En el Zen se dice que el significado real del silencio es la pérdida de atención (es como ratificar la relatividad del fenómeno).
Cuando escucho la composición “
El Trancao”, de Luisa Elena Paesano, siento que ella comprende muy bien lo que significan los sonidos del silencio. Siempre hay una nota que suena en la mente de uno pero que en la composición brilla por su ausencia, o quizás haya sido ejecutada a contratiempo, o sincopada como dicen los músicos. Si escuchan la melodía en el vínculo que he dejado, donde un pianista ejecuta la composición de Paesano, entenderán de lo que estoy hablando. Luisa Elena es genial, y junto a su trío “El Trancao” ha recorrido diversos escenarios de Venezuela y el mundo, con muchísimo éxito.
Continuando la exploración de los sonidos del silencio, me he quedado perplejo con el testimonio de mi amiga
Nerim, quien nos cuenta (ver comentarios del post anterior) los sonidos que inevitablemente continuará escuchando mientras esté viva, el sonido de la circulación de su sangre a través de su oído derecho, del cual quedó sorda a raíz de un infarto.
John Cage, compositor norteamericano, ganó fama internacional al componer una pieza titulada
4´33” (se lee 4 minutos y 33 segundos), que el mismo calificó como música no-intencional, en cuya partitura se especifica que el, o los intérpretes no ejecutarán sonido alguno durante los 273 segundos que dura la pieza. La obra se convirtió en una de las más controversiales en la historia de la música, teniendo las mas variadas interpretaciones y críticas.
Cage, en su búsqueda del silencio absoluto, visitó en 1951 la cámara acústica de la Universidad de Harvard, para tener una perspectiva. Al encontrarse allí dentro, se dio cuenta que percibía dos sonidos, uno alto y uno bajo. El primero, su sistema nervioso, y el segundo, los latidos de su corazón y la circulación de su sangre. De esta forma llegó a la conclusión de que no había manera de experimentar “el silencio” mientras se estuviera vivo.
Para terminar mi larga divagación sobre este tema, les dejo un poema que encontré en un post denominado, precisamente, “
El Silencio”, en el blog español “El Mundo de los Sueños”, espero que lo disfruten, ya saben que se les quiere mucho por estos lares de Dios.
EL SILENCIO
No digas nada,
no preguntes nada.
Cuando quieras hablar,
quédate mudo:
que un silencio sin fin sea tu escudo
y al mismo tiempo tu perfecta espada.
No llames si la puerta está cerrada,
no llores si el dolor es más agudo,
no cantes si el camino es menos rudo,
no interrogues sino con la mirada.
Y en la calma profunda y transparente,
que poco a poco y silenciosamente,
inundará tu pecho de este modo,
sentirás el latido enamorado,
con que tu corazón recuperado,
te irá diciendo todo, todo, todo.
Francisco Luis Bernárdez.
*
*La obra del post se llama "Erased De Kooning Drawing" (1953) de Robert Rauschenberg