pájaro cantor."
Proverbio chino
*Imagen de Stempel Jetje, fotógrafa holandesa.

Tuesday, June 09, 2009

Cougar, de la edad y la atracción...


“Cougar” es un termino coloquial del inglés que designa a una mujer de edad madura que persigue sexualmente a hombres cuyas edades oscilan alrededor de 8 años por debajo de la suya.
La palabra en cuestión se ha puesto de moda, al punto de que la revista “Time” la incluyó en el “top ten” de las palabras en boga del año 2008 en Estados Unidos.

No tiene nada que ver con MILF (mamá a la que me gustaría follarme), otro término que designa a una mujer madura, considerada como sexualmente atractiva.

El término “cougar” ha sido tildado de ofensivo y machista por una parte de la sociedad. Sin embargo, hay otros que consideran que es más bien un signo positivo de la creciente aceptación por la misma sociedad del atractivo sexual de las mujeres maduras.

Está claro que lo mismo puede ocurrir a la inversa, es decir, que el fenómeno ocurra entre un hombre maduro y una mujer mucho menor que él.

El término acuñado por la Sociedad Americana de Psiquiatría para estos menesteres es anisonogamia, que significa atracción sexual por una pareja sexual mucho más joven o mucho mayor.

El tema se describe muy bien en la afamada canción “Caballo Viejo”, de Simón Díaz, la misma donde “quererse no tiene horario ni fecha en el calendario cuando las ganas se juntan.” Queda claro.

“El potro da tiempo al tiempo porque le sobra la edad, caballo viejo no puede perder la flor que le dan, porque después de esta vida no hay otra oportunidad.”

Y la cosa puede llegar a extremos donde se rompen los esquemas mentales de las personas, tal como lo describe con maestría el premio Nobel japonés Yasunari Kawabata en su novela “Mil Grullas” (Emecé Editores, 2004). Allí, Kawabata nos describe con agudeza la siguiente escena entre el joven Kikuji y la señora Ota:

“La señora Ota tenía al menos cuarenta y cinco años, unos veinte años más que Kikuji, pero logró que él olvidara su edad cuando hicieron el amor. Kikuji sentía que tenía entre sus brazos a una mujer más joven que él mismo. Al compartir una felicidad que provenía de la experiencia de la mujer, Kikuji no sentía nada de la reticencia bochornosa de la inexperiencia. Sentía como si fuera la primera vez que conocía a una mujer y como si por primera vez se conociera a sí mismo como hombre. Era un extraordinario despertar. Nunca había imaginado que una mujer podía ser tan enteramente dócil y receptiva, una pareja que lo acompañaba y, al mismo tiempo, lo inducía a sumirse en una fragancia tibia.”
*Imagen: cartel del musical "Cougar", actualmente en exhibición en La Gran Manzana (New York City), presentando a la talentosa actriz y cantante Donna Moore (http://www.donnamoorediva.com/).

Saturday, June 06, 2009

La mosca en el vestido


La mosca en el vestido...
Hoy lo luces tú, flamante,
fastuosa celebración.
Pero ayer fue mío.
Lo vestí, a mi manera, pero lo vestí.
Toda una noche lo disfruté.
Toda mi vida soñé con hacerlo.
Con rodearme de glamour.
Pero ya todos saben lo que me ha tocado.
Triste vida la mía.
Mejor no entrar en descripciones.
Un día amanecí con ganas de cambiar.
De ser diferente.
De vivir diferente.
Y volé, volé, volé, volé.
Prometí nunca parar hasta no ver glamour alrededor.
El glamour, como la tos y el dinero,
No pueden ocultarse.
Supe que era el lugar.
Entré furtivamente a la tienda.
Volando rauda y veloz.
Esperé oculta a que todos se fueran.
Tenía que ser mi noche.
La noche.
Tuve todo el tiempo para escoger.
Me decidí por el amarillo.
Es lo que luce, dicen.
Lo verde se da en todas partes.
Y me vestí, glamorosa, toda yo.
Muchos vinieron a verme, asombrados.
Los miré con desdén desde la vitrina.
Mi vitrina.
¿Acaso no lo merecía?
Soy criatura de Dios, como ustedes, les dije.
Sin perder el glamour.
Claro, era mi noche.
Qué noche la de anoche.
Hoy lo vistes tú.
Pero ayer fue mío.
En una noche tan linda como esta…

Wednesday, June 03, 2009

Del libro de las ausencias...


"Arribaràs a ser una part tan íntima / de mi mateix que al capdavall la mort / se t´endurà de nou quan se m´endugui", ("Llegarás a ser una parte tan íntima / de mí que al fin la muerte / se te llevará de nuevo cuando se me lleve").

El poema anterior es del catalán Miquel Marti i Pols, quien lo dedicó a su esposa fallecida, y es, ni más ni menos, que el poema favorito de Pep Guardiola, el hombre del momento, entrenador campeón con el F.C. Barcelona.

Lo leí este domingo en el diario “El Nacional” de Caracas, que publica un artículo original de “La Nación” de Argentina. Cuanta profundidad en ese fragmento del poema. De cuando dos en realidad son uno solo...

Sunday, May 31, 2009

Beatriz, el menú y los idiomas...


