Thursday, June 07, 2007

¿De verdad estamos seguros aqui?


¿Qué tanta seguridad tenemos?

Muchas veces desistimos de ejercer acciones destinadas a cambiar algo por aquello de la “seguridad” que se tiene en las condiciones actuales.


Por ejemplo, nos dan ganas de mudarnos de casa y pensamos “es mejor quedarnos porque al menos aquí conocemos a los vecinos y como dice el refrán, más vale malo conocido que bueno por conocer”. O quizás, no voy a cambiar de trabajo porque aquí tengo veinte años, conozco a todo el mundo, se hasta dónde puedo llegar, todo el mundo me conoce, en cambio si decido irme a otra empresa (país, casa, urbanización, escuela, etc) tendré que empezar de nuevo, seré un perfecto desconocido, quién sabe con quien voy a encontrarme y lo que van a pensar de mi, y así, una retahila de pensamientos por el estilo.

Hay un proverbio zen que dice: “los pensamientos son como nubes en el cielo. Sopla suavemente sobre ellas y verás con claridad la inmensidad del universo”. Nada más cierto cuando se traen a la mente los pensamientos sobre la “seguridad”.

La moraleja es no oponerse al cambio, en cualquier circunstancia, deja que llegue hasta ti y ábrete, asúmelo, vívelo, jamás te cierres, porque nunca sabrás lo que está por ocurrir. Esa seguridad que a veces sientes pudiera no serlo. Zenkei Shibayama, maestro zen, en su ensayo titulado “Una flor no habla” nos dice sabiamente que “frente a la experiencia real, los conceptos (entre ellos la ya nombrada seguridad) son como copos de nieve cayendo sobre una llama”.

Finalmente les quiero dejar un cuento que resume en sabias palabras lo antes dicho. Se titula “la seguridad del molusco”:

“Un molusco estaba muy orgulloso de su caparazón. Le decía a un pez:
-Si señor; el mío es un castillo muy fuerte. Cuando lo cierro, nadie puede hacer más que apuntarme con el dedo.
Así, mientras estaban hablando, se sintió un chapoteo. El pez huyó prestamente, mientras que el otro se encerró en su envoltorio.
Pasó un buen rato y el molusco empezó a preguntarse qué había sucedido.
Como todo parecía muy tranquilo, abrió sus valvas para indagar y notó que ya no se hallaba en su medio habitual.
Efectivamente, estaba junto a cientos de otros animales semejantes a él, en un puesto de mercado, debajo de un cartel que decía: `1000 el kilo´ “. A.B. Mitford, Cuentos del Antiguo Japón

20 comments:

Silvia said...

Oswaldo como haces para tener siempre las palabras correctas? Desde ayer vengo pensando en ciertas situaciones laborales que no son directamente conmigo pero que me llegan,mis conclusiones estaban dirigidas mas o menos a todo lo que escribistes, si esperaba una luz de la vida, tu post puede ser mas bien un encandilamiento!!

Gracias!

Cariños

Silvia.

Nerim said...

Muchas veces me he preguntado porque hay gente que teme tanto a los cambios, aunque tambien reconozco que hace falta valor para superar las consecuencias, buenas y malas que te pueden acarrear esos cambios bien sea de casa, de trabajo, de ciudad o de país.
Yo hace 2 años estaba en un trabajo en el cual no me sentía a gusto, y arreglé mi despido aún con la convicción de saber que sería muy dificil volver a encontrar trabajo por la edad.Y así ha sido, no he vuelto a encontrar un trabajo, pero no me arrepiento de la decisión que tomé.
Un abrazo
Nerim

Unknown said...

A estos acontecimientos, yo digo como el celebre Hon-Kong Fui: "Si eres paciente en un momento de ira, escaparás a cien días de tristeza." Exitos desde la Guarida Sam...

Cho said...

El sentirse seguro es algo tan relativo pero tan determinante... y a veces pienso que uno no las puede tener todas.
Uno busca seguridad en otras tierras, otros trabajos, otras ciudades, pero si uno no se arriesga nunca se llegar a saber con certeza que seguridad tenías antes y cuál tienes ahora.

Me encantó tu relato.
Un abrazo,

Gilberto said...

Estimado Oswaldo, durante muchos años vivi una vida "segura" y sin embargo siempre arriesgué...pero lo hice por el bien de dos sin pensar en mi, cuando mas "segura" pensé que estaba mi vida, me sobrevino un divorcio...lo demás es historia, ahora, solo, me reencuentro con mi v erdadera segurida, la que debo tener de mi mismo, aunque q la vista de la gente mi vida sea "insegura"...dentro, estoy a salvo, volvi a ser yo...y nuevamente puedo, a los 33 años...arriesgar...decidi vivir así, mi presente, arriesgando, viviendo, respirando hondo, mirando el cielo..esa, es mi zona de seguridad..las cosas pequeñas, la contemplación diaria...no se como será mi futuro...pero de mi presente estoy muy seguro. Un gran abrazo, siempre es grato leerte.

