Wednesday, April 05, 2006

VENEZUELA LLORA A SUS NIÑOS...


Venezuela amaneció muy triste hoy.

Nos enteramos que ayer en la tarde, en una población cercana a Caracas, aparecieron cuatro cuerpos inertes. Era lo que nadie quería que ocurriese. Eran ellos. Hace ya 40 días fueron secuestrados los hermanos Faddoul Diab. Bryan, de 17, Kevin de 13 y Jason de 11, quienes se dirigían a su colegio en Caracas cuando fueron súbitamente secuestrados junto al chofer de la familia, Miguel Rivas.

He leído que Albert Einstein le explicó una vez a un profesor que no existe el frío sino la ausencia de calor, que no existe la oscuridad sino la ausencia de luz y que tampoco existe el mal, porque es tan sólo la ausencia de Dios en nuestros corazones.

Hoy mas que nunca recordamos al poeta venezolano Andrés Eloy Blanco en “Los hijos infinitos” cuando escribió:

"Cuando se tiene un hijo,
se tiene al hijo de la casa
y al de la calle entera,
se tiene al que cabalga en el cuadril de la mendiga
y al del coche que empuja la institutriz inglesa
y al niño gringo que carga la criolla
y al niño blanco que carga la negra
y al niño indio que carga la india
y al niño negro que carga la tierra.
Cuando se tiene un hijo,
se tienen tantos niños
que la calle se llena
y la plaza y el puente
y el mercado y la iglesia
y es nuestro cualquier niño cuando cruza la calle
y el coche lo atropella
y cuando se asoma al balcón
y cuando se arrima a la alberca;
y cuando un niño grita,
no sabemos si lo nuestro es el grito o es el niño,
y si le sangran y se queja,
por el momento no sabríamos
si el ¡ay! es suyo o si la sangre es nuestra.
Cuando se tiene un hijo,
es nuestro el niño que acompaña a la ciega
y las Meninas y la misma enana
y el Príncipe de Francia y su Princesa
y el que tiene San Antonio en los brazos
y el que tiene la Coromoto en las piernas.
Cuando se tiene un hijo,
toda risa nos cala,
todo llanto nos crispa,
venga de donde venga.
Cuando se tiene un hijo,
se tiene el mundo adentro
y el corazón afuera.
Y cuando se tienen dos hijos
se tienen todos los hijos de la tierra,
los millones de hijos con que las tierras lloran,
con que las madres ríen,
con que los mundos sueñan,
los que Paul Fort quería con las manos unidas
para que el mundo fuera la canción de una rueda,
los que el Hombre de Estado,
que tiene un lindo niño,
quiere con Dios adentro y las tripas afuera,
los que escaparon de Herodes
para caer en Hiroshima entreabiertos los ojos,
como los niños de la guerra,
porque basta para que salga toda la luz de un niño
una rendija china o una mirada japonesa.
Cuando se tienen dos hijos
se tiene todo el miedo del planeta,
todo el miedo a los hombres luminosos
que quieren asesinar la luz y arriar las velas
y ensangrentar las pelotas de goma
y zambullir en llanto ferrocarriles de cuerda.
Cuando se tienen dos hijos se tiene la alegría y el ¡ay! del mundo en dos cabezas,
toda la angustia y toda la esperanza,
la luz y el llanto,
a ver cuál es el que nos llega,
si el modo de llorar del universo el modo de alumbrar de las estrellas.
Es verdad, todo en la vida cambia de sentido cuando se tienen hijos…


Hace unos días su madre escribió una carta a los secuestradores. La reproduzco porque no deja más nada que decir:

"Ustedes no se imaginan el daño tan grande que produce un secuestro en una familia, y, por ende, en una sociedad tan hermosa como la de Venezuela.
Bajo el nombre de Dios y con el nombre de miles de madres en todo el mundo, les quiero decir: los perdono.
No soy nadie en este mundo. Todos somos extranjeros en la Tierra de Dios. Sólo Dios y los representantes de El, perdonan.
Pero yo soy el mundo para Bryan, Kevin y Jason, y tengo la suficiente autoridad de perdonarlos.
No sé quiénes son y no sé dónde están o en qué trabajan, cómo viven o cuál su religión, pero sí sé que ustedes tienen padres, hermanos, familia o hijos... bajo esta relación familiar que cada uno de ustedes tienen con sus seres queridos, les imploro misericordia.
Les imploro misericordia por Bryan, que como ustedes deben saber es un muchacho excepcional y buen alumno; excelente hermano mayor y un buen hijo. Aparte de todo, se va a graduar dentro de poco con sus amigos del alma.
Misericordia por Kevin que nació tristemente con una cruz, que con todo el dinero del mundo no pudimos eliminar la parálisis de su vida, pero con mucho amor, fe en Dios, pudimos compartir su carga y hacerla más liviana.
Misericordia por Jason, quien fue un enviado por Dios para ayudarnos con la fuerte labor de Kevin y créanme que sí nos está ayudando muchísimo desde que nació. Misericordia por Miguel que es un excelente amigo y gran padre de dos hermosas criaturas, luchador día a día...
No estoy destruida como muchos lo piensan. No he tomado ningún tipo de calmante. Sólo he tomado el calmante de la oración y de la fe. Ahora es que tengo suficientes fuerzas para sacar adelante a esas criaturas que hasta ahora no se preguntan por qué fueron arrancadas de nuestras vidas camino a su colegio...
Ya ustedes señores secuestradores conocen a mis hijos. Saben que no son malos y saben que nacieron para no ser negociados... Si Dios los escogió para finalizar con la misión de esas criaturas, no puedo hacer nada para evitarlo. No soy nadie delante de ustedes ni delante de Dios. Sólo les suplico que lo hagan rápido y mientras ellos duermen, les suplico que le den una foto de cualquier santo para que no se sientan solos. Lo único que puedo yo hacer de mi parte es rezarle a sus ángeles para que la subida al cielo, sea rápida y hermosa..."

3 comments:

Kareta said...

Lloramos y bastante!!! espero que no sigamos así!

DovMD said...

Cuantas mas lagrimas han de derramarse para que esto termine?

Cuanto dolor junto!

unocontodo said...

Esa carta, será la pesadilla, de esos mal nacidos...