A propósito de mis posts titulados “El Chop Suey agradecido” y “El menú y la ortografía” , mi hermana Beatriz me ha enviado un e-mail/comentario que, amén de parecerme a lugar, me hizo pensar –guardando las distancias, claro está -en aquella famosa columna de Anibal Nazoa en el diario “El Nacional” titulada “Aquí hace calor”, por lo graciosa, punzante y original. Aquí se la dejo publicada para que disfruten también ustedes de los vericuetos en que nos meten los idiomas:

Astutamente inteligente eso de combinar las “grasias” (craso error del editor de la carta-menú) con el chop suey para el título de este reportaje.

Te comento que, en principio, el asunto luce jocoso, pero si nos ponemos profundos… fíjate que hiciste una pregunta: ¿Será que no es tan importante llamar a las comidas por su nombre de creación?

A ella te respondo que en mi opinión es importante llamar las comidas por su nombre original, sin embargo es válido adaptarlas al idioma local. No te extrañe que haya sido un chino quien hizo esa adaptación del chop suey, pues así, chosué, lo tendrían que escribir ellos mismos en nuestro idioma. De hecho ya está usando símbolos que no le son propios.

A mí particularmente me encanta esa adaptación y no que nos veamos obligados a leer y a la vez pronunciar en perfecto francés el cordon blue o el soufflé o el foie gras (cordon bluú, suflé o fuagrá). Si no digerimos el inglés, segurito que pronunciaremos roastbeef con todas sus letras en vez de decir rostbif. Si no masticamos el italiano, tendremos que tragarnos los spaghetti o fetuccini (spagueti o fetuchini), cuando nuestra tendencia es decir espaguetis o fetuchinis. Ah, y al momento de beber podemos destrozar a una botella de refrescante caipirinha (caipiriña) y, si nos alcanzan los realitos, a un elegante champagne veuve clicquot ponsardin (champaña la viuda, familiarmente).

Al leer usamos, por lógica, los sonidos castellanos y al pluralizar automáticamente usamos ‘s’ o ‘es’. No quiero ni hablar del enredo cuando el bendito menú es marroquí, coreano, indio, tailandés, senegalés, japonés… se pierde uno entre babaganush, sushi, yakitori, tabbule, falafel, labne, hummus, fattoush, kibbes, chutney de mango o de tamarindo, cous-cous, ashura, chanclish y rotí.

Afortunadamente hay menús amigables que guían la selección explicando: ceebu jen (arroz con pescado), entonces uno puede señalarle con el dedito al mesonero que eso es lo que quiere comer, pero en caso contrario, estamos en todo nuestro derecho a preguntar y los mesoneros, o el chef, están (deben estarlo) siempre dispuestos a echarnos el cuento.

El lenguaje es dinámico y acepta todas esas variaciones, hermanito. Se deja la palabra tal como está con pronunciación y todo (pizza es pizza), o se traduce el significado (los noodles son fideos), o se toma la fonética de la palabra y se la reescribe (fondue es fondiú).

El béisbol es, a mi parecer, un buen ejemplo de las “ganancias” que ha tenido nuestro idioma, ir de baseball a béisbol nos llevó al jonrón, al flaicito, al ponche y sus víctimas que son los ponchados (ponchaos). ¿Recuerdas que cuando éramos chicos comprábamos chicle (chiclet) baseball desde la b hasta la l? Sí, pedíamos un “basebal” y no un chicle béisbol. Esa era la lectura perfecta para unos infantes como nosotros que recién empezábamos a usar el castellano.

Ya de por sí, al transcribir del chino, árabe, tailandés, ruso, griego al castellano incurrimos en serias modificaciones de los originales, pues, para esas culturas son otros los símbolos que se utilizan para escribir.

Me parece que es un perfecto favor que ese chinito haya usado “chosué” partiendo del sonido y llegando a su escritura en castellano, porque lo correcto sería usar caligrafía china y en ese caso estaríamos en graves aprietos… y con hambre…

Saturday, May 23, 2009

Adiós Maria Amelia!


Hoy apenas me enteré de la ingrata noticia. La abuelita blogger, Maria Amelia López murió este miércoles 20 de mayo de 2009. La blogger más anciana, reconocida con entrevistas de muchos diarios importantes del mundo, leída por gente de China y más lejos, la mata de la dulzura y el cariño hacia nosotros, sus "blogueriños", nos ha dejado, y ahora bloguea desde el cielo.

Su blog, "amis95.blogspot.com" fue un regalo de cumpleaños hecho por su nieto en diciembre del 2006. Y desde el principio le encantó bloguear, comunicarse con todos, descubrió que tenía muchos amigos en todas partes e hizo del blogging parte de su vida diaria.

Dios te bendiga siempre María Amelia, nuestra abuela blogger, ¡nunca te olvidaremos!

