Sunday, September 28, 2008

Palabra de Samurai...


"No todas las batallas se ganan avanzando. No todas las retiradas son derrotas. Avanzar es una estrategia. Retirarse también es una estrategia.
Una retirada debe realizarse en orden. No siempre debe parecer ordenada. Retirarse es una estrategia. Las apariencias en la retirada también son una estrategia."
Suzume no Kumo, 1600
*Katsushika Hokusai: "Bajo la ola frente a la costa de Kanagawa. Grabado que fascinó a los pintores impresionistas, como Van Gogh y Monet, e incluso a compositores como Claude Debussy, que la colocó en la portada de su sinfonía titulada "El Mar".

Saturday, September 27, 2008

Beatriz, la poetisa...



I

Tu misterio aprovecha el desamparo y me arrastra. La serenidad en tu rostro me invita a salir de éste cuerpo, que al espíritu es prisión, a abandonar este cuerpo de rutina y novedad cansado. Pero siempre está la luna ahí, invitándome a huir y a esconderme tras ella.

II

Te acercas etéreo, pese a ello te desnudo y me desnudas. Asómate a mi ombligo y observa. Estrellas. Muchas estrellas en mi nochedad. En mi cielo por dentro. Ven, entra, puedes hurtar mi destino.


III

Enfocados por una dorada exhalación astral bebemos nuestras miradas a tiempo que el sol engrasa de áureos aceites nuestras pieles inventadas por mágicos pinceles celestiales.


IV

Te encuentro caminando sobre la línea circunvolutoria del sol y me ahoga tu mirada verde de tantos mares. Mientras tu boca me hace desaparecer en cosmos alucinantes, te lleva mi vientre a la cima placentera, te prolonga mi cuerpo borrando hieráticas fronteras. Y por fin caemos desde la cumbre del éxtasis a la calma.


V


Cómo me gustaría tener la cordura del sabio o la ingenuidad del que nada sabe. Podría entonces resistir los embates de tu indomable convexidad o capitular sin sentirme subyugada. Guarecerme al interior de tu poderosa mano en tanto desgarro tu cerebro de tierra fresca para extirpar la raíz de mi propio recuerdo.


VI


Si tu diestra boca seduce mis instintos y el tibio recuerdo tuyo se aloja en cada hendidura de mi mente. Si la miel de tus ojos ha endulzado mi cuerpo y constelaciones me son ofrecidas en tu ardorosa mirada. Cómo negarme a ser una extensión de tu vida. Cómo prohibirme la entrega.


VII


Siento miedo de ti, océano y sin embargo penetro en tus olas. El alma estalla mientras exploras, mar, cada recoveco de piel. Mientras posees, mar, cada vestigio de razón. Cual vorágine, me fuerzas a tomar de tus aguas, siento de mis ríos fluir agua dulce para ti, mar. De pronto arrojada a la franja de arena con algo de vida en el puño cerrado. Con algo de muerte en el puño extendido, exhausto, vencido…


VIII


En divino paroxismo tu longitud atraviesa mi profundidad, obuses perforan corazón. Me haces levitar en nubes saturadas de tu semen. Entonces llueves y yo soy gota vertida en bosques de locura.


IX


Es mucho el ímpetu, demasiada la vehemencia y tanta la necesidad de una raya azul que haga fisura en mi apasionado borrascoso turbulento tránsito por la vida. Una raya azul que pueda dejar un poco de rocío en la fiebre de mi existencia. Un tiempo sereno, de sentimientos calmados. Una simple raya azul. No para siempre, sólo un momento. Cuánta falta me hace…


X


He sido sorprendida como las montañas por el sol cuando empiezan a habituarse a la nocturnidad. Y corro hacia ti como el río atraído por el mar, quiero girar en tu mundo como gira la luna satisfecha cautiva de la tierra, sin que nada se oponga a su dominio.


XI


Una luz recorre las paredes del instinto y las puertas de la razón a lo imposible cierran el paso. Inconforme el sueño se recuesta a la fantasía. Sé que entonces zarpas en barco de incertidumbres resueltas en cada futuro. Y yo me quedo aquí, pensando…


XII

Obcecado no hace más que girar el molino sin que se trame artilugio en los laberintos de esta masa informe que a algunos les da por llamar cerebro. Sigue molino girando, que ya vuelve a elevarse la vida como reflejo del amor que una vez reposó inerte dentro de mí.


