Saturday, December 08, 2007

La tumba de las luciérnagas.

“Por la mañana, habían muerto la mitad de las luciérnagas y Setsuko las enterró en la entrada del refugio, “¿qué estás haciendo?”, “La tumba de las luciérnagas”, y sin levantar la mirada del suelo, “A mamá también la han metido en una tumba, ¿verdad?”, mientras Seita vacilaba sobre qué podía responder, “Me lo dijo la tía, me dijo que mamá había muerto y que estaba en una tumba”, y a Seita, por primera vez, se le anegaron los ojos en lágrimas.”


Se trata de un pasaje de la novela “La Tumba de las Luciérnagas” (1967), del escritor japonés Akiyuki Nosaka. ¿Habían oído hablar de él? Pues se trata de uno de los escritores más queridos de Japón, debido, en gran parte, al éxito obtenido por esta historia de dos hermanitos, Seita y Setsuko, durante el asedio a Japón en la Segunda Guerra Mundial. La historia ya ha sido llevada al cine y al animé japonés.

Es una novela corta (65 páginas en su versión española) pero profunda a más no poder. Seita narra su propia historia, descarnada y cruda, en las que ve a su padre partir en una fragata, rumbo al Pacífico, para jamás volver. Su madre, enferma, es trasladada a un refugio, donde muere luego de resultar herida en un bombardeo. Desde allí, Seita queda sólo en el mundo, con la única compañía de su hermanita de cuatro años, Setsuko, que es la ternura hecha persona. No pienso adelantar más de la historia. El resto tienen que leerlo (publicada en español en el año 2007 por Editorial Acantilado).

Nunca antes había leído un libro que, en tan solo 65 páginas, pusiera a prueba toda mi sensibilidad: miedo, angustia, dolor, rabia, alegría, impotencia, crueldad, envidia, ternura (nunca te olvidaré querida Setsuko) y tristeza, una tristeza profunda, de esas que empequeñecen el corazón.

Ya lo trataba de explicar el poeta Vinicius De Moraes en su “Samba da bençao”:

“Es mejor ser alegre que ser triste,
alegría es la mejor cosa que existe,
es como la luz en el corazón.
Pero para hacer samba con belleza
es necesario un poquito de tristeza,
sino no se hace samba, no.”

Conmovedora e inolvidable, muchas gracias Nosaka san por regalarnos una historia tan real y tan profunda.

Después de leer este descubrimiento literario, que lo recomiendo a todos, les confieso que ha quedado, dentro de mi, una mezcla de sentimientos que se mueven, sin ton ni son, entre la tristeza y la ternura.

Te quiero mucho Setsuko-chan, donde quiera que estés…

10 comments:

Protheus said...

Para mí basta, amigo, su opinión, para correr a buscar ese libro y poner a muchos otros en cola.
Gracias por la recomendación.

IMAGINA said...

Hay que ver cómo eres Oswaldo. Se me arrugó el alma leyéndote a tí, intuyo pues muchas lágrimas leyendo la historia.
Personalmente me considero una ignorante de la cultura oriental, lo cual es terrible, si consideramos que se trata de las tres cuartas partes o más de la población del mundo.
Quizás tengo algo de responsabilidad en ello pues la curiosidad intelectual es algo que sólo uno mismo puede promover, pero qué duda cabe que los occidentales tenemos históricamente la costumbre de mirar únicamente nuestro ombligo. Para prueba este libro.
Escrito en 1967 es editado en español en el 2007.
Recordaré tu recomendación.
Puede ser un excelente autoregalo de navidad.
Un abrazo,

Gilberto said...

Gracias a ti he "descubierto" la literatura japonesa, cargada de sentimientos encontrados que nos llevan a lugares que hasta para la imaginación son recónditos. Tu admiras mi capacidad de producción de haikai (plural de haiku, si no me equivoco) con profundida, pero tus artículos deben ser de los más esperados de la blogósfera en español.

Un abrazo amigo, seguiremos en contacto :)

Lycette Scott said...

Se ve muy interesante, voy a buscarlo...
Un abrazote

Oswaldo Aiffil said...

Hola Doctor Prot! El libro trae dos novelas cortas, la primera de ellas es la referida en el post, la otra también es buena, pero nunca como ésta. Demasiado buena! Un abrazo!

Hola mon cherie Rosalie! La novela te mueve, te llega, es cruda, y bonita al mismo tiempo. Unica, una obra maestra. La encuentras en VDL Books. Un beso grande!

Hola Gilberto! Gracias por lo que me coresponde. Lo bueno de las novelas japonesas es que, para nuestra forma de pensar occidentalizada, son indescifrables y eso las hace más emocionantes. Casi siempre el final es inesperado. Con respecto a los haikai, son poemas parecidos al haiku, pero escritos colectivamente (varios autores). Esta definición se encuentra en el libro "Sendas de Oku" de Matsuo Basho, más precisamente en el prólogo, escrito por Octavio Paz. Un abrazo!

Hola querida Liz! Es triste pero muy bonita la novela, te mueve las fibras como ser humano. Ya sabes, está en VDL Books. Un beso!

mia said...

Ya no es hora... pero mañana mismo bajo a buscarlo :)

Waiting for Godot said...

YO con solo leerte ya estoy conmovida. Besos.

Oswaldo Aiffil said...

Hola Mía! No tiene desperdicio esa novela. Como dice la amiga J-Oda, es "mucho con demasiado". No te la pierdas. Un beso!

Waiting! Hola! Deja que la leas, te moverá las fibras. Un besito amiga!

Cho said...

Habrá que buscarlo a ver si tengo la oportunidad de leerlo!
Abrazos y gracias por la reomendación!
Abrazos,

Oswaldo Aiffil said...

Hola querida Cho! Es profundo como el mismo, interesantísimo, te remueve las fibras, intenso, no te lo puedes perder. Un beso grande!