Hace poco que soñé con tenerla, una niña bella, que se convirtiera en el centro de mis pensamientos y de mi vida, que fuese independiente, inteligente y muy femenina.
Pues ella nació el 26 de marzo de 1991.
La llamamos Arianne Sofia.
Cariñosamente la bauticé “preciosura”.
De inmediato se convirtió en la luz de mis ojos. Nunca me sentí tan emocionado como cuando entraba a una tienda a comprarle un vestidito lindo. O como cuando bailamos un vals en el preescolar en una fiesta en homenaje a los padres en su día.
Ella fue creciendo y se fue haciendo independiente. Aprendió a hablar e hilar las oraciones, a leer, a escribir, a dibujar. Siempre nos sorprendió su madurez temprana.
Un buen día supe que se había desarrollado. Era ya una adolescente. Y con la adolescencia vino la rebeldía, la inconformidad, y me tocó guiarla en algunas cosas. Es difícil. Los que somos padres lo sabemos. Pero no por ello menos interesante. Discutimos mucho, a veces no nos entendíamos, pero también hubo diálogo, mucho diálogo. Le dije: “por encima de todas las cosas, por encima de nuestras diferencias, yo te quiero y significas mucho para mi”.
Ayer cumplió quince años.
Aun no me lo creo.
…y sigue siendo mi querida preciosura.
2 comments:
Leyendo esto me quedé pensando que me gustaría que mi padre llevara un blog, para conocer lo que piensan y lo que han vivido.
Muchas veces me da la sensación que no les conozco, a pesar de todos los años juntos.
Yo creo que ellos me deben ver también de un modo parecido al que describes, un día se giraron y yo ya era mayor y me había ido de casa, a hacer mi propia vida.
Quizás no me plantee lo mucho que pueden llegar a echarme de menos, y creo que casi nunca recuerdo que ellos me han visto crecer desde el primer momento, aunque yo no conserve recuerdos de muchísimas cosas, pero ellos sí recuerdan toda mi vida.
A ver si les convenzo de que escriban ^^ Supongo que les conocería más (básicamente porque a veces es más fácil escribir que hablar).
Hola Ysondra! Es así como lo describes. Mi hija ha sido toda una experiencia de vida para mi. La adoro, por sobre todas las cosas, aún con sus ímpetus de adolescente. Un beso Ys!
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