Friday, August 05, 2011

¿Reciclaje? ¿Cómo dijo?


Si alguien alguna vez ha tenido la oportunidad de visitar un relleno sanitario en Venezuela, ha podido presenciar el dantesco espectáculo del reciclaje. Es decir, un ejército de personas que se dedican a extraer de la basura todo objeto que pueda ser reciclado.

El proceso es el siguiente: llega un camión recolector a la zona de disposición de los desechos, conocidos, por la forma en que se procesa la basura, como relleno sanitario, pues una vez depositada la basura, es rellenada con tierra para evitar la contaminación.

Con el camión llegan simultáneamente dos ejércitos: el de los buitres o zamuros, ávidos de caer sobre la basura en busca de comida, y el de los hombres que hacen el reciclaje.

Los segundos triunfan, a trancas y barrancas, sobre los primeros, que deben alejarse aleteando furiosamente y esperar a que se haga el violento reciclaje. Cada hombre porta sobre sus espaldas un enorme recipiente donde guardará los objetos que luego venderá a un tercero que espera en otro sitio, pacientemente.

La recolección es un acto digno de una película de terror. Los hombres se abalanzan sobre las montañas de basura, y con sus manos separan lo que les interesa, sea papel, plástico, telas u otro rubro. Cada uno se especializa en un material, no se mezclan. La mayoría guarda también restos de comida que logran pescar en el ínterin.

Luego de esta dantesca faena, se dirigen raudos hacia los camiones de los compradores de reciclaje que, esperando a distancia prudencial, se hacen con los objetos reciclados. Estos últimos están completamente diferenciados, el de papel en una parte, el de plástico en la otra y así por el estilo.

Una vez que los recolectores comienzan a abandonar el sitio de disposición, caen los zamuros sobre lo que queda, y con asombrosa destreza logran recuperar restos de comida en descomposición. Que es su manjar privilegiado.

Todo este espectáculo, de los unos, hombres, y los otros, buitres, transcurre en pocos minutos, y termina justamente cuando se acerca un tractor a los montones de basura recién depositados para cubrirlos con la tierra. A veces se confunden los episodios porque el tiempo es muy corto, y puedes ver una mezcla de buitres con hombres y recipientes moverse rápidamente entre la basura y la tierra que está siendo movida por el tractor. Imagino que varios miembros de alguno de los ejércitos han pasado a ser compañía de la basura bajo el implacable relleno de tierra, pero eso es algo que a nadie parece importarle mucho. No hay dolientes.

El ejército de recolección vive en el propio relleno sanitario, confinado en un área donde improvisan tiendas de campaña, y se bañan en los pozos de lixiviado, que es como se conoce al liquido que permea de los montones de basura rellenos de tierra, cuando se descompone, y es drenado hacia lagunas o pozos.

Comen de lo que encuentran en la basura y, a decir de un médico que los revisa de vez en cuando, con el que pude conversar, son muy pocas las enfermedades que los afectan ya que sus cuerpos desarrollan potentes anticuerpos dado el medio en el que viven.

Esa es la forma como actualmente se hace el reciclaje en Venezuela queridos lectores, y de nada han servido campañas e intentos de establecer operaciones de reciclaje en recipientes especializados según el material. Si existen, pero su impacto es mínimo, prácticamente invisible.

En el Parque del Este se pueden observar recipientes destinados exclusivamente a vidrio o plástico, llenos de papel y otros desperdicios vertidos por los usuarios. Y eso no es sino el reflejo de lo que sucede en toda la ciudad, ni que decir de otras partes del país.

Una realidad del presente, a ojos vista, que confrontamos a diario. Ojalá podamos cambiarla en un futuro cercano. Quien saldrá ganando es el propio país, y el Planeta...

*Fotografía: "Bonanza de Basura" de Edu Alarcón en http://www.flickr.com/

8 comments:

Maie said...

