Ahora
me ha dado por escribir los sábados en la mañana. En realidad uno debería
escribir cuando, donde, como y lo que le plazca,
pero a veces lo finito del tiempo atenta contra los propios deseos.
Sin
embargo me tomaré en serio el “lo que le plazca” y escribiré de fútbol. Es
típico que luego de cada partido aparezcan en Venezuela casi 30 millones de
Directores Técnicos a pontificar lo que estuvo bien y lo que no, con una
sapiencia que ya Pelé y Beckenbauer desearían para sí.
A
pesar de ello voy a hacer un ejercicio de opinión sobre el particular.
Acabamos
de perder en la eliminatoria sudamericana al Mundial Brasil 2014 con la
selección de Perú. Una selección con pedigrí. Tanto así que cuando era pequeño
y me gustaba más el fútbol, entre mis héroes se encontraba Teófilo Cubillas, aquel
crack peruano que deslumbraba en los años 70 con su fútbol ofensivo desde el
medio campo. Y no era el único peruano en mi espacio estelar. También estaban Héctor
Chumpitaz, César Cueto, Juan Carlos Oblitas y Percy Rojas, referencias
obligadas cuando de buen futbol se hablaba. Tenían un DT de lujo, un gordito
llamado Marcos Calderón, que lo sabía todo.
Ayer,
viendo a Jefferson Farfán jugar, recordé a Cubillas, hubo destellos de Cubillas
en el Estadio Nacional de Lima.
Los
tiempos han cambiado y la selección peruana lucha por cambiarle la cara a un
once que hace mucho tiempo no va a un Mundial.
La
historia de nuestra selección, la Vinotinto, es diferente. Cuando yo tuve uso
de razón fui testigo de que íbamos a la Eliminatoria a cubrir una vacante. Éramos
el hazmerreír de los otros equipos, goleadas iban y venían sin despertar
mayores comentarios en el país. Nadie iba a despedir a la selección cuando
viajaba y mucho menos a recibirla cuando llegaba.
Los
jugadores eran gente que trabajaba en otras cosas y al final del día, por amor
al arte, jugaban al fútbol. Nada que ver con los países a los que enfrentaba,
donde el fútbol es la vida misma.
Entrenadores
iban y venían y los resultados eran los mismos: últimos en la tabla. Ni soñar
con ir a un Mundial. Los fanáticos ahogaban sus penas con camisetas de otros
países, a los que seguían con una pasión que aquí en casa no tenía como o con
quién desbordarse.
Como estrellas
solitarias en un cielo oscuro brillaban nombres como Luis Mendoza, Cheché Vidal, César Baena, Nelson
Carrero, Bernardo Añor, René Torres, Herbert Márquez, Carlos Maldonado, Vicente
Vega, Pedro Febles.
Llegó
un día Richard Páez como Director Técnico y le cambió la cara a la Selección. Jugar
de tú a tú, con un esquema moderno e irreverente. Mentalidad ganadora. Nada
fácil para un equipo acostumbrado a perder por goleada. Hoy nuestros jugadores
son referencia, individualmente y como equipo.
Estamos
luchando por conseguir un cupo en el Mundial Brasil 2014. La lucha ha sido
dura, feroz. La Eliminatoria Sudamericana es quizás una de las más difíciles del
mundo, pero es allí donde nos ha tocado, y es allí donde nos haremos hombres y
clasificaremos a un Mundial.
Ayer
celebré con vehemencia el gol de Arango aunque finalmente los destellos de
Farfán nos hicieron morder el polvo. Esa derrota nos hace sentir que somos
humanos, que debemos seguir luchando para lograr el objetivo. Nadie dijo que
era fácil.
Ahora
vamos contra Paraguay. También tienen pedigrí pero esa es otra historia. Vamos
con hambre de puntos y necesidad de victoria. A nueve partidos por jugar, con
los jugadores que tenemos, haciendo las correcciones del caso y con renovada fe
iremos al Mundial.
“Es,
pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”.
Hebreos 11:1.
*Fotografía de Angel Colmenares en el diario "Lider".
*Fotografía de Angel Colmenares en el diario "Lider".
2 comments:
Completamente de acuerdo en la apreciación. No ha sido un camino fácil lo recorrido.
Pero también ha sido un proceso de crecimiento y entendimiento para la fanaticada; para ese público que se acostumbró a ver el marcador en contra.
Es un buen augurio lo que esos muchachos están construyendo. No van lentos en su tarea; ya hay buenas evidencias de los grandes logros que se pueden hacer.
;-)
Y si Dios lo permite, nuestro himno se escuchará en Brasil 2014. De eso estoy seguro. Nos lo merecemos. Hemos trabajado duro en la Eliminatoria más difícil de todas. Nos ha tocado aprender con sangre pero la lección está aprendida y estamos presentando el examen para demostrar que estamos para grandes cosas. Ha costado. Pero estamos allí. Un abrazo amigo!
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