Lluvia
copiosa es esa que cae desde esta madrugada. El sol sale, a juzgar por el
blanco de las nubes pero nada que asome alguno de sus rayos al traspasar la
espesa capa de algodón en el cielo.
Ya
vamos a tener una semana de lluvia continua. Eso es muy bueno porque se reducen
los incendios forestales que ya habían consumido bastante vegetación.
El
sonido de la lluvia es relajante. Sea que las gotas caigan en el asfalto, donde
producen una especie de ovación, o sobre un techo de láminas de zinc, donde el
escándalo de los goterones es de marca mayor, igualmente me relaja escuchar ese
ruido que es como música a mis oídos.
Ya
los cerros que he venido viendo teñidos de ocres van a ir mutando a las
diversas tonalidades de verde. Es asombrosa la rapidez con que se recuperan las
plantas. Sobre todo las enredaderas, que crecen rapidísimo, de la nada, y
rodean a sus pares como queriéndoles decir “¡Vamos, despierten, que ya ha
llovido!”.
Mucha
neblina cubriendo la mañana. La garúa que no cesa. Los pájaros, que aparecen a estas horas con
su canto, están ausentes. Quien sabe si en su nido, achicando el agua, o a la
intemperie, mojados y con frío, aguantando estoicos en las copas de los
árboles. No han venido y no se espera que lo hagan, a menos que el sol
milagroso haga su aparición en la mañana, cosa que dudo bastante.
Casualmente
leo “Lluvia”, de Victoria de Stefano (Candaya, 2006). Nadie como ella para
describir al mínimo detalle los aspectos de un aguacero como el de esta
madrugada. Leerla a esta hora es beber agua cuando se tiene sed.
No hay cabos sueltos. La lluvia afuera y la narración de Victoria adentro, en el alma.
No hay cabos sueltos. La lluvia afuera y la narración de Victoria adentro, en el alma.
Con precisión matemática, el todo es igual a la suma de sus partes.
Llueve dos veces…
2 comments:
Qué poético lo pones. No he leído últimamente, por aquí no hemos tenido tiempo de apreciar la lluvia cuando ya lo había inundado todo, ahora cada vez que llueve temblamos pensando qué va a pasar. Salucos.
La lluvia da para muchas sensaciones mi querida RosaMaría! A veces es terrible y otras tantas es una mata de evocar sentimientos hermosos. Espero de todo corazón que te trate muy bien. Te quiero, un besazo!
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