XIII


Ahí está la luna. Es mi aliada, mi refugio. Contemplo el infinito. Tal vez vuelvas o devengas en mito, en dulce no-ser, en utopía, en hostia ciega e impalpable como existe Dios. Da lo mismo. Me quedaré mirando hacia el infinito hasta que la mirada se consuma y escuche en la memoria tu voz que me calma.
Textos de Beatriz Aiffil, publicados en el libro "Tierra Común. Poesía de Venezuela y Colombia", colección "Sin límites", ediciones "La Mancha", 2008

Sunday, September 21, 2008

Bye bye Yankee Stadium!









Never, we will never forget you!
Nunca, nunca te olvidaremos!

Saturday, September 20, 2008

El autobús negro

Recuerdo que cuando apenas tenía cinco años, murió una vecina en la cuadra contigua del vecindario. El velatorio se realizó en la propia residencia de la misma y mi madre no quería dejarnos solos, así que en el último momento nos llevó a dar el último adiós a la finada.

Cuando llegamos, justo al frente de la casa estaba la carroza fúnebre. Era grande, de color negro, con una especie de parrilla plateada en la parte posterior, donde se colocaba la urna.

La imagen me impactó, al punto de que 41 años después permanece nítida en mi memoria. Desarrollé una especie de fobia a los vehículos fúnebres. Recuerdo haber ido en mi adolescencia a ver una película de terror llamada “La mansión tenebrosa” y luego tuve pesadillas durante varios días, asociadas a la imagen del protagonista, quien precisamente se paseaba en una carroza fúnebre.

Ni siquiera hoy en día he perdido el temor a esos automóviles funerarios, que ahora los hay grises y de otros colores que, en mi opinión, buscan minimizar el impacto visual.

Hace unos siete meses me encontraba en la librería del amigo Andrés Boersner y me puse a leer un poemario de un autor polaco. Lo abrí, como suelo hacer, en una página cualquiera, y justo allí encontré una poesía relacionada con el tema de este post. Estuve a punto de cerrar el libro, por las razones antes expuestas, pero en cambio quedé maravillado del tratamiento que el poeta le dio al asunto. Lo comenté con Andrés. Me pareció fascinante, a pesar de mi fobia.
Hoy volví a la librería, y le pregunté por el libro, cuyo autor no venía a memoria, pero él no recordaba bien el episodio. El caso es que fui directamente a donde estaba expuesto aquella vez y me encontré, en el mismo punto, con un libro parecido, también de autor polaco, vaya coincidencia. Al revisarlo minuciosamente volví a encontrarme con el poema, que había permanecido todo ese tiempo en mi memoria. Y me traje el poemario. Es hermoso. Se llama “Siempre fragmentos. Poemas selectos”. El poeta es Tadeusz Rózewicz (Selección, traducción y nota de Gerardo Beltrán y Abel Murcia. Bid & Co. editor). Altamente recomendable.


El autobús negro

Este autobús negro
es distinto de ese rebaño de color rojo
que hierve como un cazo
al fuego.

En su interior un solo pasajero
paciente y alargado
con su abrigo de madera
vestido a la última
bajará en la última parada.

Nadie se apresura a coger ese autobús
caiga quien caiga
más bien al contrario.

Pintemos todos los autobuses
de negro con una raya blanca.
Su aspecto melancólico
hará que las personas
sean más amables
al subir
y al bajar.

Tadeusz Rózewics
Poeta polaco.
UPDATE: "Descubrí que a la gente de hoy se le enseña a negar la muerte, y se les enseña que no significa otra cosa que aniquilación y pérdida. Eso quiere decir que la mayor parte del mundo vive, o bien negando la muerte o bien aterrorizado por ella. El mero hecho de hablar sobre la muerte se considera morboso, y muchas personas creen que el solo hecho de mencionarla es correr el riesgo de atraérsela." Sogyal Rimpoché, maestro tibetano de meditación budista.

