Esta
mañana me levanté temprano a escribir algo en mi blog, que está medio
abandonado en los actuales momentos, debido a las terribles circunstancias que
vivimos en Venezuela.
Antes
de comenzar a escribir di una pasadita por Twitter para enterarme que estaban
bombardeando la zona donde vivo con gases lacrimógenos.
Pronto
empezaron a llover los tuits de varias personas denunciando los abusos y las
detenciones.
Pronto
se me quitaron las ganas de escribir.
Eso
fue a las 5 am y son las 12, y todavía permanecen alrededor, gaseando los
edificios y las calles sin contemplación. Sin detenerse a pensar que hay niños
y ancianos durmiendo en los edificios aledaños.
Y
así no provoca escribir. Todos los días rezo para que termine esta pesadilla,
pero va para largo.
Todos
los días aumenta el número de detenciones de estudiantes, de represión de
manifestaciones y de violaciones de derechos humanos fundamentales. Y todo eso
ante la mirada indiferente del mundo, con pocas, muy pocas excepciones.
Nunca
la compra de conciencias fue tan evidente. Nunca quienes en otro momento nos
habían pedido apoyo y refugio habían tenido la oportunidad de darnos la espalda
como lo han hecho ahora.
Nos
sentimos solos, y así, en solitario, llevamos esta lucha.
Todos
nos sentimos afectados de un modo o de otro. Hay mucha gente que lucha y sufre
callada. No se puede confiar en nadie. Se han puesto de moda las delaciones,
como en Cuba.
Aspiro
a despertar un día y ver a mi país en libertad. Solo aspiro a eso. Mientras
tanto resuenan en mi mente aquellas palabras del Nobel mexicano Octavio Paz:
“Las
masas humanas más peligrosas son aquellas en cuyas venas ha sido inyectado el
veneno del miedo... del miedo al cambio."
*Fotografía de Isaac Paniza en Instagram (Ipaniza).
2 comments:
Hay una especie de delirio colectivo, por un lado, y depresión colectiva, por otro.
Y a veces se va, por días, u horas, del uno al otro.
Debemos estar conscientes de que no estamos en las mismas condiciones, ellos están armados, y no les tiembla el pulso, para herir a nadie. Nosotros tenemos banderas y pancartas y franelitas blancas. ¡Por favor!
¿Cuéntenme que lucha sociopolítica se ganó caminando con banderitas blancas o poniendo barricadas que impiden a la gente ir a trabajar? (Cabe destacar que más de uno ha perdido el empleo, yo incluída)
Debe haber alguna manera de igualar las condiciones. Debe haber una "fuerza de autoridad" que aún tenga conciencia. Sino estamos realmente en un desastre de país, un verdadero y triste desastre.
Saludos.
La historia se está escribiendo cada día con tinta roja Acerinita bella! Ya vendrán mejores momentos para el país. Un abrazo enorme y un beso grande!
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