Sunday, January 11, 2009

Violinista en el subterráneo


En todas las actividades de la vida cotidiana se nota, cada vez más, la superficialidad con que muchos se toman las cosas.
Esta semana recibí un e-mail que les reproduzco a continuación y que retrata muy bien este aspecto, y quizás nos sirva de reflexión cuando lo apliquemos a muchos casos de nuestra cotidianeidad.

“Un hombre se sentó en una estación del metro (tren subterráneo) en Washington y comenzó a tocar el violín, en una fría mañana de enero. Durante los siguientes 45 minutos, interpretó seis obras de Bach. Durante el mismo tiempo, se calcula que pasaron por esa estación algo más de mil personas, casi todas camino a sus trabajos.

Transcurrieron tres minutos hasta que alguien se detuvo ante el músico. Un hombre de mediana edad alteró por un segundo su paso y advirtió que había una persona tocando música.

Un minuto más tarde, el violinista recibió su primera donación: una mujer arrojó un dólar en la lata y continuó su marcha.

Algunos minutos más tarde, alguien se apoyó contra la pared a escuchar, pero enseguida miró su reloj y retomó su camino.

Quien más atención prestó fue un niño de 3 años. Su madre tiraba del brazo, apurada, pero el niño se plantó ante el músico. Cuando su madre logró arrancarlo del lugar, el niño continuó volteando su cabeza para mirar al artista. Esto se repitió con otros niños. Todos los padres, sin excepción, los forzaron a seguir la marcha.

En los tres cuartos de hora que el músico tocó, sólo siete personas se detuvieron y otras veinte dieron dinero, sin interrumpir su camino. El violinista recaudó 32 dólares. Cuando terminó de tocar y se hizo silencio, nadie pareció advertirlo. No hubo aplausos, ni reconocimientos.

Nadie lo sabía, pero ese violinista era Joshua Bell, uno de los mejores músicos del mundo, tocando las obras más complejas que se escribieron alguna vez, en un violín tasado en 3.5 millones de dólares. Dos días antes de su actuación en el metro, Bell colmó un teatro en Boston, con localidades que promediaban los 100 dólares.

Esta es una historia real. La actuación de Joshua Bell de incógnito en el metro fue organizada por el diario “The Washington Post” como parte de un experimento social sobre la percepción, el gusto y las prioridades de las personas. La consigna era: en un ambiente banal y a una hora inconveniente, ¿percibimos la belleza? ¿Nos detenemos a apreciarla? ¿Reconocemos el talento en un contexto inesperado?

Una de las conclusiones de esta experiencia, podría ser la siguiente: Si no tenemos un instante para detenernos a escuchar a uno de los mejores músicos interpretar la mejor música escrita, ¿de qué otras cosas nos estaremos perdiendo?”
* Correo enviado por Jesús Eduardo Lorenzo

15 comments:

Unknown said...

Es triste que hayan tantas personas en el mundo metidas en “su mundo particular”, me encanta ser el tipo de personas que se detiene y aplaude ante una melodía que me guste en la calle, que sonría y admire la luna y que saque unos segundos para disfrutar de esos pequeños regalos que hay en las calles, en Barcelona aún más, la ciudad que me ha regalado un equilibrio maravilloso, donde las preocupaciones, obligaciones la mágia y el arte tienen cabida y hasta se complementan

Un beso!!

Me encanta tu nueva casita virtual!!

Maie said...

Hoooola Feliz año nuevo!!!!! espero que lo hayas recibidido con muca salud y lleno de nuevos proyectos.
Estuvimos por Venezuela compartiendo con la familia y tuve la oportunidad de conocer a Mariale lo cual fue excelente.
Había leido esta historia...me impresionó mucho...así es la vida pagamos millones por un concierto pero no le paramos a lo que nos regala la vida jejeje... por eso hay que disfrutar cada cosita de la vida....
Saludos

divagador@ said...

creo que todo se trata mas que nada de poner un alto, parar y desnaturalizar todo lo q creemos es obvio, eso nos ayuda a ver, mirar, realmente detenernos en lo mas simple de las cosas y disfrutarlas, mirarlas de otro modo, pensar acerca de ellas y vivir cada dia de un modo diferente, "lo mas hermoso esta en lo simple de las cosas"

Cremitas Perfumadas said...

Oswaldito: Es triste, pero hay que reconocer que hoy en día todos estamos preocupados por lo urgente y olvidamos lo importante... Te confieso, creo que, por las carreras en las que ando últimamente, yo también habría pasado de largo y de manera imperdonable ante el violín de Joshua Bell. Gracias por recordarnos cual es el verdadero sentido de la vida. Un beso enorme, Claudia
P/D: Me alegra que te haya gustado el premio.. ¡¡Nunca dejes de escribir!!

Cho said...

Me encantó esta reflexión... no hay que dejar pasar la vida sin pasar uno por ella...s

Benedetto said...

º Caro amico! : Por eso, el màs mìnimo detalle es susceptible de ser captado por nuestros sentidos.

Y muchas veces, cuando ocurre en el momento idòneo; se pueden descubrir nuevos horizontes.

No es en el "Cartel" en dònde va el show: Va en los mìnimos detalles del entramado; en dònde corre la vena del arte libremente, `In Natura`; sin poses ni artilugios...

Saluti!