Sunday, May 17, 2009

Una oración por la lluvia


Es el título del más reciente libro que ha caído en mis manos. Se trata del testimonio de un reportero polaco, Wojciech Jagielski, fruto de diez años de visitas a Afganistán. De ese libro dijo Ryszard Kapuscinski “¡Qué libro tan extraordinario, emocionante y bello!”. Es uno de los regalos de cumpleaños que recibí de alguien que me aprecia mucho y me entiende, porque yo tenía muchas ganas de leerlo.
Me mata la curiosidad por saber de Afganistán, un país cuya área es equivalente a la del estado de Texas, en Estados Unidos, que fue invadido por los rusos, quienes se mantuvieron allí por diez años, en apoyo de un régimen comunista imperante en esos años hasta que se vieron obligados a retirarse, diezmados por la guerra de guerrillas a la que estuvieron sometidos. Un país cuya geografía montañosa en un 75% no le permitió mayores libertades a los rusos para desarrollar su ofensiva. Un país cuyas tierras cultivables cubren apenas el 12% del territorio. Luego de la salida de los soviéticos se impuso un régimen islámico que fue desalojado del poder por una coalición internacional liderada por Estados Unidos, que no las han tenido fáciles, por razones similares a las que provocaron la salida de los rusos.
El país tiene una posición geopolítica interesante para las grandes potencias pues, entre otras razones, es un país que acorta enormes distancias a los gasoductos que suplen a Europa. Posee inmensas riquezas minerales no exploradas en su totalidad ni explotadas aún, como petróleo y gas.
Es el mismo país donde en 1984 el fotógrafo Steve McCurry, de la revista National Geographic, tomó la imagen de una chica de ojos verdes, refugiada de guerra, llamada Sharbat Gula, una de las portadas más famosas de todos los tiempos para la revista. Mc Curry se tomó la idea de buscar la chica a posteriori, y de hecho al consiguió en 2001.
El mismo de la destrucción, por el régimen talibán, de unas estatuas de Buda que datan de hace más de 1500 años, las cuales están ahora en proceso de reconstrucción. El lugar de la destrucción de las estatuas es Bamiyán. Supe de ese lugar en 2001, mientras me encontraba en Yokohama, Japón. Era el nombre de un restaurant de comida asiática extraordinario, cuyos empleados no pudieron satisfacer mi curiosidad sobre el nombre por ser de origen chino y no hablar japonés ni inglés. Allí, en ese sitio, quien habla es la extraordinaria comida, pero ese es tema de otro post.
Lo cierto es que me quedó el nombre de Bamiyán en la mente hasta que pude investigar y descubrir que se trataba de un lugar en Afganistán, considerado patrimonio cultural de la humanidad, gracias a los Budas esculpidos en piedra. Se encuentra en la famosa ruta de la seda, y muy cerca de la hermosísima región de Cachemira, tan bella como conflictiva a través de los años.
Otro caso que puso a Afganistán en el foco de mi atención es el hecho de que allí se dice que se oculta Osama Bin Laden. La CIA ha utilizado a científicos norteamericanos que han investigado en sus montañas para tratar de descifrar el paradero de Bin Laden, de acuerdo con el tipo de roca de las montañas que se observan como fondo en sus videos transmitidos por la cadena Al Jazeera.
El libro ”Una oración por la lluvia. Historias de Afganistán” (Random House Mondadori, 2008) ha venido a cubrir un vacío, una asignatura pendiente. A juzgar por la rica prosa de sus comienzos, creo que lo voy a disfrutar bastante.

*Imagen: Steve McCurry en "National Geographic".

Sunday, May 10, 2009

Lo que quería Alejandro...


Cuenta la leyenda que Alejandro Magno, gran guerrero y conquistador, estando en vísperas de su muerte, hizo llamar a sus generales, llamados diádocos, para comunicarles sus tres últimos deseos.

Una vez venidos todos a su lecho, y rodeado de ellos, procedió a enumerar sus requerimientos postreros:

1.- Que su ataúd fuese llevado en hombros y transportado por los mejores médicos de la época.

2.- Que los tesoros que había conquistado durante toda su vida (plata, oro, piedras preciosas) fuesen esparcidos por el camino que llevaba hasta su propia tumba.

3.- Que sus manos quedaran balanceándose en el aire, fuera del ataúd, y a la vista de todos.

Uno de sus generales, asombrado por tan insólitos deseos, tuvo a bien preguntarle a Alejandro cuáles eran las razones para semejantes deseos.

Acto seguido, Alejandro argumentó:

1.- Quiero que los más eminentes médicos carguen mi ataúd, para así mostrarles a todos, y a ellos mismos, que no tienen, ante la muerte, el poder de curar.

2.- Quiero que el suelo sea cubierto por mis tesoros para que todos puedan ver que los bienes materiales aquí conquistados, aquí permanecerán, y no se irán con ninguno de nosotros, simples mortales.

3.- Quiero que mis manos se balanceen al viento, para que las personas puedan ver que así como vinimos a este mundo con las manos vacías, de igual forma nos iremos, cuando se nos termine el más valioso tesoro que poseemos, que no es otro que el tiempo.

Friday, May 01, 2009

Hablar sobre uno mismo...

Lo difícil de hablar de uno mismo consiste en que lo que se dice pasa, inevitablemente, por el filtro de nuestra visión subjetiva de lo que se vive o dice. Así que la realidad que describimos queda automáticamente desvirtuada desde el mismo instante en que comenzamos a describirnos, a relatar quienes somos.

Pero, ¿y quién mejor que nosotros mismos para describirnos? Mucho más cuando el auditorio no nos conoce. Todo un dilema que resolver.

Hace poco tuve frente a mí a un sujeto que se describió rápidamente como un hombre feliz. Mientras él se describía como tal, yo lo miraba directamente a sus ojos, y lo que ellos me transmitían no parecía tener puntos de acuerdo con lo que decían sus palabras. Sus gestos, su expresión facial lo desmentían categóricamente. Lo miré mientras me hablaba y sólo atiné a preguntarle a qué hecho atribuía él mismo ser un hombre feliz.

