Sunday, April 06, 2025

Pensamientos VII

 


Llueve mucho estos días en Andalucía. Los prados, otrora amarillentos, están ahora muy verdes. Se habla de dieciséis borrascas consecutivas y no para de llover, aún con intermitencia.

Es mucho más el tiempo que se pasa en casa. Y leo. Pero esta vez hay ausencia de literatura de ficción y mucha presencia de literatura técnica. Es como si me estuviese preparando para algo que todavía no me ha sido revelado.

Eso sí, estudio mucho. Como hace más de veinte años no lo hacía.

Las vacaciones pasadas he conocido a Roma. Un sueño hecho realidad. Hermosa la capital italiana, se ve arte por todas partes, se palpa arte, se respira arte. Caminar por sus calles es una sensación que no se puede describir con palabras. Probar su comida me hizo llorar de felicidad. Quedé enamorado de Roma, y espero volver muchas veces. No me aburriría nunca en sus calles.

Los monumentos que mas impacto me causaron fueron el Coliseo Romano, el Panteón de Agripa, la Ciudad del Vaticano y la Villa Borghese. Podría ir muchas veces. Me enamoré sin remedio.

Yo he conocido otras ciudades del mundo, Tokio, Kioto, Nueva York, Chicago, Madrid, Bogotá, pero ninguna con el impacto de Roma, con el arte de Roma, con la simpatía de Roma, con los sabores de Roma. Toda una experiencia sensorial.

Quiero ir a Nápoles. Es un deseo que lleva tiempo conmigo. La visito mucho en vídeos y fotografías. La palpo, la siento. Vamos a ver cuando nos encontraremos y cómo será la experiencia.

Han abierto una librería cerca de casa. Me he vuelto habitué de la misma. Los libros tienen un hipnotismo sobre mi persona que no se puede describir. Y aún cuando sé que tengo material para leer, sigo comprando. No lo puedo evitar. Y trato de leer algunos, pero nunca los que quisiera.

Por lo pronto tengo en las manos un libro de Samantha Schweblin, “El buen mal”. Son cuentos y muy buenos, como era de esperarse de Samantha. Ya les contaré cuando lo termine. Que lo voy leyendo de a ratos. Los abrazo en la distancia y deseo que todos estén bien. Digo, si es que alguien se acerca aún por este rincón olvidado del mundo.