Nany said...

Por eso existe la Ley de no resistencia... mientras mas te resistas a algo, mas dificil sera hacer lo que tu quieres... o dicho en criollo, dime a lo que le temes y veras que te persigue!
Un beso Sr. como siempre un placer pasar por aca. Es que aca uno no se resiste y zuam, ya esta sumergido de lleno cuando se da cuenta! jejejejeje!

Naky Soto Parra said...

Me hacía mucha falta leer algo así. ¡Gracias! ¡mil gracias por la sincronía de tu sensibilidad!

(¿Te fijas por qué leiste aquel mensaje en la pared en tu viaje justo cuando lo necesitabas?) (¡porque lo mereces!)

Me tocará volver a abrir mis valvas, cuando regrese del aeropuerto...

Un abrazo enorme,

Lycette Scott said...

Muy pero muy buen post mi amigo, un gran abrazo de mi parte.

IMAGINA said...

Oswaldo, no sabes en qué momento me llegan tus palabras. Más que palabras son justo el regalo que necesitaba.
Gracias amigo

APARTAMENTOS EL VALLE said...

los cambios siempre son positivos, unos mas trascendentales que otros.
Un cambio representa estudio,balance situacion y riesgo.Si el cambio al final resulta negativo de todas maneras aprendiste una nueva manera de no hacer esa accion.
Al final aprendes y vives.

Miguel Pinto said...
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Miguel Pinto said...

Lo mejor de la vida son los cambios, aunque a veces nos empeñemos, por temor, a dejar las cosas como están. Los cambios son renovación, descubrimientos, nuevas amistades, nuevas caras, nuevos espacios y un mundo de cosas estupendas que se nos van presentando para ser descubiertas, claro, si nos damos la oportunidad de que sucedan.

Buen post amigo

IMAGINA said...

OSWALDO, El gran Oswaldo, carismático, soñador y divertido... venimos contentas a agradecer la montaña, el atracón, el chaparrón de comentarios que nos dejaste. Y también un poco preocupadas por la calidad del whisky que te estás tomando últimamente....jajajaja.
Y con respecto a lo qu comenta Miguel...qué te podemos decir. Todo es mentira, su espíritu se quedó en Caruao desde aaaaaaaaaaaaaaños. Él único cambio profundo que parece que ha experimentado es el del volumen de cabello.


(Nos encanta cuando quedamos debajo de Miguel :)

Oswaldo Aiffil said...

Buenas tardes (noches) a todos! Como consecuencia de mi trabajo estoy entrando con poca frecuencia en el blog y justo hoy a BLOGGER le ha dado por estropearme los comentarios.
Ya había escrito, como acostumbro, las respuestas a todos los que a bien tienen venir y comentar, pero se perdió en el infinito, no se publicó. Lo mismo me ha pasado en el blog de Imagina. Dios, hoy no es un buen día para comentar. Ojalá este se publique. Los quiero mucho a todos y les agradezco sobremanera el feedback que dejan aqui, la buena vibra, besos a las chicas y abrazos grandes a los caballeros.

Ross said...

Muy cierto, como decía mi abuelita seguro estar vivo para conseguir la muerte!!!!!!

Miguel Pinto said...

IMAGINA, ustedes son terribles, yo que me lanzo este comentario tipo guía espiritual, acorde al tono de este post y ustedes vienen a descubrir mi verdadera esencia de persona desalmada, pues es cierto que mi alma se quedó en Caruao hace mucho tiempo, ustedes biem lo saben. Otra cosa yo no soy calvo, solo tengo la frente amplia. Ja ja ja...

Oswaldo Aiffil said...

Hola Ross! En mi familia se ha dicho siempre que seguro está el cielo...un beso bella!

Hola Miguel! Las chicas de Imagina si que son terribles. aqui has quedado al descubierto, je, je, je. Un abrazo caro amico!!!

JENNY said...

Esto demuestra que no tenemos nada seguro, excepto el ser engulidos en algún momento de nuestra vida!

Por mucho que nos aferremos, todo cambia (como debe ser) y tenemos que aprender de acuerdo a las circunstancias que nos toque...

Un abrazo!

pensando con el corazon said...

Cuanto aprendo contigo, gracias

Oswaldo Aiffil said...

Hola Jenny! Muy ciertas tus palabras. Todo pasa y todo queda, como dijo el poeta Machado. Un beso!

Hola Sarsillo! Yo también aprendo contigo, con tu feedback, con la buena vibra que me dejas aqui. Un beso!