Su respuesta me sorprendió, no sé si por la prontitud de la misma, por el divorcio que representaban sus palabras con su comportamiento diario o por otras razones que harían muy larga esta divagación. Esbozó como causas de su felicidad una serie de factores de índole material. ¿Será posible? Aún así, su expresión corporal parecía no soportar lo que estaba escuchando de sí mismo. Su rostro se desdibujó ante mí. Yo solamente observaba. Y aprendía sobre lo complicada que puede llegar a ser en oportunidades la conducta humana.

Este es sólo un ejemplo que se repite a menudo. He tenido ante mí individuos que han pasado hablando de sí mismos más de una hora, sin percatarse que la razón principal de su presencia allí era el diálogo, y nunca el monólogo interminable sobre sí. He sido paciente, los he escuchado, y me he puesto luego a pensar y reflexionar sobre la conducta de nosotros, los humanos.

A mi escritor favorito, Haruki Murakami, no le gusta hablar de sí mismo. Es reacio a dar entrevistas, quizá por el mismo motivo. Y es su característica mostrar, según mi propia interpretación, en boca de sus personajes, rasgos importantes de su propia personalidad. Son rasgos muy interesantes desde mi punto de vista. Pienso a futuro escribir un post sobre lo que para mí son esos rasgos personales interesantes del escritor, mostrados a través de los personajes de sus obras.

En “Sputnik, mi amor”, una de sus obras, nos confiesa a través del protagonista, un profesor de primaria, las razones por las cuales rechaza hablar de sí mismo.

El profesor dice que cada vez que le toca hablar de sí mismo se siente confuso. Se ve atrapado en la clásica paradoja a la que conlleva el contestar a la interrogante de “¿Quién soy?”.

“Si se tratara –dice- de simple información, pues nadie mejor que yo para dar todos los detalles. Sin embargo, cuando hablo sobre mí, ese yo de quien hablo queda automáticamente empobrecido, limitado y condicionado precisamente por ese otro yo, que soy yo mismo, ¿victima de quién? Pues de mi propio sistema de valores, de mi sensibilidad, de mi capacidad de observación, y de otros condicionamientos. Por lo tanto, ¿hasta qué punto se ajusta a la realidad ese yo que retrato? Sin embargo, he visto otras personas que no parecen sentir el mismo temor cuando se trata de hablar de sí mismos. Se describen sin ningún pudor como seres sinceros y francos, y luego, a la vuelta de la esquina, he visto a esos mismos “sensibles” innumerables veces herir, así sin más, los sentimientos de los demás. Estas son cosas que me llevan a pensar sobre qué es lo que en realidad sabemos de nosotros mismos”.

Lo cierto del asunto es que cada vez que nos encontremos ante la disyuntiva de hablar sobre nosotros mismos tratemos de ser lo más objetivos en nuestras descripciones y al mismo tiempo, lo que decimos debe estar en completa armonía con lo que transmitimos a los demás, que en oportunidades nos describe mucho mejor.
*Fotografía: Leeni en Flickr.com

Sunday, April 26, 2009

Carretera...

Recorrer los caminos de montaña es una experiencia sensorial. Cuando estás en el valle, presto a comenzar, el paisaje imponente de las montañas te envuelve, se hace dueño de ti, todo un preámbulo de lo que vendrá.

Cuando subes, comienzas a notar el cambio en la vegetación, en la temperatura ambiente, en el temperamento de la gente, en la cercanía de las nubes, la neblina, el rocío que se posa sobre las hojas y las flores, dándoles esa sensación de frescura eterna.

A medida que vas serpenteando la montaña, cada paisaje que aparece frente a ti es sobrecogedor, paralizante, sublime. Te invita a detenerte, a contemplar, a divagar, a pensar en cosas buenas para ti, para los tuyos, para tu tierra, para La Tierra.

Y poco a poco, esos caminos, llenos de historias, se van haciendo parte indispensable del paisaje, el cual deja de concebirse sin ellos.

Esos hermosos caminos de montaña me invitan a pensar en positivo, las ideas se aglomeran en mi mente, como queriendo pasar a ser protagonistas del momento que se vive.

La gente que te encuentras en esas alturas es diferente. No escatiman en regalarte una sonrisa, en ofrecerte un trago para acomodar el cuerpo a esas temperaturas tan bajas, en conversar contigo de la belleza de los paisajes, que de tanto vivir allí no les aburre, pues siempre consiguen un detalle, una variación, que va desde unas hortensias en floración hasta la emoción de la última nevada, que no se olvida.

Sobre estos caminos cantaba una vez el tío Simón Díaz:

“caminos, caminos,
yo sé de muchos caminos,
que se van a la montaña,
y se pierden en las sombras,
huyéndole a una mirada”

El tío, que no pierde detalles, nos cantó esa melodía, y yo la llevo presente en todo momento, en el mismo serpentear de los caminos de la montaña, en la hermosa mirada de la gente que puebla sus orillas.

Otro Maestro, Aldemaro, nos recreó sus imágenes en ritmo de Onda Nueva, ¡que belleza!
"Carretera, acórtate carretera
Que me ahoga la distancia
De qué manera, de qué manera.


Cementera, perdóname cementera
Si tumbo la flor del llano
Con mi carrera, con mi carrera.