Aunque no es algo nuevo ni sea Venezuela el [unico lugar donde ocurre, esto me trajo a la memoria otro sitio terrible en el que vi algo similar y que me marcó mucho.
Cuando estuve en El Cairo, por pura casualidad, un taxista que nos hizo un tour por la ciudad tenía una estampita de la virgen en el tablero del taxi. Cuando hice referencia a la imagen se identificó como católico y al descubrir que nosotros lo éramos nos ofreció llevarnos a los 7 templos católicos tallados en una montaña... algo no muy visitado por el turísta típico que va al Cairo... el asunto fue que para llegar a ellos hay que atravesar un pueblo...las calles son de tierra gris... por lo que deberían ser laa aceras corre ese liquido que defines como lixiviado y sobre él corren los niños de pueblo. Los camiones de basura traen su carga y la depositan en las casas del pueblo que son una suerte de establos... a través de la amplias puertas semiabiertas se podía ver a familias...mujeres, hombres, bebés sentados arriba de la porción de basura que les correspodía y haciendo a mano el triaje de tapas de botellas o metales o etc... Yo jamás había visto algo tan triste en mi vida... y el olor...un pueblo entero podrido de basura y a temperaturas de 43-45 grados...
No fui capaz de tomar ni una sola foto y eso que todo el tiempo tuve mi cámara en el regazo...
Jamás se me borrará de la cabeza ese lugar...

Oswaldo Aiffil said...

Hola Maie! Impresionante tu comentario. Y si, yo estoy seguro que Venezuela no es el único país que peca en este sentido. No, no lo es. Ojalá el mundo se diera cuenta de la cantidad de basura que produce y que no tenemos espacio para disponer de ella. Un beso querida Maie!

Edu said...

Describes con lujo de detalle lo que sucede en la mayoría de los rellenos sanitarios en Venezuela. Con sólo mirar durante unos segundos, entiendes la dimensión del ser humano en la tierra, y su poder de alteración. Agradecido de que usaras una de mis fotografías en tu artículo, y ojalá muchos más puedan leer esto y ver esta y otras fotografías que muestran lo que nadie quiere ver...

Oswaldo Aiffil said...

Hola Edu! La foto le va al post como anillo al dedo, gracias a ti por tu generosidad. Mucha gente desconoce esa realidad tan cercana y lejana a la vez. Toda la vida me ha impresionado haber sido testigo de esa aplastante realidad. Un abrazo amigo, ésta es tú casa también.

Benedetto said...

Oswaldo,

El tema de la basura es una prioridad "latente" para Venezuela. Desde hace muchos años existen numerosos estudios sobre este tema; principalmente en el Ministerio del Ambiente.

El tema de la cultura sobre la disposición final de desperdicios sólidos y líquidos en nuestro país más que todo pesa a la hora de las "grandes decisiones".

Fíjate que en países como Japón, o Corea llevó más de 10 años educar a sus ciudadanos; a enseñarles inclusive con sanciones pecuniarias que, el clasificar los residuos no es un favor que se le hace al estado : Es un MUST, y que conlleva al mejoramiento del entorno de las viviendas; de las fábricas; de la ciudad en general.

Claro, luego de ese tiempo la sociedad (en mi ejemplo asiático) ha entendido, y ha reaccionado en condescendencia al compromiso.

Hoy por hoy ya no son necesarias las sanciones : La gente clasifica per sé la basura y punto. No hay fallas, ni resistencia ante el proceso.


Nada es imposible. Aún en las culturas más cerradas los cambios pueden darse con perseverancia y más perseverancia.

Más que el factor ambiental y económico (que son importantísimos) es el CULTURAL.

Enseñar, enseñar, enseñar.


Un abrazo!



Beny.

Oswaldo Aiffil said...

Hola Beny! Enseñar es la clave, cambiar la cultura de la basura, eso es lo más difícil de todo, la mentalidad. Pero siempre se puede. Un abrazo amigo!

RosaMaría said...

Pues qué te voy a contar de Argentina! Más o menos lo mismo, faltan los buitres y lo peor que no son hombres solamente sino que también hay niños dedicados a lo mismo. Educación amigo, espero que llegue el día en que esto también se encamine. Contenedores los hay pero no por mi barrio, pocos en la ciudad para separar. Acostumbrada a La Coruña que sí se respeta y donde se rellenó todo un predio con los desperdicios que si fue ejemplo. Un post duro pero necesario. Abrazos.

Oswaldo Aiffil said...

Hola mi RosaMaría bella! Es un fenómeno mundial, con algunos ingredientes locales de diferencia, el desastre es el mismo. Un beso grande!