Hola Muammar. Quizá nunca leas esto que ahora escribo. Quizá sí. Nunca se sabe. Es como guardar un mensaje en una botella y lanzarlo al mar. Siempre se tiene la certeza de que alguien lo leerá en algún momento. Y lo entenderá. Cuando se lanza la botella con el mensaje, se lanza acompañada del deseo de que alguien invisible, al cual va dirigido el mensaje, en algún momento lo tenga en sus manos. Ése es justamente mi propósito ahora. ¡Allí va! ¡Para ti Muammar!
He sabido de ti desde que era un niño. Ya eras el líder de tu pueblo. Bajo tus alas la nación vivió una transformación importante, en lo social, en lo económico, al menos eso dicen los libros de historia que he leído. El país monárquico se convirtió de tu mano en una revolución socialista, y el producto interno bruto se elevó como consecuencia de una mejor distribución entre la gente de la riqueza petrolera.
Una vez compré un libro, cuyo autor es Jeffrey Gitomer, llamado “El Pequeño Libro Verde Para Lograr Tu Objetivo”. Lo hice para conocer sus consejos acerca de cómo hablar, escribir, presentar, persuadir, influenciar y vender tus puntos de vista a otros. Mucho que decir de este interesante libro, pero no es lo que nos atañe ahora. Quedémonos tan sólo con lo del librito verde.
Mi hermana me vio un día leyéndolo, y me preguntó si también leía a Muammar.
No, –le dije– no es de Muammar, es de Jeffrey Gitomer.
El nombre nada le dijo, aunque eso es lo de menos ahora.
Ella lo examinó y luego de un rato me mostró una edición en español del “Libro Verde”, de Muammar Al-Gaddafi. En aquella oportunidad prometí leerlo. La verdad es que no sé si ahora tenga algún interés por hacerlo.
Porque Muammar, eso de dispararle a tu pueblo…allí sí que no te acompaño. Allí te digo que, con toda propiedad, has pecado. Lao-Tse dijo que gobernar es como freír un pececillo, que se arruina si se le revuelve demasiado. Y vaya que lo has arruinado todo Muammar. Sólo por aferrarte a un poder que has mantenido desde que yo tenía apenas siete años, y mira que ya bordeo los cincuenta. Es como que mucho, ¿no?
Te has hecho rico Muammar, y también tu familia y allegados. ¿Y qué hay de tu pueblo? ¿Se han hecho ricos también? No lo creo porque las protestas contra tu gobierno crecen de manera exponencial, como la espuma. No hay miedo a pesar de la brutal represión que ya no puedes ocultar al mundo.
No dispares a tu propio pueblo Muammar, respétale que ya no crea en ti, busca las razones, aunque lamento decirte que se te ha hecho tarde.
Lee, Muammar, sin importar que sea tarde, el Credo de John Rockefeller Jr. Allí hay muchas verdades. Hubiese sido bueno que las sopesaras antes de que decidieras hacer lo que estas haciendo…
Yo creo
Yo creo en el supremo valor del individuo y en su derecho a la vida, a la libertad, y a la búsqueda de la felicidad.
Yo creo que cada derecho implica una responsabilidad, cada oportunidad una obligación, cada posesión un deber.
Yo creo que la ley fue hecha para el hombre, y no el hombre para la ley; que el gobierno es el sirviente del pueblo y no su amo.
Yo creo en la dignidad del trabajo, sea éste con la mente o con las manos; que el mundo no le debe a ningún hombre la vida pero sí le debe a cada hombre la oportunidad de tener una forma de subsistencia.
Yo creo que el ahorro es esencial para una vida bien ordenada y que la economía es un requisito principal de una buena estructura financiera, sea ésta en el gobierno, en los negocios o en asuntos personales.
Yo creo que la verdad y la justicia son fundamentales para que un orden social perdure en el tiempo.
Yo creo en el sagrado valor de una promesa, que la palabra de un hombre debería ser tan buena como su credibilidad; que el carácter -y no la riqueza, o el poder, o la posición -es de supremo valor.
Yo creo que la prestación de un servicio útil es el deber común de la humanidad, y que sólo en el fuego purificador del sacrificio se encuentra la escoria del egoísmo consumido y la grandeza del espíritu humano hecho libre.
Yo creo en un Dios todo sabio y todo amoroso, llámese como se llame, y que los más grandes logros del individuo, su mayor felicidad, y su más amplia utilidad las encuentra viviendo en armonía con Su Voluntad.
Yo creo que el amor es la cosa más grande del mundo, y que él en sí mismo puede vencer al odio; que la justicia puede y de hecho triunfará sobre la fuerza.
*Imagen: OneStonedCrow.blogspot.com