Gavilanes en las nubes
Vayan hasta la rubiera
Y me traen por los cabellos
A Isabel María Contreras
Mi catirita llanera.


Carretera, remonta la cordillera
Antes de que me convierta
En tolvanera, en tolvanera."

Saturday, April 25, 2009

Brownie con helado

Ese postre tan divino que es el brownie, calientito, cubierto con helado de vainilla, es una delicia, mucho más cuando se hace bien, con cariño. Es lo divino de los contrastes, el blanco y el negro, el frio y el calor, lo blando y lo duro. El brownie, invento estadounidense, se cree que nació por causalidad cuando un cocinero olvidó colocar levadura a una torta de chocolate. ¿De quién sería la idea de cubrirlo con helado de vainilla? Un genio ha debido ser. ¡Delicioso!



Del "Eco-Bus" en San Cristóbal, Táchira, Venezuela


Torta de chocolate, con sabor a brownie, del "J. Alexander´s" en Houston, Texas, USA.

Saturday, April 18, 2009

El Eco-Bus

Es el eco-bus. Lo conseguí a más de 800 km de mi casa. Quizás estaba previsto que yo estuviese allí, y conociese a mi anfitrión, Oscar Padrón, el chofer del autobús.

Cómo la creatividad puede hacer que alguien, con tan poco, logre tanto. El sitio, alrededor, es maravilloso. Está enclavado en terrenos del Parque Nacional “Chorro del Indio”, es San Cristóbal, Táchira, Andes de Venezuela. Todo es follaje y neblina, montañas, caídas de agua y espectaculares vistas.
Allí me esperaba el Eco-Bus. De fondo Louis Armstrong en sus primeros tiempos, con los Hot Five. Cuando le pregunto a Oscar, señalando el origen del sonido musical maravilloso: -¿y eso? –me responde con total naturalidad: -eso es el combustible del Eco-Bus. Nada menos, jazz.

Oscar, como si fuese poco, cocina y realiza unos postres espectaculares. Me decidí por un standard, brownie con helado, mmmmm, el de él es especial.
Lugares como éste hay pocos, y se hacen con ingredientes simples pero que poco abundan en estos tiempos, mucho menos en combinación: amor y creatividad.


Me despedí, y me fui alejando y escuchando el fondo musical de Armstrong, que fue disminuyendo con la distancia, hasta confundirse con el ruido del follaje, sencillamente hermoso…
*Si alguna vez andan por estos lares de Táchira, acérquense. Oscar Padrón los recibirá con mucho cariño cada domingo. El Eco-Bus se encuentra en el km 5, sector Loma de Pío, via Chorro del Indio, San Cristóbal, Estado Táchira, Venezuela.


Saturday, April 11, 2009

Lectura y vino...

La semana pasada leía en una revista dominical una entrevista que le hicieron al asesor de la cava de vinos del restaurante “Le Gourmet” del hotel Tamanaco de Caracas, Ettore Perin, y entre los consejos que daba en la entrevista me gustó especialmente aquel donde dijo que “hay que tener un sacacorchos y ganas de probar, lo mejor es no quedarse con un mismo vino y una misma marca”.

Excelente el consejo, aplica para los vinos y también para la lectura. Hay que tener apetito literario, ganas de leer diversos autores, no creer en estereotipos ni dejarse llevar por lo comercial, lo que más se vende. Como cuando se encuentra un buen vino, hay que saborearlo, paladearlo, disfrutar de su aroma y suavidad, así debería hacerse con los buenos libros; con la buena música, hay que mirarlos con profundidad, degustarlos, sumergirse en ellos, y finalmente queda un “after taste” que los define, que los dibuja con tinta indeleble en nuestra memoria.

En esas ando con la lectura. Últimamente han pasado por mis manos diversos títulos. “Nido de Serpientes. Memorias del hijo del heladero” de Pedro Juan Gutiérrez (Anagrama, 2006); “Profesora, ¿Cómo se escribe futuro?” de Margret Greiner (Maeva Ediciones, 2005); “Gomorra” de Roberto Saviano (Random House Mondadori, 2007), “La maravillosa vida breve de Oscar Wao” de Junot Díaz (Random House Mondadori, 2008); “Crónica del pájaro que da cuerda al mundo” de Haruki Murakami (Tusquets Editores, 2006) y la que acabo de terminar, “Sputnik, mi amor” de Haruki Murakami.

Y es precisamente allí donde se rompe el molde. Donde la regla tiene su excepción. Donde el consejo de Perin, cuando lo aplico a la lectura, pierde un poco el sentido. Es que me declaro fanático de las novelas de Murakami, mi autor favorito. He disfrutado hasta la última gota cada una de sus obras traducidas al español por Lourdes Porta con Tusquets Editores. “Tokio Blues. Norwegian Wood”, “Al sur de la frontera, al oeste del sol”, “Kafka en la orilla”, “Crónica del pájaro que da vuelta al mundo” y “Sputnik, mi amor”.

Siento que este autor interpreta en mucho mi forma de pensar, por lo que rápidamente me identifico con su prosa. Su forma de mezclar lo real con lo irreal es fantástica. Los personajes de sus novelas son únicos, las tramas son difíciles de intuir, lo que hace que te mantengas pegado a su deliciosa prosa, sorprendiéndote a cada instante, en cada situación.