Friday, September 19, 2008

Maestra vida...de blogger

Hace ya tres años escribí mis primeras letras en esta casa virtual. Y a partir de allí han sucedido muchas cosas, unas reveladas, otras no, pero que verdaderamente han marcado mi vida, y que llevan la tinta indeleble del blogger, para bien o para mal. He cosechado amistades muy hermosas, algunas de las cuales no he visto aún por primera vez pero que se han revelado a través de sus propias letras, he compartido muchas cosas, he reído, he llorado y he escuchado, he hablado, me he molestado y he pedido conversar, he puesto mi hombro. A lo largo de estos tres años, también he dejado muestras de la presencia de las letras del maestro de maestros, el poeta Rubén Blades, en muchos de los escritos. Y es que la vida queda de algún modo reflejada en muchas de sus letras, y es precisamente mi forma de ver la vida lo que principalmente dejo en este lienzo.

Luego de 3 años, las ganas de escribir no cesan, el entusiasmo permanece como el primer día. He notado que, durante estos tres años, ha habido un boom del fenómeno blog, que poco a poco se ha ido extinguiendo, debido, entre otras cosas, al furor que causan otros fenómenos mediáticos, como el facebook, por ejemplo. Eso es una de las causas, aparte de la variedad de razones que la gente tiene en mente a la hora de abrir un blog, y no todo el que lo hace tiene claridad en la idea de la permanencia. Caso aparte es el entendimiento de lo que significa “bloggear” (que me perdonen los puristas de la lengua), el tiempo que hay que dedicarle para que crezca fuerte y sano, como los hijos.

Infinitas gracias a todos los que tienen a bien pasar por estos lares de Dios, esos que han enriquecido mi escritura, a través de un bonito intercambio de energía, de valores, de cariño y amistad. Besos inmensos a todas las mujeres que, con un hermoso corazón por delante, vienen a menudo, a las que dejan sus huellas, y a las que no, a los caballeros que leen mis divagaciones, mis cuentos, mis enseñanzas. Bien lo dijo Toquinho, “el futuro es una acuarela y tu vida un lienzo que coloreas”. En este caso, los colores del lienzo son nuestros, míos, y de ustedes con su buena vibra…

A tu escuela llegué sin entender porque llegaba,
en tus salones encuentro mil caminos y encrucijadas,
y aprendo mucho y no aprendo nada.
Maestra vida camará,
te da, te quita, te quita y te da.
Paso por días de sol, luz y de aguaceros,
paso por noches de tinieblas y de lunas.
Paso afirmando, paso negando, paso con dudas,
entre risas y amarguras,
buscando el porqué y el cuándo.

Maestra vida, de justicias e injusticias,
de bondades y malicias,
aún no alcanzo a comprenderte.

Maestra vida, que ese culpo no perdona,
voy buscando entre tus horas
el espejo de los tiempos para ver tus sentimientos,
y así,­ comprender tus cosas.

Y vi espinas y vi rosas,
vi morir seres queridos, vi bellezas, fui testigo
de maldades y de guerras.

Vi lo bueno de la tierra,
y vi el hambre y la miseria,
y entre el drama y la comedia
avance entre agua y fuego.

En Dios me acuerdo primero
solo en trance de morirme,
o a veces cuando estoy triste,
mas nunca si estoy contento.

No dura agradecimiento
pa´ aquel que nos da la mano,
tan pronto nos sale el clavo
se olvida to´ el sufrimiento.

Y tengo amigos, conocidos y enemigos,
amores que me han querido,
y rostros que niegan verme.

Me encontré frente a la muerte,
y en sus ojos vi el sentido,
y con el miedo conmigo,
así­ yo aprendí­ a quererte.

Y hoy sé que nada es seguro,
ya que todo es pasajero,
la muerte es el mensajero
que con la última hora viene.
Y el tiempo no se detiene,
ni por amor, ni por dinero.
Maestra vida, me voy persiguiendo al tiempo
a ver si encuentro respuestas,
antes de la hora en que yo muera.
Aunque me estoy resignando a esta fatal realidad…

(letra de “Maestra Vida”, de Rubén Blades)

Friday, September 05, 2008

Los besos


Cada quien tiene una idea de lo que significa, su concepto sobre el particular. Besar a alguien a quien amas produce una sensación indescriptible con palabras. El primer beso, ¡ay, el primer beso!, difícil de olvidar el primer beso, hay cosas que pueden olvidarse, pero no esa, aunque otros amores vengan, ahí queda eso, como tinta indeleble. Los primeros besos de otros amores, también permanecen, aunque luego, con el tiempo, haya que echar alguno al saco del olvido. No obstante, si te topas con esa persona, vuelve ese beso a la memoria. Por más que las caras no demuestren, o se empeñen en mentir, ese beso está allí, en el ambiente, como queriendo materializarse.

