Sunday, November 03, 2013

Las compras, ayer y hoy


Ayer


Hoy

Hoy las cosas son muy diferentes a las de ayer. Hablo de un ayer que puede ser la semana pasada, el año pasado, hace una hora o un lustro.

Recuerdo muy bien cuando mi mamá me llevaba a la Tienda de electrodomésticos de General Electric que estaba en Sabana Grande (Caracas). La atendía siempre el mismo vendedor (Alejo Peña), que se aseguraba de darle a mamá lo mejor que tenía con el dinero que ella podía pagar, o arreglarle una muy convincente fórmula de pago en el tiempo. Luego de la venta, aparecía por la casa a verificar si el aparato fue correctamente instalado y si estaba completamente satisfecha con el producto. Terminaba siendo amigo de la familia y sosteniendo conversaciones de béisbol conmigo, que apenas comenzaba a practicarlo, dándome sus valiosos consejos.

Hoy en día vas a una Tienda y muchas veces no consigues a los mismos vendedores de la semana pasada, cuando fuiste a ver un aparato eléctrico. Nadie te da razón del vendedor que te atendió. Los otros vendedores no se identifican ni con la tienda ni con el producto y al final no te quedan ganas de comprar nada.

Vivimos días donde la gente va una Tienda, ve el producto que quiere y se fija bien en el código y el precio. Cuando llega a casa entra en Amazon o algún otro portal de internet y busca el producto en el catálogo. Aún con las limitaciones para el cambio de moneda extranjera que existen en el país hace la compra del artículo, paga el envío y sumando todos los gastos invierte a lo sumo el 10% del precio del mismo artículo en la Tienda. Es el usuario común convertido en importador de bienes, obligado por los altos precios de la oferta de las Tiendas con vendedores que no son sus amigos, no le garantizan servicio de post-venta y mucho menos quieren compartir con ellos sus gustos o resolver una forma de pago.

¿Cómo sobreviven las Tiendas ante una realidad como esa? Creo que de alguna forma se benefician del hecho de que un porcentaje importante de la población aún no tiene acceso o no sabe navegar en internet. Es una población cautiva que no tiene otra opción que la de caminar de Tienda en Tienda a ver dónde consigue el menor precio por el artículo, y aún así paga 10 veces su precio en el portal de compras.

Ya el público no se intimida con aquello de que para extender servicio y garantía tienes que haber comprado el producto en la red de Tiendas de Venezuela. No. La brecha de precios justifica el riesgo tomado. El consumidor se vuelve más estricto al momento de escoger las marcas que le garantizan calidad y durabilidad. Se guía por las opiniones de otros usuarios de internet y de consumidores vecinos. El margen de error se hace más pequeño y reduce el riesgo.

Las empresas que traen los pedidos internacionales han crecido. En muchas de ellas hay que hacer colas para retirar el producto comprado. Y se ve gente de todos los niveles en las mismas. El consumidor venezolano ha incrementado su abanico de opciones. La compra ha perdido personalidad y ha ganado en variedad, calidad y costo. A punta de "clicks" nos llega el producto a casa, leemos las instrucciones y nos convertimos en nuestros propios instaladores, con ayuda on-line si es necesario.

Son otros tiempos, definitivamente. 

* Imagenes de www.noticierodigital.com (Tienda GE) y www.marketingdirecto.com (Amazon).

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