Murakami se encarga de que vivas las situaciones, que te hagas partícipe de ellas, la sufras o la disfrutes según sea el caso, llegas a ver los personajes de tan bien que los describe, los paisajes, los sitios de ubicación, y eso es algo que muy pocas veces me pasa con esa intensidad.

Ni siquiera me atrevo a recomendar alguna de sus obras en particular. Cualquiera tiene el mismo efecto. Fascinante. Adictiva. Impresionante.

Un amigo me trajo desde España su última novela, traducida al español, “After Dark” (Tusquets Editores, 2008). No creo que sea diferente el efecto. El genio que la escribe es el mismo. Sé que la voy a disfrutar.

Se les quiere mucho por estos lares de Dios!

Saturday, April 04, 2009

Se me ha perdido un país...


Esta joya de prosa narrada por Gonzalo "Chile" Veloz la escuché esta semana en el programa de radio matutino de José Domingo Blanco en 99.1FM de Caracas. Lo grabé y lo transcribí para él, y me tomé la libertad de dejárselo a mi gente bonita. Espero lo lean con detenimiento. Quizás puedan ayudar a encontrarlo...




“Se me ha perdido un país”





Fui a buscar mi país, y no lo encontré. Y luego de varios intentos, me senté a pensar cómo le decía a la gente cual era el país que se me había perdido...



Luego de unos minutos les dije: “Mi país, el país que estoy buscando es muy hermoso. Está lleno de gente buena y cariñosa, y sus riquezas son infinitas. Que yo recuerde, es un país donde las frutas se pueden tomar directamente de los árboles y las flores crecen solas por doquier.”
Así y todo, nadie me sabía decir dónde estaba mi país, y mucho menos de cual país hablaba.



Volví a pensar cómo hacerles comprender, y seguí hablando: “Es un país noble, forjado por hombres justos y honestos a costa de esfuerzos increíbles, y sacrificios no menos importantes. Simón, uno de esos hombres justos, prácticamente dejó su vida por la existencia de éste país. Y como él, Antonio José, Francisco, Andrés, José María, Pedro, en fin, muchos, muchos más, también dieron lo mejor de sí para que este país tuviera una existencia llena de gloria, y mereciera el respeto, no solo de sus propios habitantes, sino de otros países.”



A medida que les hablaba, mi emoción por describirles el país que había perdido se hacía más grande. “Miren –les dije –si será grande mi país, que le tocó vivir momentos de conflicto entre sus propios hijos y logró salir adelante, no para continuar su existencia, maltrecho y agotado, no, por el contrario, renovó su vigor, y emprendió una carrera meteórica que lo llevó a quitarse de encima el yugo que lo oprimía, y eso fue ejemplo para que otros países hicieran lo propio, ayudados por nuestros hombres justos. Esos hombres justos se nos fueron, pero su ejemplo quedó para que otros los siguieran, y así otros nombres tomaron esos puestos de vanguardia: Arturo, Carlos, Enrique, Teresa, Isaías, etcétera; y esos hombres y mujeres también estuvieron conscientes que su vida tendría más valor en tanto ése país, mi país, siguiera adelante.



Pero, algo ocurrió en alguna parte, en algún momento, que mi país comenzó a desvanecerse. Y cada año que pasaba se hacía más difícil reconocerlo. Su gente se iba transformando en extraños, de extrañas costumbres, de extrañas apariencias; y esos extraños comenzaron a romper mi país, robar mi país, complicar mi país, acabar mi país, y nadie dijo nada. Y nadie hizo nada. Y nadie quiso saber nada de nada. Y todos se hicieron los locos ante la locura que enloquecía mi país. Y todos se hicieron los sordos ante los gritos de agonía larga y lenta que daba mi país. Y todos, al contrario de salvar a mi país, de curar sus heridas y morir con él si era necesario, tomaron, cada quien, un pedazo de mi país y se lo llevaron a su casa, una casa que, seguramente, no estaba en mi país sino en otros países...”



Y, al llegar a este punto, la gente que me escuchaba desde hacía un rato, me miraron como si yo estuviera loco. Como si mi razón de llorar por éste país que se había perdido era algo que no tenía lógica. Y digo llorar por mi país porque, al llegar a ese punto de mi explicación, sin darme cuenta, estaba llorando; llorando de tristeza, de furia, de impotencia, de dolor, porque, al ver sus caras, y ellos ver la mía y darme la espalda y marcharse, me di cuenta que más nunca iba a encontrar mi país…



Ha pasado algún tiempo de esto que les cuento. Y ya por mi calle, la gente al verme pasar murmura: “Ahí va el loco ese que dice que se le perdió un país, ¿habráse visto? Como si un país se pudiera perder.”



Por favor, si alguien encuentra mi país, avíseme, díganle que yo lo busco, que lo quiero y lo extraño, y que posiblemente, sin él, para mí ya no tenga sentido vivir…



*Imagen de www.geology.com

Saturday, March 28, 2009

El cielo es el límite





* Fotografías de mi autoría.

Sunday, March 22, 2009

En la barra...