Y hay también besos que nunca pudieron ser. Por más deseo que hubo no contaron con el momento, el tiempo, la oportunidad, el deseo definitivo, no contaron. Son besos huérfanos de figura, de sensaciones, tan solo imágenes, promesas sin aflorar, son como hojas secas arrastradas por la lluvia, que no volverán al árbol.

¿Y que me dicen de los fortuitos? Aquellos que llegaron cuando menos se esperaban, y no dieron tiempo a nada, surgieron y ya, se disfrutaron, pero ya, no tienen mañana, como tampoco tuvieron ayer, fue química del momento, provocaron risas nerviosas, suspiros, miradas, pero no pudieron continuarse, por muchas razones que no vienen al caso, lo cierto es que en su momento fueron besos, tan buenos como los otros.

Besar es como beber agua salada, mientras lo haces tu sed aumenta dice un proverbio chino.

Besos, besos que van y vienen día a día, besos que iluminan las noches, y los días. Besos de vacaciones y besos de ocupaciones, besos que lo son todo y besos que no quieren ser, y que al final no son besos en medio de su insensibilidad, porque los besos, como tales, son sanadores, curadores, activadores, consoladores, angustiadores, silenciosamente embrujadores, y le pertenecen por siempre a quien los da, y a quien los recibe.
*Fotografía de Zakix en www.deviantart.com

Monday, September 01, 2008

Yo creo


¡Hola a todos! En estos dias hice una parada en lo que a trabajo se refiere, y me di una pasadita por New York, la Gran Manzana, la ciudad que nunca duerme. Entre tantas cosas que ver allá, hay una en particular que decidí plasmar en esta casa virtual. Es una placa ubicada en la placita del Rockefeller Center, con unas sabias palabras del magnate norteamericano John D. Rockefeller Jr., dignas de hacerles eco, por la validez que adquieren en el tiempo. Les dejo aqui mi traducción, que quizás no sea la mejor, pero en ella queda plasmado el espíritu del mensaje:


Yo creo


Yo creo en el supremo valor del individuo y en su derecho a la vida, a la libertad, y a la búsqueda de la felicidad.


Yo creo que cada derecho implica una responsabilidad, cada oportunidad una obligación, cada posesión un deber.


Yo creo que la ley fue hecha para el hombre, y no el hombre para la ley; que el gobierno es el sirviente del pueblo y no su amo.


Yo creo en la dignidad del trabajo, sea éste con la mente o con las manos; que el mundo no le debe a ningún hombre la vida pero sí le debe a cada hombre la oportunidad de tener una forma de subsistencia.


Yo creo que el ahorro es esencial para una vida bien ordenada y que la economía es un requisito principal de una buena estructura financiera, sea ésta en el gobierno, en los negocios o en asuntos personales.


Yo creo que la verdad y la justicia son fundamentales para que un orden social perdure en el tiempo.


Yo creo en el sagrado valor de una promesa, que la palabra de un hombre debería ser tan buena como su credibilidad; que el carácter -y no la riqueza, o el poder, o la posición -es de supremo valor.


Yo creo que la prestación de un servicio útil es el deber común de la humanidad, y que sólo en el fuego purificador del sacrificio se encuentra la escoria del egoísmo consumido y la grandeza del espíritu humano hecho libre.


Yo creo en un Dios todo sabio y todo amoroso, llámese como se llame, y que los más grandes logros del individuo, su mayor felicidad, y su más amplia utilidad las encuentra viviendo en armonía con Su Voluntad.


Yo creo que el amor es la cosa más grande del mundo, y que él en sí mismo puede vencer al odio; que la justicia puede y de hecho triunfará sobre la fuerza.