Tengo en mis manos un descubrimiento extraordinario. Se trata del CD “Day Trip” del guitarrista Pat Metheny, junto al bajista Christian McBride y el baterista Antonio Sánchez. Simplemente maravilloso. No sólo se trata de las melodías de Metheny y de su notable ejecución de la guitarra, sino también del virtuosismo de McBride y de Antonio Sánchez, un baterista genial, con sonido propio. El Jazz…
La primera vez que tuve la ocasión de probar una cerveza, hace ya unos cuantos años, recuerdo que primero la observaba, burbujeante y con las gotas de rocío en la superficie, tan provocativa. Su olor me desagradaba enormemente, mi olfato estaba cerrado a ella. Al probarla, la sensación fue de desaprobación, amarga como ella sola. ¿Cómo alguien podía osar a probar ese líquido espumante de sabor tan desagradable?
El tiempo se encargaría de presentármela poco a poco. En la playa, en momentos de gran calor y sed, la veía, cubierta de rocío en la botella, vestida de novia. Fui acercándome, asociando su sabor, su color y su frescura a esos momentos de playa, y la fui probando hasta que comencé a tomarle el gusto. Fui abriendo los sentidos a ella, a su sabor, color y aroma, y ella a mí, como dos enamorados. Hoy en día puedo decir que me encanta la cerveza fría y me sorprende el hecho de que he podido comprobar que se hace muy buena cerveza en casi todo el mundo.
De la misma forma sucedió con el jazz. Mi oído estaba cerrado a las primeras audiciones. No me gustaba, para nada. Acostumbrado como estaba al tum-tum de la música pop o el disco-music de los años 80, no podía asimilar ese paseo entre compases, eso de que cada músico interpretara sus solos, en los cuales parecían estar jugando y desvirtuando la melodía original. Poco a poco comencé a comprenderlo, lo fui entendiendo, me fui adentrando en ese mundo. Fui estudiando, fui aprendiendo, fui leyendo, me fui cultivando, adaptando mi oído, rebelde inicialmente, luego ya no tanto.
Comencé a adoptar algunas tendencias, algunos movimientos, como el swing se fueron asociando a mis favoritos. Conocí a las grandes cantantes a través del disco, el video y la lectura. Aprendí a degustar los temas, el toque personal, el fraseo, el saber que cada cantante tiene una forma particular de cantar una misma melodía.
Supe que, dependiendo de nuestro estado de ánimo al momento de escuchar, una misma melodía nos guste o nos desagrade. Que en otro momento, de otro ánimo, la misma melodía nos puede llegar hasta los huesos, directo al corazón, lo que se conoce en el argot jazzístico como estar “in the mood” para escuchar un tema.
Aprendí a disfrutar de la ejecución de los diferentes instrumentos musicales, a escuchar a los diversos ejecutantes y me fui familiarizando con algunos artistas en cada instrumento, como en el saxofón, por poner un ejemplo, en cualquiera de sus variables, saxo alto, barítono o tenor, Gerry Mulligan, Ben Webster, Joe Lovano, Sonny Rollins, Sonny Stitt, Kenny G, Lester Young, Charlie Parker, John Coltrane.
Soy de los que piensan que, por su misma forma de ser, con el jazz, como cuando se pinta una obra de arte, se expande tu capacidad mental, éste modifica tu forma de ver las cosas y por lo tanto, facilita el razonamiento en otros campos del saber y de la vida. En síntesis, el jazz es una medicina.
La primera vez que tuve la ocasión de probar una cerveza, hace ya unos cuantos años, recuerdo que primero la observaba, burbujeante y con las gotas de rocío en la superficie, tan provocativa. Su olor me desagradaba enormemente, mi olfato estaba cerrado a ella. Al probarla, la sensación fue de desaprobación, amarga como ella sola. ¿Cómo alguien podía osar a probar ese líquido espumante de sabor tan desagradable?
El tiempo se encargaría de presentármela poco a poco. En la playa, en momentos de gran calor y sed, la veía, cubierta de rocío en la botella, vestida de novia. Fui acercándome, asociando su sabor, su color y su frescura a esos momentos de playa, y la fui probando hasta que comencé a tomarle el gusto. Fui abriendo los sentidos a ella, a su sabor, color y aroma, y ella a mí, como dos enamorados. Hoy en día puedo decir que me encanta la cerveza fría y me sorprende el hecho de que he podido comprobar que se hace muy buena cerveza en casi todo el mundo.
De la misma forma sucedió con el jazz. Mi oído estaba cerrado a las primeras audiciones. No me gustaba, para nada. Acostumbrado como estaba al tum-tum de la música pop o el disco-music de los años 80, no podía asimilar ese paseo entre compases, eso de que cada músico interpretara sus solos, en los cuales parecían estar jugando y desvirtuando la melodía original. Poco a poco comencé a comprenderlo, lo fui entendiendo, me fui adentrando en ese mundo. Fui estudiando, fui aprendiendo, fui leyendo, me fui cultivando, adaptando mi oído, rebelde inicialmente, luego ya no tanto.