Diálogo en una barra...
M: ¿Viste la última?
O: La última ¿Qué?
M: La última noticia…lo del padre que violó a su propio hijo de 7 años…
O: Cómo va a ser…
M: Pues sí, sucedió en Maracaibo. Y lo peor del caso es que el victimario estuvo preso en Barquisimeto por un caso similar. Sin embargo su esposa decidió esperar a que saliera de la cárcel y casarse con él, porque, a sus 37 años, y en sus propias palabras, dónde iba a conseguir un marido de 25 años…
O: Parte del desespero, ya que, según algunas, aquí no hay hombres, o están casados o son gays…
M: Son verdades a medias. Bien decía un gran amigo mío: “No hay hombre que no la pida, ni mujer que no la de…lo importante es el tiempo y las circunstancias”.
O: Muy cierto. Y a mí me parece que las mujeres están en su esplendor entre los 30 y los 50. Es su mejor época, cuando realmente saben lo que quieren.
M: Si ella, la del cuento, te hubiese escuchado, otro gallo cantaría, jajajaja.
O: No te rías que es serio. El problema va más allá. Tiene que ver con la pérdida de valores. O la inversión de los mismos.
M: Ciertamente. El ambiente que rodea a esa gente loca cuando son niños no ayuda para nada. Y cuando llegan a grandes, bueno. Mucha promiscuidad. El abuso crece como la hierba alrededor. Hay miedo. Impunidad ¿Qué tal tu whisky?
O: ¡Excelente! Le soy fiel desde siempre.
M: Jajajaja, a algo le eres fiel, jajaja.
O: No le veo la gracia. Ni siquiera la ventaja.
M: ¿Por qué? Me miraste como preocupado…
O: Más bien triste. Me enteré ayer que Joe, una amiga que se gana la vida trabajando muy duro, fue abandonada por su marido. Joe que no mira a los lados. Joe que le era fiel hasta la muerte al condenado. Joe que se quedó sola con sus dos hijos pequeños. Joe que me entristece. Joe con su espíritu. Joe la luchadora…
M: ¡Yaaaaa! ¿Y a cuenta de que se ha ido el tercio ése?
O: Hace como dos meses le dijo que le había salido trabajo en el interior, como albañil, que era su oficio. Salió con su maleta y prometió volver en dos semanas. Nunca lo hizo. Ni llamó. Ni nada.
M: Me suena familiar esa historia ¿Y no pensó en sus dos hijos siquiera?
O: Pues nada sucede siempre como uno lo desearía. Se perdió como estrella fugaz.
M: No hay justicia en este país. No es correcto eso.
O: No todo lo que es justo necesariamente es correcto, ¿sabías?
M: Deja la vulgaridad.
O: No es vulgaridad, sucedió.
M: Sucedió ¿qué?
O: Lo de los dos abogados que se encontraron en el estacionamiento de un hotel. Resulta que cada uno andaba con la mujer del otro precisamente, ¿Qué tal?
M: ¡Noooo!
O: ¡Siiiii! Acto seguido se miraron, el uno al otro, con mucha seriedad. Hubo un silencio abismal. Hasta que uno de ellos rompió el hielo: “Colega, yo creo que lo correcto es que usted se vaya con Mirella y yo me vaya con Metralla, que es mi mujer, ¿no cree usted?”.
M: Diossss!! ¿Y entonces?
O: Pues el otro le respondió sin miramientos que el planteamiento era adecuado. Le dijo: “Lo que usted dice es correcto, pero no es justo”. Entonces el colega de la propuesta inicial lo atajó: “¿Y en que se basa su argumento?”. A lo que su par respondió sin titubear: “El problema es que ustedes dos van saliendo ahorita, y nosotros, como verá, apenas estamos entrando”.
M: ¡Santo Cristo! Definitivamente, estos son fines de mundo.
*Fotografía: La Croqueta Titirimundi, en Flickr.com

Saturday, March 21, 2009

Gobernar


"Gobernar un gran país es como freír un pececillo.
Se arruina si se le revuelve demasiado".
Lao Tse


*La imagen es del extraordinario blog de Alizze, "Platto Gastronómico" (http://cocinandofacil.wordpress.com/). Dense ese gustazo de pasar a visitarlo, mmmmmm!

Sunday, March 15, 2009

Yo, yo, yo.. tu, el, nosotros, vosotros y ellos


Es una actitud que observo mucho alrededor. No se ve por ninguna parte el sentido común. Y eso no nos ayuda a progresar.

Tendemos a vivir en nuestro rincón (apartamento, casa, edificio, empresa) sin importarnos mucho lo que sucede afuera, como si no nos perteneciera, o creemos que si las cosas van bien adentro ¿qué nos puede importar lo que pasa afuera? Craso error.

Es un virus que se esparce por todas las áreas de nuestro diario quehacer. Sea política, trabajo, familia, negocios, deportes y un largo etcétera. Se muestra de diferentes maneras, a saber, individualismo, indiferencia, egoísmo, monopolio y otras tantas.

Debemos detenernos y analizar cuánto daño nos ha hecho esa actitud. Es allí cuando abriremos los ojos y quizás decidamos cambiar.

Un ejemplo tonto, pero no menos verídico, es la actitud que tomamos en una feria de comida (lugar donde confluyen varios sitios de comida rápida y restaurantes, con las mesas de los clientes agrupadas para todos los sitios de expendio) de un centro comercial (mall). Llegamos en grupo, qué se yo, dos tres, cuatro personas. Entonces decidimos el plan, uno o dos toman los pedidos de lo que se va a comer y se dirigen a los sitios de expendio, mientras que el resto hace vuelos rasantes hasta encontrar una mesa o dos, donde acoger al grupo, y se sientan y colocan carteras o bolsas que delimiten nuestro dominio de las mismas.

