Thursday, August 02, 2012

Andrés




Sorprende el paso del tiempo. Lo rápido que ocurre todo. Tenía la costumbre de llevar a mi hijo a la escuela, para lo cual caminábamos cuatro cuadras cada mañana.

En esas cuadras, tomados de la mano, hablábamos de cosas personales, yo respondía la curiosidad infantil de mi hijo por todo, saludábamos a otros padres y madres que, con el mismo propósito, llevaban a otros niños de la mano y disfrutábamos de la humedad que, en las mejillas provocaba el rocío de la mañana.

Cuando, luego de dejarlo en la escuela, devolvía el camino hasta mi casa, era un hombre feliz de vivir esa experiencia diaria, que no cambiaría por nada del mundo.

El tiempo siguió su curso y el niño fue creciendo y haciéndose un hombrecito. Hasta que llegó el día en que me dijo que podía y quería irse solo, que a sus amigos, como muestra de madurez y confianza, sus padres los dejaban ir solos a la escuela. Y tuve que prescindir de esos momentos diarios que me hacían sentir tanta alegría.

Tuve que admitir que el niño ya era grande, que había crecido y madurado, y que, en verdad, podía irse solo.

Fue cambiando de aspecto, de altura, de tono de voz y yo sentía que no quería darme cuenta de que en efecto era así, que había crecido. Para mí siempre sería el niño que llevaba de la mano en la mañana.

Esta semana terminó la escuela secundaria, y en tres meses estará en las aulas universitarias que un día me recibieron a mí. Y sigo sin creerlo.

Me presentó a su novia. Lo vi recibir su diploma. Lo sentí abrazarme agradecido. Y lo que hice fue llorar en silencio. Llorar de alegría. Evocar sus primeros días en la escuela, que como tinta indeleble han quedado en mi corazón.

El niño ha crecido. Y cada mañana, cuando me despierto, sigo pensando en aquellos momentos cuando el frío rocío en las mejillas y el calor de su mano apretada con la mía, me hacían sentir que la vida es bella.

Mi hijo es un hombre, con sus criterios, con su propia forma de vivir y de pensar. Y me mata cuando lo veo hacer sus cosas como la gente grande, cuando con su fuerte voz me abraza y me dice: “Te amo papá”.

9 comments:

Benedetto said...

La "Vida" es deliciosa. En cada "giro" ella va agregando una pincelada nueva a ese lienzo tuyo; mio; de todos llamado "Vida".

¿Habrá algo parecido en el siguiente plano?

Yo quiero empecinarme en que asi es.

Un abrazo caro guaglione; tiempo que no nos vemos.


Beny.

Capochoblog said...

Felicitaciones para ambos, y que sigas disfrutando de los logros de tus retoños que son tan tuyos, en pasado, presente y futuro.

Un abrazo :)

Anonymous said...

Hola,
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Saludos.

Pauli MuSa said...

No hay placer mas grande para un padre (o madre, en mi caso) que mirar a tu hijo crecido, entregado a esa vida que generosamente le diste. Y mirar atras y recordad cuando tomabas su mano entre la tuya, esa mano pequeña, que caia completamente envuelta en tu palma. Y cuando lo recuerdas, tus ojos se llenan de lagrimas, se apreta un nudo en la garganta, tragas... respiras... esa alegria, ese orgullo, esa emocion es inolvidable.
Un gran abrazo apretado desde Chile... en espera de que un dia sea un gran abrazo en persona.

Oswaldo Aiffil said...

Hola Beny! Es así, la vida es un lienzo que coloreamos todos los días. Las tonalidades van cambiando y no dibujan plenamente. Carpe Diem mio caro amico! Un abrazo!

Naaaanyyyy beeeeellaaaaaaa! Gracias amiga, es sorprendente el paso del tiempo. Hay que seguir viviendo día a día. Un beso enorme mi bella!!!

Hola Webmaster! Claro que sí, sigan adelante! Un abrazo grande!

Hola mi Lady Paula! Tu también lo has ido viviendo con tus retoños. Por eso lo retratas con precisión. Es algo muy hermoso que nos queda para siempre. Te quiero mucho mi Lady y más temprano que tarde nos daremos, junto con Rominita, ese abrazo tan esperado!! Un besazo de mazapán!!!

Marole said...

Oswaldo, muchas felicidades a ustedes...y te incluyo en estas felicidades ya q' se nota q' has sido un padre q' ha tenido mucha paciencia, amor y perseverancia hacia la buena crianza de su hijo. Ya tu niño se ve todo un hombre de bien y seguirá en su camino mañanero contigo acompañandolo en mente y corazón. Cuidate mucho y a celebrar por ese bachiller ;)

Oswaldo Aiffil said...

Gracias Marole bella! El es una gran persona, no lo digo yo, lo dicen sus amigos, y eso me hace feliz. Un beso grande mi bella!

RosaMaría said...

Se llenan mis ojos de lágrimas, alegría y nostalgia me invaden pues todos hemos recorrido ese camino... Te gano por varios años ayer vino mi casi cincuentón a visitarme, nos nutrimos de recuerdos y anécdotas y lo sentí disfrutarlos también con alegría y nostalgia. Es que el camino del medio siglo ya empieza para él.
Orgulloso papá: Te comprendo y te abrazo con cariño

Oswaldo Aiffil said...

Hola Mi RosaMaría bella! Gracias, muchas gracias. Estoy orgulloso de él y de amigas como tú. Te quiero! Un beso grande!