Comencé a adoptar algunas tendencias, algunos movimientos, como el swing se fueron asociando a mis favoritos. Conocí a las grandes cantantes a través del disco, el video y la lectura. Aprendí a degustar los temas, el toque personal, el fraseo, el saber que cada cantante tiene una forma particular de cantar una misma melodía.
Supe que, dependiendo de nuestro estado de ánimo al momento de escuchar, una misma melodía nos guste o nos desagrade. Que en otro momento, de otro ánimo, la misma melodía nos puede llegar hasta los huesos, directo al corazón, lo que se conoce en el argot jazzístico como estar “in the mood” para escuchar un tema.
Aprendí a disfrutar de la ejecución de los diferentes instrumentos musicales, a escuchar a los diversos ejecutantes y me fui familiarizando con algunos artistas en cada instrumento, como en el saxofón, por poner un ejemplo, en cualquiera de sus variables, saxo alto, barítono o tenor, Gerry Mulligan, Ben Webster, Joe Lovano, Sonny Rollins, Sonny Stitt, Kenny G, Lester Young, Charlie Parker, John Coltrane.
Soy de los que piensan que, por su misma forma de ser, con el jazz, como cuando se pinta una obra de arte, se expande tu capacidad mental, éste modifica tu forma de ver las cosas y por lo tanto, facilita el razonamiento en otros campos del saber y de la vida. En síntesis, el jazz es una medicina.
Muito obrigado Carlos! Bemvindo! Esta e sua casa quando quiser pode voltar. Felis Natal!!!
ReplyDeleteMi viejo consentido y espectacular!!! paso de carrerita y sin leer (prometo hacerlo con calma luego) solo para desearte que estos días sean plenos y llenos de la compañia de los tuyos, de las risas, los besos, los abrazos, la buena vibra, que nunca te falte nada y siempre te sobre todo para que sigas repartiendo a medida que pasas.
ReplyDeleteTe Quiero mucho y te embarco un helicoptero de besos que te los dejarán caer encima de donde vives, asi que pilas que el piloto es medio antipatico y si no estás, se los repartira a otros (gente que se cree santa con lo ajeno, que te puedo decir? jajajajaja)
Besos y mucha felicidad para ti y los tuyos siempre. Gracias por el cariño :)))
Hooooolaaaaa Naaaaanyyy beeeellaaaaa! Estoy pendiente de ese helicóptero jajajajaja! Me imagino que los lanzará en cajas porque si es personalmente PASO!!! Jajajaja! Feliz Navidad preciosa!
ReplyDeleteOswaldito: También te deseo una muy feliz navidad. Espero que el Niño Dios te haya traido los mejores regalos para el espíritu. Espero que el 2009 esté lleno de bendiciones. Un gran abrazo, Claudia
ReplyDeleteHola Oswaldo, feliz navidad!! espero que la hayas pasado bien.. Leyendo tu blog una vez mas, como dices, no es fácil escuchar jazz la primera vez, de hecho no es para escuchar en cualquier momento, yo lo prefiero en mis momentos solitarios de introspección o cuando manejo en viajes largos sobretodo.. uno de mis favoritos temas es ese clásico de Paul Desmond y Dave Brubeck "Take Five"..
ReplyDeleteEspero que hayas celebrado con algo mejor que cerveza.. jajaja!!! saludos!!
Hola Claudita bella! Gracias eternas por los buenos deseos! Gracias por la buena vibra que dejas siempre! Un beso enorme de tu exclusividad!
ReplyDeleteHola Dick! Feliz Navidad para ti también! I love "Take Five", un temazo! Y con el saxo dulce de Paul Desmond es increíble. La cerveza me va bien siempre. A veces cambio a otra bebida pero es con ella con quien me siento más a gusto. Un gran abrazo amigo!
Hola Oswaldo!
ReplyDeleteFeliz Navidad!
Mi mejores deseos para tí y los tuyos en estas fechas llenas de mucho regocijo familiar, que la prosperidad, la felicidad, el éxito y la salud lleguen a tí.
Un abrazo
Hola Laura! Gracias por tus buenos deseos! Sueña, sueña mucho, que los sueños se cumplen. Un beso grande bella dama!
ReplyDeleteHola! pensé que ya había comentado aquí.
ReplyDeleteTambién AMO la cerveza (no más de dos porque me atraganto) y el Jazz.. sobre todo cuando se fusiona con géneros latinos.
Tengo pendiente pasar por el lugarcito que nos recomendaste un jueves de estos!
Nos vemos pronto!
Un besote, gracias por tus comentarios tan lindos.
Muak ♥
Hola Euchy! El lugar se hace mágico a partir de las 8:30pm. Eso si, haz como yo, y no se lo digas a nadie jajajaja! Un beso querida Euchy!
ReplyDelete