Mientras la parte del grupo que va en busca de las comidas transcurre su tiempo comprando, escogiendo, pagando o haciendo la fila, la otra parte está sentada ocupando una o dos mesas sin permitir a alguien que ya tiene su comida en las manos, poder sentarse a comerla. A la menor pregunta de “¿puedo sentarme aquí?” contestamos, con autoridad de gendarme, que la respectiva mesa “¡está ocupada!”, obligando a la persona a caminar y caminar, o simplemente esperar a que una mesa se desocupe para poder ingerir su comida, en muchos casos ya fría por el tiempo de espera. Qué fácil se haría todo si siguiéramos el curso natural de las cosas. Mientras alguien hace fila para escoger su comida o pagar, otro utiliza el mismo tiempo para comer, y hasta hacer una pequeña sobremesa, sin alterar el equilibrio de las cosas.

Si aplicamos el mismo ejemplo a una sala de cine, por decir algo, vemos el mismo caso en la persona que “ocupa” seis asientos, colocando objetos al final de la hilera de asientos “ocupados” para esperar a personas con quienes han convenido por teléfono en ir a ver una película en cartelera, sin siquiera saber a ciencia cierta si esas mismas personas invitadas llegarán, o como pudiera ser el caso, no vendrán por cualquier inconveniente suscitado en el camino. A veces vemos con rabia, que a mitad de la película, gran parte de los asientos previamente “ocupados”, permanecen en su misma condición mientras que otras personas han tenido que sentarse separados o en puestos de mucha incomodidad, aun habiendo entrado con anticipación a la sala de cine.

Son ejemplos “ligeros” que aplicados a ámbitos mayores de la vida nos deja ver una actitud que en nada nos beneficia sino que, por el contrario, nos perjudica enormemente como comunidad.
Tenemos que tener más en cuenta que pensar en el otro nos termina beneficiando, a la larga, a nosotros mismos. Solo tenemos que aplicar un poco de conciencia y ello redundará en una mejor calidad de vida. Así pienso… ¿tú qué dices?
*Imagen: Feria de comida en Mall Sambil de Margarita, vía Wikipedia

Saturday, March 07, 2009

Los días fluyen...


Los días fluyen. Poco a poco vamos haciendo las cosas. En estos tiempos difíciles el trabajo se convierte en preparación, en creatividad, lo que redunda en ganas de hacerlo bien, mejor que nunca.

Uno se deja absorber por las cosas que hace, que le consumen el tiempo, y va dejando otras para más tarde, en lista de espera.

Esta mañana, mientras hacía mi rutina de ejercicios, veía a un nutrido grupo de jóvenes estudiantes que realizaban sus ejercicios en la misma área. Sus diálogos me recordaban los míos cuando tenía su misma edad. Cada vez que pasaba cerca de ellos me concentraba en sus voces, en sus caras, en su accionar, y venían a mi mente los míos hace casi 30 años. Parecían palabras trasladadas en el tiempo, cambiando sólo las caras de los protagonistas, qué bonito.

Leo, ese hábito no me abandona nunca, me produce mucho placer hacerlo. ¿Qué leo? “Gomorra” de Roberto Saviano (Random House Mondadori, 2007). Una crónica descarnada sobre la organización mafiosa conocida como La Camorra, de Nápoles, Italia. El autor, Saviano, nacido y criado en Nápoles, describe hechos, lugares, nombres con total conocimiento e información. El libro es impresionante, y le ha costado al autor estar condenado a la clandestinidad, pues ha sido amenazado de muerte tras su publicación.

Pienso también en mi futuro profesional, tengo metas, grandes, difíciles, pero se pueden cumplir, y en eso estoy abocado, estudiando, investigando, trabajando, y apoyándome en las viejas estrategias de los samuráis japoneses. Resumiendo, estoy concentrado en varios puntos, los cuales refuerzo en el día a día. Dichos puntos son los siguientes:

· Prestar atención a los detalles.
· Tomar la iniciativa.
· No dejar nunca de aprender.
· La importancia de la flexibilidad.
· Entrenarse para vencer.
· Estar preparado.

A quien desee saber más le recomiendo el libro “Estrategias Samuráis” de Boye De Mente (Ediciones Tutor, 2006), basado en las enseñanzas de un samurái llamado Miyamoto Musashi, que vivió entre 1584 y 1645. Miyamoto san tuvo su primer duelo a muerte a los trece años y fue una auténtica leyenda en su tiempo. Antes de morir dejó escritas su filosofía, estrategia y tácticas en un libro titulado “El libro de los cinco anillos”.

Lo más importante es trazarse metas, no importa lo imposibles o risibles que parezcan, y perseguirlas con toda la energía del universo.

Recuerdo siempre un programa de radio nocturno de hace unos años, donde un señor llamado Juan Carlos Zapata daba consejos de economía y finanzas, y al final del mismo nos decía: “Sueñen, sueñen mucho, que los sueños se cumplen”. Me quedó grabado en la mente, justo allí donde está la autoestima y la credibilidad en uno mismo. Ya saben que se les quiere mucho por estos lares de Dios…
*Grabado japonés de Miyamoto Musashi, extraído de la página web "Ronin" (ammaryasir.wordpress.com).