Saturday, September 01, 2012

Septiembre



Finalmente llegó septiembre. No puedo ver aquella gama de ocres que dibujan las hojas secas en las calles de algunos lugares. En el trópico las estaciones son imperceptibles.

Aún así, hay algo en el ambiente que cambia cuando llega septiembre. Hay un anuncio invisible, inaudible, pero sensible que lo indica.

Es ahora cuando miramos al retrovisor de nuestras vidas, a ver qué hemos hecho desde aquel abrazo de año nuevo, qué metas nos habíamos planteado y qué cosas hemos hecho o estamos haciendo para lograrlas.

Viene diciembre a paso muy veloz, y a pesar de saber que ya mañana estaremos escuchando música de Navidad, sé también que muchas cosas van a cambiar de aquí a allá.

El ritmo de vida en una ciudad como Caracas es vertiginoso. Todos los días pasan miles de cosas que nos alteran la rutina. Y da la impresión de que todos los días salimos a enterarnos, cuando no somos protagonistas, de lo que pasa alrededor.

Aunque sigamos la misma ruta, aunque abastezcamos combustible en la misma estación, subamos a la oficina en el mismo elevador y nos encontremos casi siempre con las mismas personas, hay cosas, en principio leves, que nos anuncian que algo ha cambiado.

Buenas noticias y malas noticias van cayendo como las hojas de los árboles de los países que están en otoño. Algunas no provocan reacciones pero otras nos paralizan. La niña lucha por su vida. Neil Armstrong ya no está. El niño se graduó. La mujer se fue de vacaciones. El amigo se cortó el cabello. La dama se divorcia. ¿Quién mandó a podar el árbol? No hay agua en las tuberías. El portón se dañó. El tráfico en la ruta secreta está atascado. Mi jefe ya no lo es. Amanecí con diarrea. Qué bello es éste hotel. Robaron en la cuadra. Terminaron los juegos olímpicos. Apple ganó la demanda. Lewis Hamilton muere por las Haribo. Explosión en la Refinería. Se cayó un puente. Hay problemas en el ferry. Rubén Limardo gana el oro. La nieta está embarazada. Me voy a Nueva York. Tiroteo en el Empire State. Mi amiga deja el trabajo. Su esposo se va del país. Mañana lloverá de nuevo. Comienzan las clases. Maickel Melamed va a correr los 5 Majors. Destruí un hormiguero. Las hormigas están furiosas. Coco se exhibe y le toman fotografías (¡Sí!). Obama lee a Franzen. El calentador no funciona. El cura ya no manda en Paraguay. La radiactividad cubre de nuevo a Japón. La luna está redonda como una arepa. Me dio hambre. Llueve mucho en Cumanacoa. Las FARC quieren la paz.

Todo ocurre bajo el leve manto de la rutina. Porque aparentemente nada pasa. Y todo pasa. La rutina esconde el vértigo con el que pasan las cosas. Pero hay cambios. Perceptibles o no. Importantes o no. Los hay. Y los habrá. ¡Atención!

*Imagen: Kari Andresen "Mantén tu cabeza en las nubes y los pies en la tierra" en www.smashingmagazine.com

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