Acabo
de terminar un libro hermoso. Se llama “Vida de motel”, de Willy Vlautin (La
otra orilla, 2007).
Es
un libro extraordinario, a mi parecer, porque trata de la cotidianidad, contada
de una forma que enaltece al escritor porque, sin ocultar nada de lo malo que
nos pasa en esta vida, logra bordar una tela saturada de belleza expresada en
la forma de sentimientos que afloran a cada tanto y que te dejan pensando
mucho.
El
amor de madre, la solidaridad, la amistad verdadera, el enamoramiento de una
chica, el dolor de una pérdida, todas esas pinceladas que no se ven a la
primera leída, pero que nos marcan de forma indeleble.
Recordé,
mientras lo leía, a “En la carretera” de Jack Kerouac, a “Kitchen” de Banana
Yoshimoto, a “El guardián en el centeno” de J.D. Salinger, a “Vivir” de Yu Hua,
a “Triste vida” de Chi Li, a “Cartero” de Bukowski…
Hay
una magia en esos escritores que hace que, a partir de acontecimientos que
sumen en la tristeza a cualquier ser humano, contados desde la óptica de lo
vivido, entretejer una prosa ecuánime, bien hilada, que nos identifica como
seres humanos ante la adversidad.
Narrado
en primera persona, el protagonista Frank Flannigan nos cuenta su vida a través
de una serie de situaciones que rodean el accidente fatal de un adolescente,
causado por su hermano Jerry Lee. El sentimiento de culpa de Jerry Lee, la
fraternidad, la ausencia de la madre, que murió cuando apenas eran adolescentes
de 14 y 16 años, el padre irresponsable que huyó de casa acosado por las deudas
en apuestas, dejándolos sumidos en la pobreza, el amor a una chica (Annie James, que también sufre una vida
patética), la amistad, afloran como sentimientos humanos en una narración que
vives, gozas y sufres como tuya.
El
autor, Willy Vlautin, es cantante de un grupo de rock llamado “Richmond Fontaine”. Se apasionó (afortunadamente para nosotros)
por la escritura y ya lleva cuatro libros editados en Estados Unidos.
Es una
recomendación que me permito hacerles hoy, último domingo de junio, cuando
todos tienen la mente en el fútbol, ¿no es así? Si lo ven en el anaquel, por favor, no lo dejen.
2 comments:
Habrá que leerlo..
un abrazote
Una belleza de libro Zeucita, triste pero muy bonito desde el punto de vista humano. Un beso enorme!
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