"Dicen que las personas abren su corazón cuando están frente al mar". N.P. Banana Yoshimoto
Monday, February 20, 2006
Mis giros musicales
No es un secreto para nadie que yo diga que soy un músico frustrado.
Cuando tenía doce años me puse a trabajar y a reunir dinero para poder comprarme una guitarra, lo cual después de mucho esfuerzo concreté, solo para que, cuando asistí a una prueba realizada en la escuela de música de mi vecindario, el profesor de turno me dijera que me dedicara a la pintura porque no tenía dotes musicales (!!).
Me causó tal frustración en aquel momento que no volví a intentarlo más. Sin embargo me gusta muchísimo la música y mis amigos que son ejecutantes siempre me dicen que tengo sensibilidad musical y me preguntan el porqué no le dediqué algún tiempo a la ejecución de algún instrumento musical. Que de cosas tiene la vida.
Recuerdo muy bien que cuando tenía cinco años, nos disputábamos en casa el aparato de radio para escoger que emisora escuchar. En aquel tiempo como ahora, había emisoras con tendencias musicales, unas de rock, otras de música latina, otras de música folklórica y las más, de música popular, es decir, la que estuviera de moda en el momento.
Mi hermana mayor prefería las de corte rockero mientras que a mi, no se si por llevarle la contraria o porque verdaderamente me gustaba, tenía preferencia por las de ritmos latinos.
No todos los ritmos latinos me gustaban. Me acuerdo que tenía preferencia por los antecesores de la salsa, los que tocaban el famoso ritmo boogaloo, mas precisamente las bandas de Richie Ray y Bobby Cruz con éxitos como “El Jala-jala”, la de Pete Rodríguez (que no es el mismo Pete “Conde” Rodríguez de la Fania All Stars de mucho después) con “Micaela” y el Sexteto Juventud con “Mi Calvario”, un grupo venezolano que aun en 2006 suena a veces en la radio. Todos ellos representaban los precursores de lo que mucho después devendría en una mezcla de ritmos afrocubanos que se conoce como “Salsa”.
Debo confesar que lo de la disputa de la radio lo hacíamos cuando mi padre no estaba en casa, pues él nos tenía una dictadura de música académica. Nos obligaba a escuchar Radio Nacional de Venezuela, que tenía una programación 100% de música académica e incluso nos hacía preguntas para cerciorarse de nuestro conocimiento del tema. Como era obligado yo la detestaba y aun hoy me resisto en algo a escucharla. Sin embargo debo confesar que, de toda la música que escuchaba en Radio Nacional, me gustaba mas la música de cámara, las sonatas, todo lo que ponían de Vivaldi y de mi compositor preferido, Piotr Illich Tchaikovski las suites de “El Cascanueces” y “El Lago de los Cisnes”.
Cuando entré en la escuela secundaria, esto es, en 1974, me dejé llevar por la cantidad de baladas pop que estuvieron en boga en esos años, los BeeGees, Al Stewart con su “Año del Gato”, Barry Manilow con “I will write the songs”, Gladys Knight and The Pips con su “Midnight Train to Georgia”, Roberta Flack con “The First Time Ever I saw Your Face”. Pasé inmediatamente a la onda del “Disco Music” con Gloria Gaynor y su “I will survive”, Donna Summer y “I love to love you baby”, Andrea True Connection y “More, more, more”, KC and The Sunshine Band con “Shake, shake, shake”, “That´s the way, I like it”, el maestro Barry White y la Orquesta Amor Ilimitado y lo cumbre fue en 1977 la película “Fiebre del Sabado por la Noche” con John Travolta, con una banda de sonido integrada principalmente por Los Bee Gees con exitazos como “Staying Alive” y “Night Fever”.
Comencé a coleccionar discos de acetato, los famosos LP, todos de música disco y que aun conservo conmigo. Tenía un amigo que poseía una colección de música reggae, ritmo que escuchaba por primera vez y que me cautivó, vaya usted a saber porqué. Yo compartía con el mis LP de disco music mientras que el me mostraba la música de sus cassettes grabados por su primo en la propia isla de Jamaica, la mayoría de Bob Marley, uno de los músicos populares mas trascendentales del siglo XX, con su grupo “The Wailers”, una banda interesantísima acompañada de un coro impresionante formado por Judy Mowatt, Marcia Griffiths y Rita Marley, esposa de Bob.
Curiosamente esos fueron los años del boom de la “Salsa” y yo, que escuchaba religiosamente a los precursores, estaba en la onda de baladas en inglés...
