Día
soleado en el que no podemos salir con libertad. Hay muchas vías cerradas por
el cortejo fúnebre del Presidente. Mejor es quedarse en casa y ver películas en
la TV. Leer también es una alternativa.
Hablando
de lecturas, hace poco leí una joya del escritor venezolano Juan Carlos Méndez
Guédez, titulado “Arena Negra” (Lugar Común, 2012). Extraordinaria novela,
plagada de imágenes que nos terminan poseyendo y no nos permiten avanzar a la
velocidad que queremos sino que por el contrario, se empeñan en retenernos y en
compararse con experiencias de vida propias o ajenas que nos han sido contadas.
Arena
negra, como en algunas playas de las Islas Canarias, donde se ambienta gran
parte de la novela, un hecho que considero exótico al compararla con los
colores de las arenas de las playas de Venezuela. Uno de los muchos cambios que
genera el vivir en tierras lejanas.
Un
hombre que se marcha a Venezuela dejando atrás a su familia. Una hija que espera
siempre un retorno que no termina de ocurrir, y termina cobijándose en su
ausencia. Una madre que lo espera cada día, escondiendo inútilmente sus penas
ante sus hijos. Y un narrador omnisciente, que aparece y desaparece cada tanto.
El
estilo es único, con capítulos titulados con las letras del alfabeto, que
cambian a medida que se pasa de un personaje a otro, o al narrador. Me ha
parecido un gran acierto la selección de este libro para leer en estos
momentos que vivimos, donde hay tanta gente querida afuera, añorando el
terruño, y otro grupo que más bien se quiere ir, cuando ya no soporta tanto desorden y confusión.
En
parte por eso, las escenas narradas en el libro te retienen y te llevan a rememorar las de los tuyos viviendo situaciones muy parecidas.
Las
imágenes que vienen a mi mente son de amigos y amigas que hace rato se
marcharon, algunos con la mente en lo temporal, otros con la idea de quemar las
velas y quedarse a vivir en otros suelos.
Hoy los extraño en muchas situaciones
en que se me hace necesaria su presencia, pero no están.
Donde quiera que estén, se que reniegan de ciertas cosas a las que nunca
se acostumbraron y no dejan de pensar en volver en cuanto vean vientos de
cambio que no terminan de surgir. Y como no pueden volver, suelen reunirse en
grupos del mismo origen a rumiar su descontento y soñar con una vuelta a una
tierra que poco a poco se les va haciendo lejana, y en algunos casos imposible.
Por
eso, y por la belleza de una prosa que merecemos en los libros que leemos,
recomiendo de corazón internarse en la narrativa de “Arena Negra”.
*Imagen: www.playascalas.com
*Imagen: www.playascalas.com
Cómo me suena todo eso que cuentas, Oswaldo. Son tantas idas y venidas, propias y ajenas, que una se ha acostumbrado a estar y ser, sin más.
ReplyDeleteEspero que tu pais se deje envolver en un halo pacífico, realista, de avance, de perder el miedo a lo desconocido.
Un abrazo desde Barcelona.
Anoto el título del libro, que después de leer tu reseña me ha causado curiosidad, más por tratarse de una historia que en parte sucede en las Canarias :-)
Jaura Herbst - Saray Schatezler
Hola Laura! El país está dividido, y es una herida que tardará en curarse. Sobre el libro de Méndez Guédez, en Venezuela lo editó Lugar Común. En España está por salir con otra editorial, por lo que se. Te vas a sentir identificada cuando lo leas. Un gran abrazo y un beso!
ReplyDeleteInteresante tu post, velado de nostalgia y de incertidumbre.Deseo lo mejor para ese hermoso país y su gente. Espero ver ese libro por aquí.
ReplyDeleteUn abrazo
Hola RosaMaría! Investiga, porque creo que sale en breve en Madrid. Un beso grande!
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