Capochoblog said...

Me gusto mucho la historia porque es tan cierta. Cuantas veces nos pasa? cuantas más nos seguiremos perdiento de lo importante por lo rutinario?

Animal de costumbres, no?... como que si.

Un árbol de besos para ti :)

Mayela Bou said...

Hola! te he encontrado de pura casualidad, y me ha gustado mucho leerte, lo seguire haciendo despacio.
Cuando quieras un cafe a la media noche con una salvadoreña que le gusta desvelarse, seras bienvenido.
Un abrazo

Dick Acker said...

Esta historia me recuerda las veces que he pasado por estaciones de metro en Europa y hay artistas (casi siempre violinistas) tocando música clásica, y he tenido que hacer un esfuerzo para no quedarme escuchando la pieza, pero como toda la gente que se desplaza en metro, uno está apurado porque se viaja con el tiempo medido, es triste pero es así. Por la calidad de la interpretación te das cuenta que es un músico de orquesta y que por alguna eventualidad se encuentra de paso y necesita algún dinerillo en el momento y se pone a tocar para obtener algo... es uno de los atractivos de las estaciones de metro.

Anonymous said...

Si vieras que acá es muy común encontrar por todos lados a músicos urbanos de esos que salen a cantar y tocar instrumentos por hacerse unos pesos para sobrevivir, su escenario es la calle y su público cualquier transeúnte, pero en este caso con una gran diferencia que mucha gente si para a escucharlos.

Saludos

lulane said...

"Lo bueno... se hace esperar"... se dice comunmente esta frase, sin embargo la moraleja de esta historia es que ... lo bueno, siempre esta ahí... sólo depende de nosotros, tomarlo o dejarlo... no dejar que la vida pase... pasar nosotros por ella.

Oswaldo Aiffil said...

Hola mi querida Yazz! La llamada vida moderna, que a veces ni es vida y mucho menos moderna, nos lleva en una sola prisa, y allí se nos va la vida si no abrimos los ojos. Esta casita virtual es tuya, lo sabes bien. Un beso enorme!

Hola Maie! Supe por Mariale que estuviste en Venezuela. Me imagino que disfrutaste mucho, junto a Ludo y la Luna bella, que desde aquí le envío un besito. Lástima que no pudimos vernos, yo también estuve ajetreado, ni siquiera vi a Mariale, aunque si conocí a Euchy y a mi caro amico Beny. Y si (Nany´s dixit), no hay que perderse los pequeños detalles. Un beso!

Hola Divagando Siempre! Bienvenida a esta casa virtual. Siéntate y toma un tecito. Se agradece tu buena vibra. Tienes razón, es en los detalles sencillos en donde está la magia de la vida. Y a no perdérselos. Un beso!

Hola Claudia! Gracias de nuevo por premiarme. Se recibió con humildad y motivación para seguir. Quizás me hubiese detenido un rato ante el violín de Joshua Bell, pero una ráfaga del proyecto donde trabajo me hubiese traído de vuelta al mundo real y continuaría la marcha. Triste pero es así muchas veces. Eso si, les regalo un instante y una señal de OK antes de irme. Un beso enorme querida Claudia!

Hola Cho! Me gusta tu definición, hay que dejar la huella. Besos y un abrazo a Du!

Hola Beny! Mio caro amico! Esto lo hemos conversado ya. En los detalles, allí en los detalles. Un abrazo grande amico!

Hooooolaaaa Naaaaany Beeellaaa! Un árbol de besos! Me encantó la expresión, que linda eres! Bueno, el árbol da sombra, cobijo, protección. Son besos protectores...
Nos pasa Nany bella, sabemos que podemos evitarlo. Un beso enorme, via satélite, vivo y directo!

Hola Mayela! Buenas noches! Gracias por venir, las casualidades no existen. Eres bienvenida a ésta, tú casa. Gracias por la buena vibra! Iré a tomarme ese café con mucho gusto! Un beso!

Hola Dick! Muy buena tu experiencia en los metros de Europa. En Estados Unidos también hay músicos de calle que son muy buenos ejecutantes, y uno se da banquete con ellos, por un módico precio de colaboración. Un abrazo enorme!

Hola Javier! Muy buen dato. Y es verdad, hay bastante gente que se detiene en algunos lugares. Son menos en lugares invadidos por la "modernidad". Un gran abrazo!

Hola Louise Lane! Si, es verdad, las cosas buenas nos las ponen al frente, y queda de nuestra parte elegir disfrutarlas, muy cierto! Un beso enorme querida Luisa!

zel said...

Cierto, Oswaldo, vi el reportaje!!!

Silvia said...

De todo, nos lo perdemos todo, la sonrisa,las miradas, el llanto, la suavidad de un apreton de manos, la tarde escapandose, la mañana llegando, no podemos vivirlo todo, en eso estoy clara, pero procurar no perder los detalles que hacen que cada día sea unico e irrepetible deberia ser nuestro norte!

Besos

Silvia

Oswaldo Aiffil said...

Hola Zel! Corroboras la información. Gracias. Esto sucede. lo vemos a diario. Un beso linda!

Hola Silvia! Estas en lo cierto. La vida nos lleva de avatar en avatar, pero el cielo azul siempre está allí, esperando que le dirijamos la mirada...un beso querida Silvia!