Luego entré a la Universidad a comienzos de los 80 y comenzó un nuevo viraje en mis gustos musicales. Cuando entré tenía muchas canciones de disco en la cabeza y no dejaba de escuchar las emisoras de corte juvenil de la época, conocidas como “La Pantera”, “Radio Caracas Radio” y “Exitos 1090”. En esos comienzos de los 80 pude asistir a varios conciertos musicales en el Poliedro de Caracas, un recinto para diez o doce mil personas que presentaba a lo mejor de la música pop y rock internacional del momento. Pude ir entre otros a los conciertos de Gloria Gaynor, el grupo Saga con mis favoritas “Humble Stance” y “Don´t be late” y el mejor de todos los conciertos a los que he asistido en mi vida: Queen en su apogeo, con el mismísimo Freddy Mercury!
En la Universidad hice un gran amigo, Iván Acacio, que vivía en una zona popular de Caracas donde la “Salsa” hacía estragos, el conocido barrio de “La Pastora” en Caracas, donde verdaderamente hice una maestría en ritmos afrolatinos. Cada persona que conocí allí tenía en su propia casa una verdadera colección de discos de ritmos afrolatinos asi como tambien algún instrumento de percusión con el cual se hacían demostraciones en vivo, ejecutando sobre la melodía del disco que sonaba en el momento. Conocí el guaguancó, el son montuno, la rumba, la guaracha y, finalmente, la “Salsa”. Hasta tomé prácticas de instrumentos de percusión como el timbal, los bongós, la tumbadora, la campana y la clave, imprescindibles en las bandas de “Salsa”. Instrucción completa pues. Me enorgullezco de haber sido uno de los primeros compradores, en su primera edición, de el famoso “Libro de la Salsa”, de Cesar Miguel Rondón, todo un ícono para los fanáticos salseros. Este libro se reeditó con formato de lujo en el año 2005 con bastante éxito de ventas.
Aparte de la “Salsa”, escuché una vez en la radio una canción que me marcó: “Aguas de Marzo”, cantada a dúo por Tom Jobim y Elis Regina. Posteriormente conocí en la Universidad a algunos amigos brasileños que me permitieron ahondar más en la samba y el bossa nova. Fui cautivado por este último, especialmente por las composiciones de Jobim cantadas por Nara Leao, Elis Regina, Astrud Gilberto, Joao Gilberto, Caetano Veloso y otros.
Una vez que me gradué mi vida dio un vuelco. Comencé a trabajar y a hacer nuevas amistades con gustos y propuestas muy diferentes. Yo traía en mi bagaje cultural musical una “ensalada” de todo lo que había escuchado de rock, disco music, salsa, bossa nova y baladas en inglés.
He tenido la fortuna de conocer varias personas que padecen la misma enfermedad que yo tengo actualmente: la melomanía, y le hemos sacado punta a los intercambios musicales que hemos realizado. Fruto de esos intercambios conocí el jazz.
El Jazz es un conjunto de ritmos muy variados pero que forman una interesante fusión. Lo que comenzó como una forma de pasar el tiempo amenamente se ha convertido en una gran pasión al punto de poseer hoy dia una buena colección de CDs con música de, entre otros, Louis Armstrong, Ella Fitzgerald, Sara Vaughan, Dinah Washington, Carmen McRae, Dizzy Gillespie, Count Basie, Dave Brubeck, Oscar Peterson, Miles Davis, Billie Holiday, Duke Ellington, Dee Dee Bridgewater, Eumir Deodato, Jeff Golub, Susannah McCorkle, Sonny Rollins, Sonny Stitt, Ben Webster, Eddy Louiss, Michel Petrucciani, Lester Young, Diana Krall, Diane Schuur, Chuck Mangione, Art Blakey, John Pizzarelli y Stan Getz.
Mi cantante favorita es Ella Fitzgerald (en la fotografía del post), me encanta la alegría que transmite con sus interpretaciones. También soy fanático de Billie Holiday, quien tuvo una vida muy trágica, la cual refleja intensamente en sus canciones. Tengo también mi favorita sentimental, alguien a quien he tenido el placer y el privilegio de conocer personalmente y considero una extraordinaria persona, vocalista de muchísima clase en el jazz: la venezolana Biella Da Costa. Me agradan muchísimo las bandas grandes y también los tríos de piano, bajo y batería.
En fin, he logrado convertir mi frustración inicial al no habérseme permitido estudiar guitarra clásica, en una gran pasión por la música de diferentes géneros que me ha acompañado toda la vida y de lo cual me siento muy felíz.
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2 comments:
saludos cordiales amigo Oswaldo, yo hace poco igual he tratado de aprender a tocar guitarra y de veras que cuesta al principio, pero ya puedo sacar un par de canciones con las que me defiendo. bueno saludos y que estes muy bien
Hola amigo Oswaldo un abrazo a la distancia pasa por mi blog y descubre cual es tu talismán del ojo egipcio http://unojo.blogspot.com/
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