Monday, August 12, 2013

Isla Saona


Caminar a pies descalzos por la suave arena que, en concesión, te permite hundir tus huellas y elevar el espíritu.

Levantar la vista al horizonte y perderte en turquesas, azules, verdes y plateados hasta el infinito.

Pellizcarte y darte cuenta que nada de lo que sientes, de lo que ves, de lo que escuchas pertenece a un sueño.

Existe, es el paraíso en la Tierra.

Sales de la arena y entras en el agua que, mirada así en vertical, muestra una total transparencia. Allí tus pies, allí los peces que se acercan curiosos y se alejan al menor movimiento. Allí una enorme estrella de mar que pinta de rojo el fondo arenoso.

Levantas la vista y es un cielo despejado, muy azul, salpicado de nubes blancas como algodón. Y el sol que pone la claridad. Y el viento que te sacude.

Te sumerges y el ruido del oleaje se suprime. El ocre del fondo y el verde alrededor. El sol penetra sin pedir permiso y lo alumbra todo.

Los sentidos en éxtasis. Asomas la cabeza en la superficie y contemplas la franja infinita de palmeras, los pájaros que emprenden vuelo, el hombre que corta un coco para ofrecérselo a una bella mujer.


Das gracias a la vida por todo lo que te da, y por permitirte estar allí, en la Isla Saona…

2 comments:

Pansy said...

Provoca, al leer esto que describes con tanta exactitud, irse corriendo para allá! ... Que rico disfrutar del mar de esta manera!

Oswaldo Aiffil said...

Hola Pansy! La belleza de esa isla no es cuento. Parece que uno estuviese soñando despierto. Sin igual. Ojalá puedas ir. Dicen que allí se filmó "La Laguna Azul". No lo pongo en duda. Un beso grande!